Los cambios que se vienen van a llevar que “en los pueblos de Latinoamérica habrá empresas de servicios basadas en Data Science y ese tipo de cosas”, por lo que tenemos que comenzar a prepararnos.
Hébert Dell’Onte | Gustavo Grobocopatel, fundador del Grupo Los Grobo, participó del diálogo “La transformación de los sistemas agroalimentarios y su papel para el desarrollo sostenible y la paz”, un evento organizado por el Instituto Iberoamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) que tuvo lugar el miércoles 22 de junio.
El reconocido empresario mantuvo un riquísimo diálogo con el director general de IICA, Dr. Manuel Otero, la moderación de Guido Nejamkis, asesor en comunicación de IICA, y la participación de periodistas de distintos países del continente.
El Ing. Grobocopatel se ha destacado por su visión ante los desafíos de la agricultura mundial y continental, sobre los que se refirió en la convocatoria, cuyo diálogo con el Dr. Otero se extendió por una hora (video al final del artículo). Nunca es fácil extractar la exposición de un personaje que siempre ocupa un lugar de referencia, ni elegir un pasaje para destacarlo en una nota periodística.
HAY QUE PREPARARSE PARA LO QUE SE VIENE.
Grobocopatel señaló que “en términos ambientales Latinoamérica ha hecho mucho y tiene una cantidad de desafíos enormes”. Entro esos desafíos de la agenda ambiental está “el tema del ordenamiento territorial que es clave para saber qué hacer, cómo y dónde hacerlo”.
Sobre el agua dijo que “tenemos un recurso que escasea en el mundo y va a faltar aún más”, ante eso sugirió la existencia de un “gobierno regional del agua”.
También se refirió a la emisión de carbono, “y en ese sentido hemos hecho trabajos sobre la huella de carbono y nos macan resultados muy positivos o mucho menos negativos de lo que pensábamos con el uso de la siembra directa, el uso eficiente de los combustibles y la incorporación de otros combustibles no fósiles”.
“Se viene una agricultura muy diferente a la que estamos acostumbrados”, enfatizó, porque si pensamos que se va a poder sembrar con robots, no tractores robotizados sino directamente sin tractores, en un proceso de destractorización de la agricultura, con robots que van a ir inyectando semillas, guiados por GPS con baterías de litio que se cargan con sol y aire. O sea que vamos a cosechar sol y aire”.
A su vez “el nitrógeno podría ser tomado del aire”.
Las semillas, “productos biológicos y moléculas químicas” ayudarán para una “crecimiento más rápido que la harán crecer más rápido y nutrición metro a metro”.
“Si uno piensa en todas esas cuestiones cabe preguntar dónde van a estar los productores y dónde van a estar los operarios”, reflexionó. Porque “habrá mucha más demanda de ingenieros en Data Science o en desarrollo de sistemas digitales”.
Todo eso va a llevar que “en los pueblos de Latinoamérica habrá empresas de servicios basadas en Data Science y ese tipo de cosas”.
“Hay que prepararse para eso a través de ciencia, tecnología, educación, a través de llamar la atención porque el Estado no es el que necesitamos. Hay una agenda enorme con temas sobre los que IICA demostró tener sensibilidad, pero tal vez haya que profundizarlo aún más”, señaló.
SIEMBRA DIRECTA.
El empresario dijo que la siembra directa “es una revolución en el sentido estricto de la palabra” porque “se cambió la estructura de cómo hacer agricultura; antes gestionábamos el deterioro, ahora mejoramos los suelos con el uso; antes labrador era sinónimo de productor, ahora el labrador es el enemigo de la agricultura”.
“La siembra directa resolvió el problema de la erosión y la degradación, pero en algunos lugares la erosión y la degradación siguen siendo problemas centrales”, agregó.
LOS JÓVENES Y LA TIERRA.
Otro de los tantos conceptos desarrollados por Grobocopatel fue el de los jóvenes y su vínculo con la tierra, en lo que incluyó la propiedad de la tierra con la producción.
“La digitalización del campo está llamando la atención de los jóvenes para trabajar en el sector del agro”, dijo; y agregó que “hay que dejar que eso ocurra”.
Para eso señaló la importancia de desvincular la propiedad de la tierra de la gestión, de tal forma que “esa gestión sea llevada adelante con nuevas ideas”.
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