Director de IICA dijo que el agro es un instrumento de la paz y la estabilidad de los países.

Director de IICA dijo que el agro es un instrumento de la paz y la estabilidad de los países.

En una reunión con representantes del Programa Mundial de Alimentos se destacó la importancia que las meriendas escolares tienen en el desempeño educativo y, al mismo tiempo, el rol que pueden jugar como apoyo para la agricultura de pequeña escala, las mujeres y los jóvenes rurales.

Montevideo | Todo El Campo | Manuel Otero, director general del Instituto Interamericano de Cooperación parala Agricultura (IICA), dijo que la agricultura es una herramienta para la paz y la estabilidad. Con ese espíritu integra el Programa Mundial de Alimentos (PMA).

Otero fue recibido en Roma por la subdirectora ejecutiva del PMA, Valerie Guarnieri, quien invitó al Instituto Interamericano a sumarse a la Coalición por las Comidas Escolares, una plataforma global que impulsa acciones para mejorar y ampliar los programas que garantizan a los niños al menos una comida en las escuelas.

En la reunión, Guarnieri estuvo acompañada por Carmen Burbano, directora de la División de Alimentación Escolar del PMA, y describió el alcance y la importancia del trabajo de la coalición, vital para mantener a los niños en la escuela, mejorar su aprendizaje y salud, y promover la seguridad alimentaria.

La Coalición por las Comidas Escolares impulsa acciones para mejorar y ampliar de forma urgente los programas de comidas escolares con el fin de garantizar que todos los niños puedan recibir una comida sana y nutritiva en la escuela.

La alta funcionaria del PMA subrayó la importancia que las meriendas escolares tienen en el desempeño educativo y, al mismo tiempo, el rol que pueden jugar como apoyo para la agricultura de pequeña escala, las mujeres y los jóvenes rurales.

Otero, a su turno, subrayó el trabajo y la capilaridad del IICA en Centroamérica y el Caribe.

A modo de ejemplo detalló sus acciones para la promoción de la acción colectiva de los países y la construcción de resiliencia en la ruralidad, incluso en países como Haití, donde el organismo cuenta con una oficina desde la que contribuye al fortalecimiento de la frágil agricultura familiar en este país, el más pobre de las Américas y uno de los tres más vulnerables del mundo a los efectos del cambio climático.

El caso de Haití es importante, porque el IICA es una de las contadas organizaciones internacionales que trabaja en áreas rurales de Haití, especialmente en asistencia técnica, priorizando la seguridad alimentaria y nutricional, y en temas como la inocuidad agroalimentaria, la educación y el desarrollo de capacidades.

En ese contexto, Otero subrayó la importancia de la agricultura como herramienta para la paz y la estabilidad.

EL PMA DE LA ONU ES LA MAYOR ORGANIZACIÓN HUMANITARIA MUNDIAL.

La visita al PMA se realizó en el marco de la misión oficial de Otero a Roma, quien mantuvo en la capital italiana reuniones con su colega de FAO, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, Qu Dongyu, el presidente del FIDA (Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola), Álvaro Lario, y en la que participó también de un diálogo con agricultores africanos organizado por la Academia Pontificia de la Vida y Bayer, además de distintas organizaciones de productores y el propio IICA.

El Programa Mundial de Alimentos (WFP), de la ONU, es la mayor organización humanitaria mundial.

Presente en más de 120 países y territorios, su misión incluye entregar alimentos a personas desplazadas por conflictos y desamparadas por catástrofes; también contribuye a la nutrición de mujeres y niños, ayuda a pequeños agricultores a mejorar la productividad y reducir pérdidas, a países y comunidades a prepararse y hacer frente a crisis relacionadas con el clima, y a impulsar el capital humano a través de sus programas de alimentación escolar.

Por este trabajo, que lo lleva a socorrer poblaciones exhaustas y utilizar la asistencia alimentaria para contribuir a la resolución de conflictos y la estabilidad, el PMA fue galardonado con el Nobel de la Paz en 2020. En la sede del PMA, Otero participó del homenaje realizado a los caídos de la organización en el cumplimiento de su misión humanitaria.

Unas 1.600 mujeres rurales se capacitarán en crisis climática.

Unas 1.600 mujeres rurales se capacitarán en crisis climática.

La capacitación se realizará a través del MGAP junto a IICA, a través del curso “Cambio Climático y Recuperación Verde para Mujeres Rurales”, presentado en la Expo Prado.

Montevideo |Todo El Campo | Casi 1.600 mujeres rurales del Uruguay serán capacitadas a través de herramientas prácticas y teóricas para abordar de mejor manera la crisis climática por el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) de ese país, en una iniciativa que contará con el apoyo técnico del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA).

 El curso “Cambio Climático y Recuperación Verde para Mujeres Rurales” forma parte del Programa de Inclusión Digital y Acceso a la Información Agropecuaria para la toma de decisiones ante el cambio climático, conocido como “Formadas para transformar”. Este programa del gobierno uruguayo tiene como objetivo favorecer la adaptación de los sistemas productivos al cambio climático, mediante el conocimiento y el uso de las tecnologías de la información y la comunicación.

Los contenidos de la capacitación son de creación conjunta del MGAP e IICA, que tiene un rol protagónico a nivel técnico en la iniciativa.

COMIENZA EN OCTUBRE.

En octubre se desarrollará la primera de las cuatro ediciones del curso, cada uno de ellos con un cupo de 400 inscriptas. La formación será virtual, autogestionada, con facilitación conjunta del IICA y el Ministerio y será gratuito para las participantes. Contará con diferentes niveles de capacitación en habilidades digitales y proveerá de dispositivos con conexión a internet a aquellas participantes que lo necesiten.

La presentación del curso fue realizada en Montevideo durante la Expo Prado, la mayor muestra anual agropecuaria del Uruguay, que se realiza anualmente desde 1913.

“Es muy importante este plan de capacitación digital para formar a las mujeres. Además, se les da oportunidad de tener un dispositivo tecnológico sencillo pero que les abre muchas puertas. Se trata de capacitarse, conectar con otras mujeres, aprender y trabajar”, destacó la directora de la Dirección General de Desarrollo Rural del Uruguay, Mercedes Yacosa.

“Cuando tomamos la decisión de llevar adelante el Plan Nacional de la Agricultura Familiar (PNAF) empezamos a buscar aliados estratégicos para ver cómo y quién lo van a llevar adelante”, recordó, por su lado, la directora general del MGAP, Fernanda Maldonado, al destacar la experiencia de IICA en el acceso de las mujeres rurales a herramientas de capacitación.

Braulio Cantera, de IICA, explicó que desde la Dirección de Desarrollo Rural del Uruguay se convocó al IICA para colaborar en la capacitación a las mujeres rurales en temas de cambio climático, de manera que puedan tomar decisiones. “Hemos estado en contacto con las mujeres rurales en territorio –afirmó- para conocer sus experiencias de primera mano y aprovechar las ventajas que nos da la tecnología. Se trata de un curso hecho por mujeres rurales, para mujeres rurales, ya que son ellas mismas las que brindarán testimonio y plantearán soluciones aplicadas para combatir la crisis climática”.

Inase dona semillas a agricultores familiares del Caribe afectados por el huracán.

Inase dona semillas a agricultores familiares del Caribe afectados por el huracán.

Las semillas enviadas son de uso hortícola o para frutas, entre ellas de lechuga, cebolla, zanahoria, remolacha, melón, y otros cultivos propios de la agricultura familiar.

Montevideo | Todo El Campo | El Instituto Nacional de Semillas (Inase) se propuso contribuir a la recuperación de los agricultores familiares caribeños donando semillas a San Vicente y las Granadinas tras la devastación que causó el paso del huracán Beryl en julio.

“Todas las semillas que enviamos son de uso hortícola o para frutas. Hubo lechuga, cebolla, zanahoria, remolacha, melón, entre otros cultivos que no se utilizan en áreas muy grandes y en cambio son propios de la agricultura familiar”, dijo Daniel Bayse Muñoz, director ejecutivo de Inase (foto).

El organismo se puso rápidamente a disposición cuando recibió el llamado del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) con el pedido de colaboración ante la catástrofe ocurrida en el Caribe.

Comentó que Inase siempre tiene “muchos excedentes de las semillas”. “Normalmente donamos a cárceles o a escuelas rurales para sus huertas, y cuando desde el IICA nos explicaron las necesidades que había en el Caribe tras la devastación que había causado el paso del huracán, supimos que era una causa que justificaba la donación y armamos el paquete rápidamente”.

Actualmente Inase está preparando otro envío de semillas a San Vicente y las Granadinas y para ello pidió la colaboración de empresas privadas que operan en el Uruguay, que suelen tener excedentes que no pueden vender por una cuestión de estándares comerciales, pero que son de la misma calidad.

Es la primera vez que Inase realiza una donación internacional de semillas.

“Al recibir el pedido del IICA -relató Bayse-, nos pareció indispensable actuar lo más rápido posible, porque el tiempo es el elemento clave en una situación como esta y por eso enviamos lo que teníamos a disposición en el momento. Entendemos que, cuando en un país se reciben semillas, hace falta un tiempo para repartirlas entre los agricultores y que estos las planten y cosechen, por lo que nosotros no podíamos demorar. Es un orgullo colaborar, aunque uno siempre sienta que está haciendo poco frente a situaciones muy difíciles”.

VULNERABLES.

Los países caribeños están entre los más vulnerables del mundo al impacto del cambio climático, que ha provocado un aumento en la frecuencia y la intensidad de los fenómenos meteorológicos y también constituye una amenaza para poblaciones y unidades agrícolas debido al aumento del nivel del mar y la erosión de las costas.

Mattos finalizó presidente pro tempore del CAS con importantes logros.

Mattos finalizó presidente pro tempore del CAS con importantes logros.

“Si no hay seguridad alimentaria, no hay estabilidad política, ni económica, ni social. Por eso decimos que la agricultura es esencial para la paz mundial y que hay que cuidar la producción, muy desafiada por los efectos del cambio climático”, afirmó Mattos.

Montevideo | Todo El Campo | Los ministerios de Agricultura de los países que integran el Consejo Agropecuario del Sur (CAS) han logrado en el último tiempo un sólido nivel de integración que significa un hito histórico y que está llamado a profundizarse debido a la agenda internacional que se avecina para el sector agroalimentario.

Así lo consideró el ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca de Uruguay, Fernando Mattos, al realizar un balance de su actuación como presidente pro tempore del CAS, que culminó este año con importantes logros.

Mattos señaló que la presidencia brasileña del G20 durante 2024 y la realización en 2025 de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP 30) en Belem do Pará ya están poniendo en el centro de la agenda internacional la actividad agropecuaria, que habitualmente no está en las discusiones de más alto nivel político.

“La agenda del CAS tiene grandes desafíos en temas como sanidad vegetal y animal y, por supuesto, en biotecnología, que es la respuesta para poder dar un salto productivo. Una mayor y mejor producción con una menor presión sobre los recursos naturales solamente se puede lograr a través de la innovación biotecnológica, que es absolutamente necesaria; para eso son los convenios que firmamos durante nuestra presidencia pro tempore del CAS”, dijo Mattos.

Consideró que el CAS tiene un valor que se pone de relieve porque logra coordinar posiciones en agricultura de países que en otros temas tienen diferencias significativas: “A veces tenemos algunos ruidos en el relacionamiento de nuestros países, pero lo que nosotros hacemos es política agropecuaria y tenemos que enfocarnos en ella y hacer caso omiso de las diferencias. Siempre buscamos soluciones a través de la coordinación e incluso impulsamos la armonización de la normativa de los distintos países, que es muy importante para estimular la inversión y favorecer el comercio internacional, hoy bastante distorsionado”.

Mattos calificó al CAS como un ámbito de confianza valioso compartido por las áreas de Agricultura que no solo incluye a los ministros, sino también a un gran equipo técnico, que trabaja e interactúa en las distintas especialidades y que es un enorme soporte fundamental para que la red ministerial tenga éxito.

LA AGRICULTURA, PRENDA DE PAZ

“Si no hay seguridad alimentaria, no hay estabilidad política, ni económica, ni social. Por eso decimos que la agricultura es esencial para la paz mundial y que hay que cuidar la producción, muy desafiada por los efectos del cambio climático”, afirmó Mattos.

En ese sentido, valoró el esfuerzo del CAS para poner en agenda la realidad de que el cambio climático no es generado en las zonas rurales por la actividad agropecuaria, sino en los centros urbanos de los países desarrollados, que se han comprometido a reparar o apoyar a los países en desarrollo para enfrentar los fenómenos climáticos extremos, con ayudas que nunca han llegado a pesar de los compromisos internacionales asumidos.

“Hay que seguir trabajando porque existe una fuerte necesidad de adaptación de nuestros países. Vemos una vulnerabilidad creciente de los sistemas productivos y la variabilidad climática nos expone cada vez más. Así quedó demostrado con fenómenos extremos como los incendios en Chile, las sequías en Argentina, Uruguay y Paraguay y las recientes inundaciones en el estado brasileño de Río Grande do Sul”, dijo Mattos, quien preside la Junta Interamericana de Agricultura (JIA), máximo órgano de gobierno del IICA.

El ministro explicó que el impacto del cambio climático está afectando la infraestructura de los países que integran el CAS y hace necesarios sistemas de financiamiento extraordinario para hacer frente a los daños. “El cambio climático seguramente ha de agravarse, con fenómenos más extremos y frecuentes, por lo que tenemos que tener otro tipo de capacidad”, afirmó.

“Debemos pensar –agregó- en constituir hacia el futuro fondos de catástrofe. Es fundamental que tengamos fondos para dar respuestas adecuadas a los daños, porque hoy lo que hacemos es desviar recursos de los presupuestos nacionales que están destinados a otros rubros como la educación, la seguridad pública o la salud. Evidentemente, para poder atender en los sectores productivos de nuestro país, que tienen un enorme peso relativo, hay que crear sistemas de gestión de recursos y también sistemas de seguros más desarrollados. El tema es grave porque los pequeños productores son los más expuestos al riesgo climático por un tema de escala y de acceso a las tecnologías”.

CAS.

CAS es el foro ministerial de consulta y coordinación de acciones regionales, integrado por los ministros de Agricultura de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay. Su objetivo fundamental es definir las prioridades de la agenda agropecuaria y tomar posiciones sobre temas de interés regional. La secretaría técnica es ejercida por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA).

En base a información de IICA.

La tecnología de la información es clave para la prevención sanitaria y crear una estrategia regional.

La tecnología de la información es clave para la prevención sanitaria y crear una estrategia regional.

La prevención es la medida más efectiva para frenar las enfermedades animales

Montevideo | Todo El Campo | La influenza aviar es uno de los males más temidos en los países de las Américas, pues genera el cierre de los mercados para los productos aviares y el desabastecimiento de carne y huevos para las poblaciones locales; además, es una enfermedad de alta letalidad.

Expertos de los servicios de sanidad animal nacionales y regionales de los países de las Américas coincidieron en que las acciones preventivas son fundamentales para detener el avance de los males que afectan a los animales y, de paso, salvaguardar la seguridad alimentaria.

Especialistas en sanidad de los países de la Américas se reunieron en el marco de la sesión anual del Comité Ejecutivo del Instituto Interamericano para la Agricultura (IICA), escenario donde discutieron las estrategias y políticas necesarias para fortalecer los servicios de sanidad animal en la región.

Luis Barcos, representante regional de la Organización Mundial de la Salud Animal para las Américas (OMSA) disertó sobre la Peste Porcina Africana que actualmente afecta a países del continente como Haití y República Dominicana.

Puntualizó que en este momento los esfuerzos se deben concentrar en evitar la propagación de la enfermedad, por lo que los países de la región están en la obligación de generar una interacción entre los sectores privado y público para tener claro el rol de cada uno.

Agregó que ante la amenaza de esta enfermedad las autoridades competentes deben permanecer en constante diálogo y crear planes previendo una posible propagación.

UN VALIOSO ALIADO.

“IICA ha sido un valioso aliado en el trabajo y actividades para prevenir el avance de esta enfermedad. Cumple un papel central para organizar las reuniones entre países del Caribe y los ministros de agricultura para cerrar brechas con respecto a las necesidades de los servicios veterinarios”, afirmó Eric Coleman, director de Programas de Emergencia del Servicio de Inspección Sanitaria Animal y Vegetal (APHIS) del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA).

Junto con Manuel Otero, director general del IICA, los especialistas hicieron hincapié en la participación del sector oficial para frenar el avance de las enfermedades animales que ponen en riesgo la seguridad alimentaria y la salud humana en las Américas.

Destacó que el uso de las tecnologías de la información es vital para que los países tengan información actualizada sobre estos temas y pueda crearse una estrategia regional para evitar la propagación de dichas enfermedades transfronterizas, pues la afectación genera pérdidas económicas y un retroceso sanitario.

«La principal amenaza que enfrenta la región cuando se habla de prevención de estas enfermedades recae en los presupuestos que manejan las autoridades de sanidad animal, que se ven limitadas en su actuar. Se debe fomentar una articulación público-privada potente”, indicó Carlos Orellana, jefe de Protección Pecuaria del Servicio Agrícola y Ganadero de Chile (SAG).

Otero insistió la afectación sanitaria es de carácter transnacional y por lo tanto la respuesta debe ser mancomunada, con esfuerzos de todos los países de las Américas.

“Existe la necesidad de una acción concertada de todos los organismos internacionales, trabajando en función de un abordaje claramente regional. Es necesario darles la fuerza e impulso a soluciones a corto plazo, para afrontar el tema con la seriedad que merece” finalizó.

En la sesión académica participaron, además de los mencionados, Abelardo de Gracia, director regional de Salud Ambiental del Organismo Internacional Regional de Salud Animal (Oirsa) y Eric Coleman, director de Programas de Emergencia del Servicio de Inspección Sanitaria Animal y Vegetal (Aphis) del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA).

Los comentarios estuvieron a cargo de Laura Suazo, secretaria de Agricultura y Ganadería de Honduras, y de Fernando Mattos, ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca de Uruguay y presidente de la Junta Interamericana de Agricultura (JIA), el máximo órgano de gobierno del IICA.

Foto de portada: Marko Milivojevic | Pixnio.

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