¿Qué responsabilidad tienen las viejas generaciones en la falta de relevo generacional?

¿Qué responsabilidad tienen las viejas generaciones en la falta de relevo generacional?

La innovación viene “desde hace rato, pero hoy la tecnología está marcando un paso mucho más fuerte”.

Hébert Dell’Onte Larrosa | Montevideo | Todo El Campo | La pregunta del título es provocativa, y está planteada a propósito, para ver el tema desde otro ángulo. Seguramente a muchos no les gusta, pero a veces los planteos removedores -aunque sea en forma de pregunta- son necesarios y pueden ser de gran utilidad.

No se trata de querer increpar a nadie, no tengo la autoridad para hacerlo, tampoco el conocimiento, y mucho menos la voluntad de semejante impertinencia. Ni siquiera me pertenece el planteo original.

La pregunta del título se me ocurrió al leer (y ver en el video que acompaña el texto) un artículo en el sitio web Bichos de Campo en el que un joven gremialista argentino, de familia rural, afirma que los jóvenes no abandonan el campo por falta de tecnología, sino que lo hacen por la resistencia al cambio de las viejas generaciones.

Julián Colla tiene 24 años, es productor y presidente del ateneo de la Agrícola de La Pampa, el ala joven de esta entidad rural centenaria, dice el artículo, y hace una afirmación que parece dar en el clavo: No es que los jóvenes abandonan el campo porque se trata de un trabajo sacrificado o porque haya zonas con problemas de conectividad. Lo que pasa es que deben enfrentarse a la resistencia que las viejas generaciones tienen al cambio y la adopción de esas nuevas tecnologías.

Los planteos de Julián fueron hechos pensando en Argentina, país al que pertenece, donde también la agropecuaria tiene problemas de relevo generacional, aunque en realidad no es un problema regional sino global. En el mundo entero son cada vez menos los jóvenes que quieren quedarse en el campo o en las zonas rurales.

“Mi viejo viene con la cultura de antes y hoy cambió todo”, comienza diciendo. La innovación viene “desde hace rato, pero hoy la tecnología está marcando un paso mucho más fuerte. En agricultura se usa mucho dron y un montón de cosas como fertilizantes y maquinarias que han avanzado mucho. Todo esto lo que te da es efectividad en los números”, agregó.

Es verdad que hoy es difícil estar sin internet y no poder usar en el medio rural el teléfono con la misma agilidad de conectividad que en las ciudades, esa dificultad se acrecienta en la juventud, pero también es verdad que se debe dar a los jóvenes el conocimiento de cómo es la vida y el trabajo en el mundo del agro, sus perspectivas y potencial de crecimiento.

Colla lo dice así: “También hay una necesidad de incentivar a los chicos a interesarse por el tema, porque muchas veces no tienen las herramientas o los materiales para decidir qué hacer (léase educación). También para eso se necesita el apoyo de los grandes” (léase la familia). Los jóvenes necesitan que la ayuda también “venga de gente con experiencia” (léase los referentes).

La pregunta queda planteada.

Foto de portada: Rasterlocke en Pixabay.

El relevo generacional no es solo un problema de Uruguay.

El relevo generacional no es solo un problema de Uruguay.

El campo español envejece: los titulares de tierra mayores de 65 años son ya el 41%. El gran reto del campo es el relevo generacional, para resolverlo es necesario facilitar el acceso a la tierra.

Montevideo | EFE Agro | Todo El Campo | El 41% de los titulares de explotaciones agrarias en España son mayores de 65 años, frente al 31% que suponían hace un año, según los datos publicados por la empresa de indexación y mercado de fincas rústica Cocampo en su informe Estructura del suelo Rústico en España 2023. (N de R. Se entiendo por finca rustica los establecimientos dedicados a la explotación agraria, pecuaria o forestal).

El 25% de los propietarios de fincas agrarias en España tiene entre 55 y 64 años y solo el 4,07% de los agricultores tienen menos de 35 años, según el documento.

Este envejecimiento de los propietarios está disparando el número de transmisiones de fincas rústicas, que alcanzaron las 437.355 operaciones en 2022 y que, según el análisis de Cocampo están provocando una polarización en la dimensión de las fincas: se incrementa el número de aquellas con más de 100 hectáreas (+7,69%) y de las menores a 1 hectáreas (+44,45%).

De las 437.382 transmisiones de fincas rústicas que se completaron el año pasado (1% menos que el año anterior, pero considerablemente superior a la de años anteriores), las transmisiones incluyen 175.771 herencias (-1,86%) y 156.925 compraventas (-0,99%).

El documento también destaca que en España existen 94.096 hectáreas clasificadas como abandonadas y 2,2 millones de hectáreas sin aprovechamiento, sobre todo en Galicia, Asturias y Cantabria, cuya superficie sin aprovechamiento es del 35,40%, 20,90% y 16,50% respectivamente.

“Los minifundios, la fragmentación del suelo por los procesos de sucesión por herencia y la desconexión ciudad-campo, favorecen esta ineficiencia e incrementa el riesgo de fenómenos indeseados como los incendios. Por el contrario, la explotación de los créditos de CO2 o de la biomasa, por ejemplo, suponen nuevas oportunidades para estas tierras”, a juicio de los especialistas de Cocampo.

El precio medio de la tierra para uso agrario en España ha aumentado en 56 euros por hectáreas, desde los 10.124 euros por hectáreas de 2020, hasta los 10.180 euros por hectárea en 2021.

El precio medio de cultivo más alto corresponde al invernadero con 216.085 euros por hectáreas, mientras que el más bajo pertenece a los aprovechamientos con 4.524 euros por hectáreas, importes medios que, según Cocampo “no reflejan las grandes discrepancias que existen entre fincas como consecuencia, principalmente, del acceso al agua y de la distancia a los grandes núcleos urbanos”.

El total de suelo arrendado es del 37,42% de los 23,9 millones de hectáreas de Superficie Agraria Útil (SAU) en España, algo que Cocampo explica por “la profesionalización del campo, el uso de nuevas tecnologías y la búsqueda de economías de escala promueven la figura del operador especialista y el incremento de los arrendamientos”.

“Como consecuencia deseable, un mercado potente de arrendamientos favorecerá el acceso a la tierra para jóvenes y nuevos agricultores”, señala esta empresa.

LA ENTRADA DE LOS FONDOS DE INVERSIÓN.

El 93,8% de los titulares de explotaciones son personas físicas y el 6,2% restante personas jurídicas.

Computan entre las personas jurídicas las cooperativas y entidades públicas.

“Los fondos de inversión, grandes empresas y gestores de patrimonios familiares están invirtiendo en el campo español, pero las cifras muestran que la estructura de propiedad se mantiene hasta el momento inalterada”, concluyen los especialistas en venta de fincas de Cocampo.

No obstante, el documento incluye un análisis a nivel internacional realizado por la firma Valoral Advisors sobre la inversión en el sector que señala que “en los últimos diecisiete años, el número de fondos de inversión especializados en agricultura y alimentación se ha multiplicado por más de veinte veces”.

En la actualidad, según este mismo análisis, han entrado casi 900 fondos con activos bajo gestión que rondan los 140.000 millones de dólares (casi 132.000 millones de euros).

Cocampo considera que el gran reto del campo es el relevo generacional y que para resolverlo es necesario facilitar el acceso a la tierra.

A juicio del fundador de Cocampo, Regino Coca, “para conservar la estructura de propiedad tradicional de pequeños y medianos agricultores, así como para facilitar el acceso al sector de los jóvenes, sería fundamental que las cooperativas incrementen sus capacidades, ofreciendo a sus partícipes la tecnología y los medios necesarios para disfrutar de las mismas economías de escala que los grandes terratenientes”.

Fuente:  – EFEAgro

Pin It on Pinterest