En Uruguay los perros se han convertido en un problema para sociedad en general, que no se crea, equivocadamente, que el sector rural y específicamente el ovino, es el único afectado por la excesiva población canina.

Desde el agro se denuncia todos los días ataques de perros a majadas en todo el país. Es conocido el accionar destructivo de estos animales que atacan a varios ovinos que incapaces de defenderse dada su naturaleza pacífica y poco agresiva, perecen por las múltiples heridas que sufren.

Hasta hemos podido ver, porque el video y las imágenes se publicaron en las redes sociales y llegaron a la redacción de Todo el Campo, cómo un perro comía a una oveja aún viva.

Pero no se limitan a matar a un animal, alimentarse e irse. Lejos de eso por cada ataque mueren 5, 8, 10, 15 o más ovinos, lo que causa un sufrimiento enorme en los pobres animales que acaban muriendo lentamente, además del miedo y el estrés al que se exponen las afortunadas que se salvan. Es raro que quienes dicen defender los derechos de los animales y se muestran tan sensibles con los perros agresivos, sean tan fríos, inclementes e indiferentes con el padecer de los ovinos.

El domingo 21 de noviembre una joven de 14 años fue atacada por perros en el pueblo de Noblía. La mucha es hija de un productor, caminaba con una amiga por la plaza del pueblo cuando fueron sorprendidas por los animales.

Por otro parte el productor sufre un fuerte perjuicio económico con cada animal que muere como por aquellos en los que tiene que aplicar sanidad si es que tienen la posibilidad de salvarse.

A la pérdida económica por los animales muertos o heridos se suma, muchas veces, el perjuicio mucho más valioso por la genética aplicada en el ovino afectado. Y como si eso fuera poco el desgaste anímico y emocional del productor que ve como en pocas horas pierde buena parte de su inversión, pierde horas de trabajo al sol, y pierde la fuente de sustento de su familia.

Pero los perros ya no se contentan con los ovinos. También se han registrado casos de animales de mayor porte, como los vacunos, sobre los que Todo el Campo también ha informado. Parece que la osadía canina va creciendo y que se han dado cuenta de la inoperancia de quienes ocupan cargos de responsabilidad.

Y lo peor es que la impunidad de los perros no se limita a los ovinos y los vacunos sino que también arremeten contra las personas que se desplazan tranquilamente por las ciudades. No es raro ver en las noticias que perros atacan y lastiman a personas sin motivo alguno, en muchos casos causando heridas graves, e incluso la muerte.

El domingo 21 de noviembre una joven de 14 años fue atacada por perros en el pueblo de Nobía. La mucha (en la foto al final de la nota) es hija de un productor, caminaba con una amiga por la plaza del pueblo cuando fueron sorprendidas por los animales.

Sin duda que la entidad de las heridas pudo haber sido mayor, pero no puede ser que debamos celebrar que no fue más grave como si viviéramos en una tierra donde los perros parecen tener todo el derecho del mundo frente a las personas indefensas.

La pregunta ya la hemos hecho en otras oportunidades y la repetimos: ¿Qué debe suceder para que las autoridades hagan algo que solucione el tema de forma eficaz? Parece claro que el castrado y el chipeo no es una solución. La familia radicó denuncia en la comisaría policial correspondiente.

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