Aunque el porcentaje es insoportablemente alto, mejoró algo frente a los 62 pesos cada 100 de la medición anterior. Argentina debería seguir mejorando para dar respiro al sector agropecuario.

Montevideo | Todo El Campo | A pesar del perfil “libertario” del presidente argentino, Javier Milei, el Estado de ese país sigue tragándose los ingresos que genera el sector productivo. El último informe de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA) establece que el Estado se queda con el 58% de la renta agrícola.

“El peso de los impuestos sigue siendo alto”, del “58% de la renta agrícola”, expresa y se preguntan los autores del documento: “¿Qué pasaría si bajaran? ¿Por qué nos serviría a todos? La baja temporal de retenciones muestra su impacto. ¿Y si siguieran bajando hasta eliminarse?”

Aunque alta, la participación del Estado que ahora es del 58% de la renta, tuvo una baja de 6,3% “en relación a la última medición que había dado 64,3%”. El informe de FADA  es trimestral.

Actualmente, “de cada 100 pesos, 58 se van en impuestos, hace unos meses se iban 64”.

La Ec. jefe de FADA, Nicolle Pisani, explicó: “Aunque la carga impositiva bajó levemente desde la última medición aún sigue siendo alta, más de la mitad se lo queda el Estado. Si esa mochila fuera más liviana ayudaría a que haya más inversiones, más producción, más trabajo y más consumo en general”.

 “La disminución se vincula con el impacto de la baja temporal de las retenciones o derechos de exportación (DEX) sobre los cultivos, combinado con una leve mejora en los precios de los granos, por eso una de las preguntas es ¿qué pasaría si la medida temporal fuera el puntapié hacia la eliminación total? Podría traer más beneficios”, destacó la economista.

“Esta baja beneficiaría a todos, porque ante menos impuestos, se generan más inversiones, lo que trae más producción, más empleo y todos podemos consumir más.  Podemos verlo en una rueda en la que estamos todos, con menos impuestos se va destrabando esa rueda y se moviliza toda la economía”, agregó Antonella Semadeni, otra economista de FADA.

El informe trimestral de FADA mide qué porcentaje de la renta agrícola (el valor de la producción menos los costos) se destina al pago de impuestos nacionales, provinciales y municipales. Esta renta se distribuye en tres: impuestos (participación del Estado), renta de la tierra y resultado agrícola. En esta medición, los impuestos no coparticipables representaron 57,7% del total, los coparticipables 34,2% y los provinciales y municipales 7,1%.

Mientras que el promedio ponderado de cultivos a nivel nacional es de 58%, la participación del Estado en soja es del 62,4%, maíz 49,7%, trigo 72,6% y girasol 55,1%.

¿EN QUÉ IMPACTA LA BAJA TEMPORAL DE LAS RETENCIONES?

Cuando baja la carga de impuestos al campo esto trae un impacto positivo para todos. Menor carga impositiva se traduce en más inversión, más empleo y un mayor desarrollo para Argentina, favoreciendo el crecimiento económico y abriendo nuevas oportunidades en distintas áreas productivas. La reducción de impuestos actúa como un incentivo clave para el desarrollo económico.

Por otra parte, los impuestos nacionales no coparticipables representan el 58% lo que impacta en el federalismo fiscal. Estos impuestos, liderados por los derechos de exportación, representan una salida de recursos de las provincias productivas. En esta medición se muestra que la baja temporal de las retenciones redujo la proporción de estos impuestos, ubicándolos en su menor nivel desde el año 2020. “Si bajan los impuestos no coparticipables como las retenciones, hace que el peso de los coparticipables sea mayor, lo que resulta en un esquema más equilibrado en cuanto a la distribución de los recursos”, explicó Semadeni.

POR PROVINCIA.

El 58% mencionado es a nivel nacional, pero FADA también analizó el caso por provincia.

Mientras el Índice FADA nacional es de 58%, las provincias muestran diferencias según costos, producción e impuestos locales.

Córdoba registra un 59,1%, Buenos Aires 55,9%, Santa Fe 55,7%, La Pampa 57,2%, Entre Ríos 62,5% y San Luis 56,1%.

“Cada una de estas provincias enfrenta realidades distintas en cuanto a sus rindes, estructura de costos e impuestos, lo que explica la variabilidad de estos resultados”, concluyó Pisani.

INFORME COMPLETO DE FADA.

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