El MGAP está en alerta por intoxicación en ganado con bocopa.
A mediados de marzo el Dr. Rafael Carriquiry había hecho la advertencia por la presencia de los hongos tóxicos en montes de Eucaliptus, ahora el Ministerio expresó estar en alerta.
El 11 de marzo Todo El Campo se hizo eco de la advertencia del Dr. Rafael Carriquiry del Instituto Plan Agropecuario, sobre la presencia de hongos tóxicos que afectaban el ganado, un mes después el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) publicó un alerta en la web ministerial.
Bocopa es es una enfermedad del ganado altamente tóxica causada por el hongo Ramaria (Clavaria) flavo-brunnescens, conocido como “hongo de los Eucaliptus”. Veterinarios de la División de Sanidad Animal de la Dirección General de los Servicios Ganaderos, se encuentran monitoreando y visitando predios de productores, ante la ocurrencia de casos de intoxicación en ganado por ingesta.
La enfermedad es de alta morbi-mortalidad y afecta principalmente bovinos y ovinos, pero también puede ocurrir en cerdos domésticos, jabalíes y equinos. El bocopa ocurre cada otoño en todo el país, desde que fuera primeramente descripta por técnicos de la División de Laboratorios Veterinarios (Dilave/MGAP) en 1957.
Los animales pierden peso, se babean debido a ulceraciones extensas (Figura 1) y desprendimiento del epitelio de la lengua (Figura 2), sufren claudicaciones por desprendimiento de las pezuñas o cascos, y hay caída de los pelos, especialmente de la cola (Figura 3) y hasta desprendimiento y caída de los cuernos en animales astados (Figura 4).
En ovinos, y más raramente en vacunos, la enfermedad cursa con signos nerviosos severos, convulsiones y hemorragias en cámara anterior de ojos. La letalidad del alcanza al 38% en bovinos y 49% en ovinos, según datos históricos de Dilave/MGAP.
El bocopa es una enfermedad emergente en Uruguay, dado que el número de brotes aumenta año a año en paralelo al crecimiento de la forestación y los sistemas silvopastoriles (Figura 5).
El crecimiento del hongo es masivo en otoño, especialmente luego de veranos secos, como el presente año, por lo que es de esperar un mayor número de casos en los meses de abril, mayo y junio, que son los meses de mayor incidencia y mortalidad. A la fecha, se ha comunicado un rebrote temprano del hongo y se han detectado animales afectados en forestaciones de Tacuarembó y otras zonas del país.
La enfermedad es importante para la vigilancia epidemiológica del país ya que puede confundirse con fiebre aftosa o incluso encefalopatía espongiforme bovina, debido al cuadro nervioso, por lo que se recomienda solicitar asistencia profesional veterinaria y comunicar los casos a los Servicios Departamentales de Sanidad Animal, y eventualmente consultar para remitir muestras del hongo o de los animales afectados a los laboratorios de Dilave.