Walter Baethgen dijo que “el 75% de las emisiones de gases de efecto invernadero en el mundo proviene del sector energía” frente al 12% de la agropecuaria. Además, explicó que la producción ganadera no introduce metano en el ambiente, sino que este forma parte de un proceso de reciclaje, cosa que no ocurre con la producción de energía.

Hébert Dell’Onte | A comienzos de mes, el viernes 3 de diciembre, se llevó a cabo el evento forestal titulado “Actuar hoy, pensando en mañana”, organizado por la Sociedad de Productores Forestales (SPF) de Uruguay. En la apertura, el presidente la institución, Nelson Ledesma, dijo que el concepto mencionado se puede reducir en una sola palabra, “sostenibilidad”.

Participaron del encuentro, como exponentes, Walter Baethgen, Orlando Rojas y Juan Pedro Posse. Baethgen y Posse hicieron sus presentaciones de forma presencial, mientras que Rojas a distancia desde Canadá. (Video del evento al final del artículo).

Baethgen se refirió al “Cambio climático: sectores agropecuarios y forestal del Uruguay” y definió que “el 75% de las emisiones de gases de efecto invernadero en el mundo proviene del sector energía” en tanto que “el 12% de la agropecuaria”.

“En Uruguay ocurre exactamente lo opuesto” porque “la mayoría de las emisiones de gases de efecto invernadero no vienen del sector energía sino del agropecuario, y el que más que más importa en la agropecuaria es el metano”, subrayó.

Uruguay es un país pequeño, tiene poca población y un parque industrial reducido, por eso se da esa situación. “Además tiene una matriz energética que es la envidia para cualquier país del mundo con casi el 100% de energía eléctrica renovable y casi el 60% de la energía total es renovable. Entonces porcentualmente y a diferencia del resto del mundo, en Uruguay emitimos muy poco” frente a países que son grandes emisores, explicó.

LOS TRES GRANDES GASES.

Los tres “grandes gases que importan desde el punto de vista del efecto invernadero son el dióxido de carbono (CO2)” que “queda en la atmósfera 1.000 años. Eso hace que “el clima de hoy está siendo afectado por emisiones de la revolución industrial”, aseguró Baethgen.

El segundo gas es el metano (CH4) que “absorbe y emite 30 veces más calor que el dióxido de carbono, pero permanece en la atmósfera mucho menos, de 10 a 15 años”.

El tercer gas es el óxido nitroso (N2O) que “tiene más poder de calentamiento y permanece en la atmósfera por 100 años”.

Los dos gases que están más en boga en estos tiempos son metano y dióxido de carbono.

El dióxido de carbono tiene la particularidad de acumular lo que se va emitiendo cada año, es lo que se llama gases de stock. O se que como queda en la atmósfera por 1.000 años lo que emito hoy permanece y se agrega a lo emitido el año pasado, y se va a agregar lo del año próximo, y a ese total lo emitido el año siguiente y así sucesivamente.

A diferencia del dióxido de carbono, el metano no es un gas de stock sino de flujo porque permanece 10 o 15 años en la atmósfera y permanentemente se está transformando. Eso hace que en la emisión año a año se haga en base a un equilibrio. “Es como una pileta a la que le va entrando agua pero tiene un desagüe destapado y la misma cantidad de agua que ingresa se va yendo”.

EL METANO MÁS AMIGABLE, EL DIÓXIDO MÁS AGRESIVO.

Baethgen describió que el efecto de uno y otro gas en el calentamiento global es diferente, siendo el metano más amigable. Por tanto “la forma más rápida de reducir el calentamiento de la tierra es reduciendo las emisiones de metano, y cuando uno dice esto en Uruguay se prenden luces rojas”, comentó, porque afecta la presencia de los rumiantes.

Sin embargo, respecto al metano, hay “fuga de emisiones de combustibles fósiles en el sector energía y la suma de las pérdidas de metano por fuga del rubro energético es más o menos igual que la suma de las emisiones de metano de todas las vacas del mundo”, explicó.

La pregunta es: “¿Qué es más fácil, cambiar la dieta del planeta y buscar soluciones a millones de productores que viven de la pecuaria, o reducir pérdidas que son ineficiencia del sector combustibles fósiles?”, se preguntó.

EL PESO NEGATIVO DE LA ENERGÍA Y LOS COMBUSTIBLES FÓSILES.

Esos escapes en el sector enérgico se dan en diferentes circunstancias. Por ejemplo, cada vez que se abre una mina carbón se liberan millones de toneladas de gas que se filtran; otra fuente son los pozos petroleros, cada vez que se hace un pozo para extraer petróleo hay escape a la atmósfera; de igual forma cuando se lleva gas desde el yacimiento a las ciudades, el gas se escapa por las pérdidas que hay en las tuberías; también el fracking genera pérdida de metano además de dañar las reservas de agua.

Una diferencia importante expresada por Baethgen en su exposición es que la ganadería no agrega metano al ambiente, sino que se da un ciclo natural de reciclaje. El carbono en un sistema agropecuario “se está reciclando: primero está como dióxido de carbono en el aire, la planta lo toma, hace fotosíntesis, crea tejido, se lo come la vaca y una parte vuelve como metano. Pero es el mismo carbono” en un mismo ciclo, enfatizó.

Eso es “totalmente diferente a lo que pasa con los combustibles fósiles” que introducen carbono que estuvo enterrado por millones de años y de golpe lo empezamos a inyectar en la atmósfera, no estaba en el ciclo natural y por eso es bien diferente” a lo que sucede en la ganadería.

Por tanto, consideró que el enfoque ambiental debe estar dirigido a los combustibles fósiles.

VIDEO.

El siguiente es el video del evento completo con las tres exposiciones y las preguntas que se realizaron a los técnicos.

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