El consumo de productos lácteos está disminuyendo entre los adolescentes y los adultos, mientras aumenta el de bebidas vegetales y sustitutos de la leche. Este cambio en la alimentación aumenta el riesgo de que se sufra deficiencia de yodo.

Montevideo | Todo El Campo | La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Red Mundial del Yodo (IGN) han lanzado una advertencia ante las deficiencias de yodo que presenta la población europea por los nuevos hábitos alimenticios.

Según un informe elaborado por ambos organismos, la creciente popularidad de alternativas vegetales frente a las principales fuentes de yodo, como la leche, los productos lácteos y el pescado, está provocando que la ingesta de yodo sea insuficiente en los países de la Unión Europea (UE).

La leche y los productos lácteos son fuentes importantes de yodo en muchos países de Europa occidental y central, especialmente para los niños. De hecho, muchos alimentos animales y suplementos de uso animal están enriquecidos con yodo para mejorar la salud de estos y la producción de leche.

Sin embargo, el consumo de productos lácteos está disminuyendo entre los adolescentes y los adultos, mientras aumenta el de bebidas vegetales y sustitutos de la leche. Este cambio en la alimentación aumenta el riesgo de que se sufra deficiencia de yodo.

La deficiencia de yodo pone en riesgo la salud de las personas, especialmente en las mujeres embarazadas, que tienen mayores necesidades de este mineral.

La yodación de la sal forma parte de la estrategia europea para garantizar una ingesta adecuada de yodo, pero también se ve afectada por los cambios en la dieta y el estilo de vida.

¿PARA QUÉ SIRVE EL YODO?

El cuerpo necesita yodo para producir hormonas tiroideas, encargadas de controlar el metabolismo del cuerpo y muchas otras funciones importantes. El cuerpo también necesita las hormonas tiroideas para el desarrollo apropiado de los huesos y el cerebro durante el embarazo y la infancia. El consumo de yodo en cantidades suficientes es importante para todos, en especial, para los bebés y las embarazadas.

La ingesta de yodo es especialmente importante antes y durante el embarazo para el desarrollo del cerebro del bebé.

¿QUÉ PROVOCA LA FALTA DE YODO?

En las embarazadas, la deficiencia grave de yodo podría ocasionar daños permanentes al feto, como retrasos en el crecimiento, discapacidad intelectual y desarrollo sexual tardío.

Una deficiencia de yodo menos grave puede dar lugar a un coeficiente intelectual inferior al normal en bebés y niños y reducir la capacidad de los adultos para trabajar y pensar con claridad.

En las personas mayores, el bocio, un aumento del tamaño de la glándula tiroidea, suele ser el primer signo visible de la deficiencia de yodo.

¿QUÉ ALIMENTOS TIENEN YODO?

Numerosos alimentos son una fuente importante de yodo, pero sobre todo destacan:

Pescado (como bacalao y atún), algas marinas, camarones y otros mariscos.

– Productos lácteos, como leche, yogur y queso.

Huevos.

Sal yodada.

¿QUIÉNES TIENE QUE TOMAR MÁS YODO?

La población, en general, consume cantidades suficientes de yodo con la alimentación habitual. Sin embargo hay grupos de personas que deben tener especial cuidado para llegar a un mínimo.

Entre ellas se encuentran las mujeres embarazadas, que necesitan alrededor de un 50% más de yodo que el resto de las mujeres.

Otro grupo de riesgo son los que siguen una dieta vegana o no toman productos lácteos, huevos y mariscos.

Las personas que viven en regiones cuyo suelo no contiene yodo y consumen principalmente alimentos del lugar suelen presentar carencia de este mineral. Entre las regiones con el suelo más pobre en yodo se encuentran las zonas montañosas, como el Himalaya, los Alpes, y los Andes, así como los valles de los ríos del sur y del sudeste asiático.

Por último, deberían tomar suplementos de yodo las personas que consumen cantidades mínimas de este mineral y que además ingieren alimentos que contienen bociógenos. Estos se encuentran presentes en algunos alimentos de origen vegetal, como la soja, y en las crucíferas, como repollo, brócoli, coliflor y col de Bruselas.

Artículo de C. Bernao. La Razón.

Foto de Pxfuel.

Pin It on Pinterest

Compartir

Comparte este contenido en tus redes sociales!