Desde iniciativas simples como el correcto destino final de la yerba que consumimos a diario, hasta materias mucho más sofisticadas como el diseño de un Centro Tecnológico de Bioeconomía Circular, todos podemos contribuir al cuidado ambiental.
El Ministerio de Industria, Energía y Minería (MIEM) destacó una serie de acciones en beneficio de la sustentabilidad ambiental “en todas sus dimensiones”, lo que incluye un amplio margen de actividades, algunas tan complejas como la movilidad eléctrica, el desarrollo del hidrógeno, u otras de carácter doméstico como la gestión de los residuos. En ese sentido la Dirección Nacional de Energía, a través de la clasificación interna dispuso el reciclaje de papeles, cartones y plásticos, y el compostaje de yerba, café y té.
Dicha Secretaría de Estado
trabaja para añadir dimensiones de sostenibilidad ambiental en todas sus políticas, partiendo de la base de que no hay desarrollo posible si no es sostenible. Las líneas en las que se ha avanzado en este último año son sobre todo relacionadas al cambio climático, energía y economía circular, verde e inclusiva. Estas transformaciones promueven la innovación y generan empleo y valor en Uruguay.
El MIEM está incorporando la sostenibilidad ambiental en todas sus dimensiones, sobre la base de que no hay desarrollo posible si no es sostenible.
A continuación, se destacan algunas iniciativas clave. Todas estas transformaciones han permitido promover la innovación, la modernización de la infraestructura, la generación de empleo, la creación de valor y una mayor robustez del sistema, a la vez que han contribuido a la consecución de varios objetivos de desarrollo sostenible, como el de energía asequible y no contaminante, ciudades y comunidades sostenibles, producción y consumo responsables y acción por el clima, entre otros.
CAMBIO CLIMÁTICO.
La Dirección Nacional de Energía (DNE) forma parte del Sistema Nacional de Respuesta al Cambio Climático (SNRCC), un ámbito de coordinación horizontal en el que participan instituciones públicas y privadas que trabajan en temas de cambio climático o que son afectadas por él. Su objetivo es coordinar y planificar las acciones necesarias para la prevención de riesgos y la mitigación y adaptación al cambio climático.
En este sentido, el país se encuentra trabajando, en el marco del SNRCC, en la elaboración de las segundas Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional, que incluyen metas, objetivos y medidas concretas para la mitigación de gases de efecto invernadero y adaptación al cambio climático con horizonte 2030.
En este marco, la DNE se encuentra elaborando un Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático del sector energía (NAP-E), en el marco de la implementación de las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC, por sus siglas en inglés), que busca fortalecer la capacidad de resiliencia, prevención y respuesta del sector energético ante los impactos del cambio climático.
Otro hito importante es que en 2021 se lanzó el Sistema de Certificación de Energía Renovable. Se trata de un mecanismo de acreditación por el que el país reconoce la cantidad de energía consumida por medianos y grandes consumidores que ha sido generada a partir de fuentes renovables. Posteriormente estos certificados podrán ser emitidos por el resto de las empresas.
ENERGÍA.
Uruguay cuenta hoy con una matriz eléctrica con un fuerte componente renovable, que supera el 94%, lo que ha contribuido a disminuir el consumo de combustibles fósiles y, por tanto, ha llevado a una disminución sustantiva de emisiones de CO2.
Para reforzar este compromiso ambiental, recientemente Uruguay empezó a presidir el consejo de la Agencia Internacional de Energías Renovables (Irena), que posiciona al país como un ejemplo a nivel mundial. Así, la DNE busca, a través de distintas políticas públicas, promover el sector energético, con la sostenibilidad ambiental como una de sus premisas.
Tras los progresos mencionados, el país se enfrenta ahora a una segunda transformación energética, con gran potencial de descarbonización en los sectores más complejos, como son el transporte y la industria.
Se comenzó a trabajar en la gestión del Fondo para la Innovación en Energías Renovables (REIF, por sus siglas en inglés), que busca la articulación público-privada del financiamiento de iniciativas disruptivas e innovadoras en materia de energía, con énfasis en el hidrógeno verde y el almacenamiento y gestión de la demanda.
Se destaca también el avance que se ha logrado en el último año en el tema de hidrógeno verde, un vector energético clave para los sectores en que es más difícil reducir la dependencia del carbono, ya que no es posible basarse en energía eléctrica renovable directamente. En este sentido, el 14 de junio se presenta la Hoja de Ruta de Hidrógeno Verde, fruto del trabajo de un grupo interinstitucional liderado por el MIEM junto al Ministerio de Ambiente (MA), el Ministerio de Economía y Finanzas y el Ministerio de Transporte y Obras Públicas; la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII); la Administración Nacional de Puertos (ANP); Uruguay XXI; Ancap, UTE, y el Laboratorio Tecnológico del Uruguay (LATU).
Asimismo, el MIEM, junto a ANII y el LATU, lanzó el Fondo Sectorial de Hidrógeno Verde, cuya convocatoria cierra el 8 de junio y busca brindar apoyo no reembolsable para el desarrollo de los primeros proyectos de hidrógeno verde y derivados, por un monto total de 10 millones de dólares que serán entregados durante 10 años.
El desarrollo futuro de este sector puede presentar oportunidades importantes, sobre todo en áreas que aún presentan mayor dificultad para su descarbonización, como la del transporte pesado, los fertilizantes verdes, el cemento y otras industrias pesadas.
MOVILIDAD ELÉCTRICA.
Uruguay avanza hacia la segunda transformación energética, liderada por el MIEM, y con ese objetivo apuesta a “atacar ahora los usos energéticos que todavía no han sido alcanzados por las renovables” y que dependen del petróleo, según explicó el ministro Omar Paganini en el lanzamiento de nuevos anuncios vinculados con la movilidad eléctrica, realizado en junio de 2022. Para cumplir con ese objetivo, el transporte es uno de los sectores clave.
Entre las medidas promovidas por el Gobierno se encuentran beneficios impositivos, como IMESI 0 para los vehículos eléctricos, y próximas acciones, que incluyen la extensión de la red de cargadores a través de convenios y un llamado a privados, la regulación de medidas de seguridad de estos cargadores a través de un decreto, la formación de técnicos en convenio con organizaciones nacionales e internacionales, y la creación de una Mesa de Movilidad Eléctrica que reúna a los sectores público y privado y a la academia.
Además, el MIEM lleva adelante programas para que personas y empresas adquieran vehículos eléctricos. Se destaca Subite, y pronto se creará un programa de pruebas gratuitas para empresas de pequeñas localidades.
El cambio cultural de la eficiencia energética es considerado de gran importancia por el MIEM, y por ello está llevando a cabo diferentes iniciativas. Entre ellas se destaca el programa Localidades Eficientes, que ha permitido que 20 pequeñas localidades desarrollen iniciativas de eficiencia energética. En 2022 se replicó el llamado y se amplió, en una segunda convocatoria, a organizaciones sociales. En 2021, los proyectos elegidos representan un ahorro anual de $ 3 millones y que benefician a más de 450.000 personas.
ECONOMÍA CIRCULAR, VERDE E INCLUSIVA.
El Uruguay forma parte, desde el año 2017, de la Alianza para la Acción hacia una Economía Verde o Partnership for Action on Green Economy (PAGE, por sus siglas en inglés), una iniciativa del Sistema de las Naciones Unidas en la que el MIEM es punto focal para Uruguay.
Con este programa, se han desarrollado numerosas actividades de capacitación en economía verde y economía circular, tanto para funcionarios públicos, como para micro y pequeños empresarios de los sectores ecoturísticos y funcionarios de gobiernos subnacionales, entre otros sectores.
Se creó un fondo para promover la investigación y la innovación en economía circular, en acuerdo con la Organización de Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (Onudi), y con la participación y financiamiento de ANII y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
También se enfocaron recursos para el fortalecimiento de capacidades en química verde en el país. En concreto, se propone estudiar la producción de carbón activado para la potabilización de agua a partir de materia prima nacional.
Adicionalmente, con el liderazgo del MIEM y Onudi, a través del apoyo de PAGE y con el acompañamiento del MA, se comenzó el diseño de la Estrategia Nacional de Economía Circular.
Por otro lado, a través de un programa del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF, por sus siglas en inglés), Onudi y otros organismos del Estado se encuentran promoviendo la economía circular en los sectores de alimentos y energía, a través de proyectos demostrativos y aceleración de emprendimientos innovadores y de tecnologías limpias en el proyecto GEF 7.
Otra actividad a destacar es la relevante participación del MIEM en el Proyecto de la Iniciativa para el Río Negro para la mejora de la Calidad del Agua de la Cuenca de ese río. El ministerio forma parte del Comité de Coordinación Ejecutiva, junto al MA y Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca. En este marco, el MIEM está llevando a cabo dos proyectos: uno relacionado con la evaluación del nivel basal de fósforo asociado a la estructura geológica de la cuenca alta del río Negro, y otro enfocado a la mejora del desempeño ambiental en el sector productivo de la cuenca.
Adicionalmente, se está trabajando en el marco del Fondo de Innovación Sectorial de Uruguay y UPM en el diseño de un Centro Tecnológico de Bioeconomía Circular, con el objetivo de promover la producción basada en el conocimiento y la utilización de recursos biológicos, procesos y métodos biológicos para promocionar bienes y servicios de forma sostenible en todos los sectores productivos, considerando la reducción de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI).
Por último, la DNE ha iniciado un proceso de mejora de la gestión de los residuos a través de la clasificación interna en su edificio, para el posterior reciclaje de papeles y cartones, plásticos y el compostaje de yerba, café y té. (Foto y texto de MIEM).
Compartir
Comparte este contenido en tus redes sociales!