Reflexiones de la gira Merino Australiano.

Reflexiones de la gira Merino Australiano.

Crónica detallada de la gira de la destacada raza ovina, que incluyó varias activades en el establecimiento La Magdalena, como charlas de salón, revisación de animales y actividades prácticas.

Ing. Agr. José Francisco Ramos | Todo El Campo | Después de dos postergaciones por pronósticos de lluvias, la gira anual de la Sociedad de Criadores de Merino Australiano del Uruguay con el apoyo del Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL), se desarrolló entre los días 3 y 4 de junio, en el departamento de Salto.

El primer día la actividad se concentró en el establecimiento La Magdalena de Los Tordos S. A., de la familia Otegui, en la zona de Colonia Itapebí. La visita a La Magdalena congregó más de 200 personas, entre productores, cabañeros, técnicos, estudiantes, referentes de la industria lanera y representantes de firmas comerciales, que desafiaron la niebla y se hicieron presentes en el establecimiento ubicado 70 km al este de la ciudad de Salto. En campos con predominio de suelos de basalto profundo, donde el índice Coneat promedio es de 125, la producción ovina comercial y de cabaña con Merino Australiano convive con la agricultura, con foco en arroz con destino a industria y semilla y cultivos de soja y maíz en base a riego, entre otros, y con la ganadería vacuna, con rodeos comerciales y planteles de varias razas (Hereford, Angus, Braford y Brangus) y engorde a corral.

Diego Otegui, principal de la firma, hizo un repaso de la historia de La Magdalena en las últimas tres décadas, relató el crecimiento y desarrollo de la raza Merino Australiano en la empresa desde 1991 y destacó especialmente el rol de todo el equipo de trabajo a cargo de los ovinos. La gira de campo incluyó varias paradas donde se examinaron la majada de cría adulta, las borregas 2 dientes generación 2023 encarneradas, las corderas generación 2024 y los borregos generación 2023.

En el caso de las categorías solteras y hembras de primera cría, se hizo particular hincapié en la importancia de la recría, un proceso que en general, en los sistemas ganaderos del norte del país, es poco priorizado. El Ing. Agr. Alejandro Stirling y Richard Goncalvez, integrantes de la firma, comentaron la importancia de alcanzar 40 kg como peso mínimo individual al servicio para las borregas de dos dientes (18 meses de edad), de modo de asegurar un buen desempeño reproductivo y no comprometer su vida productiva futura. Las corderas generales, nacidas en primavera de 2024, que se observaron en el campo, están pesando actualmente 24 kg en promedio, mientras que las borregas dos dientes encarneradas, nacidas en primavera de 2023, 42 kg promedio, con lana entre 15 y 17 micras según OFDA del segundo vellón.

Otra de las grandes áreas de mejora para los sistemas de producción ovina del basalto lo constituye la sobrevivencia de corderos. En La Magdalena, ante la inquietud por lograr mejores cosechas de corderos tanto en la majada comercial como en el plantel, desde 2015 se vienen utilizando distintos sistemas de parideras o refugios, que son en definitiva espacios controlados que ofrecen abrigo, y a la vez permiten una atención intensiva a las ovejas melliceras luego del parto. La utilización de esta herramienta junto con todo el paquete tecnológico tendiente a maximizar la cantidad de corderos señalados y destetados por oveja destinada a la reproducción (servicios de fin de verano -otoño, pariciones de fin de invierno- inicios de primavera, lactancia en primavera, uso de ecografía, esquila preparto, monitoreo de la condición corporal, loteo por fecha probable de parto, suplementación preparto, manejo sanitario ajustado), ha generado estabilidad en los registros de señalada en torno al 130%. Respecto al uso de las parideras o abrigos en general, se destacó la importancia de la capacitación del personal a cargo y el gusto por una tarea que requiere paciencia y esmero.

En la segunda parada de la gira de campo se observó, por un lado, un lote 1.500 ovejas de cría de la majada general, con 17,1 micras promedio y 54 kg de peso promedio. Por otro lado, completando el recorrido por todas las categorías del stock ovino, se examinó un lote de 500 borregos dos dientes, nacidos en primavera de 2023, pesando 41 kg promedio con lana de 18,1 micras promedio según OFDA del segundo vellón. Al igual que muchos sistemas de producción donde se utiliza la raza Merino Australiano, en La Magdalena los machos de la majada general se venden luego de la esquila de su segundo vellón con dos años de edad, procurando alcanzar el mayor peso vivo posible sin que resulte en carcasas de más de 25 kg en la industria. Alejandro Stirling manifestó su satisfacción con los avances logrados desde la década del 90, en cuanto a mejoramiento genético y nivel productivo, alcanzando, a su juicio, ovejas con buen tamaño corporal, lisas, libres de lana en la cara, con diámetros muy competitivos, buena cantidad de lana y adecuado desempeño reproductivo.

Luego del almuerzo, por la tarde, el equipo de La Magdalena mostró algunas de las tecnologías que se utilizan para optimizar el trabajo de los ovinos y la toma de registros productivos, insumo fundamental para las evaluaciones genéticas, en el caso del plantel. Se realizaron varias demostraciones: el trabajo de Flock Testing, con muestreo de lana, peso del cuerpo y esquila con peso de vellón, facilitado por la utilización de caravanas electrónicas con chip; uso del OFDA 2000 como herramienta para medir el diámetro promedio de los animales a nivel de campo y uso de arneses con tizas para la detección de celo con capones androgenizados. Además, la utilización de perros de trabajo, motos como vehículos para el desplazamiento del personal y bretes portátiles, constituyeron a lo largo de toda la jornada un ejemplo de un enfoque que busca eficiencia, eficacia y no “pasar trabajo” con los ovinos. A continuación, en las renovadas instalaciones para el trabajo con ovinos, cercanas al casco principal, se revisaron exhaustivamente varias categorías del plantel Merino Australiano, tanto en mochos como en astados. Se presentaron borregas y ovejas, en algunos casos agrupadas por padre o línea de sangre, lo que generó especial interés entre los asistentes. La Magdalena realiza periódicamente importaciones de genética australiana y varios de sus carneros padres se utilizan para las conexiones con otras cabañas en el marco de las Evaluaciones Genéticas Poblacionales. Por el volumen de animales en el plantel la examinación de la progenie de un reproductor, tanto machos como hembras, contribuye junto con los datos objetivos, a tener una idea más o menos cabal, del desempeño de los carneros como padres. En todos los casos los animales contaban con información de Desvíos Esperados en la Progenie (DEPs) provenientes de la Evaluación Genética Poblacional de la raza. Al cierre, en la zona de la cabaña, se observaron, por un lado, algunos machos de la generación 2024 y, por otro lado, los principales carneros padres y los borregos y carneros más destacados de cada generación que se preparan para las exposiciones y se usan como padres del plantel.

La numerosa concurrencia en La Magdalena felicitó el nivel y la presentación de los animales mostrados y destacó particularmente la generosidad de la empresa para compartir experiencias y resultados con nuevas tecnologías en el manejo de los ovinos y la toma de registros. Más allá del interés que despertaban los animales de cabaña, se subrayó la importancia de la majada comercial Merino Australiano en el sistema de producción, con una clara apuesta por la productividad en lana y carne ovina, en un marco general de diversificación de ingresos y complementariedad con otros rubros.

Por encima de las particularidades propias de un establecimiento como La Magdalena y las diferencias que puedan existir con otros sistemas de producción, hay elementos respecto a la organización del trabajo que pueden servir como referencia para cualquier empresa. Por un lado, la figura del empresario que conoce los lineamientos generales del rubro, plantea grandes definiciones y establece los objetivos de producción. Por otro lado, la presencia del equipo técnico, asesores y mandos medios que contribuyen a la definición de esos objetivos, a la construcción de un calendario de trabajo y a la decisión respecto de las tecnologías a utilizar. Por último, el personal de campo, motivado y comprometido, que constituye el brazo ejecutor de las tareas que le han sido asignadas y confiadas.

SEGUNDO DÍA DE LA GIRA MERINO AUSTRALIANO.

En el segundo día de la gira Merino Australiano, con una concurrencia cercana a las 100 personas, se visitó el Centro de Innovación y Capacitación Ovina Mario Azzarini (Cicoma), del Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL), ubicado en la zona de Colonia Lavalleja, 140 km al NE de la ciudad de Salto y 126 km al SW de la ciudad de Artigas. Este campo fue adquirido por SUL en abril de 2015, y cuenta con 623 ha, con índice Coneat promedio de 117, y predominio de suelos de Basalto profundo. Dentro de los principales objetivos del centro se encuentran la validación y transferencia de tecnología en ganadería y la capacitación en áreas relevantes de la explotación pecuaria. En Cicoma funciona un sistema con foco en la producción de lanas finas que ocupa 577 ha, con alta proporción de campo natural (505 ha) y 12,5% del área con pasturas sembradas (47 ha de praderas, 10 ha de verdeos de invierno y 15 ha de mejoramientos extensivos). En este sistema de lanas finas, se utiliza la raza Merino Australiano, con una carga total de 0,71 UG/ha, con casi 3 ovinos por ha y venta de corderos diente de leche/2 dientes o borregos 4 dientes luego de la esquila de su segundo vellón y un sistema de producción vacuna orientado a la recría e invernada. El lote de lana de Cicoma en la zafra 2024 registró 17,1 micras y 81,4% de rendimiento al lavado. En los últimos 5 años el promedio de señalada alcanza 92%, con muy buenos registros de sobrevivencia a la primera esquila (97% promedio), 9 kg de lana por ha y US$ 93/ha de margen bruto. Este resultado de margen bruto, que se calcula como el producto bruto ovino (lana y carne ovina) menos los costos directos (fundamentalmente alimentación, esquila y sanidad), permitiría cubrir, por ejemplo, los costos de arrendamiento promedio para tierras de uso ganadero en el departamento de Salto. Los resultados físicos y económicos de este módulo se apoyan en la aplicación de un paquete tecnológico que incluye: servicios de otoño; uso de carneros con datos de DEPs; ecografía; esquila pre parto con empresa acreditada Grifa Verde y certificación RWS; monitoreo de la condición corporal y eventual suplementación en el pre parto para la majada de cría; utilización de “parideras” para melliceras y únicas que no aceptan el cordero; plan sanitario ajustado con foco en parásitos gastrointestinales, con Lombritest actualizado y control mensual por HPG, y control de afecciones podales; utilización de potrero reservado para el destete de los corderos; loteo y suplementación de corderos con peso inferior a 20 kg al destete; suplementación invernal en la recría de corderas y uso de información de OFDA y peso de vellón para la selección de los reemplazos.

En la mañana, la visita incluyó charlas de salón a cargo de técnicos del SUL. José Ignacio Aguerre, responsable técnico del centro y técnico del SUL en Tacuarembó, realizó una presentación general de Cicoma. José Francisco Ramos, técnico del SUL en Paysandú y Río Negro, hizo una presentación titulada “Una mirada en perspectiva al negocio ovino con Merino Australiano: Años buenos y años malos”. Finalmente, Sergio Fierro, veterinario del SUL referente para la zona norte, brindó una charla titulada “Pietín: puesta a punto y nuevos datos”, donde repasó los fundamentos básicos del Plan de Control y Erradicación de Pietín que promueve la institución y los resultados que se pueden obtener de su aplicación. Además, Fierro compartió los más recientes avances del proyecto “Aportes al diagnóstico del Pietín”, que desarrollan INIA (Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria) y SUL con el apoyo de ANII (Agencia Nacional de Investigación e Innovación) Por otra parte, recogió a través de una encuesta el testimonio de los presentes respecto a la incidencia y severidad de las afecciones podales en sus majadas y las dificultades en la implementación de los programas de control de la enfermedad.

Luego del almuerzo, en la tarde, se revisaron ovejas de cría, carneros y corderos/as de la generación 2024. Matías Orihuela y Gracialda Ferreira, técnicos del SUL en Salto y Artigas respectivamente, profundizaron en distintas estrategias de alimentación y manejo sanitario para mejorar la recría en sistemas ganaderos extensivos del basalto. Al finalizar la jornada, directivos de SUL y de la Sociedad de Criadores de Merino Australiano valoraron positivamente la actividad. Las autoridades de SUL destacaron que la gira anual de Merino Australiano haya decidido visitar Cicoma en el año en el que el centro cumple 10 años de existencia, mientras que desde la Sociedad de Criadores de Merino Australiano se subrayó la participación de la raza como recurso genético en un sistema de producción de lanas finas de alto valor, con el cual muchos productores del norte del país pueden sentirse identificados.

En Salto, el departamento con más ovinos del país, el único que supera el millón de animales según las declaraciones juradas de Dicose, donde los sistemas orientados a la producción de lana fina de alto valor son muy populares, la gira anual de la Sociedad de Criadores de Merino Australiano tuvo una muy buena convocatoria. Debe señalarse que el entusiasmo en este segmento de la producción ovina no es el mejor. Por un lado, incide la realidad del mercado lanero que ofrece precios aceptables para las lanas finas, pero poco satisfactorios o lejanos a las expectativas de los productores y, por otro lado, operan las dificultades que ha habido en estos últimos años en el manejo a nivel predial por los excesos de lluvia con sus contrariedades sanitarias asociadas. Sin embargo, estos sistemas producen la lana que recibe los mejores precios del mercado, con registros recientes de excelentes valores, como en 2022 y 2023. Además, no se pierden el negocio de la carne ovina, puesto que venden en su mayoría borregos después de la esquila de su segundo vellón, cuyo precio es prácticamente igual al que reciben otros productores, de otros sistemas de producción, por corderos pesados (animales al menos un año más jóvenes). De hecho, si pensamos en una definición estricta del término “doble propósito”, entendiendo por esto esquemas productivos que logran ingresos similares por lana y carne ovina, sistemas de producción como los visitados en la gira, con la raza Merino Australiano como recurso genético, constituyen verdaderos “doble propósito”. Existen también algunos sistemas, aún más laneros, donde se venden capones después de la esquila de su tercer vellón, con la dificultad que puede representar no excederse de los pesos máximos de carcasa que requiere la industria. Pero, en definitiva, ya sea por la venta de corderos (poco habitual), borregos, capones u ovejas, son esquemas que pueden y en muchos casos logran, muy buenos ingresos por carne ovina. La retención de categorías solteras para producción de lana, no es la alternativa más eficiente en cuanto a producción de carne ovina se refiere, pero es una opción operativamente muy atractiva, ya que se hace carga ovina y volumen de lana con animales de fácil cuidado, que requieren bajos niveles de intervención y que se terminan en condiciones de campo natural con relativa facilidad.

Los productores suelen inquietarse relativamente más por los precios en lana y carne ovina, que por los niveles de productividad que alcanzan. En aras de priorizar, parece lógico pensar en concentrarse más, en aquellos elementos que determinan el resultado económico de la empresa ovina, que están más al alcance de los productores. Los precios no son uno de ellos. El camino para valorizar los lotes de lana luce claro y los productores lo han interpretado así. La alternativa de ubicarse en segmentos de micronaje cada vez más finos, debería conducir a mayores precios por kg, con la expectativa de grandes diferencias a favor de lotes de lana superfinos (diámetro entre 15,6 y 18,5 micras, según AWEX) y ultrafinos (diámetro menor o igual a 15,5 micras, según AWEX) en escenarios de picos de precios, aunque deben manejarse con cautela los antagonismos que existen con otras características de interés, como peso de vellón, peso del cuerpo y adaptación al ambiente de producción, en términos muy generales. Es claro que la producción de más lana, más fina, de mayor calidad, con certificaciones, es un objetivo sensato y en muchos casos una realidad. Las posibilidades de acceder a los muy buenos precios que hoy presenta el mercado de carne ovina suponen también desafíos para los sistemas de producción con Merino Australiano, donde el peso, la conformación carnicera y los niveles de terminación en los animales de venta son fundamentales. En el caso de la carne ovina, no hay mucho por hacer en cuanto a mejorar el precio por kg, más allá de examinar los momentos del año donde en promedio hay mejores valores y mayor agilidad de colocación. Los principales determinantes de los ingresos por carne ovina en esquemas con Merino Australiano son el desempeño reproductivo, el peso de venta y el grado de terminación de los animales. Esto en muchos casos puede significar mayores niveles de intervención, con algunas de las muchas tecnologías que se difundieron en el marco de esta gira.

Durante toda la gira en este año 2025, se transmitió un mensaje común: la productividad sostiene resultados económicos atractivos en escenarios de precios poco satisfactorios. Si el entusiasmo, el ánimo y los resultados de estos sistemas de producción van a estar únicamente asociados al precio de la lana, serán, por naturaleza, volátiles.

Apuntes y reflexiones de la gira Merilín

Apuntes y reflexiones de la gira Merilín

La mejora de la competitividad del rubro ovino ha sido siempre abordada desde una mirada integral, atendiendo la producción de lana, pero sin desatender la producción de carne ovina u otros aspectos importantes como la adaptación al ambiente.

Ing. Agr. José Francisco Ramos* | Todo El Campo | Los días 13 y 14 de mayo se realizó una nueva edición de la gira anual de la Sociedad de Criadores de Merilín en la que se visitaron dos establecimientos: por un lado, Los Paraísos de Daniel Luzardo, en el este del departamento de Salto, y, por otro lado, La Bicoca de Suc. Néstor Da Silveira, en el este del departamento de Paysandú.

Los Paraísos es un establecimiento ganadero típico de la zona de Sopas (Salto), con predominancia de suelos superficiales de Basalto y 100% campo natural. En ovinos, se utiliza la raza Merilín desde la década del 80, anualmente se encarneran aproximadamente 0,5 oveja por ha y se venden corderos pesados precoces (7 meses de edad) que se engordan al pie de sus madres sobre campo natural y ovejas de descarte. La señalada en los últimos años se ubica en el eje del 100% y el diámetro promedio del lote de lana se ubicó en 25,3 micras en la zafra 2023. El establecimiento encarnera corderas con 7 – 8 meses de edad, compañeras de los corderos que se embarcan, con resultados dispares dependiendo del peso que alcancen al momento del servicio. Los corderos, que se venden en febrero – marzo, se esquilan sin acondicionamiento y la majada de cría se esquila con acondicionamiento grifa verde. Como es habitual en sistemas de cría con producción de lanas medias, con los precios obtenidos en los últimos años por carne ovina y lana, la mayor proporción de los ingresos proviene de la carne ovina. Con los valores obtenidos en el ejercicio 2023/2024, de US$ 3,46 para los corderos vendidos en marzo de 2024 y US$ 2,50 (90/10) para la lana, el aporte relativo en los ingresos del rubro ovino fue 72:28 para carne ovina y lana, respectivamente.

La Bicoca es un establecimiento con una larga historia en la cría de la raza Merilín, también ubicado en una región de ganadería extensiva, típica del norte del país, en el límite entre Paysandú y Tacuarembó, en la zona de Tambores. El campo natural ocupa la totalidad del área del predio. En los últimos años la majada de cría alcanza 1.600 animales entre ovejas y borregas encarneradas, mientras que la carga ovina apenas supera el registro de 1 ovino total por ha. Actualmente en los ovinos se explota un sistema de cría con venta de corderos mamones, pesados precoces y/o pesados y producción de lanas medias – finas con acondicionamiento grifa verde. La señalada promedio se ubica en el eje del 80% y el diámetro promedio del lote de lana registró 23,6 micras en la zafra 2023. En los últimos años, el establecimiento ha explorado distintos esquemas de venta de corderos, desde la venta al destete como cordero mamón, pasando por la venta de corderos pesados precoces utilizando el confinamiento como estrategia para el engorde, hasta la venta del cordero pesado tradicional. Respecto a las diferentes estructuras de majada y momento de venta de los corderos, del análisis de los resultados presentados y de algunas simulaciones presentadas surge que:

–          Si la diferencia de peso entre producir corderos precoces o pesados es mayor a 6 kg, el mejor negocio es producir corderos pesados.

–          Si el proceso de engorde del cordero pesado precoz es bueno y se obtienen corderos en torno a 40 kg, la producción de corderos pesados precoces es el mejor negocio por unidad ganadera ovina. Esta alternativa implicaría que se pueden encarnerar más ovejas y mantener una carga similar, con mejor resultado económico.

Por otra parte, La Bicoca produce aproximadamente 7 kg de lana total por ha de pastoreo ovino, por lo que la valorización del lote de lana a través del afinamiento, aparece como una alternativa muy sensata y atractiva.

Además de la visita a los establecimientos e inspección de animales, hubo charlas de parte de técnicos del SUL. Sergio Fierro abordó los desafíos sanitarios en un año lluvioso y Ana Guillenea disertó respecto a la importancia de elegir carneros genéticamente superiores.

Como es habitual la gira contó con la presencia de cabañeros de la raza, productores comerciales de la zona y estudiantes de escuelas agrarias. Estamos en un año complejo para el rubro ovino y generar convocatorias numerosas es un gran desafío.

La mejora de la competitividad del rubro ovino ha sido siempre abordada desde una mirada integral, atendiendo la producción de lana, pero sin desatender la producción de carne ovina u otros aspectos importantes como la adaptación al ambiente. Sin embargo, desde una perspectiva cultural y económica la contribución de la lana es aún importante y es de interés para los productores valorizar esa fuente de ingreso

En el escenario actual y desde hace ya algunos años, la mayor proporción del ingreso del rubro ovino en sistemas que producen lanas medias – finas y venden corderos pesados, proviene de la carne ovina. Explorar el camino de la carne ovina implica ir por mayores niveles de señalada y pesos de venta. Esto requiere, en general, mayores niveles de intervención y mejoras en el ambiente en que se crían los animales. Las respuestas pueden darse en el corto plazo, pero los esfuerzos deben recrearse todos los años. Por otra parte, la producción de lana más fina constituye una urgencia para sistemas donde hay expectativas de mejores ingresos por concepto lana y no hay voluntad de apostar decididamente por el camino de la carne ovina. Para aquellos sistemas de producción, que han sido conocidos históricamente como “doble propósito”, hoy el mercado, como se anunció desde hace ya muchos años, les pide lana más fina. Las mejoras por selección dentro de una raza, aunque lentas, pueden ser espectaculares cuando se acumulan en el tiempo y se analizan a nivel de población, pero dependen de la variabilidad genética existente. En este caso, Merilín, siendo una raza creada en Uruguay, tiene la dificultad de encontrar fuentes de variación para mejorar y potenciar el proceso de selección genética. A través de las evaluaciones genéticas poblacionales pueden identificarse animales destacados en cuanto a mérito genético para reducción del diámetro, pero si éstos no son usados de forma masiva tal que generen un impacto y lo que es más importante si esa mejora no llega al productor comercial, habrá productores que utilizarán otras opciones genéticas que resulten más eficaces para lograr los objetivos que se plantean. Las razas son herramientas para los sistemas de producción y los productores. Una vez que los productores definen cuál es su esquema productivo y cómo lo estructuran, además de los gustos y preferencias, luego eligen qué recurso genético (sea en forma pura o en cruzamientos) se adapta a las demandas de su sistema de producción. Una correcta elección de la raza o variedad a usar, es decir que se corresponda con las demandas del sistema de producción, puede equivaler a varias generaciones de selección. La oferta de razas a nivel nacional e internacional es muy variada y es natural que haya competencia entre ellas.

Hace casi 100 años, en 1925, en la conferencia pronunciada en el IX Congreso Rural celebrado en Melo sobre el tema “Especies Ovinas” analizando la problemática ovina, las diferentes razas existentes, su adaptabilidad al medio e interpretando las necesidades del país, el Dr. José María Elorza afirmaba: “Creo que se debe ir a la fijación, aunque no resultase más que relativa, de un tipo medio de selección practicada entre mestizos; debemos tratar de crear el ovino uruguayo, dentro de un tipo medio entre las razas para carne y las de lanas finas”.

En 2024, cabe preguntarse, ¿el tipo medio entre las razas para carne y las de lanas medias requiere ajustes?, ¿cuáles son esos ajustes?, ¿qué posibilidades hay de adecuar el Merilín a las urgencias de los tiempos que corren? En términos generales, hoy los sistemas de producción en Uruguay con enfoque “doble propósito” precisan una raza que produzca lana más fina y de mayor calidad (considerando, además del diámetro, por ejemplo, rendimiento al lavado y color), que sea de fácil cuidado, que tenga destacado desempeño reproductivo y adecuados pesos de venta de los animales.

Algunos cabañeros de Merilín perciben la urgencia de los productores comerciales que demandan sus reproductores por contar con genética productora de lana más fina y de mayor calidad, otros consideran que la raza ha hecho suficientes progresos genéticos como para mantenerse vigente como una alternativa atractiva para los sistemas de producción ovina del país, mientras que algunos otros han buscado a través de cruzamientos generar nuevas alternativas genéticas de base Merilín, como el Merilín Plus (50% Merilín, 25% Finnish y 25% Poll Merino).

Conforme pasan los años los productores definen postura y toman decisiones. Cada zafra de reproductores es un reflejo de ello. La solución a los problemas siempre comienza con el reconocimiento de los hechos. Más allá de lo que puedan plantear técnicos e instituciones, al final del día el tomador de decisiones es el productor agropecuario que actúa sopesando múltiples factores, con un enfoque integrado e intuitivo.

(*) El Ing. Agr. José Francisco Ramos, autor del artículo, es técnico del Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL).

¿Ganadería sin ovinos?

¿Ganadería sin ovinos?

El pastoreo conjunto de ovinos y vacunos, además de ser una herramienta de manejo parasitario, conduce a una utilización más eficiente de los recursos forrajeros y así elevar la rentabilidad de la producción ganadera

José Francisco Ramos | Montevideo | SUL | Todo El Campo | En Uruguay, al igual que en los principales países productores de ovinos como Australia y Nueva Zelanda, ha habido una marcada reducción en el stock. Los datos oficiales más recientes reportan que el stock ovino ha alcanzado mínimos históricos con 6,1 millones de animales (Dicose, 2022).

Entre los múltiples factores que contribuyeron a la caída en la población ovina uruguaya pueden citarse: 1) La existencia de otros rubros de producción que se perciben como más rentables y de menor riesgo para los productores, que desplazaron al ovino hacia los suelos más superficiales del país. 2) Desinterés por parte de los productores agropecuarios en general hacia el rubro, aduciendo falta de mano de obra especializada y altos costos, problemas de abigeato y predadores, dificultades sanitarias con parásitos internos y externos, problemas de manejo e infraestructura en esquemas de pastoreo “racional”, volatilidad en el precio de la lana y más recientemente valores muy bajos o imposibilidad de concretar negocios en lanas medias y gruesas e incertidumbre y/o dificultades en la colocación de la carne ovina, entre otros.

Más allá de todos estos problemas y restricciones, hay productores muy entusiasmados, que han obtenido excelentes resultados productivos y económicos en 2022, fundamentalmente a partir de la venta de lana fina de alto valor y/o capitalizando los excelentes precios para la carne ovina que se registraron entre julio, agosto y septiembre (con máximos de US$ 5,059 y US$ 4,395 para corderos y ovejas, respectivamente). Sin embargo, no son pocos los sistemas ganaderos que actualmente no tienen a los ovinos entre sus alternativas productivas. Resulta llamativo, en muchos casos, la ausencia de ovinos en esquemas de ganadería extensiva o semiextensiva, con importante participación del campo natural. En la mayoría de estos esquemas, el consecuente aumento en la carga vacuna, no paga el costo de oportunidad de prescindir de los ovinos.

El campo natural es el principal patrimonio nutricional y fuente de estabilidad para la ganadería de cría y la producción de lana en Uruguay. La oferta de alimento y la capacidad para recuperarse de periodos climáticos adversos convierten al campo natural en un recurso forrajero estratégico. Las principales variables que afectan tanto el desempeño de los animales, así como la producción de forraje sobre el campo natural en orden de importancia son: el número de animales por unidad de superficie (carga animal), la relación lanar/vacuno y los sistemas de pastoreo.

El pastoreo conjunto de ovinos y vacunos, además de ser una herramienta de manejo parasitario, conduce a una utilización más eficiente de los recursos forrajeros y así elevar la rentabilidad de la producción ganadera. Una ventaja adicional de los sistemas mixtos es que al incrementarse la diversidad se reduce la magnitud del riesgo. En tiempos en que la sequía golpea, con mayor o menor severidad, distintas zonas del país, este es un elemento central. En situaciones de déficit hídrico es indudable que los ovinos tienen, frente a los vacunos, una mayor capacidad de sobrevivir y de sostener su productividad ante condiciones limitantes de disponibilidad y valor nutritivo de forraje y de disponibilidad de agua.

Por otra parte, el ovino en pastoreo simple no puede controlar ciertas especies de la comunidad del campo natural, por lo que se produce un endurecimiento progresivo de la pastura. Por su parte, el vacuno en pastoreo simple no puede controlar arbustos, subarbustos y malezas de campo sucio (carqueja, senecios, etc.), por lo que la pastura se ensucia en forma progresiva y presionan a las especies mejores del tapiz por espacio, luz, agua y nutrientes. Las modificaciones ocurridas en la vegetación según la relación lanar/vacuno tienen una incidencia en el desempeño animal tanto desde el punto de vista productivo como sanitario, donde una especie se ve favorecida a expensas de otra en determinada situación, o ambas se complementan en estratos de pastoreo que permiten amortiguar los efectos del clima.

Si alcanzar un registro de 1 ovino por hectárea de campo natural fuera un objetivo para un plan de aumento del stock ovino, en el entendido que mejora el aprovechamiento del recurso y contribuye a aumentar la rentabilidad de las empresas ganaderas, pueden identificarse diferentes zonas del país con distintos potenciales para el crecimiento del rubro ovino.

En el siguiente cuadro, se presenta la superficie total, superficie de campo natural, población ovina y vacuna, carga ovina por hectárea de campo natural, y relación ovinos/vacunos para cada uno de los departamentos del país.

Salto, sin considerar Montevideo, es el único departamento que alcanza el registro de 1 ovino por hectárea de campo natural. Los departamentos que están más próximos son Artigas y Paysandú, que constituyen junto a Salto, la zona más ovejera del país.

De la investigación nacional, sobre campo natural, en distintas regiones del país, surge que relaciones lanar-vacuno de 2-3 a 1, conducen a tapices con un mejor balance de gramíneas estivales y gramíneas invernales perennes. Un adecuado balance entre ovinos y vacunos resultará en una coexistencia productiva y no en una exclusión competitiva. Las ventajas del pastoreo mixto para controlar las especies duras y obtener un tapiz saludable han sido extensamente documentadas. En general, hay acuerdo en señalar que cargas ovinas moderadas conducen a un mejor aprovechamiento del recurso campo natural y constituyen un excelente complemento productivo y económico para la ganadería vacuna.

Por su versatilidad, capacidad de diversificar ingresos, complementariedad con el vacuno y otros rubros, competitividad en diversas zonas agroecológicas y desempeño en épocas de déficit hídrico, hay espacio para que crezcan en número y cantidad los sistemas ovinos dentro de las áreas ganaderas del país. Más ovinos, mejor aprovechamiento de los recursos, más ingresos para los sistemas ganaderos.

EL AUTOR. José Francisco Ramos es ingeniero agrónomo, técnico del SUL.

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