Productor paraguayo comentó algunas de las virtudes de la raza Santa Inés, una de ellas es que “no es una raza estacional, cicla todo el año”.
Gustavo Clavijo | Canelones | Todo El Campo | Everton Walter Martins es productor ovino en Paraguay, dedicándose, en estancia Agua Blanca, a varias razas: Texel, Hampshire Down, Frisona Milchschaf y Santa Inés.
Sobre Santa Inés, hay que destacar que se ha ido incorporando en Uruguay con el impulso de varias cabañas que trabajan la raza expresando su mejor potencial.
Everton Walter dijo que Santa Inés es una raza del noreste brasileño, que llegó a Paraguay hace un par de años por acción de algunos visionarios, teniendo muy buena aceptación. “Se encuentra en los cuatro extremos de Paraguay, se adaptó al clima de todo el país, principalmente en el norte y el chaco paraguayo, pero también está más al sur”, comentó.
La llegada de la raza fue acompañada por técnicos que dieron charlas y cursos, y se buscó la forma de darle un padrón definido porque había varios biotipos. Con el trabajo realizado “hoy la majada está muy adelantada y Paraguay es exportador de genética Santa Ines”, con envíos a varios países, inclusive a Uruguay, “muchísimos fueron a Argentina; también hay cabañas que exportan semen” y las negociaciones incluyen otros países como Perú.
“Es una raza muy prolífica, buena habilidad materna, carnicera y de fácil adaptación”, definió.
“Yo crío animales Santa Inés, he vendido animales a Uruguay, es una raza importante que se puede cruzar con Texel o Hampshire Down”, dijo el productor en referencia a las otras razas con las que trabaja en estancia Agua Blanca. Agregó que “no es una raza estacional, cicla todo el año”, y eso es una virtud de mucho valor.
“En Paraguay crece en número y calidad, es una raza que suma a los rebaños donde esté”, reafirmó.
En Uruguay hay acotada información sobre las razas deslanadas o sus cruzas. Por tal motivo, INIA realiza el proyecto Genera para evaluar el comportamiento reproductivo, aspectos de salud y producción de carne, entre otras cosas.
Montevideo | Todo El Campo | En diciembre de 2024 el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) publicó en la Revista INIA (N° 79, pág. 89 y siguientes) el artículo “Ovejas que no se esquilan: tipos, comportamiento y otros beneficios”, entre las que se incluyó información de razas sin lana.
El artículo comienza señalando que “hay razas carniceras y/o lecheras muy eficientes para producir carne (45-50 kg de peso vivo de cordero vendido por año por oveja; Banchero y Vázquez, 2014) por lo que los costos de esquila no implicarían más de dos a tres kilos de carne de cordero por año”.
Continúa con que “el uso de razas deslanadas puras o en cruzamientos para deslanar las razas originales, deberían aportar algo más que evitar la esquila para que les convenga a los sistemas especializados en la producción de carne”.
“Dentro de las características que se describen para las ovejas deslanadas en zonas semiáridas-desérticas, se destacan su amplia estación de cría, su alta fecundidad, eficiencia de conversión, producción y calidad de producto (Bunch y col., 2003; Cardona-Tobara y col., 2020). A su vez, se ha reportado que las razas de pelo son más resistentes a la infección con parásitos gastrointestinales que las razas de lana (Burke y Miller, 2004)”, expresa la publicación.
Entre otras cosas el artículo firmado por destacados técnicos de INIA hace referencia a los cruzamientos con ovinos Dorper y Santa Inés, las primeras razas deslanadas que llegaron a Uruguay (Dorper en los 90 y Santa Inés en 2024).
“La raza Dorper se creó en la década del 30 del siglo pasado con el objetivo de tener una raza adaptada a condiciones áridas de Sudáfrica. Para ello se utilizó la raza africana Persa cabeza negra y la Dorset astada de Inglaterra”, detalla.
Mientras que la raza Santa Inés “es originaria del nordeste de Brasil y resulta del cruzamiento de las razas ovinas Bergamasca de Italia, Morada Nova de Brasil y Somalia de África. Esta última, es antecesora de la raza Persa cabeza negra, por lo que Santa Inés compartiría genes con la raza Dorper”.
LOS AUTORES.
Los autores del artículo son: Dra. Vet. Georgget Banchero, Téc. Agrop. Damián González, Aux. Inv. Alberto García e Ing. Agr. PhD. Ignacio de Barbieri (todos de INIA). Dr. Mauro Minteguiaga (Facultad de Veterinaria). Dra. Vet. Micaela Stazionati (Instituto Nacional De Tecnología Agropecuaria -INTA).
Los ovinos paraguayos fueron embarcados el martes.
Asunción, Paraguay | Todo El Campo | “El sector ovino cierra el año con un logro sin precedentes para Paraguay”, así comienza un artículo del diario ABC Color, uno de los principales medios escritos del país, publicado el martes 26 de diciembre y que refiere a “la exportación de ovinos en pie al exigente mercado uruguayo”, agrega.
Son 27 ejemplares de las razas Santa Inés y Dorper de los establecimientos Granja San Bernardino, cabaña y centro genético Py’aguapyrenda, y cabaña La Mocha. “Los animales fueron adquiridos por Federico Burgueño y Mauricio Nicolletti, quienes son criadores de ovinos referentes del Uruguay”, dice la crónica.
Harold Colmán, presidente de la Asociación Paraguaya de Criadores de Ovinos dijo a ABC que la exportación es un hecho histórico y muy importante para la ganadería paraguaya y sobre todo para la ovinocultura nacional, que demuestra la evolución de la genética ovina.
Carlos Krüssel, propietario de Py’aguapyrenda, señaló que el logro constituye otro hito en la producción pecuaria paraguaya, porque ya en 2019 habían concretado la primera exportación de ovejas en pie desde Paraguay hacia Argentina, de ejemplares que fueron incluso grandes campeones en el vecino país.
Py’aguapyrenda, establecimiento ubicado en Ciervo Cuá, distrito de San Bernardino, envió a Uruguay cinco hembras ovinas en pie de la raza Dorper puros de pedigree, de las cuales una está con cría, y las otras cuatro, preñadas.
Los ovinos paraguayos fueron embarcados este martes hacia Uruguay, publicó ABC.
🐑 El sector ovino cierra el año con un logro histórico: la exportación de ovejas al exigente mercado uruguayo.
El Ing. Agr. Dr. Gianni Bianchi Olascoaga comentó en Todo El Campo que a la hora de introducir genética en Uruguay hay que analizar dos puntos “muy importantes”: “1. Qué impacto se espera puede traer aparejado el desarrollo de ese material genético en el país”; y “2. Independientemente de la raza y dando por descontado de que se tomaron todos los recaudos sanitarios hay una serie de aspectos técnicos que deberían tenerse en cuenta, a saber: ¿qué información genética se dispone de los ejemplares importados?, ¿cuál es su origen?, ¿cuán representativos son los animales respecto de la raza en cuestión? y finalmente ¿cuántos animales (machos y hembras) se introducen?”