El esfuerzo titánico que está haciendo Argentina -o sea los argentinos-, no se refleja al momento de preparar una mesa para festejar la Navidad. Bajó la inflación y otros indicadores, peor la plata rinde menos al momento de comprar un pan dulce.
Buenos Aires, Argentina | Todo El Campo | Argentina está haciendo un esfuerzo enorme para encausar su economía, lo que tiene un altísimo costo que pagan todos los argentinos, sean asalariados, jubilados, empresarios.
Los indicadores comienzan a dar señales en el sentido correcto, como baja de la inflación -aunque sigue alta en comparación con la región- o la baja del riesgo país, entre otras.
La Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA) se planteó el desafío de analizar qué pasa con la capacidad que tienen los argentinos para lograr una mesa adecuada a las fiestas y llegó a la conclusión que “el costo del brindis y la mesa dulce es dos veces lo que valía el año pasado”.
El informe se denomina “Changómetro, edición especial Fiestas”.
Natalla Ariño, economista de FADA dijo que esta “es una época que nos toca de cerca a todos y que en cierta medida sirve para ilustrar la inflación, porque elegimos productos que son típicos: sidra, turrón, garrapiñadas, pan dulce”, entre otros.
Según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos de Argentina (Indec), en noviembre la inflación fue de 2,4%, la más baja en más de 4 años y medio, mientras que la interanual del 166%. Se espera que la inflación de diciembre sea en torno a 2,9% y cierre el año 2024 con una inflación cercana al 120%, según las proyecciones del mercado.
Según FADA, los artículos que hacen a una mesa navideña “presentan particularidades”, por ejemplo, “dentro de la mesa dulce, se pueden ver disparidades en los aumentos de cada producto: se vio un mayor aumento en las almendras con chocolate y menor en la sidra. Otro aspecto a destacar es que los productos analizados son productos estacionales y por lo tanto algunos pueden aumentar más que la inflación general o del rubro alimentos”.
La Ec. Ariño comentó: “Si pensamos en ese momento en el cual estamos todos esperando que se haga la medianoche, se nos vienen a la cabeza las garrapiñadas, el pan dulce, la sidra, las almendras con chocolate. Desde FADA calculamos que una mesa dulce y de brindis para diez personas cuesta hoy $A 37.600. Si lo comparamos con las fiestas del 2023 nos costaba $A 16.425 y $A 6.175 en el 2022”.
Otra manera de medir y arribar a conclusiones es determinar el poder de compra del billete de $A 10.000, de lo que surge que en 2024 “con ese billete compramos un pan dulce, un postre de maní y dos garrapiñadas”, dice el informe. En 2023 esos mismos $A 10.000 eran capaces de comprar 4 sidras, ahora 2; antes 9 paquetes de maní, ahora solo 4; o 5 panes dulces, ahora nada más que 2.
LOS NÚMEROS EN ARGENTINA.
En otro orden, los técnicos de FADA indican que en el año se pueden “visualizar algunos aciertos como la desaceleración de la inflación, la baja de las tasas de interés para créditos y el objetivo constante de equilibrar y ordenar las cuentas públicas”.
Y al analizar los salarios promedios frente a la inflación, “desde abril los salarios estuvieron aumentando más que la inflación mensual. El salario real promedio en setiembre es un 9% más respecto diciembre 2023, sin embargo, no alcanza a recuperar el poder de compra de un año atrás”.
El “consumo sigue debilitado y la reactivación de la economía es insuficiente para que se traduzca en el bolsillo de la gente o en un bienestar generalizado”.
Con ese escenario, “hay grandes desafíos por delante: reactivar el consumo, mejorar salarios, que muchos sectores de la economía puedan crecer para generar más empleo privado, entre otros.
Es necesario que la economía se dinamice, para “hacer crecer la torta, y que la porción que nos toca a cada uno sea aún mayor”, concluyen desde FADA.
En la mañana de miércoles 6, los Laborda, Bulat (Consultora Económica Invecq) y Pisani Claro (de FADA) expusieron en el panel “La economía y agro que se vienen”.
Buenos Aires, Argentina | Todo El Campo | Los economistas Guillermo Laborda, Santiago Bulat y Nicole Pisani Claro, participaron del Foro “La economía y el agro”, organizado por la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA) y Expoagro que se está llevando a cabo esta semana (del 5 al 8 de marzo).
En la mañana de miércoles 6, los Laborda, Bulat (Consultora Económica Invecq) y Pisani Claro (de FADA) expusieron en el panel “La economía y agro que se vienen”.
Guillermo Laborda reflexionó sobre los mercados y que va a pasar en los próximos tres meses. Abordó el tema del dólar futuro, la inflación, los bonos argentinos y el riesgo país.
En materia cambiaria, dijo: “Se estima que para mayo empiecen haber levantamiento de las restricciones, un espacio para la unificación cambiaria y que deje de apreciarse el dólar en términos reales, es decir que la suba del dólar sea mayor a la de la inflación”.
Resaltó que “el campo va a ser un actor fundamental”, pero “para que liquiden los dólares y vendan sus tenencias, es importante que haya expectativas relativamente estables en materia cambiaria y ciertas certezas en el rumbo económico para que empiece a circular en forma virtuosa la economía”, advirtió.
Laborda aclaró que, si bien “se observa un horizonte de mejoras”, éstas se podrán concretar siempre que “se respeten algunas cuestiones esenciales para la economía como el equilibrio fiscal, y la puesta en marcha de reformas tanto laboral como impositiva. Esto permitirá que Argentina empiece a transitar el sendero que otros países vecinos ya han hecho que es la normalización de la economía”, aseguró.
BULAT: DESPUÉS DE LA SEQUÍA, BUENOS TIEMPOS.
El líder de la consultora Económica Invecq, Santiago Bulat, hizo hincapié en el desafío que tiene que enfrentar el gobierno de Javier Milei para llevar a cabo un ajuste tan fuerte en una sociedad que está económicamente complicada.
“Creo que se va a empezar a revertir, pero no hace falta ser tan agresivo en términos de déficit fiscal para buscar el equilibrio financiero, si bien eso puede abrir la puerta a que ingresen más inversiones o a que el mercado confíe un poco más, es un sobreajuste que puede impactar mucho en la actividad o en los ingresos de la gente”, dijo.
Afirmó que “si el mercado compra y empieza a financiar, se podrá ir ajustando un poco menos”, estimando que “lo fiscal se va a seguir consolidando” pero advirtiendo también que “después de haber tenido un año bueno en rentabilidad, empieza uno peor, por lo que la actividad económica se empieza a resentir”.
En cuanto al campo en particular, Bulat expresó: “Creo que este año, como efecto de una contra sequía, el campo va a ser uno de los sectores que más va a traccionar. También hubo una baja en los precios de los fertilizantes a nivel internacional”.
Después de mostrar las proyecciones de distintas variables, concluyó: “El agro, debido a la liquidación de divisas y de siembra con los rindes que va a haber, será uno de los sectores a los que le va a ir bien”.
PISANI CLARO: BUENAS EXPECTATIVAS.
Nicole Pisani Claro, economista jefe de FADA focalizó su mirada puntualmente en el campo destacando los aportes del agro para la economía argentina y su implicancia en materia económica en cuanto a la generación de empleo.
Describió que “la agroindustria genera 2 de cada 10 puestos de trabajo, lo que se puede dinamizar aún más con un panorama más claro para invertir y generar mayor producción”.
También “es generador de divisas genuinas, 7 de cada 10 dólares que ingresan al país provienen de las cadenas agroindustriales, lo que ayuda al superávit de la balanza comercial para importar otros bienes o servicios de otros sectores de la economía”.
Recordó que en 2023 “la sequía impactó considerablemente en la caída de la actividad económica y exportaciones. La parte primaria tuvo una caída económica del 20% y una reducción considerable en las exportaciones. De exportar US$ 60.000 millones en 2022, se exportaron US$ 38.000 millones en 2023”. Asimismo, compartió: “Las expectativas agrícolas para 2024 están siendo buenas, aunque en un contexto de precios debilitados, lo que podría llegar a debilitar también el ingreso de divisas que va a ser bueno pero no como se esperaba hacia fines del año pasado”.
Una vez ordenado el contexto macroeconómico, Pisano Claro espera que se pueda “generar el marco para ir hacia la unificación cambiaria, hablar de la disminución o eliminación de las retenciones con el tiempo, y así poder generar el impacto de inversiones, mayor producción y exportaciones”.
En resumen, “un cambio competitivo para generar las inversiones de las cadenas agroalimentarias sin desalentarlas”, esa será la clave para el crecimiento.
De Uruguay ya sabemos, pero también Argentina, Brasil y Paraguay -Chile mucho menos- dependen de la agropecuaria para progresar.
Hébert Dell’Onte Larrosa | Montevideo | Todo El Campo | Los países del Cono Sur crecen con el agro, o perecen con él. Esa es la primera máxima económica productiva para esta parte del mundo, incluso Chile, quizá el menos agropecuario del vecindario, pero con destacada producción en frutas y hortalizas que lo colocan como un país de destaque en el mundo respecto a esos rubros.
El agro ayuda, pero hay que decir que en Chile la agropecuaria no ha tenido un peso relevante en los últimos años. En 2020, el aporte al PIB fue de 0,7%, en 2021 creció al 4,2% y en 2022 cayó al 0,1%, totalmente marginal. En contraste, las actividades de la rama minera que representaron en 2020 el 8,8%, en 2021 el 9,6% y en 2022 el 10,8%.
Al analizara Paraguay hay que señalar que no exporta nada a China, sin embargo sus exportaciones al resto del mundo son muy importantes. Es bueno tenerlo claro, porque es cierto que China compra mucho y es el motor del comercio mundial -nadie puede negar esa realidad-, pero parece que también se puede sobrevivir sin ella, así que tal vez haya que mirar y depender menos de la voluntad del gigante asiático y buscar otros mercados alternativos sin dejar de vender a Pekín.
Lo que no se entiende es cómo Paraguay parece poder y el resto del mundo dependemos de los movimientos que Xi Jinping quiera o no hacer.
BRASIL BUSCARÁ ROMPER SU PROPIO RÉCORD.
El Centro de Estudios Avanzados en Economía Aplicada (Cepea) de la Escuela Superior de Agricultura de la Universidad de San Pablo (Esalq/USP), en asociación con la Confederación de Agricultura y Ganadería de Brasil (CNA), divulgó un informe en el que señala que en 2022 el agronegocio representó el 24,8% de PIB de ese país.
El año anterior, en 2021, la participación agropecuaria había sido del 26,6%, un año récord.
Hace unos días, el periodista económico Vinicius Torres Freire escribió en el diario Folha de Sao Paulo que la economía de Brasil se enfrió, y manifestó su preocupación por poder dilucidar “de dónde pueden venir los impulsos para el crecimiento de 2024”, lo que por ahora no se ve con claridad.
Sin embargo, una vez más la esperanza de la economía brasilera parece que se apoya en la agropecuaria ya que gracias a ella Brasil -particularmente por las exportaciones de carne de vacuno y soja- está entre las nueve principales economías del mundo.
Lo que sí es cierto, es que en 2024 Brasil buscará romper su récord agropecuario de 2021, porque como dice el título, sin agro no se puede crecer.
ARGENTINA Y LAS CUATRO MEDIDAS PROPUESTAS POR FADA.
Sobre Argentina la Ec. Nicolle Pisani Claro dijo que en 2022 “las cadenas agroindustriales aportan 1 de cada 4 dólares del PIB, lo que equivale a US$ 105.091 millones, es la actividad que mayor aporte genera”.
La Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA) aseguró que con cuatro medidas claves se puede potenciar el sector: 1) cero retenciones, 2) cero restricciones, 3) un solo dólar (no los más de 40 que tiene ahora); y 4) reglas de juego claras (seguridad jurídica).
Solo con eso, “el sector agropecuario puede generar 544.000 nuevos puestos de trabajo, lo que es más de un tercio del desempleo actual”, dijo el Ec. David Miazzo, economista jefe de FADA. Si se toman las cuatro medidas antes señaladas, “la producción de grano puede crecer 56%, y se podría producir un millón de toneladas adicionales de carne de vacuno”.
Países como Australia, Nueva Zelanda, Canadá, Estados Unidos, Ucrania, Rusia, Uruguay, Paraguay y Brasil, todos ellos cumplen con esas cuatro políticas, excepto Argentina, y eso es parte de la explicación de por qué Argentina se ha quedado atrás en término de crecimiento, PBI per cápita, poder adquisitivo y generación de empleo respecto a nuestros países comparables”, agregó Miazzo.
El primer semestre 2022 ingresaron a Argentina US$ 31.000 millones por exportaciones agro, la cifra más alta de la historia Por cada 10 dólares que ingresan al país, 7 vienen del agro.
Argentina | “En el mundo hay alrededor de 195 países y Argentina le exporta productos agroindustriales a más de 170. Este semestre tuvimos un récord histórico de ingreso de divisas agro, 21% más que el primer semestre de 2021. Estos datos, que se desprenden del Monitor de Exportaciones Agroindustriales, son un faro que indica las enormes potencialidades que tenemos como país”, afirma Nicolle Pisani Claro, economista de FADA. “Esto es bueno para cada uno de los argentinos ¿Por qué? Porque esos dólares sirven para comprar lo que no producimos, evitar crisis, generar empleo y ayudar al Estado a brindar mejores servicios”, concluyó la economista.
FADA (Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina) publicó su informe semestral Monitor de Exportaciones Agroindustriales, una radiografía que analiza 20 complejos bajo la luz de 10 indicadores. El resultado es un trabajo con más de 200 datos que dejan ver qué producimos, cuánto, dónde, qué destino tiene, qué puesto ocupamos en el mundo, entre otros.
RÉCORD HISTÓRICO DE DIVISAS: ALGO NUNCA ANTES VISTO.
Las cadenas agroindustriales generaron un ingreso de divisas de US$ 31.000 millones de dólares en este primer semestre. Es lo más alto que se ha registrado en la historia y un 21% más que el primer semestre 2021. “Esto demuestra que no faltan dólares, de hecho, han ingresado dólares como nunca antes en la historia. Sino que sobran pesos en un contexto de emisión monetaria, cepo cambiario y tipo de cambio oficial atrasado”, afirma David Miazzo, Economista de FADA.
Este Monitor semestral permite ver los movimientos de los distintos complejos a lo largo del tiempo. Desde la última edición, es posible ver que 8 complejos se destacan por haber aumentado sus exportaciones en dólares: trigo (105%), cebada (72%), girasol (62%), legumbres (55%), limón (44%), lácteo (38%), maíz (27%) y avícola (22%).
La producción agropecuaria se origina en las provincias, por lo que, dado que los Derechos de Exportación (DEX o retenciones) provocan que los productores de las provincias perciban menos ingresos, esto se traduce en menores recursos que llegan al interior productivo, y que impacta en un menor nivel de gasto e inversión a nivel regional, con los efectos que esto genera sobre la actividad y el empleo de los pueblos y ciudades a nivel federal.
Durante los primeros seis meses de 2022, AFIP (Administración Federal de Ingresos Públicos) recaudó un total de US$ 5.684 millones en concepto de DEX. Las cadenas agroindustriales representaron el 94% con un total de US$ 5,300 millones. Si se agrupan por cadenas, los cereales y oleaginosas representaron el 91%, seguido por las economías regionales 2%, cadenas cárnicas con un 4%, lácteos 1% y el resto un 2%.
“Por ejemplo, considerando el aporte de DEX en soja, maíz y trigo, una provincia como Buenos Aires pierde ingresos por US$ 1.479 millones, Córdoba US$ 1.322 millones y Santa Fe US$ 868 millones. Santiago del Estero US$ 345 millones y Entre Ríos US$ 211 millones”, explica Pisani Claro.
¿POR QUÉ ES BUENO QUE ARGENTINA EXPORTE?
“Esto puede responderse desde muchas aristas”, explican desde FADA. Disponer de más dólares genera múltiples beneficios: implica tener más respaldo para nuestra moneda y así evitar devaluaciones y cepos cambiarios. Con una moneda más fuerte el poder adquisitivo de los argentinos puede mejorar, en lugar de seguir deteriorándose. Generar dólares genuinos evita que el país tenga que endeudarse y que cada tanto no pague sus deudas.
“Por otro lado, cuando exportamos nuestros productos se generan miles y miles de puestos de trabajo. De todo lo que producen las cadenas agroindustriales, el 50% se exporta. Pensemos la cantidad de puestos de trabajo que no existirían si no exportáramos. O para verlo desde lo positivo, imaginemos los miles de puestos que podrían generarse si exportáramos más todavía. Por eso decimos que se genera un círculo virtuoso: más producción, más trabajo, más ingreso de dólares”, afirma Miazzo.
PODIO MUNDIAL: ¿DÓNDE ESTAMOS UBICADOS?
El informe revela que estamos primeros en el mundo con granos y economías regionales: ocupamos el primer puesto con harina y aceite de soja, aceite y jugo de limón, porotos y maní. Estamos segundos con yerba y maíz, terceros con leche en polvo, cuartos con peras, poroto de soja y aceite de girasol y ocupamos el quinto puesto con camarones y langostinos y lanas.
“Si seguimos con la lógica de los podios y rankings también hay que mencionar las escaladas que tuvimos: con el complejo arroz pasamos del puesto 16° al 15°, con el avícola del 11° al 10°, con la leche en polvo pasamos del 4° puesto al 3° y con el aceite de girasol también pasamos de ser 5° en el mundo a ocupar el 4° puesto”, resaltan desde FADA.
¿Quiénes son nuestros principales compradores?
Al mirar el mapa de los países que más consumen nuestros productos, vemos que se encuentran: Brasil (leche en polvo, porotos, peras, manzanas, trigo), Estados Unidos (limón, té, vinos, forestal), España (arroz, pescado), Países Bajos (maní), Alemania (lana), Siria (yerba), China (carne aviar y bovina, cebada), Vietnam (maíz), India (aceite de girasol, soja) y Angola (carne porcina).
Otro indicador que mide el estudio de FADA es la concentración de destinos, el cual concluye en que, en promedio, el 62% de las exportaciones agroindustriales se vende a los primeros 5 países compradores. “Es un dato relevante ya que las cadenas con menor concentración de destinos tienen una menor dependencia para la colocación de sus productos en el mercado internacional”, explica Pisani Claro.
NÚMEROS DEL MONITOR DE EXPORTACIONES DE FADA.
Exportaciones agroindustriales son 70% de las exportaciones totales del país.
7 de cada 10 dólares generan las cadenas agroindustriales que exportan.
5,3 millones de dólares aportaron las cadenas agroindustriales en Derechos de Exportación el primer semestre 2022.
Del total recaudado en concepto de Derechos de Exportaciones, el 91% es por cereales y oleaginosas, 2% economías regionales, 4% carnes, 1% lácteos y 2% otros productos.
Top five: Podio de posición argentina en el mercado mundial:
1º puesto como exportador de harina y aceite de soja, aceite y jugo de limón, porotos, maní.
2º exportador mundial de maíz y yerba.
3º exportador de leche en polvo.
4 º en peras poroto de soja y aceite de girasol.
5º camarones y langostinos y lanas.
Top 3 de mayores exportadores: complejo soja (39%), complejo maíz (15%) y trigo (12%).
Top 5 de complejos con mayor inserción internacional: té (94%), maní (93%), limón (91%) cebada (78%) y soja (74%).
Top 3 de complejos con mayor concentración de origen: té (100% NEA), lácteo (100% Pampeano) y legumbres (99% NOA).
Top 3 de productos con mayor share de mercado: aceite soja (49%), harina de soja (36%) y yerba (34%).
Top 3 de complejos con mayor concentración de destinos: yerba (89%), cebada (88%) y té (88%).
50% es la inserción internacional promedio de los 20 complejos.
62% es la concentración promedio de los primeros 5 destinos de las exportaciones de los 20 complejos.
El 25,6% de lo que Argentina produce proviene del campo. En un año, aumentó lo que el agro aporta al PBI nacional. 1 de cada 4 dólares del PBI lo originan las cadenas agroindustriales. El 49% de la producción es valor agregado.
Buenos Aires, Argentina | FADA (Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina) publicó un informe en el que señala que el aporte de las cadenas agro al PBI nacional creció de 24,1% a un 25,6% en un año, comparando 2021 con el 2020. El dato deriva de un informe anual de FADA (Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina) sobre el aporte de las cadenas agroindustriales al PBI, “a nuestra torta nacional”.
El estudio demuestra que, en 2021, el 25,6% de lo que produce el país viene del campo en sus distintas etapas. “Las cadenas agroindustriales aportan 1 de cada 4 dólares del PBI, lo que equivale a 105.091 millones de dólares, es la actividad que mayor aporte genera”, destacó Nicolle Pisani Claro, economista de FADA.
“Le siguen en importancia: la actividad comercial mayorista, minorista y de reparaciones (13%), la industria manufacturera no agropecuaria de productos como autos, prendas de vestir, maquinarias, etc. (11,7%), la actividad inmobiliaria (10,6%) y salud y educación (10,5%)”, enumeró la economista.
“El aporte de las cadenas agro sobre el PBI nacional creció en 1,5 puntos porcentuales, es decir, en 2021 se aportó más que en 2020. Este 25,6% actual es la segunda participación histórica más alta, desde 2004 a 2021, por encima del 22,9% promedio de ese período. Esto demuestra la importancia de que el agro crezca, pero también que el resto de la economía traccione”, agregó Pisani Claro cuyas declaraciones se añaden al Informe de FADA.
Dentro de la composición del PBI de las cadenas agroindustriales se destaca, como las principales ramas de actividad que aportan al mismo, la actividad comercial con el 25,9%, la producción de alimentos y bebidas con un 24,7%, agricultura con 19,2%, ganadería 8,4% y servicios conexos 6,3%.
¿PODEMOS AGRANDAR MÁS LA TORTA?
“Las cadenas agroindustriales tienen potencial para crecer, aún más en un contexto internacional que demanda y paga más por lo que producimos y exportamos, como granos, carnes y productos de las economías regionales”, afirmó David Miazzo, economista jefe de FADA. “Las condiciones pasan por lograr algún nivel de estabilidad macroeconómica, con menor inflación, emisión monetaria y gasto público, menor nivel de presión fiscal y trabas burocráticas, mayor inserción internacional y disponibilidad de crédito accesible y de largo plazo”, indicaron los economistas de FADA.
“Para lograr un país con mayor desarrollo se necesita del campo y su industria, pero también del resto de las industrias, el comercio, los servicios, la energía, el turismo y las actividades relacionadas a la economía del conocimiento y para eso es necesario generar el contexto propicio a nivel nacional para que tengan el marco adecuado para crecer y generar mayor actividad económica con sus efectos positivos: más empleo, más inversión, más generación de divisas, etc.”, advirtieron los economistas.
Con estos informes, FADA intenta explicar qué es el PBI (Producto Bruto Interno), cómo se conforma, qué significa que crezca y qué beneficios trae. “El PBI o actividad económica es todo lo que producimos en Argentina, tanto productos como servicios, a mayor producción, más alto es el PBI. “Podemos pensar al total de la actividad económica como una torta: unos trabajan para el trigo, la leche, los huevos, el azúcar; otros convierten productos en harina, dulce de leche, crema, manteca; otros se encargan de que funcione la electricidad y el gas; otros venden y transportan esos productos. Cada uno de esos actores es clave en la producción de esa torta de todos los argentinos. Un PBI más alto es bueno para todos, porque significa una torta más grande, que permite que la porción que nos toca a cada uno sea también mayor”, explicó Pisani Claro.
El PBI de las cadenas agropecuarias y agroindustriales incluye muchos eslabones que intervienen para producir, transportar, industrializar, comercializar y exportar alimentos y demás productos agropecuarios.
ES IMPORTANTE QUE CREZCA EL PBI.
“Si nos preguntamos cuán importante es que crezca la actividad económica la respuesta es sencilla: es crucial, porque la única forma genuina de generar más trabajo y mejores salarios es produciendo más. Mientras mayor sea la producción mayor será el nivel de empleo y de salarios. Por eso, muchas veces se insiste en que se deben aplicar medidas que incentiven una mayor producción y exportación, no políticas que la desincentiven, como pueden ser un derecho de exportación o una restricción a las exportaciones”, sostuvo Pisani Claro.
“Cuando la economía crece, la gente consume más, el Estado recauda más por impuestos entonces puede gastar más, alguien que tiene una empresa y ve que las ventas crecen puede querer aumentar la producción e invertir. A la vez necesita más trabajadores para producir más, entonces se generan puestos de trabajo y podríamos seguir. Así funciona básicamente la economía, me impacta directamente que la economía crezca o no, independientemente de en qué trabaje”, concluyó la economista.
“Hay empresas que producen insumos, como fertilizantes, semillas y fitosanitarios, otras que se los venden a los productores, están las que los transportan. Productores y contratistas que con estos insumos siembran y cosechan granos. Camioneros que llevan esos granos a industrias donde se convierten en harinas, aceites y biocombustibles, o los trasladan a puertos donde se cargan a barcos para ser exportados, o los llevan a feedlots o granjas de cerdos y pollos, donde los granos se convierten en carne. También hay empresas y personas que se dedican a faenar estos animales, otros que los trasladan a supermercados y carnicerías, donde los consumidores podemos comprarlos, entre una infinidad de actores económicos que intervienen en las cadenas agropecuarias y agroindustriales”, explicó Miazzo.
“En cada una de estas etapas se pagan impuestos, se generan inversiones y trabaja gente, que luego con sus ingresos consume productos o servicios que producen otras cadenas productivas, desde ir a una peluquería hasta comprar ropa. Con esta enumeración desordenada sólo se busca mostrar como con cada kilo de granos, carnes y demás productos agropecuarios que se produce se pone en marcha una maquinaria inmensa de personas y empresas que ayudan a mover la economía”, reflexionó.
PRODUCCIÓN PRIMARIA TAMBIÉN ES VALOR AGREGADO.
Miazzo aclaró: “Hay un mito de que la “producción primaria” no genera valor agregado. Pero eso no es así, del valor que produce la producción primaria en Argentina, un 49% es valor agregado. El dato destierra la creencia de que el agregado de valor sólo se da en las etapas industriales, ya que la producción primaria en sí misma es agregado de valor. De hecho, cabe mencionar que se habla de “producción primaria”, no por ser una producción más básica sino por ser la primera etapa en una cadena productiva”.
¿QUÉ PASÓ CON EL PBI?
Este informe muestra la recuperación de la actividad económica tanto nacional agroindustrial como de otros sectores durante 2021, tras una caída de la actividad económica producto del Covid-19.
En comparación con la medición anterior la recuperación del PBI nacional registró un aumento de un 9,8% y en particular en las cadenas agroindustriales fue de un 7,7%.
“Es importante destacar que no alcanza con que estas cadenas funcionen bien. Así como es importante potenciar el agro, para que el país pueda crecer, generar empleo y mejorar la calidad de vida de los argentinos es necesario que todas las actividades productivas marchen de la mejor manera, que ganen competitividad, escala y mayor inserción internacional”, señalaron desde FADA.