Jorge era muchas cosas buenas a la vez, y cuando recibí la noticia de su fallecimientos me puse a pensar sobre cuáles de sus aristas podría referirme.

Horacio Jaume | Montevideo | Todo El Campo | Las partidas son parte de la vida, y con el recorrido personal uno se va dando cuenta que se va acercando a ese momento y lo asume con mayor naturalidad y claridad.

Eso no quiere decir que no se sienta dolor cuando alguien a quien se conoció emprende ese viaje, sino que es entender la realidad, y en eso está la preparación que uno tenga para enfrentar esos momentos.

En las últimas horas recibí, como tantas veces, esa llamada que nos pone en conocimiento de la partida de un buen amigo, de alguien a quien se quiere o simplemente de algún personaje en particular.

El miércoles se fue Jorge Rodríguez Britos y luego de recibir la información me puse a pensar sobre qué aristas de Jorge podía referirme.

Podría ser su arista de cabañero con el relato que un día me contó de cómo empezó la cabaña Corriedale, como también me habló de su hermano que perdió muy joven.

Jorge era técnico rural y comenzó con la cabaña La Estela, que marcó el rumbo. Pero más allá de ser productor Corriedale, Jorge era un ovejero de ley, abierto, que escuchaba y ponía esa capacidad que tienen nuestros paisanos. Podría referirme por un largo rato de esa condición de cabañero.

También podía hablar del Jorge de numerosa prole en Risso, de donde era, o del hombre de Soriano, porque él era Soriano con todo lo que hizo por ese departamento.

Nunca ocultó sus simpatías políticas, blanco de ley que llegó al Palacio Legislativo como diputado, y en el corto tiempo que estuvo presentó un proyecto de ley. También en la vida política actuó como actuaba él: exponiendo sus ideas, respetando a los demás, pero siempre con muchos argumentos y mucha pasión.

Podría hablar de hombre con la capacidad de mirar para adelante y que supo ver la necesidad y la oportunidad de cambiar de fecha la zafra de carneros, y la zafra se cambió.

Era gremialista, actuó en la Federación Rural con pasión, defendiendo cosas.

Hay muchas aristas para analizar de él, y si yo tuviera que elegir una, yo digo que era el prototipo del criollo, del paisano de nuestro país, entendiendo al paisano por su forma de caminar, de enfrentar los problemas, analizarlos y hacer el trabajo de la mejor manera, no para destacarse frente a los demás sino por satisfacción propia y estar orgulloso de lo que hace, y mostrarlo.

Era fácil hablar con Jorge Rodríguez y cultivar una muy linda amistad.

Cuando la Juventud Agraria estaba creando el banco ovino, le expliqué la idea a Jorge pero no me dejó terminar de hablar. Inmediatamente expuso la idea en la asamblea de los Corriedale, y allí mismo consiguió lo que se necesitaba.

Todo eso era Jorge Andrés Rodríguez Britos, y cuando se me informa de su partida lo primero que se siente es dolor y el abrazo que se quiere darse a toda su familia; lo segundo es ser consciente de la tremenda suerte que es haber disfrutado de su amistad y haber vivido cosas particulares.

Horacio Jaume.

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