Con desafíos renovados, a Luis Lacalle Pou le quedan tres años por delante para darle mayor velocidad a su plan de gobierno.

Horacio Jaume | Terminó la Semana Santa y con ella una cantidad de actividades. Los que profesan la fe cristiana habrán renovado la esperanza. Los amantes de las criollas habrán visto en el silencio de los palenques todas las horas y días de vueltas de honor y jineteadas que pasarán a la historia de los fogones.

Mientas que la vuelta ciclista tuvo su último embalaje en 18 de Julio frente a la Intendencia y que el último en pasar tendrá el honor de haber participado en la carrera más importante de nuestro ciclismo. Mientras que en Paysandú, en la heroica, y en el Olimar el río que más canta, habrán puesto también las guitarras el punto final.

Si después de todo eso y de haber superado dos años por la pandemia y un plebiscito por la Ley de Urgente Consideración, más conocida como la LUC, la administración multicolor esperaba tener un panorama más tranquilo y sin sobresaltos se equivocó, ya que hay nada menos que una guerra en la vuelta.

A Luis Lacalle Pou le quedan tres años por delante para darle mayor velocidad a su plan de gobierno.

Tiene a favor los precios de los commodities, carne, granos, madera, leche, arroz, citrus, para nombrar los más importantes y un turismo en recuperación.

¿Las dificultades? una fuerza política que debe estar de acuerdo para realizar los cambios que se necesitan. Frente a ello una oposición que no logra digerir una serie de derrotas consecutivas y que busca recomponerse, mientas que sus lideres pierden vigencia por la edad unos, y otros no logran entender la situación actual después de 15 años en el poder.

Algunos de los temas más importantes a tratar son la educación y la seguridad social entre otros.

Pero además hay una producción y desafíos a encarar. Para atender una demanda de 52.000 reces semanales para faena hay que respaldarla con buenas pariciones y una velocidad de engorde muy importante. Para tener novillos de 500 kilos a los tres años a campo no salen.

El puerto sobre el rio Tacuarí (Fadisol) que daría la salida por la laguna Merin para los puertos brasileños generaría la posibilidad de agregar tierras agrícolas que hoy no se pueden plantar por el costo de los fletes.

La lechería debe crecer y para ello deben crear nuevas cuencas, eso solucionaría el tema tierra. Hasta ahora se ha fracasado en este tema

La nueva planta de celulosa sobre el río Negro va a comenzar a producir y el ferrocarril a correr. Eso abre una serie de posibilidades más que interesantes, como nuevos ramales.

Esas son algunas de las cosas que podríamos tener por delante. Depende de la capacidad de los gobernantes y del convencimiento de la gente que debe superar el derrotismo de otros.

Como dijo Wimpi: “Que todo sea para bien”.

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