Aunque muchos ponen la mira en la agropecuaria, el sector energético sigue causando estragos. El Banco Mundial dice que falta voluntad política para reducir la quema y el venteo de gases, lo cual tiene como resultado un doble perjuicio por la quema en sí misma como por la liberación de gases que podrían usarse con fines productivos.

Hébert Dell’Onte | En el mundo parece haber una creciente conciencia medioambiental. Eso es lo que leemos en las resoluciones de los organismos multilaterales, en los documentos de la mayoría de los gobiernos, en las exigencias para cerrar acuerdos comerciales entre bloques, en todos los medios de comunicación y masivamente en las redes sociales. La sensibilización ambiental es algo que parece no tener retorno, algunos la asumen por una convicción ética y hasta moral de respeto a la vida y la naturaleza en todas sus formas y expresiones, otros pensando en sus hijos y nietos, pero también hay quienes manifiestan temor por lo que nos puede pasar si la naturaleza se enfurece y arremete con sus desastres naturales y la propagación de enfermedades altamente contagiosas. Sin embargo, en los hechos los seres humanos nos comportamos de forma diferente a lo que expresamos.

Lo anterior es la primera conclusión que se puede sacar del Informe de seguimiento de la quema de gas en el mundo de 2022 del Banco Mundial que llegó a la redacción de Todo El Campo.

Concretamente: En la última década se observó que los avances en la reducción de la quema de gas se estancaron.

El texto explica que la quema de gas (práctica de la industria que consiste en quemar gas natural asociado con la extracción de petróleo) se produce por tres causas: Primero, las restricciones económicas y del mercado; segundo, la falta de regulaciones adecuadas; tercero la falta de voluntad política. El resultado es que “los importantes avances logrados en algunos países no han compensado los aumentos en la quema de otros”.

Los 10 principales países que queman gas representan el 75% de todo el gas que se quema en el mundo, afirma el documento 2022 Global Gas Flaring Tracker Report (que es el Informe de seguimiento de la quema de gas en el mundo de 2022) elaborado por la Asociación Mundial para la Reducción de la Quema de Gas (GGFR) del Banco Mundial.

Hay que recordar que el 75% de los gases de efecto invernadero en el mundo se originan en el sector energético particularmente en los combustibles fósiles.

En el caso concreto de Uruguay, la producción de energía eléctrica es totalmente renovable y casi la mitad de toda la energía que se consume en el país es renovable, por tanto estamos en inmejorable condición de reclamar que los otros países también avancen en ese sentido.

La ganadería también produce gases de efecto invernadero, es verdad, pero lo hace de forma mucho más reducida y los países avanzan responsablemente en los estudios con el fin de producir con carga negativa cero. También en eso Uruguay se destaca, prueba de ello es la certificación de carbono neutro de Minerva Foods y los estudios que se llevan a cabo tanto en ovinos como vacunos, con la participación de diferentes sociedades de criadores e instituciones como el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA).

LA QUEMA “INNECESARIA” DE GAS.

Volviendo al Informe de seguimiento, éste hace hincapié en que “los 10 principales países que queman gas representaban el 75% de la totalidad de la quema de gas y el 50% de la producción de petróleo mundial en 2021. De esos 10 países, 7 han ocupado esa posición de manera constante durante la última década: Rusia, Iraq, Irán, Estados Unidos, Venezuela, Argelia y Nigeria. Los otros tres, México, Libia y China, han mostrado importantes aumentos en la quema de gas en los últimos años”.

Una palabra clara que surge del texto es “innecesaria”: “En 2021, se quemaron innecesariamente 144.000 millones de metros cúbicos de gas en instalaciones de prospección y extracción de petróleo y gas de todo el mundo, lo que generó alrededor de 400 millones de toneladas de emisiones de dióxido de carbono equivalente; 361 millones de esas toneladas se emitieron en forma de dióxido de carbono y 39 millones de esas toneladas en forma de metano”.

Parece evidente que la comunidad internacional debe presionar para que el sector energético global corrija ese comportamiento, y el Banco Mundial advierte que “muchas veces es subestimada la importancia de integrar la descarbonización del sector del petróleo y el gas en iniciativas y debates sobre el clima más amplios”.

En ese sentido es clave reducir la contaminación por la quema, pero también el venteo (liberar gases) y las emisiones fugitivas: “Es fundamental poner fin a la quema de gas en los establecimientos de producción petrolera, tanto para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero como para conservar el gas para fines productivos; por ejemplo, para generar electricidad en comunidades pobres que satisfacen sus necesidades energéticas con combustibles más contaminantes”.

Informe de seguimiento de la quema de gas en el mundo de 2022 (en inglés): 2022-Global-Gas-Flaring-Tracker-Report.pdf (worldbank.org)

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