Una excelente herramienta de control de las enfermedades, tanto para los humanos como para los animales, han resultado ser las vacunas.
Juan Salles* | Canelones | Todo El Campo | Evidentemente los nuevos tiempos traen cosas nuevas en las actividades y relaciones humanas, tales como los avances tecnológicos, la globalización.
Desde el punto de vista tecnológico, en base a la adquisición de nuevos conocimientos, se desarrollan y aplican nuevas tecnologías (herramientas e instrumentos).
Cuando intentamos analizar la globalización, observamos que además de una mayor integración comercial entre los diferentes países, hay también un mayor desplazamiento de personas y transferencia de conocimientos y tecnologías.
Si bien hay muchas actividades y metodologías que, a través de los años pueden haber cambiado, hay conceptos básicos, tan viejos como el agujero del mate, que ¡no cambian!
En ese sentido, me refiero al tema enfermedades de los animales, particularmente a los que maneja el hombre como instrumento para producir alimentos, abrigo o desarrollar actividades deportivas, etc.
Es sabido que algunas enfermedades las podremos eliminar y otras controlar. En el caso del control, podemos convivir con el agente patógeno, reduciendo su presencia, su virulencia, y/o dotando al animal susceptible de herramientas para evitar que el “bicho malo” (bacteria, virus, parasito), no lo afecte: no produzca muerte y/o disminución de su actividad productiva, y si es un pingo, que tenga un buen rendimiento.
Por otra parte, parecería que la globalización nos está llevando a que todos tengamos que convivir con los mismos bichos (si no es exactamente el mismo, será un pariente cercano).
Dado que eliminar un agente infeccioso puede resultar, por diferentes razones, muy difícil/costoso, tenemos que asumir que en muchas circunstancias tendremos que “convivir con el enemigo”, controlándolo para que no se pase de la raya.
Una excelente herramienta de control de las enfermedades, tanto para los humanos como para los animales, han resultado ser las vacunas.
La historia, nos muestra como grandes pandemias se pudieron controlar – y en algún caso, erradicar (viruela, etc) – con la aplicación de las vacunas.
Nuestro país, no es una excepción.
En los animales tenemos claros ejemplos como la brucelosis (cuando se deja de vacunar comienzan “los problemas”), la fiebre aftosa, etc.
Un ejemplo de ello es la fiebre aftosa. Actualmente, Uruguay si bien no integra la primitiva denominación de país libre de fiebre aftosa por el hecho de estar vacunando desde hace muchos años y ser prolijitos (creíbles), nos reconocen como un país libre de fiebre aftosa con vacunación y actualmente ¡nos sobran compradores!
En humanos, tenemos el reciente ejemplo del Covid 19.
Primera conclusión: las vacunas son un excelente instrumento -utilizadas en forma conjunta con otras herramientas- para controlar diversas enfermedades (humanas y animales).
Corresponde señalar que como las enfermedades pueden ser distintas, sus estrategias de manejo (control, eliminación del agente patógeno, etc.) también pueden variar.
Hoy, nuestro sector avícola, enfrenta un nuevo desafío sanitario: la gripe aviar. Si bien es una enfermedad zoonótica, hasta le fecha no hay información sobre un gran impacto en la salud humana.
En el caso de la gripe aviar, además de la variedad/patogenicidad de las diferentes cepas de virus actuantes, la ausencia, aun, de vacunas con probada eficacia, lleva a que esta herramienta, en caso de ser aplicada, deba ser incluida dentro de un paquete integrado de control.
Por otra parte, al diseñar una estrategia del manejo de la enfermedad, hay que tener en cuenta las repercusiones económicas – comercialización del producto en el exterior, etc.- tanto a corto, mediano o largo plazo.
Es bien sabido que la globalización del comercio, también lleva a que se globalicen muchas barreras: económicas, sanitarias, económico-sanitarias, etc.
Y los façoneros, ¿qué que papel jugamos en todo este lio de: 1) comercio de los productos avícolas; 2) vacunas; 3) virus; 4) bioseguridad?
Veamos.
Los façoneros, aunque estemos en el último lugar del eslabón de la cadena de producción de carne de pollo, somos los que estamos en la primera línea de lucha en la prevención de que el virus ingrese a las granjas.
Para enaltecer ese estratégico primer lugar que ocupamos en la lucha, debemos asumir que de la misma forma que tenemos derechos, también tenemos deberes.
Uno de los deberes fundamentales que tenemos en la cría de los pollos que mantenemos en nuestras granjas, es colaborar en la aplicación de buenas prácticas de producción (bienestar, bioseguridad).
Evidentemente que, para poder dar cumplimiento a las normativas sobre bioseguridad, los productores tenemos que conocerlas, capacitarnos, entrenarnos.
Desde hace muchos años a los façoneros, en forma reiterada, se nos han brindado charlas, conferencias, enviados comunicados, nos han visitados técnicos extranjeros, se han elaborado manuales, etc, sobre normas de buenas prácticas de producción.
Obviamente que para instrumentar alguna nueva medida de manejo y/o mejorar otras que ya venimos aplicando, se requiere, además de algunas inversiones (digo inversiones, no gastos), que las comprendamos (aptitud) y que las apliquemos (actitud).
En temas de manejo ambiental -bioseguridad, contaminación, etc.- desde hace muchos años se manejan dos premisas básicas: educación y sanción. Al grupo integrado niños/adolescentes se los educa, al grupo de los adultos se los educa y se los sanciona.
Creo que nosotros, los façoneros, claramente integramos el grupo de los adultos.
Segunda conclusión: la mayoría de los façoneros disponemos de información básica, sobre las diversas medidas de bioseguridad que se deben aplicar en las granjas. Conocemos las normas (el que) y las herramientas a utilizar (el cómo).
Regresando a los 4 puntos señalados anteriormente: 1) comercio de los productos avícolas; 2) vacunas; 3) virus; 4) bioseguridad -aunque los façoneros poco podemos incidir en los puntos 1, 2 y 3, manejamos totalmente el punto N°4: somos la llave de paso para que SI ingrese o NO el virus a las granjas de producción avícola.
Otros actores del sector avícola, relacionado al tema gripe aviar, entre otras propuestas sugiere la creación de una entidad similar al Grupo Asesor un Grupo Asesor Científico Honorario (GACH) para enriquecer el conocimiento y seguir la evolución de la epidemia global, asesorando a los actores públicos y privados.
Referente a esta propuesta, aunque tengo mi opinión, en esta instancia, solo recordare los dichos: “el que mucho abarca poco aprieta” y “primero es lo primero”.
Resumiendo: 1) Existen herramientas -no infalibles – para dificultar el ingreso del virus a las granjas.
2) Los façoneros sabemos lo que tenemos que hacer, que herramientas utilizar y cómo hacerlo.
3) Somos los principales actores en lucha contra la gripe aviar.
4) Seremos los primeros perjudicados si el virus ingresa a nuestras granjas.
(*) EL AUTOR: Juan Salles es veterinario jubilado, socio de AFPU | Foto iStock.
Como escribió el filósofo español Fernando Savater en su libro Política para Amador: “Los irresponsables son enemigos viscerales de la libertad”.
Hébert Dell’Onte Larrosa | Montevideo | Todo El Campo | La opinión pública mira con desazón el conflicto desatado en el Instituto Alfredo Vásquez Acevedo (IAVA). ¿Cómo es posible que tan poco pueda generar una crisis de dimensiones en un área tan sensible como la educación y con un proceso de agravamiento evidente?
Todo comenzó cuando las autoridades pidieron al gremio estudiantil del IAVA el lugar que éstos ocupaban como centro de reuniones gremiales para poder hacer mejoras, y a cambio se les otorgaría otro. Increíblemente se negaron a entregarlo, el director del liceo los apoyó desatendiendo disposiciones de las autoridades educativas por lo que se le inició un sumario y la mecha de una bomba que nadie sabe si va a estallar ni con qué fuerza lo hará, se encendió. Hasta ahora todo lo que vemos es un proceso de agravamiento en varios sentidos.
Es difícil de aceptar que toda la educación esté crisis por una razón tan banal, porque cualquiera sea el argumento que se esgrima -y a medida que los hechos se van dando todo parece más confuso y grave- lo cierto es que comenzó por el salón que no se quiso entregar a cambio de otro.
Pero más difícil es encontrar una explicación lógica al por qué, aquellos que tienen la posibilidad de frenarlo, no lo hacen antes de que se les vaya de las manos. Aún están a tiempo. Pero ¿cuánto es ese tiempo que queda sin que todo esto se agrave?
Lo que sí sabemos todos es que si no se pone un freno a la escalada de radicalización esto no termina bien. Lo que vemos es que cada día que pasa la cuerda se tensa más y lo que empezó como una protesta estudiantil puntual se va extendiendo a otros ámbitos.
Primero fueron los algunos (algunos pocos alumnos, a juzgar por las imágenes que nos ofrece la televisión), y en ese interín apareció frente al liceo el presidente del PIT-CNT, Marcelo Abdala, que no quiso hacer declaraciones pero su presencia era un evidente apoyo a la movilización.
Luego se sumaron los profesores que pararon y ocuparon el centro, además de extender el conflicto a otros liceos en lo que parece ser una estrategia de generalizar el conflicto a todo el sistema educativo. Precisamente los profesores que deberían actuar como orientadores y jugar un rol de sensatez optaron por el camino de la confrontación irracional.
Otro factor distorsionante son algunos cánticos de los estudiantes sobre asuntos totalmente ajenos al tema en cuestión como Videla y Gavazzo en relación al dictador argentino entre 1976 y 1981 Jorge Rafael Videla, y al teniente coronel José Nino Gavazzo, referente de la dictadura y la represión uruguaya.
A todo eso se suma un círculo de violencia generado a través de amenazas denunciadas por estudiantes y periodistas que cubren los hechos.
La mecha está encendida, mientras dure algunos sacarán ventaja, aunque hacerlo de esa manera no es responsable ni democrático. Como escribió el filósofo español Fernando Savater en su libro Política para Amador: “Los irresponsables son enemigos viscerales de la libertad”.
En la foto bandera del Gremio Estudiantil del IAVA (GEI).
El animal estaba siendo preparado para el Prado 2023. “Lo único que puede hacer la familia damnificada es denunciar, esperar que no haya otros perros y rezar para que no repita ya que en esto de los perros están solos”.
Hébert Dell’Onte Larrosa | Montevideo | Todo El Campo | El miércoles 12 de abril Todo El Campo publicó una nota del Dr. Pedro Scremini en la cual éste denunciaba el ataque de perros en un establecimiento de San José. Por lo menos 15 animales afectados, pérdidas enormes para el productor y su familia, además del sufrimiento de los ovinos y la desazón de sus criadores o propietarios.
No pasaron 24 horas cuando nuevamente recibimos en nuestra redacción una información similar, pero esta vez desde Treinta y Tres: productor, ovejas, perros, producción perdida y falta de respuestas correctas.
En un breve texto acompañando las fotos que hablan por sí solas, el Dr. Scremini vuelve a transmitir el desgarro que todos los días alguien, o varios, sufren en algún punto del país.
“¿Qué tiene que pasar ?, ¿qué hay que hacer para que los que gobiernan se den cuenta que un productor ovejero es un simple oriental que trata de salir adelante con su esfuerzo genuino, como tantos, y que este esfuerzo muchas veces se ve destruido por un ataque de perros?”, dice el texto que acompaña las fotografías duras y desagradables, pero reales, que compartimos con los lectores de Todo El Campo.
Son preguntas que se hacen en el vacío. Que de tanto hacerlas ya no se esperan respuestas, porque hasta ahora las respuestas nunca han sido en el sentido que creemos correcto.
“En este caso, 30 años de inversión, esfuerzo, expectativas y mucho amor, destruidos por los perros. Son ovejas Suffolk, mayoría de pedigrí, incluso la campeona del Prado 2022 que estaba en preparación para este año, muerta”, además de otras 6 a las que se suman “14 muy lastimadas”.
En respuesta, o mejor dicho en defensa o protección de la producción nacional -que en este como en todos los casos también es producción familiar, se mataron “dos perros de gran porte”.
Nos referimos a cabaña El Capricho de Carlos Viganó, en colonia Dionicio Díaz en ruta 17, departamento de Treinta y Tres.
“La genética que se pierde es invaluable, no hay en Uruguay, pero personalmente lo que más golpea, indigna y revela es pensar cómo estará María Jesús, la hija de Carlos que nos consta el cariño que le pone a este emprendimiento familiar”, concluye.
La Semana Criolla suele asociarse a las jineteadas por ser estas el mayor atractivo de los diversos espectáculos que se realizan, pero criollo es un concepto mucho más amplio que también hace referencia a bailes, música, comida, vestimenta y otras costumbres, algunas cada vez más perdidas u olvidadas como el juego de la taba.
Hébert Dell’Onte Larrosa | Montevideo | Todo El Campo | ABC, la publicación oficial de la Intendencia de Montevideo afirmó que la Semana Criolla es “la más tradicionalista del año”.
La afirmación es totalmente cierta y seguramente no ha de haber ciudadano que no la comparta más allá de las connotaciones o significados religiosos que tienen su propio peso con una historia de casi 2.000 años conformando una tradición religiosa mundial, pero en cuando a la tradición como país, no hay otra semana ni festividad que sea capaz de robarle esa condición.
Pero atendiendo al título y sin ignorar los aspectos religioso mencionados, o incluso los deportivos que también tienen suyo con el ciclismo, el lado criollo tiene su propio peso y trascendencia. No es errado afirmar que lo criollo le ganó a lo religioso y deportivo.
Sin embargo, no tiene por qué haber y no hay contradicción entre las naturalezas de los diferentes eventos que se desarrollaron en la semana que finalizó, teniendo en cuenta que no hay una tradición aislada de otras, sino que todas hacen a un conjunto social del que formamos parte como país y sociedad.
Respecto a lo criollo que es lo que nos ocupa hoy, la semana suele asociarse a las jineteadas por ser estas el mayor atractivo de los diversos espectáculos que se realizan, pero criollo es un concepto mucho más amplio que también hace referencia a bailes, música, comida, vestimenta y otras costumbres, algunas cada vez más perdidas u olvidadas como el juego de la taba.
La Semana Criolla es nacional, se celebra en todo el país, y en los 19 departamentos, siendo en Montevideo la de mayor importancia. Lejos de mi intención está tener una visión capitalista (por Montevideo como ciudad capital) de nuestras tradiciones, pero lo que en verdad sucede es que cada año cientos de gauchos llegan de todo el país y países vecinos para celebrar “las domas” como mucho le llaman, y por una semana entera las instalaciones del Prado y sus alrededores se llenan de público que se arrima para disfrutar de las habilidades y agilidades, además del coraje de los jinetes.
Que Montevideo organice la Criolla más famosa e importante del país tiene por lo menos dos explicaciones posibles. La primera que se trata de la capital del país y eso genera un plus que otros no tienen, ni siquiera las Criollas del Parque Roosevelt; y la segunda es la cantidad de ciudadanos del interior que habitan la capital trayendo con ellos el gusto y la pasión de sus costumbres locales.
La dinámica de la jineteadas es simple, montar el caballo y resistir sobre él. Con los años se han agregado reglamentos y lo que empezó en los campos de la Banda Oriental como un pasatiempo se convirtió en un deporte donde hay mucho profesionalismo, sin perder su colorido. En ese proceso también se pasó a cuidar la salud de los participantes, hombre y caballo, evolucionado de tal forma que no se ha perdido en absoluto esa belleza perfecta que forman el caballo y quien lo monta.
El resultado es que al público en general le gusta cada vez más, incluyendo en esto a los turistas que también se los vio o escuchó con sus idiomas o formas de pronunciar.
Este año se realizó la 96ª edición de la Semana Criolla en Montevideo, que logró ser tan multitudinaria como las anteriores. Es el público lo que hace que la Semana Criolla sea la semana más tradicionalista del año, y la más popular. En abril de 2019 un titular de la prensa montevideana afirmaba que las jineteadas estaban en “camino a desaparecer en la capital” pero que se mantenían “firmes en el interior”, afortunadamente, cuatro años después, podemos decir que eso no ha sido así.
Con la actual política animal la población canina crece en forma desenfrenada y las medidas de control son ineficaces.
Horacio Jaume | Montevideo | Todo El Campo | ¿Hasta dónde llega el poder de los animalistas? Esa es la pregunta que uno se hace. Nadie duda de sus buenas intenciones o de su sensibilidad para con los animales, pero indudablemente sus actitudes son provocadoras y hasta desafiantes. Dueños de la verdad que los lleva a proceder de una manera poco creíble y lo que es peor, quienes osen discrepar o enfrentarlos serán catalogados poco menos que criminales.
Con esa tarjeta de presentación actúan como si fuesen intocables.
Las autoridades son temerosas frente a esa realidad ya que pueden quedar expuestas a ser escrachadas y a manifestaciones de todo tipo.
En la Rural del Prado se les da un lugar especial como observadores. Están muy frescas las imágenes de los animalistas encadenándose a los palenques, entorpeciendo el espectáculo. Mientras tanto la población canina crece en forma desenfrenada y las medidas de control son ineficaces.
Los perros vagabundos hacen estragos en las majadas. Pero ellos sensibilizan a la sociedad haciendo entrar a los jugadores de fútbol con perros para que estos sean adoptados de los refugios.
Hay temas que no se pueden ni hablar. No se puede hablar de perreras, es casi una herejía. No se quien lo decretó, pero es así.
Nadie duda que los extremos no son buenos y hay que tener voluntad para encontrar las soluciones, pero eso tampoco lo entienden.
Hasta ahora pierden todos. Pierden los productores que los perros les matan las ovejas y hasta los vacunos. Pierden las intendencias creando refugios en forma casi indefinida. Pierde el Gobierno que va desgastando su figura. Pierden los animalistas porque cada vez son más repudiados por el sector productor.
La distinción entre los dos estatus de libre de fiebre aftosa con vacunación o sin vacunación ya no es apropiada.
Patrik Bulhozer – Ulrich Kihm – Pedro Moura* | Montevideo | Todo El Campo | En la actualidad sigue existiendo una distinción jerárquica entre los países que están libres de fiebre aftosa con vacunación y aquellos sin vacunación. La duda a la hora de aceptar los dos estatus como equivalentes se debe a conceptos erróneos que se relacionan con el riesgo de introducción y circulación del virus de la fiebre aftosa entre los rebaños vacunados.
Esta diferenciación podría haber tenido sentido en el pasado, cuando existían limitaciones tanto en las vacunas como en las tecnologías de diagnóstico. Pero en las dos últimas décadas, las mejoras tecnológicas han dotado a la industria ganadera de las herramientas necesarias para controlar eficazmente la aftosa, por lo que, si se aplican las medidas de control adecuadas, ambos estatus deberían reconocerse como equivalentes.
Durante años, numerosos países han podido prevenir brotes de fiebre aftosa protegiendo sus rebaños con vacunas. Más allá de proporcionar a los animales una protección individual, las vacunas también han funcionado como un seguro para prevenir un eventual brote con impacto devastador, dada la posibilidad de una dispersión viral rápida y descontrolada entre rebaños desprotegidos.
El actual Procedimiento para el Control Progresivo de la Fiebre Aftosa (PCP-FMD), que sirve de guía aceptada en el mundo para la gestión de la fiebre aftosa, transmite la idea de que libre de fiebre aftosa con vacunación es un paso previo para alcanzar el estatus final deseable de libre de fiebre aftosa sin vacunación.
Por ello, los países que se encuentran en un entorno de mayor riesgo, por ejemplo, debido a la presencia del virus de la fiebre aftosa en su región o a una intensa dinámica de comercio internacional, pueden ser inducidos erróneamente en su intención de obtener un estatus libre de fiebre aftosa sin vacunación por una falsa sensación de incentivo o promesa de ventajas asociadas a incurrir en riesgos innecesarios.
Con las herramientas actuales, podemos proteger eficazmente nuestros rebaños mediante la vacunación y detectar de forma confiable las infecciones con técnicas de diagnóstico y sistemas de vigilancia adecuados. La vacunación contra la fiebre aftosa previene la viremia y, sin viremia, es extremadamente improbable encontrar el virus en la carne o los productos cárnicos de animales vacunados. De esta forma, el riesgo de introducir el virus de la fiebre aftosa en un país a través de la carne importada producida en una zona libre de fiebre aftosa con o sin vacunación puede considerarse insignificante.
Los animales vacunados también pueden diferenciarse de los infectados gracias a los avances tecnológicos de las vacunas, que llevan asociado un sistema de diagnóstico conocido como DIVA (Differentiating Infected from Vaccinated Animals). Esto significa que los anticuerpos específicos contra proteínas no estructurales, que no contienen las vacunas DIVA de calidad, sólo se detectarán en muestras tomadas de rebaños vacunados si se produce una infección natural. Estos anticuerpos virales pueden detectarse con gran especificidad y sensibilidad. Así, un estado previo de infección natural por fiebre aftosa puede identificarse fácil e inequívocamente con los métodos de diagnóstico actuales. Por consiguiente, la situación epidemiológica de una población puede determinarse claramente mediante análisis serológicos, independientemente del estado vacunal de un rebaño.
En un esfuerzo por aumentar la capacidad de detección del virus de la fiebre aftosa en una fase temprana de introducción y con gran eficacia, algunos países han adoptado sistemas centinela al no vacunar a su cabaña ovina y porcina, dejándola susceptible al virus. Estas ovejas y cerdos pueden actuar como centinelas de la circulación viral, alertando su presencia al mostrar signos clínicos, lo que ofrece una seguridad adicional en las regiones donde esta práctica es viable.
Además, es muy improbable encontrar animales persistentemente infectados en rebaños vacunados, ya que el establecimiento de este estado es impedido por las vacunas actuales de alta potencia, acabando con la posibilidad de circulación enmascarada del virus entre los rebaños vacunados.
Las vacunas son una herramienta fundamental para combatir un brote de fiebre aftosa. Por lo tanto, debe promoverse la «seguridad de las vacunas», garantizando su disponibilidad, así como los recursos para producirlas, de lo contrario, en caso de brote en una región donde no existan infraestructuras para producir vacunas o la posibilidad de aplicar intervenciones rápidas de vacunación, la propagación de la fiebre aftosa entre rebaños desprotegidos podría llegar a ser extremadamente difícil de controlar.
Un ejemplo de esto en países libres de fiebre aftosa sin vacunación es Estados Unidos, que invirtió en reservas de vacunas, los llamados bancos de antígenos y vacunas, para mantener planes de emergencia en caso de brote, lo que demuestra lo cruciales que son las vacunas en la lucha contra la fiebre aftosa.
Mientras la fiebre aftosa no sea erradicada a nivel mundial, serán necesarias vacunas para proteger los rebaños y controlar eventuales brotes. Hoy en día, invertir en el desarrollo y la aplicación de vacunas para controlar los brotes de enfermedades animales es una tendencia global en todos los sectores, incluso en el caso de enfermedades que clásicamente se han controlado mediante el sacrificio de animales, como es la gripe aviar.
Además, controlar los brotes de fiebre aftosa mediante la aplicación del rifle sanitario a un gran número de animales infectados y, sobre todo, no infectados, genera conflicto a varios niveles. No es aceptable desde el punto de vista de la seguridad alimentaria, la economía y el bienestar animal. Además, dado que la vacunación contra la fiebre aftosa es eficaz y está fácilmente disponible, es necesario desarrollar y aplicar estrategias distintas al sacrificio del animal.
En los últimos treinta años, la carne y los productos cárnicos procedentes de animales vacunados se han comercializado de forma segura desde países o zonas de Sudamérica «libres de fiebre aftosa con vacunación», con exportaciones de más de 8,5 millones de toneladas de carne en los últimos diez años. Esto demuestra que el comercio entre zonas libres de fiebre aftosa ya se considera seguro. En caso de brote, los problemas que podría tener que afrontar un ganadero, por ejemplo, la pérdida de sus animales o las restricciones, hacen que los costos continuos de la vacunación para proteger a su rebaño sean aceptables. Además, una «mejora» del estatus a libre sin vacunación puede no significar necesariamente un aumento de los precios de venta o la apertura de nuevos mercados para su carne.
Un brote de fiebre aftosa puede causar tanto pérdidas económicas directas, relacionadas con la pérdida de animales y el descenso de la producción, como costos indirectos relacionados con las medidas de control de la enfermedad y la disminución de ingresos por la pérdida de acceso a los mercados y las restricciones de entrada en las zonas afectadas, entre otras muchas consecuencias que son más difíciles de calcular pero que históricamente se han descrito como aún mayores.
La distinción entre los dos estatus de libre de fiebre aftosa con vacunación o sin vacunación ya no es apropiada. Con las mejoras tecnológicas de las vacunas y los diagnósticos adecuados, la fiebre aftosa puede controlarse, y el riesgo de circulación viral enmascarada no detectada es extremadamente bajo. Es más, el estatus de «libre de fiebre aftosa con vacunación» a menudo puede proporcionar una mayor seguridad que el de «libre de fiebre aftosa sin vacunación», y esto se aplica tanto a los casos en los que los países han alcanzado el estatus de «libre de fiebre aftosa con o sin vacunación», especialmente en las regiones en las que el virus sigue estando presente de forma activa, o en las zonas circundantes, como en las regiones en riesgo debido a la globalización del comercio.
El estatus sanitario «libre de fiebre aftosa con vacunación» favorece una producción de carne más sostenible en muchos casos. Incentivar a los países a asumir riesgos innecesarios no puede ser un objetivo, sino que además puede ser irresponsable e injusto, dado el riesgo.
El concepto de reconocer «libre de fiebre aftosa sin vacunación» como el estatus máximo en términos de garantía sanitaria, necesita ser revisado en las directrices de la PCP-FMD y de la Organización Mundial de Sanidad Animal (WOAH), fundada como OIE, y los dos estatus reconocidos como equivalentes.
La erradicación mundial de la fiebre aftosa sólo podrá lograrse si se utilizan todos los medios preventivos eficaces disponibles y se eliminan las barreras innecesarias y los incentivos al riesgo. Cada país debe tener la posibilidad de aspirar a un estatus libre de fiebre aftosa con o sin vacunación, tomando la mejor decisión en función del riesgo asociado a su contexto, por lo que ambos estatus deben ser reconocidos como equivalentes.
Ha llegado el momento de un cambio de paradigma global en la percepción del estatus libre de fiebre aftosa con vacunación.
(*) LOS AUTORES. Patrik Bulhozer es el director ejecutivo de International TAFS Forum. Ulrich Kihm es presidente de International TAFS Forum. Pedro Moura es consultor de Safoso.
TAFS es un foro independiente con sede en Suiza, con membresía internacional, dedicado a analizar, informar y hacer recomendaciones sobre temas controvertidos y emergentes relacionados con la seguridad de los alimentos derivados de animales. Web: FORO TAFS (tafsforum.org)
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