Es un tema que se debe abordar a través de grupos de productores por zonas, para que luego, a nivel individual cada uno, con su asesor veterinario, lleve adelante un plan de control.

Desde hace un tiempo el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MAGP) ha llevado adelante cambios en su estrategia de control de la garrapata, buscando volver a trabajar a nivel de establecimientos, porteras adentro e involucrando a todos los actores del sector. Marcelo Cortez, dinamizador de la campaña contra la garrapata en el MGAP destacó la importancia de estar todos alineados frente a un “poderoso enemigo común” y remarcó la importancia de comenzar con los tratamientos en esta época del año.

Cortez sostuvo que se debe abordar el tema a través de grupos de productores por zonas, para que luego, a nivel individual cada uno, con su asesor veterinario, lleve adelante un plan de control. “Ha sido uno de los cambios que hemos visto favorables, dado que se mejora la situación del predio y se comienza a trabajar en la zona, manteniendo en el tiempo las mejoras de la campaña”. A su vez, destacó el involucramiento de cada una de las partes, formando equipos de trabajo no solo a nivel de productores, sino con consignatarios, rematadores, intermediarios y a nivel de la Cámara de Especialidades Veterinarias, sumando a todos a la lucha a nivel de los predios. “Si nos juntamos todos los actores para enfrentar un enemigo común, el resultado va a ser otro”, sostuvo.

TEST DE SENSIBILIDAD O DE RESISTENCIA Y TRATAMIENTO SUPRESIVO.

El punto de partida en todos los casos debe ser realizar un estudio de situación, es decir, un test de sensibilidad o de resistencia. Si bien Cortez reconoció que a veces es difícil conseguir el número de garrapatas que se requiere, es decir 100, sostuvo que realizarlo es técnicamente lo correcto. A su vez destacó que resulta fundamental comenzar con el control de la garrapata en esta época del año cuando menos incidencia hay del parásito sobre el ganado, pero sí está latente en las pasturas. “Comenzar temprano el tratamiento es prácticamente la bala de plata para la garrapata”. Cortez sostuvo que en todos los casos es fundamental comenzar con un tratamiento supresivo al menos por un año, de manera coordinada con los predios linderos.  Se maneja el plazo de un año, ya que solo un 5% de la garrapata está sobre el ganado mientras que el restante 95% se presenta en forma larval, básicamente a nivel de las pasturas. Recordó que las larvas pueden sobrevivir sin estar sobre el bovino más de un año. “Las garrapatas que suben al bovino se controlan con garrapaticida, y las que no suben, tendrían que morir por inanición, pero lo hacen cerca del año. Por eso la propuesta es de un año de control supresivo y no dejar caer hembras a depositar huevos nuevamente”. Con este tipo de tratamiento, Cortez aseguró que el predio que tenía poca garrapata pasaría a un sistema de erradicación y el que tenía mucha pasaría a tener control sobre ella.

En cuanto a los establecimientos que no tienen garrapata, los cuales rondan el 70%, su abordaje es importante. Cortez sostuvo que en estos casos es fundamental el trabajo de prevención. La garrapata puede ingresar al predio a través de tropas parasitadas o por la presencia del parásito en predios linderos. “Pero principalmente se da por el ingreso de tropas, por lo cual cuando llega un lote nuevo es fundamental revisar los animales, y a pesar de no encontrar garrapatas, como podrían ser portadores de larvas o ninfas, es recomendable mantener el lote en vigilancia por lo menos 14 días, para poder detectarla posteriormente. En caso de encontrar un parásito a los 14 o 21 días, se debe comenzar el tratamiento para evitar que ponga huevos y se instale”.

HEMOVACUNA.

Por otro lado, Cortez resaltó la importancia de la hemovacuna, la cual “es una herramienta formidable que previene la enfermedad y la muerte por Tristeza Parasitaria”. A su vez, destacó que está pasando a ser una herramienta iniciadora de la cadena de inocuidad, ya que cada vez más los mercados exteriores exigen normas sobre los residuos en carne. “Un producto que comenzaría a investigarse fuertemente es el Imidocarb, que es un piroplasmicida muy utilizado en el norte como tratamiento preventivo que tiene un período de tiempo de espera elevado, cercano a los 7 meses”. Por lo tanto en aquellos sistemas donde el animal termina en un frigorífico exportador, no se podrá utilizar. “La herramienta preventiva en un sistema de invernada con garrapata tendría que ser la inmunidad, y esa inmunidad la otorga la vacuna”. Cortez aseguró que ha habido un fuerte incremento en la demanda por hemovacuna, al tiempo que se está trabajando para poder incorporarla a la trazabilidad bovina. A su vez, señaló que los costos de su uso rondan apenas los de US$ 2, por lo cual está más que justificada su utilización.

Cortez recordó que la zona de mayor presencia de garrapata son los departamentos del norte del país, donde la gran mayoría de los predios tiene el parásito. Cada departamento tiene su estadística y la información sobre multiresistencia, por lo cual es importante a la hora de comprar un ganado, saber cuál es la situación en ese departamento para tomar las medidas necesarias.

El especialista señaló que hay zonas donde es posible erradicar la garrapata y recordó que hay departamentos que hace 30 o 40 años tienen un 80% de sus predios sin presencia del parásito. Si bien sostuvo que a nivel país es difícil poder hablar de erradicación, sí es posible hacerlo por zonas. De todas formas, señaló que “tenemos la esperanza de poder mejorar la situación en cuanto a la prevalencia del parásito y disminuir el uso de los garrapaticidas a nivel predial”. Por último aseguró que lo importante es que hoy todos los actores “estamos en la misma vereda y trabajando en conjunto para enfrentarnos a un poderosos enemigo que es la garrapata y la tristeza parasitaria”, sentenció.

Fuente Pantalla Uruguay | Algebra.

Pin It on Pinterest

Compartir

Comparte este contenido en tus redes sociales!