Los períodos largos de crecimiento económico lento pueden provocar un repunte en la desigualdad. No obstante, un conjunto equilibrado de políticas puede prevenir ese desenlace.
Montevideo | Todo El Campo | Las perspectivas de crecimiento global que realizan diferentes organizaciones y economistas del mundo entero, muestran guarismo bajos y preocupantes. Es que “la economía mundial se ha atascado en un ritmo bajo de crecimiento, lo que podría suponer un serio revés en la lucha contra la pobreza y la desigualdad”, advirtió la Ec. Kristalina Georgieva, directora gerente del Fondo Monetario Internacional en un artículo de opinión al que accedió Todo El Campo.
Recientemente, “la economía mundial dio muestras alentadoras de resiliencia ante toda una serie de shocks” que el mundo entero a sufrido, que Georgieva no menciona a que se refiere, pero todo el mundo es consciente de cuánto golpeó la pandemia y cuánto golpea ahora la invasión de Rusia a Ucrania.
A pesar de esos golpes, “el mundo no entró en recesión, como predecían algunos, cuando los bancos centrales de todo el globo subieron las tasas de interés para contener la inflación”.
“Sin embargo, a medida que nos alejamos de los años de crisis de la pandemia, necesitamos evitar que el mundo caiga en un período prolongado de crecimiento anémico que perpetúe la pobreza y la desigualdad”, agregó.
La pandemia tuvo sus efectos adversos: “La pobreza extrema creció tras décadas de descenso continuado, mientras que el hambre en el mundo aumentó y la reducción de la desigualdad a largo plazo entre países se estancó”, pero si no somos capaces de tomar el camino del crecimiento, empeoraremos: “Los períodos de estancamiento que duran cuatro años o más tienden a provocar, dentro de los países, un aumento de la desigualdad de ingresos que roza el 20%, lo que supera considerablemente el aumento debido a una recesión manifiesta”.
Además, mientras dura el estancamiento “aumenta el desempleo estructural” y se “reduce la porción del ingreso de un país que acaba en manos de los trabajadores”. La combinación de ambos factores más “un espacio fiscal limitado”, tiende a agrandar la brecha del ingreso.
“Dicho de otro modo: cuanto más tiempo estemos atascados en un crecimiento bajo, más desigual será el mundo. Eso ya sería de por sí un serio revés para el progreso que hemos logrado en las últimas décadas. Además, como hemos visto, la desigualdad creciente puede promover el descontento ante los avances de la integración económica y tecnológica”.
PROMOVER LA COMPETENCIA Y MEJORAR EL FINANCIAMIENTO.
Con ese contexto, Kristalina Georgieva destaca algunos pasos claves de la política económica, por ejemplo menciona promover la competencia y mejorar el acceso al financiamiento, ya que eso “podría hacer que los recursos fluyan de manera más eficiente y se incremente la productividad”.
LIBRE COMERCIO.
Otro punto es “el papel que ha desempeñado el libre comercio como motor del crecimiento y la creación de empleo”; sin embargo “también es cierto que los beneficios del comercio no han llegado a todos por igual, motivo por el que debemos hacer más por garantizar que las ganancias se repartan de una manera justa. En cualquier caso, cerrar nuestras economías sería un error”.
POLÍTICA FISCAL CON TENOR SOCIAL.
Otra herramienta es “asegurarnos de que las políticas fiscales apoyen a los miembros más vulnerables de la sociedad”. Para lo cual “gravar las rentas del capital y las propiedades inmobiliarias, por ejemplo, es en definitiva una forma relativamente progresiva de incrementar los ingresos tributarios”.
“La gente necesita confiar en que los impuestos que paga se utilizarán para ofrecer servicios públicos, no para que los poderosos se enriquezcan”, de ahí la importancia de “aumentar la transparencia y disminuir la corrupción”.
Asimismo, los programas sociales “pueden marcar una gran diferencia en lo que respecta a la desigualdad, incluidas iniciativas como las ayudas para comedores escolares, las prestaciones por desempleo y las pensiones. Todo esto debe protegerse”.
Los estudios del FMI muestran que las políticas redistributivas potentes como los programas de gasto social y la inversión pública en educación, pueden reducir la desigualdad entre 1,5 y 5 veces más que las políticas menos decididas.
“RED MUNDIAL DE SEGURIDAD FINANCIERA PARA LOS PAÍSES QUE PRECISEN APOYO”.
Por último, la Ec. Georgieva subrayó que la comunidad internacional “necesita una red mundial de seguridad financiera fuerte para los países que precisen apoyo”.
Para los países que necesitan apoyo es clave garantizar que se ofrezca “financiamiento a tasas de interés asequibles”.
“Una de las lecciones que nos ha enseñado la historia reciente es que no debemos ignorar a aquellos a quienes el progreso económico y tecnológico deja atrás, ya sean individuos dentro de los países o naciones enteras que luchan por acortar esa distancia. Más bien, con las políticas adecuadas y a través de la colaboración, tenemos la posibilidad de construir un mundo próspero e igualitario para todos”, concluyó la economista. Foto de portada de Bicanski en Pixnio.com.
Las nuevas tecnologías y herramientas generan preocupación por el aumento de emisiones.
Montevideo | Todo El Campo | El desarrollo de las nuevas herramientas y tecnologías genera desafíos ambientales considerables: el incremento de las emisiones de carbono. Por ejemplo, una transacción de Bitcoint requiere la misma energía eléctrica que consume un ghanés o un pakistaní en tres años, y ChatGPT utiliza energía eléctrica en más de diez veces que una búsqueda en Google.
La Agencia Internacional de Energía estima que el uso de electricidad por esas herramientas irá creciendo y en tres años equivalga al consumo actual de Japón que es el quinto país de mayor consumo de energía eléctrica en el mundo, según un artículo del Fondo Monetario Internacional (FMI) al que accedió Todo El Campo, cuyos autores son los economistas Shafik Hebous y Nate Vernon-Lin.
Los siguientes gráficos muestran la participación del uso global de electricidad y las emisiones globales de CO2 por parte de los centros de datos y las criptomonedas.
Para los autores del texto, el desarrollo tecnológico tiene beneficios sociales y económicos”, pero es “motivo de preocupación” el impacto ambiental.
Un reciente documento del FMI (*) concluyó que la minería de criptomonedas podría generar el 0,7% de las emisiones mundiales de dióxido de carbono para 2027. Si se amplía el análisis a los centros de datos (según estimaciones de la AIE), sus emisiones de carbono podrían alcanzar los 450 millones de toneladas para 2027, o el 1,2% del total mundial.
¿CÓMO LA POLÍTICA FISCAL PUEDE CORREGIR LA SITUACIÓN?
Sin embargo, el sistema impositivo es una forma de orientar a las empresas hacia la reducción de emisiones.
Según estimaciones del FMI, un impuesto directo de US$ 0,047 por kilovatio hora obligaría a la industria de la minería de criptomonedas a reducir sus emisiones en línea con los objetivos globales.
Si se considera también el impacto de la contaminación atmosférica en la salud local, esa tasa impositiva aumentaría a US$ 0,089, lo que se traduciría en un aumento del 85% en el precio medio de la electricidad para los mineros.
De incrementarse el impuesto, incrementaría los ingresos anuales del gobierno en US$ 5.200 millones a nivel mundial y reduciría las emisiones anuales en 100 millones de toneladas (aproximadamente las emisiones actuales de Bélgica).
También se plantea para los centros de datos un impuesto específico sobre su consumo de electricidad de US$ 0,032 por kilovatio hora, o US$ 0,052 si se incluyen los costes de contaminación del aire. Serían hasta US$ 18.000 millones anuales.
No obstante lo anterior, la situación actual es totalmente opuesta a la fijación impositiva como corrector: muchos centros de datos y mineros de criptomonedas disfrutan de generosas exenciones e incentivos fiscales sobre la renta, el consumo y la propiedad. Si se tienen en cuenta los daños ambientales, la falta de empleo significativo y las presiones sobre la red eléctrica (que posiblemente aumenten los precios para los hogares y reduzcan la demanda de otros bienes con bajas emisiones, como los vehículos eléctricos), los beneficios netos de estos regímenes fiscales especiales son, en el mejor de los casos, inciertos, dice el FMI.
Imagen de portada creada por inteligencia artificial.
El consumo es lo que “ha respaldado el crecimiento en los tres países más grandes de Asia”, sin embargo ahora “hay señales de que la recuperación de la región puede que se esté quedando sin fuerzas”.
Montevideo | Todo El Campo | Asia está en la mira del mundo. Para bien y para mal, según la zona que se observe y la temática que se analice.
Según la enciclopedia Concepto, con una superficie de 44,6 millones de kilómetros cuadrados, Asia es el continente más grande y el que presenta la mayor diversidad de razas, culturas y lenguas del mundo. Geográficamente tiene los puntos más altos y más profundos de la superficie de la Tierra, la costa más larga de cualquier continente y, debido a su amplitud, presenta condiciones climáticas muy diversas y una amplia biodiversidad (Asia – concepto.de). Sin duda es un continente fantástico
Económicamente, es el continente que “sigue impulsando el crecimiento mundial”, afirma un reporte del Fondo Monetario Internacional (FMI) elaborado el viernes 13 por Yan Carrière-Swallow, subjefe de división del Departamento de Asia y el Pacífico del FMI; y Krishna Srinivasan, director del Departamento de Asia y el Pacífico (APD).
El problema es que “el impulso económico asiático se está desacelerando”, y “es probable que la región experimente una desinflación más rápida, pero las perspectivas de crecimiento en los próximos años se están oscureciendo”, escribieron.
El texto, de unas 3 páginas, advierten que este año ha sido el consumo es lo que “ha respaldado el crecimiento en los tres países más grandes de Asia”, sin embargo ahora “ya hay señales de que la recuperación de la región puede que se esté quedando sin fuerzas”.
“Esperamos que el crecimiento en Asia y el Pacífico se acelere desde el 3,9% en 2022 a 4,6% este año, sin cambios con respecto a la proyección del año pasado”, eso se daría “por la recuperación posterior a la reapertura en China y un crecimiento más fuerte de lo esperado en el primer semestre del año en Japón e India”. Lo que pasó fue que al levantar las restricciones sanitarias que la pandemia obligó a tomar, “la demanda en estas economías fue reforzada”, los ciudadanos salieron a consumir y ahora “están agotando los ahorros logrados durante” el encierro. Ese abundante gasto causó “una notable fortaleza en el sector servicios”.
Por ahora “Asia continuará contribuyendo con alrededor de dos tercios de todo el crecimiento mundial, pero con un crecimiento significativamente inferior al proyectado antes de la pandemia”.
PROYECCIÓN EN CAÍDA Y ESTADOS UNIDOS QUE NO AYUDA.
En abril la proyección de crecimiento del FMI era de 4,4%, ahora es de 4,2%. “Nuestra evaluación menos optimista se basa en señales de desaceleración del crecimiento y la inversión en el tercer trimestre, en parte una demanda externa más débil a medida que la economía mundial se desacelera, como en el sudeste asiático y Japón, y la vacilante inversión inmobiliaria en China”, escribieron los autores del informe.
China está perdiendo fuerza, con una desaceleración del 5% de ese año al 4,2% en 2024, “en medio de la profundización de la caída del sector inmobiliario, por debajo del 4,5% que habíamos pronosticado en abril”.
Por otra parte, Estados Unidos no ayuda. En otras circunstancias, “el lastre de China se habría visto compensado por las previsiones de crecimiento más rápido en Estados Unidos y Japón”, pero “la fortaleza de la economía estadounidense ha sido en el sector servicios, más que en los bienes, lo que no alimenta mayor demanda para Asia”, además de que las políticas de Estados Unidos (reducción de la inflación o las leyes de patentes, chips, etc.) “están reorientando la demanda hacia el mercado nacional, lo que proporciona un menor impulso a las importaciones de Asia”.
A la deuda inmobiliaria y la menor actividad económica, se suma queChina presenta un problema de “envejecimiento de la población y la desaceleración de la productividad moderador el crecimiento a mediano plazo en China, en medio de riesgos crecientes de fragmentación geoeconómica, así como las perspectivas del resto de Asia y más allá. En un escenario a la baja en el que la «reducción de riesgos» y Las estrategias de «relocalización» se afianzan, la producción podría disminuir hasta en un 10% más de cinco años en las economías asiáticas más estrechamente vinculadas a la economía.
LA INFLACIÓN EN ASIA.
Respecto a la inflación que tuvo un aumento luego de la pandemia, “algunos países como Indonesia” han señalado que está “volviendo a la meta después de aumentos sustanciales el año pasado. Por el contrario, en China está por debajo de la meta y, con una demanda lenta en medio de la profundización de las tensiones que emanan del sector inmobiliario, se espera que aumente sólo gradualmente debido a los estímulos políticos”. Y en Japón “ha aumentado”.
“El entorno mundial sigue siendo muy incierto”, y en ese escenario “las autoridades deben mantener el rumbo para garantizar el crecimiento y la estabilidad continuos”.
“Los países con una inflación aún por encima de los objetivos, como Australia, Nueva Zelanda y Filipinas deben seguir señalando su compromiso de reducir la inflación. Esto implicará mantener una política monetaria restrictiva hasta que la inflación caiga de forma duradera hasta el objetivo y las expectativas se mantengan firmes”.
En el cierre del artículo expresan: “A medida que las perspectivas a largo plazo se desvanecen, los países deben redoblar sus esfuerzos para promover reformas que fomenten el crecimiento”. “El fortalecimiento de la cooperación multilateral y regional y la mitigación de los efectos de la fragmentación geoeconómica son cada vez más vitales para las perspectivas económicas en los próximos años. Con ese fin, se han llevado a cabo reformas que reduzcan las barreras comerciales, impulsen la conectividad y mejoren los entornos empresariales esencial para atraer más inversión extranjera y nacional en todo el mundo y la región”.
El texto del organismo internacional expresa que los gobiernos deberían tomar medidas urgentes para ayudar a reducir las vulnerabilidades de la deuda y revertir las tendencias de la deuda a largo plazo.
Hébert Dell’Onte Larrosa | Montevideo | Todo El Campo | Los gobernantes y las autoridades responsables de las finanzas de cada país, “tendrán que ser inquebrantables durante los próximos años en su compromiso de preservar la sostenibilidad de la deuda”. Ese es el planteo del análisis realizado por técnicos del Fondo Monetario Internacional (FMI), al que accedió Todo El Campo.
La advertencia se debe a que la deuda mundial está “por encima del nivel previo a la pandemia”, el cual ya era muy elevado: “La deuda total ascendió al 238% del producto interno bruto mundial el año pasado, 9 puntos porcentuales más que en 2019. En términos de dólares estadounidenses, la deuda ascendió a US$ 235 billones, o US$ 200.000 millones por encima de su nivel en 2021”.
Lo que ocurrió fue que después de la pandemia los países mantuvieron altos sus déficits fiscales, ya que “gastaron más para impulsar el crecimiento y responder a los aumentos de los precios de los alimentos y la energía, incluso cuando pusieron fin al apoyo fiscal relacionado con la pandemia”.
Por otra parte, “la deuda de los países en desarrollo de bajos ingresos también aumentó significativamente en las últimas dos décadas”, y “más de la mitad de los países en desarrollo de bajos ingresos se encuentran en situación de sobreendeudamiento o en alto riesgo de sobreendeudamiento”.
Ante ese panorama, “los gobiernos deberían tomar medidas urgentes para ayudar a reducir las vulnerabilidades de la deuda y revertir las tendencias de la deuda a largo plazo”.
Para las deudas del sector privado, “esas políticas podrían incluir un seguimiento atento de la carga de la deuda de los hogares y de las empresas no financieras y los riesgos conexos para la estabilidad financiera. En el caso de las vulnerabilidades de la deuda pública, la creación de un marco fiscal creíble podría guiar el proceso para equilibrar las necesidades de gasto con la sostenibilidad de la deuda”.
Corregir la deuda no es caprichoso, tiene efectos positivos, de ahí que es “necesario un enfoque integral que abarque la disciplina fiscal y la reestructuración de la deuda”, expresan los autores del informe.
El FMI agrega: “Es importante destacar que reducir la carga de la deuda creará espacio fiscal y permitirá nuevas inversiones, lo que ayudará a fomentar el crecimiento económico en los próximos años. Las reformas de los mercados laboral y de productos que impulsen la producción potencial a nivel nacional respaldarían ese objetivo. La cooperación internacional en materia de impuestos, incluido el impuesto al carbono, podría aliviar aún más las presiones sobre la financiación pública”.
El informe que se cita en este artículo fue elaborado por Vitor Gaspar que es director del Departamento de Asuntos Fiscales del FMI, Marcos Poplawski-Ribeiro que es subjefe de división de ese Departamento, y la economista Jiae Yoo.
Cabe precisar, que las observaciones y opiniones vertidas en el documento citado representan a sus autores y no comprometen la opinión del FMI. La gráfica que ilustra este artículo fue incluida en el informe de Gaspar, Poplawski y Yoo.
Según el FMI, el mundo está “en el perfil de crecimiento más flojo desde 2001”, con una desaceleración que será “del 6,0% en 2021 a 3,2% en 2022 y 2,7% en 2023”.
Hébert Dell’Onte | Todo indicar que 2023 no será un buen año. Las perspectivas económicas globales no son buenas: China, el motor del mundo; Alemania, el motor de Europa; y Estados Unidos, la economía más importante del planeta, más los pronósticos del FMI, todo nos muestran una realidad preocupante y nuestro país, pequeño e insignificante en el concierto internacional, debería estar preparado para soportar lo que se viene.
CHINA VA A DEJAR DE SER LA FÁBRICA DEL MUNDO.
Santiago Rubio director de estrategia de inversión de CaixaBank dijo que China “ha perdido dos de sus motores clásicos de crecimiento, que eran la inversión inmobiliaria residencial y el gran beneficio que le aportaba la globalización como fábrica del mundo”.
Al ser entrevistado por El Economista, Rubio explicó hace algunas semanas que “en el primer caso, la burbuja se está desinflando y no es previsible que vuelva a liderar el crecimiento”. En el segundo caso, “el proceso de desglobalización, con la invasión de Rusia a Ucrania, va a ser un catalizador y va a ser negativo para China, porque nadie va a querer tener componentes importantes de su cadena de producción en un país que en un momento determinado puede hacer algo como ha hecho Rusia”.
Agregó que China “no va a poder crecer como antes de la invasión de Ucrania”, pero eso aún “no ha calado en el mercado”. No obstante, “el proceso de desglobalización va a ser duradero, al igual que lo fue el de la globalización. Es un tema que nos va a acompañar durante años y va a tardar tiempo en incorporarse plenamente en nuestra visión del mundo. China va a perder esa capacidad de ser la fábrica del mundo”, aseguro.
Para ese país “la desaceleración está ahí”, y “volverá a crecer cuando se reduzca la política de Covid cero”, de todas formas, “no será como antes”.
ALEMANIA ENTRARÁ EN RECESIÓN.
La guerra iniciada con la invasión de Rusia a Ucrania desató en Europa una fuerte crisis energética que en el caso de Alemania significaría, en 2023, una recesión con la economía cayendo 0,4% y la inflación trepando al 7%, según los pronósticos del Gobierno difundidos el jueves 13 de octubre.
Robert Habeck, ministro de Economía alemán dijo que la crisis energética no es fácil y que está dejando de ser solo energética para convertirse en “una crisis económica y social”.
La causante de este nuevo quiebre económico y social es la restricción del gas ruso y los precios elevados de las energías que empujan la inflación afectando la producción industrial. Cabe esperar un menor consumo, dijo el Ministerio de Economía.
Habeck considera que el presidente ruso, Vladimir Putin, busca desestabilizar Europa, y en ese objetivo desestabilizar Alemania sería clave. Para lograrlo Rusia comenzó a recortar el suministro de gas natural por el mar Báltico en junio, y en setiembre lo detuvo por completo, informó La Vanguardia. Si bien las reservas alemanas están al 95%, ese país deberá ahorrar gas para llegar al invierno europeo.
Habeck aclaró que la contracción económica es grave pero no tanto como esperaban algunos expertos.
Agregó -y anunció- que Alemania superará la dependencia de la energía rusa, pero en tanto eso no se logre el Gobierno estableció una protección de 200.000 millones de euros para asistir los precios de la energía que consuman las empresas y hogares, hasta 2024.
ESTADOS UNIDOS TAMBIÉN SUFRIRÁ RECESIÓN.
Sobre Estados Unidos, Santiago Rubio dijo que la recesión “es algo relativo” porque ese país “tiene una economía con un vigor enorme. El problema que tiene la Reserva Federal es que su manera de enfriar la demanda es a través de los segmentos más sensibles a la subida de tipos, que es la inversión residencial, pero no es uno de los sectores pujantes, con lo cual la capacidad de enfriar la economía americana es más limitada así que en EE.UU. a lo mejor no empezamos a ver signos de debilidad económica hasta el segundo trimestre” de 2023.
Por otra parte, el miércoles 12, el presidente estadounidense Joe Biden admitió que en 2023 ese país sufrirá una recesión, aunque será “muy leve”, vaticinó. Pero recesión al fin.
En declaraciones a CNN expresó: “No creo que haya una recesión. Si es así, será una recesión muy leve. Es decir, bajaremos un poco”.
El diario Ámbito, en su sección económica, informó que Bank of America dijo esta semana que la batalla de la Reserva Federal para aplastar la inflación al continuar aumentando agresivamente las tasas de interés hará que la economía estadounidense comience a perder decenas de miles de empleos al mes a partir de principios del próximo año.
Añadió que las preocupaciones sobre la inflación, y la mayor probabilidad de aumentos todavía mayores de las tasas de interés por parte de la Reserva Federal, han estado asustando a Wall Street nuevamente y elevando los rendimientos de los bonos a largo plazo. Y aunque puede que no dure mucho, los precios de la gasolina continúan aumentando nuevamente en la mayor parte de EE.UU.
EL FMI ADVIRTIÓ ENLENTECIMIENTO DE LAS ECONOMÍA MÁS IMPORTANTES.
Para coronar el panorama que ya es muy poco alentador, la directora del Fondo Monetario Internaciol (FMI), Kristalina Georgieva, dijo que todas las economías importantes del mundo se están desacelerando.
El FMI publicó en su web el documento “Perspectivas de la Economía Mundial”, en cuya introducción señala: “La actividad económica mundial está experimentando una desaceleración generalizada y más acentuada de lo previsto, con la inflación más alta registrada en varios decenios”.
“La crisis del costo de vida, el endurecimiento de las condiciones financieras en la mayoría de las regiones, la invasión rusa de Ucrania y la persistencia de la pandemia de Covid-19 inciden notablemente en las perspectivas”.
Los pronósticos indican un “crecimiento mundial que se desacelerará de 6,0% en 2021 a 3,2% en 2022 y 2,7% en 2023. Exceptuando la crisis financiera mundial y la fase aguda de la pandemia de Covid-19, este es el perfil de crecimiento más flojo desde 2001”.
La inflación mundial pronosticada por el FMI pasará del 4,7% (en 2021) a 8,8% en 2022, para luego descender a 6,5% (en 2023) y 4,1% (en 2024).
FMI MEJORA PREVISIÓN SOBRE AMÉRICA LATINA A 3,5%.
Debo aclarar que lo anterior son pronósticos globales. Para la región -América Latina y el Caribe- el FMI espera que en 2022 el crecimiento sea del 3,5%; y para 2023 de 1,7%.
La mejora de 2022 se explica por “los precios favorables de las materias primas, las condiciones de financiamiento externo aún ventajosas, y la normalización de las actividades en los sectores de contacto (humano) intensivo”. Se entiende por sectores de contacto humano intensivo a restaurantes, transporte, tiendas.
Foto de peatonal Sarandí de Montevideo | Fotografía de René García, Twitter @garciarene1212