En pocas horas el presidente argentino pasó de afirmar que la economía crece al cambio del ministro de Economía. La titular es afín a Cristina Fernández.
Hébert Dell’Onte | Recientemente en las redes sociales circuló un mapa de Argentina conformado por varios países. El mensaje parece ser que el potencial de nuestro vecino es el de todas esas economías juntas, por nombrar sólo algunas: Alemania, España, Suiza, Francia, Países Bajos e Irlanda.
Otra lección igualmente valedera, es que el tamaño no hace grande a un país, sino su gente y sus gobernantes que llegan con el voto de aquellos.
A fines de junio, casi al mismo tiempo que ese mapa circuló en las redes, los argentinos y la región se encontró con el presidente argentino Alberto Fernández afirmando que “el problema de Argentina es que estamos creciendo mucho”. Lo dijo en una entrevista en un canal de noticias oficialista.
“La economía argentina es un problema estructural, ¿y quieren que yo lo arregle en dos años? No es así”, dijo para sorpresa de todos. Lo que Fernández desconoce es que cuando se vota a un gobernante no es para que justifique el hundimiento, sino para que lo evite y ponga al país a navegar en el sentido correcto, aunque las aguas sean turbulentas y las culpas ajenas.
Más adelante, en esa misma entrevista, añadió: “¿Qué problema tenemos en Argentina? Que estamos creciendo mucho y cuando crecemos mucho faltan dólares”; y luego señaló que esa economía exitosa vino para quedarse: “Básicamente creo que definitivamente ha llegado para quedarse en Argentina un tipo de economía a la que muchos llaman economía popular”.
LA RENUNCIA DEL MINISTRO DE ECONOMÍA.
Cuatro días después de que Fernández anunciara que “Argentina está creciendo”, el responsable de ese crecimiento, el ministro que lidera esa buena gestión, Martín Guzmán, renunció de forma sorpresiva.
Guzmán duró 30 meses al frente de Economía (935 días), hombre de Alberto Fernández, lo dejó cuando la economía presenta algunos indicadores positivos -eso no se puede negar-, pero una crisis cambiaria gravísima y una inflación disparada que según analistas no tardará en llegar a los tres dígitos.
Su renuncia fue seguida del todo el equipo económico que generó más incertidumbre y avivó la tormenta económica y financiera. Nadia sabe cómo amanecerá el dólar este lunes en el país vecino.
Su salida del Gobierno fue tan sorpresiva que para hoy lunes 4 de julio tenía agendado un viaje a Francia para renegociar la deuda de su país con el Club de París, pendiente desde hace 8 años.
Como dato curioso, que también refiere a la inestabilidad económica del país, desde el regreso de la democracia en Argentina, en 1983, los ministros de Economía no se han caracterizado por durar mucho. Quien más lo hizo fue Domingo Cavallo (2.010 días, unos 67 meses) durante la Presidencia de Carlos Menem; le sigue Juan Vital Sourrouille (1.500 días) durante el mandato de Raúl Alfonsín; y tercero, Roberto Lavagna (1.312) con la presidencia de Eduardo Duahlde (a la salida de la crisis) y continuó con Néstor Kirchner.
Siguen: Roque Fernández (1.225 días) con Carlos Menem, Nicolás Dujovne (960) con Mauricio Macri, Martín Guzmán (935) con Alberto Fernández, Amado Boudou (883) y Axel Kicillof (750), ambos bajo la Presidencia de Cristina Fernández.
LA NUEVA TITULAR DE ECONOMÍA: SILVINA BATAKIS.
Luego de intensas negociaciones y conversaciones en el seno del Gobierno, todo bajo una impronta de enfrentamiento y lucha de poder en el seno kirchnerista entre el presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina Fernández, a última hora del domingo 3 de julio surgió el nombre de Silvina Batakis, propuesta por la vicepresidenta, exministra de Daniel Scioli cuando fue éste fue gobernador de Buenos Aires.
Un reporte de Reuters resumió: “La economista heterodoxa o poco ortodoxa de 53 años probablemente traerá un nuevo estilo al papel del ministro de Economía después de que el moderado Martín Guzmán renunciara abruptamente tras enfrentamientos con el ala militante de la coalición gobernante”.
Batakis al frente de Economía deberá enfrentar una inflación por encima del 60%, un alto déficit fiscal, temores crecientes sobre impagos de deuda y ahorristas que pierden la fe en la moneda local mientras se teme una devaluación.
El kirchnerista Daniel Scioli celebró la designación y escribió en Twitter sobre Batakis que es “una persona de gran calidad humana y amplia formación profesional. Un trabajador incansable con un gran sentido de la responsabilidad y una gran experiencia”.
El Gobierno argentino acaba de dar un giro, con la llegada de Batakis es Cristina Fernández la que se afirma y el presidente se debilita aún más, pero será el tiempo quien dirá se los pasos dados han sido en el sentido correcto. Parece que no.
Batakis pasa a ser la segunda ministra de Economía mujer, la primera fue Felisa Miceli (2005-2007) que debió dejar el cargo luego de que se encontrara una bolsa de dinero en el baño de su despacho.
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