Los fundamentos económicos de la región, la geografía y el tamaño del mercado entre otras características marcan las brechas entre la integración potencial y real, pero también son fundamentales “las opciones de políticas”.

Hébert Dell’Onte | Esta semana los presidentes de Argentina y Uruguay, Alberto Fernández y Luis Lacalle, respectivamente, volvieron a expresar sus diferencias sobre lo conveniente de una mayor apertura de los países y del Mercosur.

El debate que no es nuevo se dio en la cumbre de presidentes del Mercosur realizada en Paraguay, oportunidad en que Uruguay asumió la Presidencia Pro Témpore del bloque. A su vez coincidió con la divulgación -totalmente ajeno al hecho referido- del documento “Acuerdos comerciales profundos. Una vía a la integración de América Latina y El Caribe en las cadenas de valor mundiales” del Grupo Banco Mundial y elaborado por los economistas Nadia Rocha y Michele Ruta.

El texto señala que “la integración económica internacional ofrece oportunidades no explotadas para América Latina y el Caribe”, agrega que el informe “estudia la forma en que los países de la región pueden aprovechar los acuerdos comerciales para promover la participación de sus economías en las cadenas de valor mundiales (CVM)”.

Se advierte que los fundamentos económicos de la región, la geografía y el tamaño del mercado entre otras características marcan “las brechas entre la integración potencial y real a las CVM”, pero también son fundamentales “las opciones de políticas”.

En ese sentido, “nuevos datos y evidencias, muestran que los acuerdos comerciales pueden impulsar reformas de políticas y ayudar a que la región supere algunos de sus principales aspectos económicos desfavorables”.

Con esa mirada se elaboró el informe, pues constituye una orientación para América Latina y el Caribe “a la hora de aprovechar los acuerdos comerciales para alcanzar mayor integración internacional y crecimiento económico”.

Las conclusiones que surgen con el análisis son: Primero, “escasa integración internacional y la limitada participación de América Latina y el Caribe en las CVM” lo que contribuyó “a su bajo crecimiento económico durante la última década”.

Segundo, los países de la región “participan cada vez más en acuerdos comerciales preferenciales”, sin embargo “existen vacíos en el contenido de estos acuerdos”.

Tercero, los acuerdos comerciales profundos son “una oportunidad para promover el comercio e impulsar la integración a las CVM y la mejora de estas, y así contribuir a un mejor desempeño de la economía”.

Y cuarto, son cuatro las “áreas de integración profunda (facilitación del comercio, cooperación en materia reglamentaria, servicios y apoyo estatal)”, las que “resultan prioritarias para mejorar la participación de estos países en las CVM y la modernización de estas”.

ACUERDOS COMERCIALES A PARTIR DE 1990.

En los años 90 fue el despegue de los acuerdos, en esa década “un creciente número de países de todo el mundo firmó acuerdos comerciales profundos, es decir, acuerdos comerciales preferenciales que iban más allá del simple acceso al mercado”.

Con los años los acuerdos se han hecho más “profundos” y por tanto “abarcan un amplio conjunto de áreas de políticas en las fronteras y dentro de estas que regulan la inversión, el comercio de servicios, los procedimientos de aduanas, las medidas regulatorias y la protección de los derechos de propiedad intelectual, entre otras”.

Se entiende por acuerdos comerciales profundos aquellos “preferenciales que contienen disposiciones para profundizar la integración económica entre los socios comerciales. Si están bien diseñados, les permiten a los países reducir los efectos secundarios transfronterizos de las políticas nacionales y proporcionar un mecanismo institucional para fortalecer las reformas que reducen los costos comerciales y mejoran la eficiencia”.

La región participa con “82 acuerdos comerciales preferenciales (un tercio de todos los acuerdos notificados a la Organización Mundial del Comercio y en vigor desde 2017)”.

Y muchos de esos acuerdos fueron hechos con países que no son de la región: “Chile, con 27 acuerdos comerciales preferenciales, se encuentra entre los países que registra el mayor número en la región. Perú tiene 17; México, 15; Colombia, 13; Argentina y Brasil, 4 cada uno; y Ecuador y Bolivia, 3 cada uno”.

CONTRASTE.

El texto marca el contraste entre los países del Caribe, la Alianza del Pacífico y el Mercosur. Indica que mientras varios países del Caribe por separado y el bloque Alianza del Pacífico (Chile, Colombia, México y Perú) “celebran acuerdos más profundos, los países del Mercosur firman acuerdos más superficiales”.

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