Es el país que más contamina en el mundo, superando por varios puntos a Estados Unidos que está en segundo lugar. Pero por la necesidad de conseguir y mantener inversiones, hay un cambio de paradigma que no se puede ignorar.
Hébert Dell’Onte Larrosa | Montevideo | Todo El Campo | En 2023 China vivió el año más caluroso del que se posee registros, según información científica oficial difundida en enero de 2024. Cabe agregar que medido planetariamente, el año pasado fue el más caluroso, con olas de calor que resultaron fatales para personas y animales por las temperaturas récord que se alcanzaron, además del calor oceánico sin precedentes.
Por otra parte, China es el país que más contamina en el mundo, y existe la idea de que poco le interesa el cuidado medioambiental.
Anualmente, todos los países del mundo liberan a la atmósfera casi 40 millones de toneladas de CO2, el principal impulsor del cambio climático. La mayoría de ese contaminante se genera en los combustibles fósiles, la energía no renovable y actividades contaminantes. Pero no todos los países tienen la misma responsabilidad.
En 2020 la Organización Meteorológica Mundial (OMM) informó que China genera el 31% de todas las emisiones globales, el segundo es Estados Unidos (14%), tercero India (responsable del 7%), y cuarto Rusia (casi 5%).
Actualmente, y como consecuencia del cambio climático, China está sufriendo ahora inundaciones masivas en Cantón. Las autoridades declararon alerta máxima por subas del registro del nivel del agua a niveles máximos. Cantón es la provincia más poblada de China y está ubicada al sur del país limitando con Hong Kong y Macao.
CHINA VERDE Y AMBIENTALMENTE RESPONSABLE.
Pero eso está comenzando a cambiar. Un informe de PwC asegura que ese “China quiere producir con criterios más sostenibles para acercarse a Europa y no perder inversiones extranjeras”. La razón es simple y universal: “La sostenibilidad es uno de los grandes desafíos del mundo de los negocios. La creciente importancia de los criterios medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG, por sus siglas en inglés) obliga a las empresas a reconsiderar sus estrategias. Esta corriente en favor de la producción sostenible empieza a llegar hasta el gigante asiático de China, en otros tiempos tan opuesto a controlar cómo elaboraba bienes y servicios”.
PwC aseguró que son “muchas las empresas” que están volviendo a Europa por la “ventaja europea” en materia ambiental. China quiere frenar esa corrida.
Con ese objetivo, el país quiere seguir siendo líder en paneles solares y vehículos eléctricos. En 2023 produjo más vehículos eléctricos que cualquier otro país en el mundo, e instaló más paneles solares.
En materia alimenticia, se están promoviendo la producción de leche a pasto y aumentan los productos orgánicos certificados, según informan medios internacionales. El dato no es menor.
El mundo ya tomó nota de ese cambio en el país asiático. La Unión Europea y Estados Unidos observan con desconfianza por cómo puede afectar sus economías y temen una competencia desleal en un sector tan sensible como las energías y la producción limpias.
La norma N° 1.115 la Unión Europea es una forma de aplicar barreras comerciales a los productos agrícolas.
Asunción, Paraguay | UGP | Todo El Campo | En el marco de la 13° Conferencia Ministerial de la Organización Mundial del Comercio (OMC), 60 países, encabezados por Paraguay, presentaron un manifiesto que recuerda la necesidad de ampliar los accesos a mercados y de reducir posibles distorsiones en relación al comercio agrícola, así como las medidas ambientales unilaterales.
El ingeniero Santiago Bertoni, exministro de Agricultura y Ganadería paraguayo, se refirió al respecto y explicó que la norma N° 1.115 de la Unión Europea se trata de una forma de aplicar barreras comerciales a los productos agrícolas, y que la demanda paraguaya será analizada en un panel del organismo que es como se llama a los juicios de la OMC para ver quién tiene la razón.
“Tiene como eje temas de deforestación, pero trata 11 condicionantes más que ponen toda la carga sobre el sector privado. Principalmente es difícil segregar la producción porque la logística, la infraestructura no está diseñada para eso, y eso no está diseñado en Paraguay y tampoco en países como Estados Unidos con quienes ya hemos tenido también entrevistas para ver cómo van a manejar esta normativa”, expresó a Agropecuaria y Negocios.
DESAFÍOS LOCALES.
Bertoni explica que algunos de los principales desafíos residen en que muchos productores agropecuarios tienen dificultades con el título de sus propiedades, situación que podrían quizá salvar porque no son ocupantes ilegales, tienen alguna autorización, derecho o documento previo al título emitido por el Instituto Nacional de Desarrollo Rural y de la Tierra (Indert), pero son procesos.
Por otro lado, la norma también pide el polígono de donde se produjo ese producto que va a ser introducido a la UE. Lo que también es una dificultad. Además, por ejemplo en el caso de la soja, aquella que sí tenga el documento de diligencia debida, tiene que ir separada de la soja que por algún motivo no pueda cumplir con todos éstos documentos, entonces eso crea un problema, porque no existe la logística ni infraestructura.
Para Paraguay, que es un país sin litoral marítimo, la producción tiene que mezclarse con los vecinos que sí tienen litoral para poder exportar.
Referente a la visita del comisario europeo de Medio Ambiente, Virginijus Sinkevičius, manifestó que es una oportunidad para conocer datos importantes para combatir el desconocimiento en relación al trabajo que realiza Paraguay.
Artículo de UGP, la Unión de Gremios de la Producción.
La ministra Arbeleche participo de la Asamblea del BID, donde Uruguay reafirmó el compromiso ambiental en su política económica.
Montevideo | Todo El Campo | La ministra de Economía y Finanzas, Azucena Arbeleche, participó del panel “Impulsando la innovación financiera para enfrentar el cambio climático”, durante la 64ª Asamblea Anual del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). En esa instancia, destacó el impulso determinado por Uruguay para crear instrumentos financieros concretos que premien o castiguen el cumplimiento de metas ambientales definidas en el Acuerdo de París.
Junto con Arbeleche, participaron los ministros de Economía de Paraguay y Ecuador, Carlos Fernández y Juan Carlos Vega, respectivamente, y la directora jefa de la División del Sector Financiero de BID Invest, Marisela Alvarenga.
La ministra uruguaya destacó el compromiso del Gobierno uruguayo con el cuidado del ambiente y su internalización en la política económica. “Si como responsable de la política económica uno quiere más crecimiento y más empleo para su país, no tiene otra opción que incorporar lo ambiental en lo económico”, aseguró.
Durante el ejercicio de la presidencia del Comité de Desarrollo del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional, Uruguay promovió el desarrollo de instrumentos financieros concretos para enfrentar el cambio climático, explicó. Los organismos ofrecen incentivos a aquellos países que establecen medidas concretas para el cumplimiento de determinadas metas.
Respecto a las acciones en Uruguay, recordó que en 2022 emitió un bono indexado a indicadores de sostenibilidad y cambio climático. Se seleccionaron dos indicadores de compromisos alcanzados en el Acuerdo de París vinculados a la reducción de gases de efecto invernadero y la conservación de los bosques nativos. En caso de cumplir con las metas, el país es premiado con una reducción en la tasa de interés, explicó.
La emisión de este bono evidencia el compromiso del Gobierno con el cuidado ambiental. La incorporación de estos indicadores en el instrumento permite que sean vinculantes, es decir, que haya una consecuencia financiera concreta por cumplirlos o no, enfatizó. Además, destacó el apoyo del BID y de Naciones Unidas para su elaboración.
Asimismo, informó que Uruguay participará de la implementación piloto del programa BID Clima, una nueva herramienta de financiamiento que recompensa a los países por alcanzar objetivos ambientales. En este caso, se premia el cumplimiento con una subvención del 5% del principal del préstamo. “Estamos preparados y listos para poder avanzar con este instrumento con el BID”, aseguró. (Información de Presidencia | Foto de portada de archivo).
“Las tendencias actuales en agricultura, en investigación y política agrícola son intentar reducir los daños, y todos los agricultores y ganaderos están de acuerdo”.
Montevideo | Todo El Campo | Ernesto Igartua es biólogo, mejorador genético de cultivos, investigador y experto en mejora genética vegetal, además de investigador del Concejo Superior de Investigación Científica (CSIC) de España, y como tal ha advertido sobre “no reducir demasiado la producción agraria”, porque “de eso ya se ocupa el cambio climático”, en alusión a las pérdidas que el agro español tuvo por la fuerte sequía de los últimos meses.
Agregó que se debe trabajar por la “producción de alimentos integrada” al medio ambiente “y no en contra de él”, cuidando que no se caiga en una excesiva reducción de rendimientos, porque “hay que garantizar la sostenibilidad agraria a largo plazo”.
En una entrevista concedida al diario español El Economista, Igartua se refirió a la importancia del suelo y la necesidad de que lo cuidamos, y lamentó que “hasta ahora no nos hayamos ocupado de él”. Lo que ocurre con las plantas debajo de la tierra es muy importante: “Pero también ahora se estudia la microbiota, todo el conjunto de microorganismos del suelo, porque tiene una importancia capital en la adquisición de nutrientes y la sanidad vegetal”. Por otra parte, “aproximadamente una cuarta parte del carbono que fijan las plantas no se queda en los tallos y en las hojas, sino que va al suelo a través de la raíz. Para la planta es muy importante suministrar ‘gasolina’ a todo el ecosistema que está ahí abajo porque le da mucho”.
“Las tendencias actuales en agricultura, en investigación y política agrícola son intentar reducir los daños, y todos los agricultores y ganaderos están de acuerdo. Hay que seguir produciendo alimentos pero de una manera integrada en el medio ambiente y no en contra de él”, añadió más adelante y subrayó: “Hay formas de hacer una mejor agricultura, incluso más productiva, utilizando mecanismos del medio ambiente a nuestro favor. Y ahí entra con gran fuerza toda la cuestión del suelo”.
En otro pasaje se refirió a la agricultura intensiva y la agricultura regenerativa.
Sobre el final celebró que la Unión Europea autorice la edición genética: “¡Por fin!”, exclamó. Agregó que “la edición génica es un instrumento magnifico para conseguir cultivos que ayuden a una agricultura sostenible, más saludable y a la producción de alimentos nutricionalmente mejores. Son todo ventajas”.
La siguiente es la entrevista completa, del periodista Rafael Daniel (*) en El Economista.
ERNESTO IGARTUA (CSIC): «HAY QUE TENER CUIDADO EN NO REDUCIR DEMASIADO LA PRODUCCIÓN AGRARIA, DE ESO YA SE OCUPA EL CAMBIO CLIMÁTICO».
¿EL SUELO HA SIDO EL GRAN OLVIDADO EN LA AGRICULTURA?
IGARTUA: Si durante muchos años lo ha sido. De hecho, en mi disciplina, que es la genética de cultivos, se le suele llamar la ‘mitad oculta’. Más o menos, la mitad de la planta está bajo el nivel del suelo. Está haciendo algo muy importante y, sin embargo, hasta ahora nos hemos ocupado sobre todo de la parte que se ve, que también es muy importante. Cuando han ido mejorando las técnicas de investigación, la capacidad de saber lo que está ocurriendo en el suelo, de ver y explorar lo que hacen las raíces, la vida de los microorganismos y hongos, que no están ahí simplemente viviendo sino que se integran con las plantas en un ecosistema que influye sobre la producción de los cultivos, se está volcando mucho más trabajo, que hacía mucha falta.
¿QUÉ HAY Y QUE OCURRE AHÍ ABAJO?
IGARTUA: Eso es lo que estamos investigando. No quiero dejar de decir que todo surgió porque hay verdadera preocupación por los problemas de la erosión, que con las prácticas agrícolas tradicionales se está llevando muchísima cantidad de suelo, un recurso muy lento de reponer, no renovable, al menos a la escala que nos interesa y cuya pérdida es una amenaza para nuestro sustento. Pero también ahora se estudia la microbiota, todo el conjunto de microorganismos del suelo, porque tiene una importancia capital en la adquisición de nutrientes y la sanidad vegetal. Aproximadamente una cuarta parte del carbono que fijan las plantas no se queda en los tallos y en las hojas, sino que va al suelo a través de la raíz. Para la planta es muy importante suministrar ‘gasolina’ a todo el ecosistema que está ahí abajo porque le da mucho. Están todos los hongos, metros y metros de raíces y radículas cubiertas de microrrizas que están interactuando con la planta continuamente y muchas son beneficiosas para ella. Hay un paralelismo grande con el intestino humano. Hay que tener una microbiota sana para que estemos sanos. Con las plantas pasa lo mismo, el intestino de la planta está en el suelo y está interactuando con todos esos microorganismos en cuestiones que afectan a la toma de nutrientes y también a la defensa contra patógenos y ahí estamos empezando a rascar la superficie. Hay muchísima investigación, en España también, y particularmente en el CSIC. Ya no se estudia la planta como un ente aislado sino como holobionte -la integración de la planta con todos los organismos de su entorno cercano-. Todas esas nos dan pistas sobre cómo va a producir la planta y cómo va a ser de sostenible el ecosistema.
¿ADEMÁS DE LA EROSIÓN CÓMO IMPACTA MÁS LA AGRICULTURA EN EL SUELO?
IGARTUA: La agricultura supone forzar a los ecosistemas a que nos den el grano o la fruta que queremos y eso tiene un efecto. Uno puede ser la contaminación porque el exceso de fertilizantes hace que pasen a las aguas subterráneas o por las escorrentías a sitios donde no queremos. Por otro lado, los productos agroquímicos tienen efectos no deseados sobre especies a los que no van dirigidos. Ya se conoce a nivel mundial el descenso tan enorme de poblaciones de insectos o aves, mayor en las zonas agrícolas. Las tendencias actuales en agricultura, en investigación y política agrícola son intentar reducir esos daños y todos los agricultores y ganaderos están de acuerdo. Hay que seguir produciendo alimentos pero de una manera integrada en el medio ambiente y no en contra de él. Ha habido una visión un poco simplificada a la hora de producir y cualquier cosa que hubiera alrededor y molestara se intentaba eliminar de la manera más expeditiva. Ahora nos damos cuenta de que no solo se trata de proteger a la naturaleza por una visión digamos naif y ecologista hippie sino que si tú haces daño a la naturaleza, se va a vengar. Hay formas de hacer una mejor agricultura, incluso más productiva, utilizando mecanismos del medio ambiente a nuestro favor. Y ahí entra con gran fuerza toda la cuestión del suelo.
LOS AGRICULTORES SE QUEJAN DEL EXCESO DE MEDIDAS MEDIOAMBIENTALES, ¿ES FÁCIL PARA ELLOS HACER ESA NUEVA AGRICULTURA?
IGARTUA: Hay muchas técnicas a disposición de los agricultores más acordes con el medio ambiente sin disminuir su productividad. Ha habido una investigación enorme sobre la siembra directa, la agroecología, la agricultura de conservación, cultivos de cobertura, cultivos asociados, rotación de cultivos…Hay distintas medidas que ofrecen mejoras en distintos sistemas, aunque es cierto que algunas suponen un gasto, como la maquinaria específica para agricultura de conservación . Desde la investigación publica hay una vocación enorme desde hace muchos años en trabajar en esos ámbitos y muchos agricultores están al corriente de esas técnicas y las usan muy bien.
LA AGRICULTURA INTENSIVA SE ESTÁ DEMONIZANDO. ¿ES COMPATIBLE CON LA AGRICULTURA REGENERATIVA?
IGARTUA: Quiero creer que sí. La agricultura para fijar más carbono; hacer laboreos que preserven el suelo; los cultivos de cobertura; rotaciones con especies que enriquezcan la tierra, fijen nitrógeno y ayuden a controlar las malas hierbas; más márgenes con vegetación autóctona, que haya una fauna de insectos que protejan de las plagas… Ninguna de esas técnicas van en contra de la productividad, de una producción intensiva, aunque hay que gestionarlas con conocimiento. Una cosa que preocupa a los investigadores dedicados a la agricultura es que se reduzcan los rendimientos. En Europa producimos algo más de comida de la que consumimos y podemos permitirnos el lujo de bajar un poquito, pero habría que tener cuidado porque somos mucha gente en el planeta. La agricultura ecológica, tal y como está reglamentada en Europa, conlleva un cierto descenso de la producción a corto plazo. Es muy limpia, libre de agroquímicos, pero cuando se han hecho estimaciones a nivel global si cambias toda la agricultura a ecológica va a ser difícil mantener los rendimientos, aunque nadie está pidiendo eso. Tiene que haber un equilibrio para asegurar la sostenibilidad agraria a largo plazo, que es lo que nos tiene que preocupar de verdad. Hay que tener cuidado en no reducir de forma excesiva los rendimientos, de eso ya se ocupa el cambio climático.
USTED ES UN GRAN ESPECIALISTA EN LA INVESTIGACIÓN DE VARIEDADES DEL CEREAL. ¿QUÉ HA SUPUESTO PARA LA AGRICULTURA?
IGARTUA: En los últimos 60 años los rendimientos de cultivos como el trigo o el maíz se han duplicado. La mitad de ese avance es debido a mejoras agronómicas y la otra mitad a mejoras genéticas. La importancia de las nuevas variedades ha sido capital. En cereales entraron las variedades enanas de trigo que aprovechaban muy bien altos niveles de fertilización, sin encamarse, se favorecieron altos índices de cosecha -porcentaje del peso de la planta que es grano- y se pasó de un 30-35% a valores cercanos al 50%, se favoreció las densidades más intensivas, que en maíz fue una revolución. Las hojas son ahora paneles solares perfeccionados para que intercepten un máximo de radiación permitiendo una agricultura superintensiva. También hay un reconocimiento general de que es difícil continuar con ese estilo de variedades sin cambiarlas un poco. Se está intentando producir variedades que sean más eficientes en el uso del nitrógeno.
¿QUÉ LE PARECE QUE LA UE VAYA A AUTORIZAR LA EDICIÓN GENÉTICA?
IGARTUA: El 99,9% de los investigadores decimos que ¡por fin! La edición génica es un instrumento magnifico para conseguir cultivos que ayuden a una agricultura sostenible, más saludable y a la producción de alimentos nutricionalmente mejores… Son todo ventajas. En plantas tenemos la ventaja de que produces un organismo por edición génica y puedes volver a cruzarlo con el original las veces que haga falta para dejar el genoma original de la planta madre y solo la parte editada genéticamente de la mutada. Es una mutación dirigida absolutamente indistinguible de todas las que ocurren de forma natural. Teníamos además el peligro de que ya se está haciendo en el resto del mundo y no va a haber nadie capaz de distinguirlas.
La investigación es particularmente valedera en momento en los que desde diferentes lugares crece el discurso y las políticas tendientes a reducir la ganadería a su mínima expresión.
Montevideo | Todo El Campo | El pastoreo es clave para la ganadería, en Uruguay se practica y con muy buenos resultados frente a otros sistemas que seguramente también son muy buenos produciendo carne, pero ya no lo son tanto en cuanto a la salud de los suelos.
Un artículo publicado en The Royal Society afirma que “el cese del pastoreo provoca la pérdida de biodiversidad y la homogeneización de las redes tróficas del suelo”, o sea de las cadenas alimentarias naturales.
Un grupo de investigadores de Países Bajos, Dinamarca, Reino Unido, entre otros, analizó si el cese del pastoreo afecta la diversidad local de las redes tróficas subterráneas.
Por un lado se pudo mostrar “que el cese del pastoreo conduce a una fuerte disminución de la diversidad de la mayoría de los grupos de microbios y fauna del suelo, particularmente de taxones relativamente raros”; y por el otro, la diversidad “varió entre los grupos de organismos del suelo”.
“Si bien la mayoría de las comunidades microbianas del suelo exhibieron una mayor homogeneización después del cese del pastoreo” se pudo observar “una disminución de la homogeneización de la fauna del suelo después del cese del pastoreo. En general, los resultados indican que la exclusión de los herbívoros domesticados de los pastizales montanos históricamente pastoreados tiene consecuencias negativas de gran alcance para la diversidad de las redes tróficas subterráneas”.
Lo anterior subraya “la importancia de los herbívoros para mantener la diversidad de las comunidades subterráneas, que desempeñan un papel central en el funcionamiento de los ecosistemas.
La investigación es particularmente valedera en momento en los que desde diferentes lugares crece el discurso y las políticas tendientes a reducir la ganadería a su mínima expresión.
En el artículo comentado se señala en la introducción que “el cese del pastoreo es una característica común del paisaje europeo y se espera que aumente considerablementedurante la próxima década”, especialmente en algunas zonas o áreas determinadas.
Esa nueva tendencia de un progresivo menor pastoreo contradice el comportamiento europeo desde hace siglos.
“Los pastizales seminaturales ampliamente gestionados están muy extendidos por toda Europa, a menudo pastoreados desde la época romana o incluso prerromana, y sustentan un componente importante de la biodiversidad regional, que ofrece múltiples funciones y servicios ecosistémicos. Esto ha dado lugar a ecosistemas de pastizales con vegetación espacialmente heterogénea”.
Ahora y “sobre la base de estudios centrados en las plantas, existe una preocupación generalizada de que el cese del pastoreo en estos ecosistemas esté causando una homogeneización biótica debido a la pérdida de especies especializadas raras y un aumento de los generalistas comunes, así como a la disminución general de la biodiversidad vegetal”.
“Además, es probable que la homogeneización biótica y la pérdida de biodiversidad asociada como resultado de la exclusión de los herbívoros afecten el funcionamiento de los ecosistemas”, expresa el artículo.
Más adelante subraya: “Cada vez hay más pruebas de que el cese del pastoreo de ganado influye en estos diferentes atributos de la homogeneización biótica de las comunidades aéreas, incluidas las plantas y los insectos, pero se sabe mucho menos sobre los efectos de los organismos subterráneos en las comunidades”.
Esa vida localizada en el suelo, no tan conocida por los humanos y de rica biodiversidad “regula una serie de funciones y servicios ecosistémicos clave, por ejemplo, la descomposición de la materia orgánica, la disponibilidad de nutrientes de las plantas, la lixiviación de nutrientes y la estabilidad estructural del suelo”.
Por lo anterior, es evidente que hay una “clara necesidad de comprender mejor el impacto a largo plazo del cese del pastoreo en la composición y diversidad de las comunidades subterráneas”.
Los autores del artículo publicado en The Royal Society: investigadores: Maarten Schrama, Casper W. Quist, G. Arjen de Groot, Ellen Cieraad, Deborah Ashworth, Ivo Laros, Lars Hestbjerg Hansen, Jonathan Leff, Noah Fierer y Richard D. Bardgett.