Los alimentos derivados de la ganadería, incluidos los sistemas de pastoreo y de la caza de animales salvajes, proporcionan proteínas de alta calidad, ácidos grasos importantes y diversas vitaminas y minerales, lo que contribuye a dietas saludables.

Montevideo | Todo El Campo | Los alimentos de origen animal terrestres son claves para la alimentación humana, así lo asegura el libro “Contribución de los alimentos de origen animal terrestre a dietas saludables para mejorar la nutrición y los resultados de salud” de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).

“Los diversos alimentos derivados de los sistemas de producción ganadera, incluidos los sistemas de pastoreo y de la caza de animales salvajes, proporcionan proteínas de alta calidad, ácidos grasos importantes y diversas vitaminas y minerales, lo que contribuye a dietas saludables para mejorar la nutrición y la salud”, publicó la FAO en un artículo en su página web.

Agrega que los ganados, en sus diferentes especies, “están adaptados a una amplia gama de entornos, incluidas las áreas que no son adecuadas para la producción de cultivos. A nivel mundial, más de 1.000 millones de personas dependen de las cadenas de valor ganaderas para su sustento”.

Además, “los pequeños productores constituyen una gran proporción de los productores ganaderos. Una producción ganadera bien integrada aumenta la resiliencia de los sistemas agrícolas a pequeña escala. La ganadería también proporciona otros servicios ecosistémicos importantes en la gestión del paisaje, proporciona energía y ayuda a mejorar la fertilidad del suelo”.

Respecto a el pasto, éstos “ocupan alrededor del 40% de la superficie terrestre del mundo”, y son fundamentales, porque “los ganaderos crían animales de pastoreo para transformar la vegetación de los pastizales en alimento”.

DESAFÍOS QUE SE DEBEN ATENDER.

Sin embargo, hay desafíos que cuidar y atender, como “la alta utilización de los recursos y la contaminación, la competencia entre alimento humano y alimento animal, las emisiones de gases de efecto invernadero, la resistencia a los antimicrobianos y el bienestar animal, así como las enfermedades zoonóticas y transmitidas por los alimentos, la accesibilidad y la asequibilidad deben resolverse para que los sistemas agroalimentarios sean más sostenibles”.

ESTUDIO BASADO EN LA CIENCIA Y LA EVIDENCIA.

En ese escenario, el Comité de Agricultura de la FAO pidió una evaluación mundial exhaustiva, basada en la ciencia y la evidencia, de la contribución del ganado a la seguridad alimentaria, los sistemas alimentarios sostenibles, la nutrición y las dietas saludables, teniendo en cuenta la sostenibilidad ambiental, económica y social.

En otro artículo también publicado en la web de la institución, la FAO destaca que “la carne, los huevos y la leche ofrecen fuentes cruciales de nutrientes muy necesarios que no se pueden obtener fácilmente de los alimentos de origen vegetal”, así lo afirma el informe publicado citado.

Eso es muy importante para “algunas etapas clave de la vida, como el embarazo y la lactancia, la infancia, la adolescencia y la vejez”.

Según el informe, la carne, los huevos y la leche proporcionan una gama de macronutrientes importantes, como proteínas, grasas y carbohidratos y micronutrientes que son difíciles de obtener de los alimentos de origen vegetal en la calidad y cantidad requeridas. Proteínas de alta calidad, una serie de ácidos grasos esenciales, hierro, calcio, zinc, selenio, vitamina B12, colina y compuestos bioactivos como carnitina, creatina, taurina son proporcionados por alimentos de animales terrestres y tienen importantes funciones de salud y desarrollo.

Continúa la FAO: “El hierro y la vitamina A se encuentran entre las deficiencias de micronutrientes más comunes en todo el mundo, particularmente en niños y mujeres embarazadas. A nivel mundial, más de 1 de cada 2 niños en edad preescolar (372 millones) y 1.200 millones de mujeres en edad fértil sufren de la falta de al menos uno de tres micronutrientes: hierro, vitamina A o zinc”. Ahora bien: “Tres cuartas partes de estos niños viven en Asia meridional y oriental, el Pacífico y el África subsahariana”. Esto va en paralelo con el consumo de productos animales: el consumo de alimentos de animales terrestres (incluyendo leche, huevos, carne) varíe ampliamente en todo el mundo. Una persona en la República Democrática del Congo consume en promedio sólo 160 gramos de leche al año, mientras que alguien en Montenegro consume 338 kilogramos. En cuanto a los huevos, una persona en Sudán del Sur consume 2 gramos en promedio al año en comparación con un promedio de 25 kg para una persona en Hong Kong. La persona promedio en Burundi consume solo 3 kilogramos de carne al año, en comparación con 136 kilogramos para alguien que vive en Hong Kong.

El libro, de casi 300 páginas, es el “análisis más completo hasta ahora de los beneficios y riesgos del consumo de alimentos de origen animal y se basa en datos y evidencia de más de 500 artículos científicos y unos 250 documentos de políticas”.

En la foto de tapa, la famosa pintura “Vieja friendo huevos” de Diego Velázquez.

Acceda al texto completo (en inglés): Contribution of terrestrial animal source food to healthy diets for improved nutrition and health outcomes (fao.org)

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