Febrero llegaría con precipitaciones en volúmenes superiores a lo normal para ese mes.

Febrero llegaría con precipitaciones en volúmenes superiores a lo normal para ese mes.

Si la oscilación antártica entra en una fase de índice negativo, eso significa que es probable que esa situación dure varias semanas.

Montevideo | Todo El Campo | El técnico meteorólogo Gabriel Labrador dijo, sobre las posibilidades de precipitaciones en los próximos días, que “en febrero podríamos tener lluvias dentro de lo normal o por encima de lo normal”, y fundamentó su afirmación explicando que la situación actual lleva 3 años consecutivos de lluvias inferiores a lo normal, principalmente por efecto de La Niña que es la fase fría del fenómeno ENOS (El Niño Oscilación del Sur).

Agregó que “La Niña es un evento a escala casi planetaria en el cual las temperaturas de la superficie del mar en el océano Pacífico central y frente a las costas sudamericanas en la región intertropical, están por debajo de lo normal. Esa anomalía de temperaturas en la superficie del mar provoca alteraciones en la circulación general atmosférica y las grandes corrientes de aire que operan en América del Sur. Cuando se da La Niña, lo que se altera es el flujo de calor y humedad, desde la Amazonia y el Pantanal hacia la cuenca del Plata, reduciéndose sensiblemente el aporte de humedad y vapor de agua, es por eso que se producen menos nubes y menos lluvias”, agregó, en declaraciones a La Mañana.

El técnico precisó que La Niña no es la única forzante que afecta a Uruguay. Hay otra “muy importante” que es “la oscilación antártica o Modo Anular del Sur”, la cual refiere “básicamente, a la cantidad de ondas que circulan alrededor del continente antártico, y a la expansión o contracción del anticiclón permanente del continente antártico”. Si “el cinturón de bajas presiones que rodea el continente antártico está contraído hacia el centro del continente, se reduce la cantidad de frentes fríos que llegan a latitudes medias de América del Sur; pero cuando hay una expansión los frentes tienden a llegar a latitudes medias, incluso subtropicales”.

Si la oscilación antártica es positiva, “el cinturón de bajas presiones está contraído contra el continente y eso reduce la cantidad de área de inestabilidad que cruza la cuenca del Plata”, pero “si la oscilación antártica es negativa, aumenta la cantidad de ondas inestables en la región”.

Por tanto, “cuando se quiere hacer una prognosis a medio y largo plazo, tenemos que tener en cuenta lo que pasa con El Niño y La Niña, pero también hay que analizar la oscilación antártica”. El problema es que “el fenómeno ENOS puede ser pronosticable a largo plazo y con varios meses”, pero la oscilación antártica “tiene una dinámica mucho más rápida y variable, lo que solo permite la predicción en períodos muy cortos, de 10 a 15 días”.

Ahora “la oscilación antártica comenzó a tener una tendencia hacia índices negativos, significa que va a expandirse el cinturón de bajas presiones y es probable que más frentes fríos puedan llegan a latitudes medias, esto quiere decir que aumenta la posibilidad de tener eventos de inestabilidad atmosférica en la región, desde fines de enero y especialmente para los primeros días de febrero”. Asimismo, “La Niña comenzó un declive y una lenta evolución de la fase neutra de ENOS”.

Labrador subrayó que “en estos momentos las principales forzantes climáticas en latitudes medias y altas de América del Sur -La Niña y la oscilación antártica-, están confluyendo hacia un probable cambio del régimen pluviométrico a partir de febrero”.

LLUVIAS DE FEBRERO SERÍAN MAYORES A LO NORMAL.

Por tanto, “es probable” que las lluvias de febrero sean en “valores normales o por encima de lo normal, dependiendo de qué tan rápido evolucione La Niña hacia la fase neutra y la oscilación antártica hacia valores de índice negativo”.

Hay dos modelos meteorológicos que muestran concordancia en ese sentido: el NOAA (Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica) y NCAR (Centro Nacional de Investigación Atmosférica), ambos de Estados Unidos. Por tanto “en febrero podríamos tener lluvias dentro de lo normal o por encima de lo normal”, subrayó.

LLUVIAS ALEATORIAS, NO HOMOGÉNEAS.

El técnico advirtió que las precipitaciones “se puede dar de forma aleatoria, con una distribución espacial no homogénea e incluso una distribución de valores de precipitación muy heterogénea. De todas forma el cambio de febrero es positivo”.

Las últimas lluvias dificultaron las cosechas.

Las últimas lluvias dificultaron las cosechas.

La cosecha de soja empezó tímidamente hace dos semanas, y en mayo se realizará más fuertemente sobre las siembras de noviembre tardío.

Las lluvias de las últimas horas han generado, en términos generales, algunas complicaciones en las cosechas, dijo el Ing. Ignacio Russi de la Unión Rural de Flores. A la fecha había “pocos cultivos totalmente prontos, pero la semana pasada comenzaron las trillas a buen ritmo y el grueso se dará la semana próxima”, comentó.

Otro tema es la siembra de los cultivos de inverno, “estas lluvias sirven para hacer emerger todo lo que es maleza y hay que empezar a controlarlas”.

A su vez, dijo que se ha dado “alguna siembra temprana, pero el fuerte será en mayo con colza, cebada y algo de trigo”.

“La cosecha de soja empezó tímidamente hace dos semanas, y en mayo se realizará más fuertemente sobre las siembras de noviembre tardío”.

Russi explicó las “recomendaciones técnicas en los años Niña es alargar los ciclos de la soja y retrasar las simbras, para zafar de lo que pasó este año que no llovió hasta el 15 de enero. Sabemos sí que la evopotranspiración máxima es en diciembre y en enero, y que es menor en noviembre y en febrero, entonces queremos poner el período crítico de los cultivos en febrero, y lo mismo pasa con el maíz tardío”, señaló.

Por tanto “sistemáticamente estamos alargando ciclos en la zona centro y no nos apuramos a sembrar porque sabemos que si el período crítico cae en enero tenemos altas chances de no tener agua”. En este caso “el atraso es provocado” por el manejo de los cultivos.

ESPERAR TRES DÍAS PARA INGRESAR A LAS CHACRAS.

Si no vuelve a llover correspondería esperar para ingresar a las chacras, con lo cual se generaría un retraso de 3 días en las cosechas.

Pero si el productor tiene urgencia de levantar la soja “capaz que se tira a cosecharla con un poco de humedad, en general eso no pasa porque aún estamos muy bien en las fechas para la siembra que viene. Entonces la prioridad es levantar el grano pero no romper las chacras”. Si eso llegara a suceder implica una inversión de “bastantes dólares por hectárea”.

RIEGO.

En otro orden Russi señaló que la soja con riego podría llegar a los 6.000 kilos por hectárea, y enfatizó que “el potencial genético está por arriba de ese volumen”.

Consultado por qué entonces no hay mayor riego, opinó que el invertir en riego “ata” al productor “a la agricultura”, cuando en muchas zonas del país se da “la rotación agrícola ganadera”.

Hoy “pagar riego con carne puede ser beneficioso, pero en realdad hay que hacer mucho cultivo, mucha producción y es mucha plata por muchos años” para amortizar la inversión. Pero además se necesita una “agricultura rentable y a los precios de hoy” que está en los US$ 600.

A su vez aclaró que “no siempre” bajo riego se logran rendimientos de 6.000 kilos, porque regar, significa “corregir la limitante del agua pero van a aparecer otras” como la de los nutrientes, el suelo, etc.

Foto de Ruralnet.

ENTREVISTA COMPLETA.

Pin It on Pinterest