La candidata quiere repensar la relación de Argentina con China, descartar el ingreso al Brics, y buscará impedir que Beijing domine sectores clave de la economía de su país.
Buenos Aires, Argentina | Todo El Campo | Patricia Bullrich, que está enfrascada en una lucha a tres bandas por la presidencia con un libertario de extrema derecha y candidato de los actuales peronistas, dijo al Financial Times que quería mantener a China como un socio comercial clave, pero “no vamos a renunciar a nuestra soberanía”.
“Creemos que en algunos de los últimos préstamos (chinos) hay cláusulas que no conocemos y estamos dispuestos a reexaminarlas”, dijo en una entrevista en su apartamento de Buenos Aires.
El Gobierno peronista acordó una línea de intercambio de US$ 19.000 millones con Beijing y negoció la entrada de Argentina en la iniciativa de construcción de infraestructura de la Franja y la Ruta, con miles de millones de dólares en préstamos respaldados por el Estado chino acordados en los últimos años. El presidente Alberto Fernández viajará a China esta semana para intentar utilizar otros US$ 5.000 millones del canje, según informes de noticias locales.
Una empresa estatal china firmó un acuerdo con el gobierno de Tierra del Fuego para construir un puerto multipropósito en la provincia más austral de Argentina. Bullrich ha advertido contra la propiedad china de la infraestructura regional, incluso en la sección de la Antártida reclamada por Buenos Aires.
“No queremos infraestructura china para la gestión de la Antártida (…) No daríamos todas las (redes) 5G a empresas chinas”, dijo.
El grupo Brics (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), dominado por China, anunció en agosto una expansión de seis países para incluir a Argentina, pero Bullrich, exministra de seguridad, dijo que no permitiría que su país se uniera al bloque político.
“No estamos de acuerdo con ser socios de Irán (o) Rusia”, dijo Bullrich mientras tomaba un sorbo de yerba mate tradicional de una calabaza con la inscripción “Patricia Bullrich presidenta”.
Las últimas encuestas antes de las elecciones presidenciales y legislativas del 22 de octubre muestran que el bloque Juntos por el Cambio (JxC) de Bullrich está 10 puntos porcentuales detrás del economista radical Javier Milei y probablemente perderá el segundo lugar en una probable segunda vuelta electoral frente al ministro de Economía peronista, Sergio Massa. Sin embargo, los expertos no están seguros de la exactitud de las encuestas en un clima político volátil.
“NO QUEMES MI CASA”.
Bullrich, de 67 años, ha sido criticada por llevar a cabo una campaña mediocre, centrada en atacar a los peronistas y enfatizar políticas duras de ley y orden en lugar de atacar a Milei, cuya campaña insurgente ha prosperado en las redes sociales y entusiasmó a la juventud descontenta de Argentina.
En las primarias nacionales de agosto, donde todos los votantes deben votar, su voto personal del 17% fue poco más de la mitad del 30% de Milei y quedó por detrás del de Massa, quien obtuvo el 21% a pesar de presidir una inflación anual triple digital.
Sin embargo, el voto total para cada uno de los tres principales movimientos políticos fue relativamente igualado. Bullrich insistió en que JxC se recuperaría con fuerza en las elecciones del próximo domingo a medida que los votantes se dieran cuenta de los riesgos de las propuestas radicales de Milei, que incluían cerrar el banco central y dolarizar la debilitada economía para controlar la inflación (actualmente en 138%).
“Ha habido un cambio en muchas personas que vieron en Milei la idea de romper todo y empezar de nuevo desde cero”, afirmó. “Cuando vean eso…viene a quemar la casa, dicen: ‘¡No, basta! Quería un cambio, pero no quemes mi casa’”.
Bullrich fue mordaz sobre la emblemática propuesta de dolarización de Milei, diciendo que crearía una camisa de fuerza de la que sería imposible escapar. Recordó la devastadora recesión que sufrió Grecia como miembro del bloque del euro.
“Ningún empresario argentino quiere dolarizarse porque sabe que no será competitivo”, afirmó. “Es como Grecia en relación con Alemania con el euro”.
Sus propuestas incluyen equilibrar el presupuesto recortando el gasto, un nuevo estatuto para el banco central para evitar que imprima dinero para financiar déficits y un sistema de doble moneda en el que se aceptarían tanto el dólar como el peso en los contratos.
“Es lo mismo que existe hoy en Argentina, pero legalizado”, dijo Carlos Melconian, su candidato a ministro de Economía. “Hoy en Argentina hay ahorros en dólares y transacciones en pesos pero no es legal. No se pueden tener contratos en dólares ni facturar en dólares. Modificando el código civil podrán hacerlo”.
Muchos analistas creen que los hercúleos desafíos que enfrentará el próximo presidente de Argentina requerirán un gobierno de unidad nacional. Bullrich acaba de anunciar una alianza de último momento con su antiguo rival centrista por la candidatura presidencial de JxC, Horacio Larreta. Pero despreció la idea de negociar con los peronistas, que han dominado el gobierno desde que Argentina regresó a la democracia en 1983.
“No voy a negociar con los mafiosos poniéndome una pistola en la cabeza”, dijo. “Lo único que les importa es su propio poder”. En cambio, enfatizó la necesidad de restaurar el orden en un país dividido y atribulado.
“Argentina está sumida en el caos”, dijo, y agregó que el país necesitaba “orden para la economía, orden para la seguridad, orden para la educación (…) un país ordenado, un país predecible, no el desastre que estamos viviendo ahora”.
Fuente: DF SUD
Artículo de Financial Times, por Michael Stott y Ciara Nugent, traducido por María Gabriela Arteaga.
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