Los agricultores paraguayos están sufriendo las altas temperaturas y el déficit de lluvias que se experimenta desde hace un tiempo en el país, teniendo en cuenta que por segundo año consecutivo se instaló el fenómeno de La Niña; con un efecto directo en el volumen y la calidad de la producción de soja.

“Si bien no se terminó la cosecha en la región Oriental, veo una gran disminución de la oferta productiva de soja a nivel país con rendimientos que oscilan entre 400 a 1000 kilos por hectárea”, dijo al medio local Valor Agro el productor Marcos Kain.

El Director de SGA comentó que durante la etapa de llenado de grano y floración el estrés térmico, por la seguidilla de las altas temperaturas, hizo que muchas plantas abortaran flores y se genere mortandad.

Para la campaña 2020/21 de soja se proyectaba una producción final cercana a las 10 millones de toneladas, resultado que se vería disminuido en 3,5 a 4 millones. “La oferta exportable de Paraguay va a caer, al igual que en los otros países de Sudamérica”, apuntó.

Explicó que la seca que se vive en el Cono Sur hizo disparar los precios en Chicago durante los últimos diez días, ya que ven menos oferta exportable en el mercado.

El asesor agrícola indicó que en un área de 2.500 hectáreas de San Pedro estiman una cosecha de 1.500 a 2.000 kilos, cuando el año pasado el promedio fue de 3.300 kilos por hectárea. “Los rindes se ven afectados entre un 40 y 50%”, subrayó.

Con respecto al grano que se puede levantar, Marcos Kain que la calidad es mala. “El nivel de proteína es bajo y de aceite es menor, se observan muchos campos con una maduración despareja en los lotes”, detalló.

El Director de SGA dijo que los lotes más afectados fueron los sembrados en septiembre, mientras que los de octubre podrían tener mejores rendimientos ya que no han sufrido tanto estrés térmico e hídrico. “Las últimas lluvias podrían ser beneficiosas para los lotes más tardíos de octubre”, añadió.

Finalmente, comentó que “los buenos precios de la soja no compensan las pérdidas por malos rindes, hay muchos lotes que no van a cubrir los costos de producción”. Y agregó: “A los nuevos costos de insumos, que aumentaron hasta un 100%; y una zafra golpeada, creería que el paquete de tecnología se podría llegar a achicar para la próxima campaña”.

Además, estimó que el punto de equilibrio del negocio para un campo propio de San Pedro, con un muy buen paquete tecnológico, es de 1.200 kilos por hectárea. Mientras que para un campo arrendado aumentaría entre 650 a 700 kilos más. “A un arrendatario se le produce un quebranto con estos rindes”, cerró.

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