En América Latina y el Caribe la agricultura y los sistemas agroalimentarios generan más del 30% del producto interno bruto y cerca del 14% del empleo.
San José, Costa Rica | Todo El Campo | El director general del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), Manuel Otero, fue el orador principal de la ceremonia de graduación de unos 130 alumnos de 60 países que celebraron la culminación de sus maestrías cursadas en la Universidad para la Paz (UPAZ), oportunidad en que exhortó a los estudiantes a valorizar y fortalecer el papel crucial del agro y los sistemas agroalimentarios para la paz, dados sus aportes a la seguridad alimentaria, el desarrollo económico y la cohesión social.
En medio del verde bosque del campus de la UPAZ situado a 25 kilómetros de San José e invitado a la ceremonia por el rector Francisco Rojas Aravena, Otero explicó que en 2023 al menos 300 millones de personas en el planeta sufrieron hambre, la mayoría debido a conflictos armados.
En las zonas rurales, estos conflictos debilitan la gobernanza y destruyen la agricultura, lo que crea un ambiente de inseguridad y violencia que fuerza a las migraciones y provoca una competencia desenfrenada por los recursos naturales.
Otero pidió a los graduados incorporar a sus agendas de trabajo la dimensión de la relevancia del sector agrícola de América Latina y el Caribe por sus contribuciones económicas, sociales y políticas, y también para las relaciones exteriores y el peso global de los países de la región, dado su papel como exportadores de alimentos y energías y su dotación de recursos naturales.
La participación de Otero fue en un auditorio colmado por las 300 personas que participaron en la ceremonia de clausura del año académico 2023-2024 de la UPAZ, instalada en Costa Rica desde su creación, en 1980, por resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
En este país, la UPAZ está establecida como un organismo internacional, al igual que el IICA, cuya sede central también se encuentra en San José desde su origen, en 1942.
Los cerca de 130 estudiantes de la UPAZ que se graduaron presencial y virtualmente obtuvieron sus maestrías y doctorados en las áreas de Medio Ambiente y Desarrollo, Derecho Internacional, Estudios de Paz y Conflictos y Estudios Regionales.
Entre la población graduada este año de la UPAZ, proveniente de todas las regiones del mundo, al menos dos terceras partes son mujeres.
“Elegir una carrera, una maestría, una universidad, generalmente es una de las decisiones más importantes de nuestras vidas. Pero elegir la paz como principio rector de este esfuerzo muestra la intensidad y profundidad de su compromiso social y su responsabilidad de alcanzar uno de los más altos ideales del desarrollo humano”, dijo Otero a los graduados.
Francisco Rojas Aravena, rector de la Universidad, coincidió con Otero y exhortó a proteger el legado de “democracia, libertad, cooperación, solidaridad y paz”, nacido de las ruinas que dejó la Segunda Guerra Mundial.
“El sistema democrático solo es posible en la paz”, afirmó Rojas.
Manuel Otero pidió a los graduados incorporar a sus agendas de trabajo la dimensión de la relevancia del sector agrícola de América Latina y el Caribe por sus contribuciones económicas, sociales y políticas.
CRUCIAL PARA EL DESARROLLO
“La paz, y su ausencia, nos afectan a todos, así como a innumerables aspectos de nuestro planeta, nuestra casa común, incluyendo los recursos naturales. En este contexto, los invito a reflexionar sobre el papel fundamental de la agricultura en la construcción de la paz a través de sus aportes sociales, económicos y ambientales. La agricultura, las y los agricultores y los territorios rurales son el ecosistema clave para la seguridad alimentaria y nutricional de nuestras sociedades. Por lo tanto, son clave para la paz”, aseguró el director general de IICA.
En esa línea, comentó que la integración del mundo, el comercio y los avances científicos y tecnológicos de los últimos dos siglos han cambiado la naturaleza de las relaciones entre los países, pero no su intensidad. “La agricultura y los sistemas agroalimentarios continúan siendo un componente sustancial, si no el más importante, de las actividades humanas”.
Como ejemplo de esta importancia para el planeta, explicó que en América Latina y el Caribe la agricultura y los sistemas agroalimentarios generan más del 30% del producto interno bruto y cerca del 14% del empleo, por lo que son de absoluta relevancia cuando de atención a la pobreza, nutrición, salud y cohesión social se trata.
El agro de esta región, enfatizó, también enfrenta vulnerabilidades relacionadas con el cambio climático, con eventos climáticos extremos como sequías, inundaciones y huracanes.
UNA REGIÓN DE PAZ
Ante el desafío de avanzar hacia una agricultura más resiliente al cambio climático y los eventos extremos, más sostenible y eficiente al utilizar los recursos naturales y capaz de alimentar a la población mundial creciente, Otero llamó a ser optimista y considerar a la ciencia como una aliada para impulsar una nueva “Revolución Verde”, como la que en la década de 1960 lideró el agrónomo y genetista estadounidense Norman Borlaug y que permitió el rápido incremento en la producción de trigo, arroz y maíz para combatir la inseguridad alimentaria.
“Creo que una nueva revolución verde es posible porque, en general, América es una región de paz y cooperación. Esto nos proporciona un inmenso capital social para enfrentar nuestros desafíos y los del mundo”, aseveró Otero.
“A ustedes, graduados de 2024, la gama de programas innovadores que han seguido en la UPAZ los pone en una posición fuerte para contribuir significativamente y marcar la diferencia al abordar esos y otros complejos desafíos del mundo actual, que comprometen la paz mundial”, concluyó.
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