Si te gusta la cerveza, deberías leer al Dr. Juan Pascual, que explica el vínculo del ganado con la bebida mundialmente popular.
Montevideo | Todo El Campo | ¿Qué tienen que ver las vacas con la cerveza?, se preguntó el Dr. Juan Pascual, veterinario, divulgador sobre temas vinculados a la ganadería y la carne a través de libros, artículos, exposiciones y redes sociales.
Todo tiene que ver, porque “gracias a las vacas podemos producir cerveza sin contaminar, aprovechando recursos y haciendo un planeta más habitable”, escribió en su red social X (J. Pascual, @JuanPascual4).
Para hacer cien litros de cerveza se necesitan unos 20 kilos de cebada; y en el mundo, “aproximadamente el 35% de toda la cebada cosechada se usa para hacer cerveza”.
Para que sea útil para la fabricación de cerveza, “la cebada debe hacerse germinar y tostarse, el tipo de tostado le da el bouquet característico a cada cerveza”.
España, país de donde es el Dr. Pascual, produce por año, 40 millones de hectolitros, lo que equivale a 4.000 millones de litros (1 hectolitro son 100 litros). Ese volumen equivale a 800.000 toneladas métricas cebada ya germinada y tostada que, una vez hecha la cerveza, no sirve para nada, a no ser por las vacas.
Pascual propone poner “en perspectiva de qué volumen estamos hablando”, sin duda una cantidad inmensa. Para comprender el volumen de esas 800.000 toneladas, imaginemos que la colocamos en camiones de 26 toneladas: necesitamos 31.000 de esos vehículos; cada uno de los cuales mide 12 metros de largo, por lo que uno al lado del otro nos da una fila de 370 kilómetros.
Por tanto, es una cantidad muy importante de la que deberíamos deshacernos una vez que la cerveza ya está elaborada. Es aquí donde las vacas -y también las ovejas- cumplen un papel fundamental.
Las opciones son solo dos: tirar ese residuo de cebada a un vertedero o convertirlo en alimento para ganado. Esto último es lo que se hace: “Se utiliza como alimento para vacas y ovejas”.
“El ganado recicla y sin él tendríamos miles de millones de toneladas de todo tipo de restos vegetales que tendríamos que tirar. El ganado nos ayuda a no contaminar y a convertir lo inservible en alimentos de primera calidad”, escribió Pascual.
Agregó que “por cada kilo de vegetales que nos comemos se producen 4 que no podemos comer: los granos del trigo pesan un 10% del total de la planta, lo mismo pasa con el maíz”, y “hay mil ejemplos más”, todo lo que “el ganado recicla”.
OBJECIONES: COMPOSTAJE Y EXCREMENTOS.
En los comentarios sobre el razonamiento del Dr. Pascual, alguien sugirió -a manera de crítica- que estaba obviando el uso de la cebada tostada en compostajes: “La palabra compostar no está en su diccionario”, presentando el compostaje como solución para las 800.000 toneladas de residuo vegetal, solo en España, a lo que el profesional contestó que su explicación obedece “a lo que hace el mercado”, pero si el objetor cree que allí hay un buen negocio, debería aplicarlo en su beneficio. Pero parece obvio que si fura un negocio viable, ya habría quienes se ocuparían de él.
Otra objeción es que “las vacas también producen desechos más difíciles de eliminar”, en referencia a los excrementos.
La respuesta de Pascual fue que “los excrementos del ganado son clave para fertilizar campos y praderas en las que pastan. Según la FAO, el 50% de los fertilizantes del planeta son a base de estiércol. Sin animales deberíamos aumentar en un cien por ciento la síntesis química de nitrógeno, y eso sí sería contaminante”.
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El residuo de la cerveza se denomina bagazo, subproducto resultante del procesado de esta bebida, rico en proteínas y fibra alimentaria.
Foto de bagazo de cerveza, de Universidad Politécnica de Valencia.
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