El cultivo de arroz y el maíz atrajo a las aves salvajes hacia el suelo hace unos 3.500 años, mucho más tarde de lo pensado.
Patricia Biosca| La población mundial de pollos asciende a unos 23.000 millones de ejemplares, el triple que la humana. Estas aves de corral son tan numerosas que un estudio señaló que serán sus huesos los que aparezcan por todo el registro fósil cuando los paleontólogos del futuro busquen pistas de cómo fue el Antropoceno. Sin embargo, los pollos no siempre han sido así y, al igual que el resto de las especies, han evolucionado hasta convertirse en los animales domesticados que hoy se cuentan por miles de millones en nuestras granjas. Un nuevo estudio, publicado en las revistas Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) y Antiquity, (a ambos artículos se puede acceder al final de la nota) revela que su acercamiento al hombre se produjo hace unos 3.500 años en Asia y que al principio fueron considerados una especie exótica que tardó varios siglos en convertirse en parte de la dieta humana.
Hasta ahora, se pensaba que gallos y gallinas fueron domesticados hace unos 10.000 años en alguna parte de la actual China, India o el sudeste asiático. Anteriores estudios señalaban que estos animales ya estaban presentes en Europa hace más de 7.000 años. El nuevo trabajo, realizado por un equipo internacional de investigadores de las universidades de Exeter, Munich, Cardiff, Oxford, Bournemouth, Toulouse y universidades e institutos de Alemania, Francia y Argentina, indica que estas hipótesis son incorrectas.
“Los resultados sugieren que los restos de pollos más antiguos e inequívocamente domésticos son los del yacimiento Ban Non Wat, en Tailandia, que datan de alrededor de 1650-1250 a. C”, indican los autores. “Los resultados contradicen identificaciones previas y sugieren que los pollos no fueron domesticados en el subcontinente indio y que no llegaron a China central, el sur de Asia o Mesopotamia hasta alrededor del año 1000 a. C. Por último, esta ave de corral recaló en Etiopía y la Europa mediterránea alrededor del año 800 a. C.”, insisten. Además, el fenómeno que habría impulsado su domesticación sería la proliferación de los cultivos de arroz y maíz, que habría atraído a su pariente silvestre, el gallo salvaje (Gallus gallus), que habría bajado de los árboles y habría tomado contacto con el ser humano.
VENERADOS Y ENTERRADOS CON HUMANOS.
Pero no se habría convertido directamente en comida, sino en una especie de divinidad alada. Así lo demuestran entierros de ejemplares solos y sin sacrificar, incluso presentes en nichos de personas, como ofrenda. “Comer pollo es tan común que la gente piensa que siempre lo hemos comido. Pero este trabajo muestra que nuestra relación pasada fue mucho más compleja, y que durante siglos los pollos fueron celebrados y venerados”, señala Naomi Sykes, de la Universidad de Exeter.
Después, durante el Imperio Romano, se popularizaron los huevos de gallina como alimento. “Pero en Gran Bretaña, por ejemplo, los pollos no se consumían regularmente hasta el siglo III d. C., principalmente en ciudades y campos militares”, señalan los autores, quienes indican que estos animales tardaron mucho tiempo hasta establecerse en climas más fríos, como Escocia, Irlanda o Islandia.
POLLOS DE 89 PAÍSES Y DATACIÓN POR RADIOCARBONO.
Para llegar a estas conclusiones, el equipo examinó restos de pollo antiguos hallados en 600 yacimientos de 98 países diferentes. En concreto, analizaron los esqueletos, la ubicación del entierro y los registros históricos sobre las sociedades y culturas donde se encontraron los huesos. Después de descubrir al pollo más ‘anciano’ en el yacimiento tailandés de Ban Non Wat, los investigadores también fecharon la edad de los restos más antiguos encontrados al oeste de Eurasia y el noroeste de África. “La mayoría de los huesos eran mucho más recientes de lo que se pensaba -señalan los autores-. Los resultados señalan que no llegaron hasta al menos el año 800 a. C. y que aún tardaron casi otros 1.000 años más en establecerse en lugares con crías más fríos”.
Su variada alimentación y los barcos tuvieron un papel fundamental en su ‘colonización’ por todo el mundo. “Por su dieta, altamente adaptable pero esencialmente basada en cereales, así como por la acción de las rutas marítimas, estos animales se propagaron por toda Asia, Europa, África y Oceánica”, señala Joris Peters, de LMU Munich y la Colección Estatal de Paleoanatomía de Baviera. “El hecho de que los pollos sean tan ubicuos y populares hoy en día y, sin embargo, hayan sido domesticados hace relativamente poco tiempo es sorprendente”, apunta Ophélie Lebrasseur, del CNRS/Université Toulouse Paul Sabatier.
Así que no, los pollos no siempre estuvieron en nuestros platos y su historia hasta llegar ahí, que es bastante reciente, ha sido un poco más complicada de lo que imaginamos.
LA AUTORA.
Patricia Biosca es periodista científica en ABC Ciencia, sus artículos se pueden seguir aquí: Patricia Biosca – ABC.es
ESTUDIOS.
Los artículos mencionados son los siguientes:
Los orígenes bioculturales y la dispersión de los pollos domésticos | PNAS
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