Como consecuencia de la guerra en Europa del este, los biocombustibles vuelven a posicionarse fuertemente, pues evitan la dependencia de los precios del petróleo.

Hébert Dell’Onte | Montevideo | Todo El Campo | El libro Estado de los biocombustibles líquidos en las Américas del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) describe la evolución de los últimos años y las perspectivas de los biocombustibles líquidos en países de las Américas donde se consumen de forma significativa. La obra señala que en el “contexto geopolítico, donde la guerra entre Rusia y Ucrania ha impactado fuertemente en el aprovisionamiento de las energías fósiles, causando fuertes alzas de precios en los combustibles derivados del petróleo, los biocombustibles vuelven a posicionarse fuertemente en la escena, impulsados por su contribución a la seguridad energética”.

El texto de 94 páginas comienza señalando que los biocombustibles líquidos fueron pensados en “promover su desarrollo en conexión con el sector agropecuario y en eliminar la importación de petróleo y sus derivados”.

La agenda ambiental dio más relevancia a los biocombustibles que “pasaron a desempeñar un rol importante” en el proceso de “descarbonización del sector del transporte, especialmente el terrestre”.

Con los años la producción y el consumo de biocombustibles se han “incrementado en forma sostenida”, pero es en 2020 “el primero de los últimos 20 años en que simultáneamente se reducen el consumo y la producción de biocombustibles” debido a la pandemia.

En 2021 y según los datos del primer semestre de 2022, se retoma el consumo y por ello también la producción. IICA señala que “se destaca que las Américas han tomado la iniciativa en la producción de biocombustibles, cuyo desarrollo ha sido verdaderamente promisorio, pues producen el 88% del bioetanol del mundo y el 36% del biodiésel. El uso de los biocombustibles se ha diseminado a lo largo del hemisferio con varias experiencias exitosas”, subraya el informe.

URUGUAY. PRODUCCIÓN, CONSUMO Y PRECIO.

Respecto a Uruguay, IICA señala que la ley 18.195 (Ley de Agrocombustibles) de 2007 fue la que fomentó y reguló la producción, la comercialización y la utilización de los agrocombustibles. Pero “la legislación uruguaya ha mostrado avances y retrocesos en materia de biocombustibles. Actualmente solo se mantiene la mezcla obligatoria mínima de bioetanol con 8,5%”.

La producción anual de biodiesel, “del 2012 al 2015 la producción experimentó un crecimiento” a 57.000 metros cúbicos, pero en 2016 baja a 54.000 “manteniéndose sin aumentos hasta el 2021. Pese a la dinámica en los últimos 5 años, la producción de biodiesel uruguaya crecería un 109% en total desde 2012”.

Sobre el consumo, “Uruguay no importa ni exporta biodiésel” (solo exportaciones marginales), por tanto, lo que produce es lo que consume en el mercado interno: “La dinámica del consumo se equipará a la dinámica de la producción”.

En la producción de bioetanol, “contrario a la de biodiesel existe una tendencia al alza en los últimos 10 años”. En 2015 y 2016, la producción experimentaría las tasas de crecimiento interanuales significativas, creciendo “por encima del doble de los valores de 2014. En 2021, el crecimiento interanual sería del 9% en comparación con el año 2020, por otra parte, el crecimiento porcentual del 2012 al 2021 fue de 243”.

Como con el biodiésel, Uruguay no importa ni exporta bioetanol y toda su producción va al consumo interno, por lo que las líneas de tendencia del consumo frente a las de la producción son similares en ambos casos.

PRECIOS. BIODIÉSEL. El precio del biodiésel en Uruguay, “ha mostrado una tendencia de estabilidad relativa a lo largo de los últimos tres años. De enero de 2019 hasta marzo de 2021, el precio se ha mantenido en promedio a los US$ 1,20 por litro. Sin embargo, a partir de abril de 2021, el precio ha aumentado gradualmente hasta finalizar el año con US$ 2,02 por litro”.

BIOETANOL. El bioetanol “ha tenido un comportamiento fluctuante” en su precio durante los últimos tres años, partiendo de su cotización en la planta de Paysandú. En febrero de 2019, llegó a registrarse un precio de US$ 1,04 por litro, pero en abril cayó hasta llegar a US$ 0,87. En 2022, los precios se han incrementado con respecto al año previo, adicionalmente, hay precios diferenciales para la planta industrial de Bella Unión y la de Paysandú.

OBRA COMPLETA EN ESPAÑOL.

Para acceder a la obra completa ingresar a: Estado de los biocombustibles en las Américas, 2022 (iica.int)

O en: Estado de los biocombustibles líquidos en las Américas (iica.int)

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