Se confirma la caída “preanunciada desde el año pasado” cuando observamos una importante disminución del número de reemplazos (vaquillonas de más de 2 años y de 1 a 2 años)”.

La baja en el stock en vacas lecheras, según los datos difundidos recientemente por el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) confirma la caída “preanunciada desde el año pasado” cuando observamos una importante disminución del número de reemplazos (vaquillonas de más de 2 años y de 1 a 2 años)”, escribió el producto Justino Zavala en la última edición de la revista Todo Tambo, y advirtió desde el título que estamos ante “una mala señal”.

“En la declaración jurada cerrada el 30 de junio de 2021 se contabilizaron 30.816 vaquillonas menos que en 2020”, la caída es casi del 23%, “de una categoría que apenas daba para suplir a las vacas que se descartan” cada año.

En 2021 las declaraciones eran de 419.665 vacas, que con el 25% de descarte, una estimación que Zavala dice es “conservadora”, la demanda hubiera sido de 105.000 vaquillonas, “lo que significa que el 100% de las vaquillonas” de 1 a más de 2 años “deberían haber entrado a producir en 2022”.

“Lamentablemente, hemos retrocedido en la disponibilidad de información y no contamos con datos ciertos del número de vacas de razas lecheras enviadas a faena durante el ejercicio”; esa información “que en otros países surge mensualmente, en mi país parece imposible conseguir” y debemos “suponer” que por impulso de los buenos precios de la carne “la faena no debe haber sido menor a las 80.000 cabezas”, o un poco más por la liquidación de Olam.

 A su vez, este año la exportación de terneras no tuvo un peso importante, comentó.

Por esas razones, “no debe sorprendernos que las vacas lecheras hayan bajado de 419.665 de 2021 a 389.872 de 2022”, la diferencia es de -29.793, un 7% menos

El resto de las categorías no varió de forma significativa, “pero recordemos que estamos 21% debajo de 2020” que son “casi 29.000 vaquillonas menos, por lo que no es esperable una recuperación del stock por ese lado”.

“Es una muy mala señal que nos anticipa estancamiento o al menos un crecimiento limitado” de la producción individual de nuestras vacas, con la limitante de os costos de los altos concentrados.

El siguiente es el artículo completo.

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