En 2021 el cannabis medicinal registró el mayor incremento (27%) y se estima que tenga un crecimiento de 91% anual en los próximos cinco años. Tras registrar este año un crecimiento de 17%, el creciente mercado cannábico viene dando buenos frutos en la región. El rubro medicinal es el de mayor expansión, pero también existe potencial para su uso industrial. A excepción de Uruguay y recientemente México, en el resto de países de América Latina no permite el uso del cannabis para fines recreativos.

América Economía | Costa Rica está a punto de convertirse en el nuevo país de la región de América Latina y el Caribe en sumarse a la industria legal del cannabis. A fines de noviembre de 2021, la Sala Constitucional del país centroamericano no encontró vicios de inconstitucionalidad en el proyecto de ley que pretende legalizar la producción y venta de cáñamo y cannabis medicinal, por lo que la iniciativa podrá ser discutida y votada próximamente en el Congreso.

Se trata de una industria con mucho potencial y que en 2021, según datos de Euromonitor International, en América Latina creció 17% y alcanzó un valor de US$ 170 millones, siendo México el mercado más importante con cerca de US$ 59 millones. La firma de investigación de mercado considera también que 2021 fue un año histórico por los avances en temas regulatorios y por los primeros pasos en crear una verdadera industria funcional en distintos países de la región.   

No obstante, el camino aún es largo. Para Erwin Henriquez, analista senior de investigación en Euromonitor International, la industria del cannabis en Latinoamérica está todavía en su infancia y su crecimiento está actualmente motivado casi en su totalidad por el aumento en el acceso a productos de cannabis en sus diferentes formatos.

“A medida que más países, entes reguladores, profesionales médicos y consumidores, se informan sobre las opciones de productos de cannabis, surgen mayores oportunidades para esta industria. Por otro lado, es interesante ver cómo la tendencia de crecimiento también se asocia con el crecimiento en medicinas tradicionales, herbales y suplementos. Claramente existe una relación entre estas dos industrias”, dice Henriquez.

Por lo pronto, el cannabis medicinal es el mercado más prometedor, tomando en cuenta que el grueso de los países que ya cuentan con una legislación sobre uso (Chile, Colombia, Perú y Argentina), solo lo permiten para este fin. En 2021 fue el segmento que registró el mayor incremento (27%) y se estima que tenga un crecimiento de 91% anual en los próximos cinco años. Según proyecciones de Euromonitor, en 2026, el mercado regional de cannabis medicinal ascenderá a US$ 1.200 millones.

Al respecto, Erwin Henriquez precisa: “Actualmente el cannabis medicinal es legal solo en algunos países de la región. Más notablemente en Chile y en Colombia. En Chile, una extensa red de pacientes y ONG se han instaurado desde su legalización para garantizar el acceso a más de 150.000 pacientes. Sin embargo, solo una pequeña parte de ellos accede a productos de grado farmacéutico o recetas magistrales, mientras que la gran mayoría accede al cannabis vía cultivo en casa o comunitarios. En Colombia, ocurre lo opuesto. La entrada al mercado ha sido un poco más lenta desde su legalización, pero hoy en día el marco regulatorio colombiano es un estándar para el resto de la región. Esto ha permitido la proliferación de compañías que se dedican al cannabis medicinal tanto para el mercado legal como internacional”.

Para 2022 se estima que el potencial mercado medicinal en México ya sea el más grande de la región con más de US$ 40 millones.

DE FLORES Y SEMILLAS.

Colombia, por lo pronto, es uno de los países que ha recibido mayor inversión y arribo de empresas extranjeras interesadas en desarrollar el mercado de cannabis medicinal. Recientemente, la multinacional estadounidense Kinetiq Group expandió su operación y portafolio invirtiendo en el sector de cannabis medicinal en el país cafetalero, puntualmente en Breedco, una empresa colombo-británica ubicada en Valle del Cauca para exportar semillas y flor seca de cannabis medicinal producida en esta zona a Reino Unido, Europa, Canadá, Sudáfrica, Australia, Estados Unidos y varios países de América Latina.

Y es que las semillas se han convertido en un nicho atractivo para exportar y Colombia quiere sacar provecho de esto. Según datos de la consultora Markets and Markets el mercado global de semillas mueve actualmente US$ 63.000 millones y en 2026 llegará a US$ 86.800 millones, impulsado por la mayor demanda de las industrias de alimentos, bebidas, comida para animales, biocombustibles, farmacéutica y cosmética.

En estas industrias destacan grandes jugadores como Monsanto, Dupont y Syngenta, que son los mayores proveedores de semillas del mundo, pero que trabajan muy poco con el cannabis.

Otro rubro con mucho atractivo es el del cáñamo industrial, fibra que se obtiene de la planta del cannabis y se usa para fabricar textiles, material de construcción, bioplásticos, productos de papel, entre otros.

A excepción de Uruguay y recientemente México, en el resto de países de América Latina no permite el uso del cannabis para fines recreativos. No obstante, su potencial es grandes. La plataforma Statista proyecta que en 2024 el valor del mercado de cannabis recreativo legal en América Latina debe alcanzar los US$ 300 millones. Así, la industria del cannabis sigue creciendo y varios países de América Latina se vienen sumando a la denominada ola verde. En Argentina, por ejemplo, la Confederación Cannábica estima que para 2025 se generen 10.000 nuevos empleos, US$ 500 millones en ventas al mercado interno anuales y US$ 50 millones de exportación. Cifras nada despreciables para un cultivo que va ganando terreno en esta región.

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