Exdirector de Transporte de Montevideo considera oportuno redefinir el subsidio del gasoil al transporte de pasajeros.

Exdirector de Transporte de Montevideo considera oportuno redefinir el subsidio del gasoil al transporte de pasajeros.

El Ec. Gonzalo Márquez expuso cómo opera el subsidio al transporte de pasajeros de todo el país en base al gasoil que se consume, y propuso que sería pertinente redefinirlo para hacerlo más eficiente.

Hébert Dell’Onte | El actual sistema de subsidio al gasoil que utiliza el transporte de pasajeros, y que es criticado por los sectores vinculados al campo, debería ser restudiado y rediseñado comentó el Ec. Gonzalo Márquez, consultor especializado en movilidad, transporte y energía, y exdirector de Transporte de la Intendencia de Montevideo durante el período 2018-2021.  Con un combustible más barato las empresas han enlentecido su pasaje a los sistemas de energía más limpios lo cual no es bueno para el cambio tecnológico, dijo, y propone que el subsidio al boleto sea a través de la nafta consumida por el transporte individual, o rentas generales.

Márquez explicó en qué consiste el fideicomiso (fondo) creado en el año 2006 y que tiene como finalidad abaratar el boleto del transporte de pasajeros de todo el país.

En el componente del precio del gasoil existe un componente que “inicialmente fue de $ 1,05 por litro y actualmente es de $ 3,48 por litro”. Ese componente ha ido creciendo como se muestra en la siguiente gráfica, y se mantiene estable desde noviembre de 2017.

Por lo tanto, “cada vez que alguien consume gasoil, por cada litro está contribuyendo con $ 3,48 al fondo”.

En Uruguay el consumo de gasoil por año es de 900 millones de litros, por lo cual el fondo recibe unos $ 3.200 millones por año. Con ese dinero “se subsidia el precio del gasoil al transporte de pasajeros de todo el país”. La modalidad es “reintegrando a las empresas de transporte la diferencia entre el precio del gasoil en el surtidor ($ 58,99 el litro) y el precio de referencia fijado para cada subsector”.

“Para el transporte urbano de Montevideo, el precio referencia es de $ 13,13 por litro, se reintegra a empresas del transporte $ 58,99 menos $ 13,13 que da $ 45,86 por cada litro consumido”.

Es el “mismo razonamiento para cada subsector de transporte de pasajeros de larga y corta distancia, suburbano, urbano del interior, etc.”, escribió.

El Ec. Marquez señaló que “desde 2006 el valor del gasoil a las empresas de transporte de Montevideo está incambiado” en $ 13,13 el litro, “con independencia de que el precio al público”, fuera de $ 22,30 como en 2006 o % 58,99 como ahora. El mecanismo “no es en beneficio de las empresas, sino que abarata el precio del boleto”.

LAS CRÍTICAS AL SUBSIDIO.

Más adelante subrayó que a pesar de las críticas que recibe, el subsidio al boleto “es una pieza central en el funcionamiento de los sistemas de transporte del país”. Una de esas críticas es porque “desde el campo se hace una transferencia a Montevideo”, pero “hay elementos para matizar” ese cuestionamiento.

Esos elementos son los siguientes: En primer lugar, sólo el 39% del subsidio es dedicado al transporte montevideano, el 61% tiene como fin otros sistemas de transporte; y segundo, “se implementaron mecanismos para descuento de IVA a las compras de gasoil para el agro y el transporte de cargas”. Por tanto el subsidio no se mantiene sólo por el agro.

De todas formas, Márquez entiende que “la idea de gravar el gasoil” que se usa para la producción “no parece la más conveniente, teniendo mayor sentido pensar el traslado de la contribución hacia la nafta” que es usada en el transporte individual de los ciudadanos, “o a rentas generales”.

Para el economista, también es válida la crítica que indica que “al abaratar el precio de gasoil a las empresas de transporte de pasajeros” el subsidio se convirtió “en un obstáculo para la electrificación del transporte público”, y señala que se podría “rediseñar funcionamiento actual de subsidio”.

Por otra parte, el Decreto 172/21 fijó la contribución en precio del gasoil en $ 3,48 por litro, lo cual “congela el aporte por litro de gasoil consumido”, con lo cual la recaudación del fondo sólo cambia si crece el consumo.

Paralelamente hay una disminución porcentual “del aporte por litro de gasoil en la medida que la contribución esta fija y precio aumenta”, lo que “podría ocasionar tensiones en el financiamiento del fondo si continúa aumentando el precio del gasoil”.

Pero como el transporte de pasajeros disminuyó el consumo, por ahora hay una compensación a lo anterior.

Márquez concluyó su razonamiento señalando que “estamos en el inició de un cambio tecnológico” con el proceso de electrificación de la flota de ómnibus, con lo cual surgen “oportunidades para el país”, de modo que “deberá repensarse la política actual, redefiniendo fuentes y usos del subsidio, a la vez que mejorar su eficiencia y mecanismos de funcionamiento”.

Foto de Infocasas.

En 2021 el subsidio de Ancap a los combustibles fue de casi US$ 200 millones

En 2021 el subsidio de Ancap a los combustibles fue de casi US$ 200 millones

A los US$ 198 millones de subsidio hay que sumar las pérdidas causadas por áreas como la del negocio del portland.

Hébert Dell’Onte | La suba de los combustibles es un fenómeno mundial y para nada exclusivo de Uruguay. Aunque haya quienes por razones políticas y partidarias intenten vincularlo con una ley que se debate en la actualidad, la realidad es clara: la invasión de Rusia a Ucrania empujó los valores de todas las materias primas y eso está causando un descontrol global, con aumento de precios e inflación al alza.

Los sectores que más sufren ese aumento de precios son los más humildes y económicamente más vulnerables. Por eso los precios altos generan preocupación en todos los actores de la sociedad, es imposible que un país se desarrolle en medio de una economía inestable que debe remarcar permanentemente.

El problema es que contra la suba de las materias primas no hay mucho que se pueda hacer, ni siquiera los países productores tienen control sobre el mercado internacional.

En el caso del petróleo hay algunas herramientas como aumentar la producción para frenar alzas desmedidas, pero no es tan fácil de implementar como suena, aunque ya se ha puesto en práctica en otras oportunidades.

Los gobiernos del mundo entero se preguntan qué pueden hacer para mitigar los precios internacionales y evitar que los ciudadanos más débiles paguen la consecuencia de los efectos indirectos de una guerra que no les pertenece.

En las últimas horas Nueva Zelanda fue noticia porque esta semana el Gobierno de ese país, encabezado por Jacinda Ardern, implementó medidas fiscales para reducir el precio de los combustibles: “No podemos controlar la guerra en Ucrania ni la continua volatilidad de los precios del combustible, pero podemos reducir el impacto en las familias neozelandesas”, dijo.

LA UNIÓN EUROPEA.

El de Nueva Zelanda no es el único caso, España analiza una reforma fiscal sobre uno de los impuestos que grava los carburantes para bajar su precio al consumidor final. La baja estudiada es 20 centavos de euros que implica una rebaja importante de hasta 11 euros en el llenado del tanque de un utilitario medio, como puede ser un Volkswagen Golf de 55 litros, publicaron algunos medios de comunicación.

Bélgica, Portugal, Irlanda, Polonia, Eslovenia y Francia van el mismo camino, informó El Economista.

¿URUGUAY ESTA EN CONDICIONES DE BAJAR LOS COMBUSTIBLES?

En algunos países, como España, el precio del combustible llegó a máximos históricos. Según un reciente informe del CED, en los últimos 12 meses el incremento en ese país fue del 46,5%, pero países como Italia o Francia tuvieron aumentos por encima del 50%.

En Uruguay la suba en los últimos 12 meses fue de 28,3% cuando hay datos objetivos que muestran que el incremento debió haber sido mayor.

El presidente Luis Lacalle dijo en la Fiesta de la Patria Gaucha que “el combustible está subiendo en todo el mundo, nosotros lo estamos sujetando”, como forma de explicar por qué las subas registradas no son en la medida que debería y según el empuje del petróleo Brent.

Pero ese “sujetar” que hace el Gobierno nunca parece suficiente y la pregunta que todos nos hacemos es si nuestro país está en condiciones de aplicar medidas que disminuyan el impacto al pagar en el surtidor, como vemos están haciendo otros países.

LA BRECHA DE ANCAP.

A fines de febrero Ancap publicó información muy interesante sobre el precio que los combustibles deberían tener y el precio que efectivamente tienen. Los datos muestran que el Gobierno subsidia los precios evitando trasladar al público el precio que real.

El subsidio total en 2021 fue por US$ 198 millones.

En el caso de la nafta Súper 95, en 2021 la brecha entre el precio real y el precio que debería tener es de US$ 46 millones. La siguiente gráfica muestra en naranja el precio de paridad de importación y en azul el precio Ancap entre enero y diciembre del año pasado.

A continuación, se muestra el gasoil 50 S, para el cual la brecha generada entre precios durante el 2021 fue de US$ 59 millones.

Y por último el supergas cuyo subsidio en todo 2021 sumó U$S 93 millones, cifra que se explica por el componente social que tiene este producto.

En total el subsidio por la nafta, el gasoil y el supergas, durante todo 2021 fue de US$ 198 millones.

Por otro lado, hay áreas de Ancap que dan pérdida, uno de esos casos es el negocio del portland. A diferencia de las gráficas anteriores, los siguientes valores son en pesos.

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