El paro del PIT-CNT y la Expo Prado.

El paro del PIT-CNT y la Expo Prado.

Los paros solo sirven para dar poder, o la ilusión de poder, a un puñado de sindicalistas que suelen ser los mismos a pesar de los años que pasan.

Hébert Dell’Onte | En los años 80 cuando Uruguay retomó la senda de la democracia, los paros se cumplían a rajatabla. Luego de más de una década de dictadura, la gente tenía necesidad de sentirse libre y parar era un acto de libertad.

Cada vez que el PIT-CNT resolvía un paro general todos acataban, o una buena mayoría que se hacía sentir.

En Montevideo -el interior es otra historia- las calles quedaban vacías, los negocios cerraban todos, tampoco había ómnibus. A igual que hoy se daba el fenómeno del desconocimiento de los trabajadores y la población en general sobre el por qué parar y muchas veces en la plataforma lucían temas nacionales y concretos que se mezclaban con consignas tan ambiguas como “No al imperialismo”, o más concretas del tipo “Fuera el FMI”, incluso a favor de la revolución sandinista y otras cuestiones propias de la guerra fría y de un mundo que ya no es el mismo.

Pero la gente paraba, porque además de ese acto de libertad también era una forma de expresar poder. Una manera de decirle a los gobernantes que tenían el instrumento del paro para canalizar sus críticas. Eran tiempos en que paraban los afiliados a los sindicatos y los que no, los que estaban en contra del gobernante del turno (Julio María Sanguinetti y Luis A. Lacalle en los años 80 y 90), pero también los que estaban a favor. Todo por esa libertad y ese poder.

Salir a la calle uno de aquellos días era como un domingo y feriado a la vez, no se veía a nadie, eso sí, al recorrer los barrios montevideanos al medio día no faltaba el olor a la carne haciéndose a las brasas que salía de los patios o las terrazas.

Lo que sucedía era que ese paro que el PIT-CNT decía que era un día de lucha y reflexión, tal vez lo fuera para los que escuchaban CX30, pero no para la mayoría. El paro se acataba, pero la mayoría lo convertía en una jornada de encuentro familiar o con los amigos, cuando no de puro ocio.

Mucho de eso fue cambiando, aún está cambiando, y aunque siempre hay quienes acatan, todos aprendimos que la libertad y el poder se ejerce de otras maneras y no haciendo paros que no conducen a nada, paros que solo sirven para dar poder, o la ilusión de poder, a un puñado de sindicalistas que suelen ser los mismos a pesar de los años que pasan.

Desde la oposición política como del sindicalismo se celebra el supuesto éxito del paro del jueves 15 y se apoyan en las redes sociales con fotografías de avenidas desiertas. El problema es que las avenidas no son representativas de la realidad. Hay que meterse en las calles transversales, recorrer los barrios donde están los pequeños comerciantes, almacenes, puestos y panaderías. La gente quiere trabajar y el que puede lo hace. Las avenidas vacías son un espejismo.

Pero hay algo que se mantiene: muchos de los que paran aprovechan el día para estar con la familia o incluso ir a ver la Expo Prado que el jueves se colmó de público atraído por su atractivo natural, pero también aprovechando el día “libre” que le dio el PIT-CNT. De las consignas contra el Gobierno, pocos se acordaron.

Foto Twitter de Adrián Silva.

¿Qué Prado viviremos?

¿Qué Prado viviremos?

La agenda nacional es larga y los tiempos cortos. Mientras tanto, la producción espera: la carne, la lana, la leche, la agricultura, la citricultura, etc., la hidrovía y los puertos.

Horacio Jaume | Todos nos preguntamos hoy qué Prado vamos a vivir. Generalmente eso está supeditado al momento que está viviendo la agropecuaria que puede verse afectada por factores climáticos que afectan la producción, a determinados mercados que presentan dificultades, o medidas políticas que se necesitan para destrabar una situación.

La mayoría de ellas las hemos vivido en su momento y sabemos cómo sobrevuelan durante toda la exposición, mientras se realizan los concursos de la mayor muestra genética.

Este año tiene ciertas particularidades, si bien existen temas como los mencionados, lo más importante es otra cosa.

A la administración Lacalle, desde que comenzó, le fue muy difícil marcar su hoja de ruta. Desde que tuvo el poder debió atender cosas que estaban fuera del libreto, que van desde la pandemia que puso al mundo de rodillas, hasta la guerra entre Rusia y Ucrania.

Cuando creíamos que habíamos dejado a la pandemia atrás, el plebiscito por la LUC volvió a exigir el máximo esfuerzo para superarlo. El resultado de ese plebiscito nos dejó una fuerza sindical enojada “con la marca ardiendo”, que pone a sus principales figuras en la fuerza de la oposición. Mientras que la Rendición de Cuentas que había sido un poco aplazada en la pandemia se tornó muy difícil.

Hoy las reformas de la Educación y de la Seguridad Social atraen la mayor atención.

Mientras todo esto sucede, los mercados internacionales han sido favorables y hemos colocado nuestros productos a buenos precios y buen volumen, y en muchos casos rompiendo récord.

Si bien eso es cierto, los sistemas de producción no han cambiado tanto. Más allá del engorde a corral y los patios de suplementación, no nos queda mucho por mencionar para que ese aumento de la producción nos permita encarar nuevos desafíos.

Hoy los problemas a superar están mas de las porteras para adentro que de las porteras para afuera.

La administración Lacalle debe encarar la segunda parte de su mandato tratando de recuperar el tiempo perdido.

 ¿Estamos en condiciones de aumentar nuestra producción? Hablo de todas las producciones, como también de la infraestructura.

¿Cuáles son las trabas?  Los sindicatos están malheridos y enojados, los tiempos políticos corren y las aspiraciones crecen, esos serían algunos.

Mientras la producción espera: la carne, la lana, la leche, la agricultura, la citricultura, etc., la hidrovía y los puertos. La agenda es larga y los tiempos cortos.

Oficialismo y oposición condenaron agresión a Robert Silva.

Oficialismo y oposición condenaron agresión a Robert Silva.

Lo sucedido no pude sernos indiferentes, ni puede dividirnos como sociedad, la condena debe ser enérgica y unánime.

Hébert Dell’Onte | El jueves 1° de setiembre el presidente del Codicen, Robert Silva, concurrió al barrio Cerro de Montevideo a mantener un diálogo abierto, con todos los ciudadanos que quisieran asistir, sobre la reforma educativa que lleva adelante el Gobierno. Nada más democrático y transparente en los gobernantes que acercarse a los barrios y exponer allí el por qué de las cosas, escuchar y explicar.

Pero ese gesto democrático no empezó ni terminó bien. Un grupo de manifestantes intentó impedir la realización de la jornada, y aunque no logró totalmente su objetivo sí causó importantes molestias y tensiones innecesarias e intolerables en una sociedad de valores democráticos como la nuestra.

Todos vimos a través de las redes sociales y los medios de comunicación el escenario de empujones y gritos propios de gente irracional e intolerante. Todo eso es repudiable, pero lo más grave fue cuando Silva se retiraba del lugar y unas personas, arrojaron objetos contra el vehículo y uno de ellos rompió el vidrio trasero con un termo.

En el lugar y a pocos minutos de sucedido el hecho, el director de Convivencia del Ministerio del Interior, Santiago González, dijo que ese tipo de agresiones no se pueden permitir y marcó una línea separando los insulto y gritos de la violencia.

Además, valoró la presencia de legisladores de todos los partidos políticos que concurrieron al lugar y trabajaron para mantener todo dentro del cause democrático y de tolerancia.

Por otra parte, la situación grave y desagradable, generó la condena de la mayoría de los actores políticos del oficialismo como de la oposición. Con mayor o menor énfasis, todos estamos de acuerdo en que ese tipo de acciones no se pueden tolerar, y expresarlo abiertamente y sin miedos es la obligación de todos.

Los senadores de la coalición escribieron un “comunicado de apoyo” a Silva en el que expresan el “más absoluto rechazo a los hechos de violencia y los agravios” sufridos el presidente del Codicen.

Destacan “la voluntad de diálogo” del jerarca y su “esfuerzo en recorrer cada localidad del país” con el objetivo de explicar la transformación educativa que encabeza, por lo cual “debe ser reconocido y recibido en paz, y con un verdadero debate e intercambio de ideas”.

“Ofrecemos nuestro total apoyo a las autoridades de la Anep”, concluyen.

Desde la oposición hubo expresiones individuales alineadas en la condena. El presidente del Frente Amplio, Fernando Pereira, invitó a la sociedad “a reflexionar”.

“Hay legitimidades que hay que hacer valer”, como que Silva haga una charla sobre la reforma “que él y su Gobierno defienden”; y “por otro lado la posibilidad de que aquellos ciudadanos y colectivos que tienen una posición contraria puedan protestar, criticar y movilizarse”.

“Estas legitimidades no pueden validar actitudes violentas (…) y por lo tanto hay que condenarlas. Estas cosas no nos pueden pasar como sociedad”, enfatizó.

También desde el Frente Amplio, el intendente de Canelones, Yamandú Orsi, escribió en sus redes sociales que está bien tener “pasión”, “vehemencia”, “convicciones e ideas firmes”. “Pero el debate, hoy por la educación, mañana por la seguridad social y pasado por otro tema, no justifica jamás la agresión. Toda mi solidaridad con Robert Silva. Bajemos la pelota, dialoguemos”.

La intendenta de Montevideo, Carolina Cosse, a la cual le gusta opinar sobre todos los temas, al momento de escribir esta columna no se ha expresado, por lo que no se sabe qué piensa al respecto.

Lo sucedido no pude sernos indiferentes, ni puede dividirnos como sociedad, la condena debe ser enérgica y unánime, para que quienes están tentados por esas acciones patoteras y cobardes sepan que están solos, que son una minoría y que no encontrarán eco en las instituciones, en las organizaciones sociales, en la política.

Por otro lado, sería muy buena cosa una rápida acción de la justicia.

Hemos visto que ante empujones o algún chisporroteo menor en una cancha de fútbol, algún fiscal se ha apurado en llamar a los jugadores involucrarlos para retarlos -literalmente- como nenes chicos. Bueno, queremos ver ese celo profesional de los fiscales en casos de importancia como este que nos ocupa, y que los responsables -algunos de ellos ya identificados- reciban lo que la ley indica que se merecen.

Está en juego la calidad democrática, y eso no es poca cosa.

Un nuevo Prado

Un nuevo Prado

Desde el 9 de setiembre, hasta el domingo 18, la Expo Prado se convertirá en el centro de atención de todo el país.

Horacio Jaume | Según el calendario estamos prácticamente en el final del invierno. Un invierno que ha sido seco y largo, y de acuerdo a lo que estamos viviendo con pocas ganas de irse. Tan es así que hay muchas zonas del país que tienen importante falta de agua.

Las praderas y los verdeos son de los que más han sufrido esta situación, que no solamente sufrieron cuando fueron implantadas, sino que posteriormente y hasta hora, no han podido mostrar todo su potencial.

Las vacas, indudablemente, sintieron esa situación y perdieron estado, y ahora deben parir, amamantar a los terneros y acomodarse para entrar nuevamente en servicio.

Nada nuevo, pero sí somos conscientes que son los grandes cuellos de botella que tiene la cría, y debemos enfrentarlos.

Los mercados siguen siendo tentadores, tanto lo que se refiera a la demanda como a los precios. Lo que no sabemos es si frente a esa buena demanda estamos en condiciones de poder enfrentarla en tiempo y forma.

Los tiempos cambian, hoy la mayoría de las interrogantes están de la portera para adentro.

¿Qué pasa en el barrio?

Argentina no nos deja de sorprender ya que su vicepresidenta se encuentra actualmente procesada y con un pedido del fiscal de 12 años de prisión. Ella, amparada por sus fueros no ha encontrado mejor forma de defenderse que poniendo a la justicia como poco confiable, para decirlo de la manera lo más prudente posible.

En tanto que Brasil, a escasos días del acto eleccionario, los dos principales candidatos, Lula y Bolsonaro, no encuentran adjetivos para denostarse unos a otros.

En la interna nos encontramos en plena votación de la rendición de cuentas, eso trae como consecuencia protestas, marchas y hasta interpelaciones. Además de la rendición se han sumado también las reformas de la educación y de la seguridad social.

Mientras tanto, el Ejecutivo ha dado clara señales donde poner el mayor esfuerzo.

La inversión en carreteras y puentes es la mayor que se haya realizado. Mientras que el puerto de Montevideo no deja de crecer y la hidrovía tiene un lugar preferencial en la agenda presidencial. Lo mismo que el proyecto del puerto en el Tacuarí que permitiría salir hacia los puertos brasileños por la laguna Merín a la producción del noreste y norte del país, abatiendo con esto los costos de fletes y permitiría a esa zona ser competitiva.

Frente a este panorama tenemos un nuevo Prado, donde la cabaña nacional tiene su máxima fiesta. Donde también concurren, durante la muestra, además de 500.000 personas y todo el espectro político.

Quien quiera hacer conocer su opinión allí va a encontrar a toda la prensa para que lo pueda escuchar. También se realizan distintas reuniones con dirigentes de la ARU, invitados por estos.

Como corolario final los discursos de la ARU y el Ejecutivo fijarán la posición de ambos sobre el futuro.

Por todo eso el Prado siempre concita esa atracción extra que va más allá de la genética que ya de por sí es muy importante.

Jugar con fuego, la peligrosa insinuación del narcotráfico en la política.

Jugar con fuego, la peligrosa insinuación del narcotráfico en la política.

Dinamitar el sistema político es dinamitar la democracia, ya tenemos experiencias en ese sentido y creo que no nos ha gustado, a nadie.

Hébert Dell’Onte | Luego de varias horas de debate e intercambio finalizó la interpelación a los ministros del Interior y Relaciones Exteriores, Luis A Heber y Francisco Bustillo, sin que oficialismo y oposición se pusieran de acuerdo. Era de esperar que eso sucediera.

Pasadas algunas horas de finalizada la instancia parlamentaria es bueno rescatar el tono con que se expresaron los principales protagonistas. Tanto el senador interpelante, Mario Bergara (Frente Amplio), como los ministros mencionados supieron actuar con altura, que no significa estar de acuerdo, sino desarrollar la polémica en los términos políticos acordes a sus investiduras, como han sido los grandes debates guardados en las mejores memorias y anales parlamentarios por casi 200 años.

Lo mismo podemos decir de la participación de la mayoría de los senadores, cada uno defendiendo eso en lo que cree, según su estilo y perfil, pero sin golpes bajos.

Sin embargo en todo hay excepciones, y ese buen debate también tuvo sus momentos rastreros con alguno tirando barro buscando salpicar, con tal de que alguien del otro lado salga manchado.

En su participación, el senador Daniel Caggiani (Frente Amplio), hizo varias consideraciones, muchas de ellas de recibo, hasta que se dejó llevar por la tentación de lo fácil y dijo que “todo este episodio huele muy mal, yo siento olor a podrido. La sensación que tengo es que se destapó la olla y hay una gran caja de Pandora, comenzaron a salir acontecimientos ocultos y que agravan aún más” la situación.

Los dichos del legislador solo pueden interpretarse como una maniobra evidente que busca sembrar la duda sobre un posible vínculo de las autoridades del Gobierno -o del Gobierno, directamente- con el narcotráfico. Una acusación disimulada, no frontal, para la cual no tiene pruebas, pero tampoco escrúpulos.

A partir de ese momento el hilo del debate perdió el nivel de la buena política y derrapó. Siempre hay algunos que incautos o no tanto que toman del hilo y cinchan para sacar algún rédito afín a sus intereses.

Ayer en uno de los informativos centrales y más visto del país, uno de los conductores dijo que con la interpelación “quedó vinculado el narcotráfico a la política”, a lo cual su colega le contestó: “Exacto, y de hecho durante la interpelación hubo referencias a eso”.

Esas “referencias” son el barro lanzado a partir de las expresiones del senador Caggiani con ausencia total de pruebas, lo cual es muy grave dado la sensibilidad del tema. Dinamitar el sistema político es dinamitar la democracia, ya tenemos experiencias en ese sentido y creo que no nos ha gustado, a nadie.

Foto de Daniel Caggiani en la interpelación | Captura de pantalla canal YouTube del Senado.

Hablando la gente se entiende.

Hablando la gente se entiende.

Los productores de maní plantearon sus problemas al director de la Granja y rápidamente se encontraron soluciones.

Hébert Dell’Onte | Esta semana ingresó carne de vacuno de Brasil, un producto de calidad y que proviene de una región de ese país que tiene una categoría sanitaria más alta a la de Uruguay lo que es una garantía para nosotros.

No faltó quienes criticaran la resolución de importación: ¿Por qué comprar carne cuando Uruguay la produce y de calidad?, plantearon los críticos con la decisión del Gobierno.

La respuesta al “¿por qué?” es el precio. Se busca bajar en un 20% el precio local, o sea una medida que pone al ciudadano en el centro.

Un tema del que poco se ha dicho, salvo en los últimos días en que se generó una corriente informativa con relativa intensidad, es la producción manicera. Los uruguayos somos consumidores de maní pero nunca nadie se pregunta de dónde proviene. Pues bien, Uruguay lo produce en cantidades suficientes como para cubrir buena parte de la demanda local, además de tener muy buena calidad, como todo lo que hacen nuestros productores agropecuarios cualquiera sea el rubro al que se dediquen.

Son manos uruguayas, de pequeños y algún mediano productor, todos familiares, las que plantan, cosechan, limpian y embolsan, todo hecho aquí.

Lamentablemente este año el mercado local fue invadido -literalmente- por maní brasilero al punto de que nuestros productores tienen su producción guardada en sus chacras, establecimientos o galpones porque no hay quien se los compre.

Y en este caso la importación no fue para que el ciudadano pague menos porque consumidor final lo paga igual o más que el local, y además, la calidad del importado es claramente inferior.

En una actitud inteligente, los productores hicieron escuchar su voz y plantearon la problemática que enfrentan al director de la Granja, Nicolás Chiesa, quien se trasladó a Cerro Largo a fin de escuchar los planteos del sector y analizar soluciones. Y las encontraron.

A partir de ahora, nuestro maní tendrá preferencia en el mercado local y no se volverá a importar en tanto haya suficiente para cubrir la demanda. Consumido éste y si es necesario se cubrirá el faltante con compras en el exterior.

La media de es de toda justeza, y es bueno para todos que la gente hablando se entienda, que los productores de todos los rubros tengan contacto directo con quienes gobiernan.

Los que critican la importación de carne, dense cuenta que es para abaratar la canasta familiar y no perjudica a ningún eslabón de la cadena, no como el maní a los pequeños productores familiares sobre lo cual parece reinar la indiferencia de la opinión pública.

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