Fratti pone la mira en Asia.

Fratti pone la mira en Asia.

Cuestionó que el INAC haya recortado acciones que nos posicionaban en el mundo. A su entender Uruguay “debe tener restaurantes en las principales ciudades del mundo”

Montevideo | Todo El Campo | El próximo ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, Alfredo Fratti, dijo que Uruguay debe trabajar en abrir nuevos mercados, y que la mira estará en países de Asia.

“Tenemos que apuntar a Asia”, en especial a “todos los estados que se separaron de Rusia” como es el caso de Kazajistán o Uzbekistán, que “son países que tienen mucha posibilidad económica, tienen costumbres bastante similares a las nuestras”.

En los países objetivo incluyó “Filipinas con quien aparentemente se habría hecho una incursión”, comentó.

“Creo que es a donde tenemos que apostar”, remarcó.

Cuestionó que el Instituto Nacional de Carnes (INAC), organismo que Fratti conoce bien porque lo presidió, haya abandonado iniciativas valiosas por ser muy caras mantenerlas: “Estábamos en una universidad en San Petersburgo con la carne nuestra, pero INAC tomó la decisión de que eran muy caros los pasajes de los funcionarios que iban todos los años y perdimos”.

“Esas son las cosas que tenemos que recuperar, porque es posicionarnos en el Primer Mundo. San Petersburgo, en Rusia, es como para los estadounidenses Nueva York o Washington, y hay que apostar a eso”, planteó.

Uruguay “debe tener restaurantes en las principales ciudades del mundo, que cuando el embajador va tiene adonde invitar”. Todas esas cosas se hacían, pero ya no existen más: “Como somos pequeños tendemos a achicar, al final vamos a quedar como una pasita de uva”, graficó, pero “es al revés” como se debe proceder.

INAC lanzó nuevas tecnologías para el control de operadores del mercado de carnes en Uruguay.

INAC lanzó nuevas tecnologías para el control de operadores del mercado de carnes en Uruguay.

La puesta en marcha de este sistema propicia un cambio de paradigma en el control, porque lo gestiona desde el análisis de riesgo y apoya los cambios necesarios en los puntos críticos identificados.

Montevideo | Todo El Campo | El Instituto Nacional de Carnes (INAC) lanzó una experiencia piloto para la implementación del Sistema de Auditoría para la Integridad (SAI) de la cadena cárnica, comenzando en esta instancia , con una evaluación de rutina en una carnicería.

Este nuevo sistema cumple con uno de los objetivos definidos en el plan estratégico del Instituto para asegurar la integridad de los productos y procesos en la cadena, garantizando la transparencia, eficiencia y confiabilidad de la información.

Incluye a carnicerías, vehículos, establecimientos habilitados y empresas e interactúa con otras plataformas generadas por el Instituto como el Registro Único Nacional de Empresas Cárnicas (Runec) y el Sistema de Registro y Gestión del Abasto (SRGA).

Contribuye asimismo en lo operativo a la auditoría de estándares, para formalizar, fijar estándares simples y alcanzables dentro del marco normativo vigente, enfocando en la mejora de la integridad de las carnes uruguayas.

Durante la evaluación de rutina que tuvo lugar este miércoles en un punto de venta de carnes, la propia plataforma generará in situ un informe que será enviado al domicilio electrónico de la carnicería registrado en el Runec y a diferentes áreas del Instituto implicadas en el proceso.

La puesta en marcha de este sistema propicia un cambio de paradigma en el control, porque lo gestiona desde el análisis de riesgo y apoya los cambios necesarios en los puntos críticos identificados.

De esta forma se unifica y sistematiza la información de los legajos de los agentes de la cadena, se monitorean procesos en tiempo real, se genera una vía de comunicación con los agentes y se integra en forma completa con los sistemas de INAC y con los sistemas externos.

El sistema cuenta con un motor que asigna automáticamente las tareas a los auditores, indicando la frecuencia de inspección anual, dato obtenido a partir de las evaluaciones diagnósticas realizadas en todo el país durante 2022 y 2023. A dicho motor, se le irán incorporando distintas variables como el tipo de actividad de empresa o recurso, la situación registral.

También tendrá en cuenta el volumen de comercialización, el grado de manipulación de los productos, los hallazgos críticos o puntajes obtenidos en las evaluaciones, historial de sanciones e incumplimientos, entre otros con el fin de gestionar las inspecciones en base a riesgo.

De esta manera, INAC continúa con el proceso de modernización de los sistemas de control, apoyado en soluciones tecnológicas.

Video gentileza de Presidencia de la República.

Caputi (INAC): tenemos un techo de cristal causado por los aranceles.

Caputi (INAC): tenemos un techo de cristal causado por los aranceles.

El problema es cómo se conforman los mercados y sus cuotas.

Montevideo | Todo El Campo | El Instituto Nacional de Carnes (INAC) realizó el jueves 12 de diciembre, el cierre del año. Uno de los expositores fue el gerente de Estrategia e Innovación de INAC Pablo Caputi.

Luego de su exposición Caputi dijo a Todo El Campo que en la faena hay “un techo de cristal” porque si uno mira 20 años hacia atrás “solo hubo dos años con esa faena que nos gusta de 2,6 millones, en el resto el promedio es de 2,3 millones”.

¿Por qué el número es 2,3 millones cuando podemos producir 3 millones de terneros y la industria tiene capacidad?, se preguntó. Agregó que el estudio de Ceres se focaliza en los aranceles y encuentra que hay allí un obstáculo serio para pasar de 2,3 a 2,8 millones lo que para nosotros sería una gran solución porque acomodaría muchos problemas dentro del sector, y para el país un gran aporte”.

El problema es cómo se conforman los mercados y sus cuotas.

“En China el arancel que pagamos es del 12% y no hay cuota, pero China no lleva todos los tipos de cortes”.

Estados Unidos “tiene la cuota de 20.000 toneladas, dentro de ella  no pagamos nada, pero por fuera de la cuota 26% y si uno hace el promedio de lo que coloca también da 12%”.

Europa “tiene la cuota 481 con cero y la cuota Hilton con 20, y el promedio es 12%; y en el resto del mundo da 12%”.

Ese número (12%) demuestra que “hasta ahí podemos pagar, más de eso no. Y cuando se acaban las cuotas hay que salir a colocar y pasa a pagar un arancel mayor, cosa que el sector no puede hacer porque el negocio no da”; entonces “la reacción de la industria es frenar los envíos porque sino entra en una zona en que empieza a perder dinero”.

“Todo el sistema funciona con el techo de 2,3 millones”, subrayó.

Caputi también se refirió a la exportación de teneros en pie, la que es positiva como válvula de escape pero hay que generar condiciones para que esos animales engorden en el país.

ENTREVISTA COMPLETA.

Hay que trabajar más fuertemente en la promoción y acceso a más mercados.

Hay que trabajar más fuertemente en la promoción y acceso a más mercados.

Si producimos más para los mismos mercados la suba de los aranceles van a ser un freno importante, por eso es fundamental llegar a más mercados.

Montevideo | Todo El Campo | El jueves 12 se presentó por parte de Ceres (Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social) una presentación sobe el impacto y el potencial del sector cárnico en Uruguay.

Al finalizar su exposición, el Ec. Martín Alesina comentó a Todo El Campo la importancia de conseguir nuevos mercados.

Alesina es investigador de Ceres, y expresó que el sector de la carne tiene mucho potencial pero también “una carga arancelaria muy alta, cercana al 12%, y en caso de que la producción aumente -supongamos un 20%- a esos mercados se tendría un incremento muy grande los aranceles porque las cuotas con aranceles bajos ya estarían cubiertas”.

Por tanto, aumentar la producción en los mercados que ya tenemos, significa “un freno” para la cadena que se enfrentaría a un arancel alto.

Hay que buscar mecanismos “para reducir la carga arancelaria o trabajar más fuertemente en la promoción y acceso a más mercados”.

Asimismo, “si Uruguay accediera de la mejor manera a los mejores mercados, en cuotas pequeñas porque tampoco es que van a aumentar mucho más, la carga arancelaria seguiría siendo del 12% mientras que “Australia ronda el 5%”.

Uruguay tiene “capacidad ociosa en la fase industrial” y si se compara la capacidad probada que es el mes que más se faenó por doce, con e último año, tenemos un 31% de capacidad ociosa”.

“Hay que penar en un aumento del 20% de la producción, no sería algo loco y la capacidad está”, subrayó Alesina.

Agregó que trabajar en los mercados es muy complejo, aunque efectivamente se está insistiendo en ese aspecto. “Hay que seguir por ese camino porque los frutos lo vemos en los números, hay que incrementar presencia aún más, hay que incrementar la distribución de personas dispuestas y capacitadas para hacer habilitaciones sanitarias porque no nos puede pasar que tangamos que hacer dos o tres habilitaciones al mismo tiempo falta de recursos humanos”.

Tenemos que estar en los mercados porque estando se ven las dificultades específicas de cada mercado y con los recursos humanos necesarios.

ENTREVISTA COMPLETA.

INAC: En 2024 el consumo de carne es el mayor de los últimos 9 años.

INAC: En 2024 el consumo de carne es el mayor de los últimos 9 años.

El consumo estimado de proteínas de origen animal en 2024 alcanzaría los 97,3 kg por persona; situándose en un valor 3,0 kg por encima del año anterior (+3,2%) que lo ubican como el mayor registro en el consumo de los últimos 9 años, pero con diferente comportamiento entre carnes.

Montevideo | Todo El Campo | En un auditorio con participación de más de 250 personas vinculadas al sector cárnico, realizamos la tradicional presentación de los indicadores de las carnes.

Seguidamente el Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social (Ceres) presentó un informe especial, y cerró la actividad el Instituto Nacional de Carnes (INAC) con una propuesta y evaluación que contribuye al crecimiento del complejo.

La puesta a punto de las proyecciones de cierre de año estuvo a cargo del gerente de Información Jorge Acosta.

A partir de características de demanda internacional y climáticas que fueron algo más propicias que lo previsto al inicio del año, la actividad de faena cerrará en valores similares a 2023, pero con evoluciones.

Un primer semestre con recuperación de la actividad (+7%) y un segundo semestre con caída (-8%) respecto al año anterior. Con alguna incertidumbre sobre el nivel efectivo de actividad que se podrá cumplir, es posible estimar que 2024 completaría una faena anual de 2.265.000 cabezas.

Se observa una recuperación de valores de hacienda a partir de mejoras en los ingresos de las exportaciones que muestran equilibrio en los indicadores. Con un crecimiento más o menos constante a lo largo del año, las variaciones acumuladas a noviembre observadas para el precio del novillo total (+23,7%), reflejan el aumento del valor de la carne exportada (+23,1%) y de la media res al mercado interno (+20,7%), con una evolución opuesta a lo observado en 2022 y 2023. En el caso de la vaca y vaquillona se observaron comportamientos similares.

El consumo estimado de proteínas de origen animal en 2024 alcanzaría los 97,3 kg por persona; situándose en un valor 3,0 kg por encima del año anterior (+3,2%) que lo ubican como el mayor registro en el consumo de los últimos 9 años, pero con diferente comportamiento entre carnes.

En materia de exportaciones, Acosta mostró que la reestructuración de mercados permitió mantener los niveles de ingresos de las exportaciones. Los ingresos totales del sector cárnico en 2024 estarán cercanos a 2.600 millones de USD; un valor similar a 2023, por lo cual, se encuentra por encima de los promedios históricos en valores corrientes.

CERES PRESENTÓ INDICADORES CLAVE.

En elcierre estadístico 2024 de INAC, Ceres presentó un nuevo Informe Especial llamado “Estado actual, impacto y potencial del sector cárnico del Uruguay”, donde se destaca su impacto económico y social, y plantea los desafíos necesarios para superar el «estancamiento productivo» que atraviesa el sector desde hace años, garantizando la sostenibilidad y competitividad en el mercado global.

El informe presentado por el Ec. Ignacio Munyo +director ejecutivo de Ceres- y el coordinador de investigación Martín Alesina, da muestras de estabilidad en indicadores clave del sector como el stock vacuno (11,3 millones de cabezas) y la faena (alrededor de 2,4 millones de cabezas anuales).

Entre los factores que explican este concepto de estancamiento se encuentran la elevada carga arancelaria efectiva en mercados clave y la necesidad de mejoras en eficiencia productiva, tecnología, inserción externa y logística. Sin estas transformaciones, Uruguay no logrará un crecimiento significativo, sobre todo con competidores con acuerdos comerciales más favorables y con menores costos de transporte.

El sector emplea directamente a cerca de 90.000 personas y tiene un impacto significativo en la economía, ya que entre su impacto directo y todos los encadenamientos que genera en diferentes sectores (impacto indirecto) supera el 10% del PBI. En tanto, su aporte impositivo –analizado por impuesto y por fase en el estudio– totaliza casi US$ 700 millones al año entre impuestos directos e indirectos.

El informe destaca que un crecimiento del 20% en la producción podría generar un aumento del 1,5% en el PIB y la creación de aproximadamente 3.000 empleos adicionales. Experiencias como la Cuota 481 han demostrado que, ante señales claras de demanda, el sector puede responder con incrementos en producción.

Con una parición récord de más de 3 millones de terneros proyectada para 2025, Uruguay tiene la oportunidad de superar los desafíos actuales y consolidar su posición en los mercados de alto valor.

EL SECTOR EN UN PUNTO DE INFLEXIÓN.

Uruguay se posiciona de buena forma ante una demanda global de carne que se proyecta pujante. Por un lado, porque el país produce carne de la mejor calidad a nivel global, en un entorno natural en base a pasturas nativas, ideal para la cría de animales. Por otro, por la sostenibilidad y trazabilidad de su producción, altamente valorada por mercados exigentes como el europeo.

Pero, para dar un salto en la producción y la productividad hay que ser más competitivos. El sector cárnico en Uruguay se encuentra en un punto de inflexión, donde para superar la estabilidad se deben dar cambios que logren mejorar las expectativas de toda la cadena de valor. Para lograrlo, es imperante alivianar la carga arancelaria, aprovechar los nichos de mercado con altos precios y promover mayor diferenciación y valor agregado a lo largo de la cadena productiva.

Con las señales actuales, la baja productividad seguirá conviviendo con una capacidad ociosa elevada en fase industrial y altos aranceles que perjudican la competitividad y desincentiva aumentos de producción. El sector y el país necesitan un impulso para la actividad más tradicional de Uruguay; y superar los obstáculos que lo frenan es posible.

ES NECESARIO LOGRAR UN CRECIMIENTO DEL PBI SUPERIOR AL 3%.

Hacia el final de las presentaciones, el gerente de Estrategia e Innovación de INAC Pablo Caputi centró su exposición en los estímulos al crecimiento necesarios para apuntalar al sector, neutralizando aranceles.  Su análisis incluyó las premisas del contexto macro-económico. En ese sentido, comentó que para satisfacer las crecientes demandas de la sociedad uruguaya, es necesario lograr un crecimiento del PBI superior al 3%. Esto depende del nivel de actividad económica, que influye en la cantidad y calidad del empleo, los salarios y la productividad.

El sector cárnico vinculado a vacunos-ovinos es un gran empleador: cerca de 90.000 puestos de trabajo. En particular en el interior del país. Emplea además en el sector primario una fuerza laboral con menor escolarización y con mayor edad promedio (un sector con dificultad de encontrar empleos alternativos). Como referencia, la construcción emplea 55.000 puestos directos aproximadamente.

Los salarios mensuales generados (dependientes y no dependientes) totalizan 64 millones de dólares, equivalente a la suma de los salarios en la actividad agrícola-forestal-láctea en conjunto. El gasto de esos salarios luego genera empleo inducido en el interior del país, fundamentalmente (en el sector servicios).

Agregó que la sostenibilidad del crecimiento requiere aumentar la inversión (doméstica y externa), superando el 20% del PBI, lo que generaría un círculo virtuoso entre inversión, actividad y empleo. Sin embargo, Uruguay enfrenta vulnerabilidades debido a su mercado interno limitado y su exposición a las fluctuaciones de los precios internacionales de commodities y las barreras comerciales.

El proteccionismo internacional está en aumento, y aunque Uruguay trabaja para mejorar el acceso a mercados, no se puede esperar una mejora rápida, especialmente para el sector cárnico. Esta situación limita el crecimiento de la actividad, la inversión, y el empleo en todo el sector.

El Plan Estratégico de INAC propone un aumento en la producción de carne vacuna, con un incremento del 25% en el volumen físico, alcanzando hasta 750.000 toneladas equivalente peso canal (ton epc). Este aumento contribuiría al crecimiento económico, generando un círculo virtuoso de estímulo, inversión, actividad y empleo.

El stock de vacunos en Uruguay ha oscilado por debajo de 12 millones de cabezas, con una extracción promedio del 22%. El Plan Estratégico propone elevar este porcentaje a 25%, alcanzando 3 millones de cabezas, con un stock de 12 millones.

Se espera una alta parición en 2024/25, superior a 3 millones de terneros. Si la demanda interna no es suficiente, la alternativa será la exportación en pie de los terneros excedentes. Aunque esta opción ofrece señales de largo plazo al criador, el mercado es imperfecto y limitado, y el país pierde la oportunidad de agregar valor al engordar y faenar. Se requiere asegurar una buena demanda interna para las futuras pariciones.

En cuanto a la actividad comercial, los últimos 20 años muestran que el sector industrial exportador tiene dificultades para superar los 2,3-2,4 millones de cabezas faenadas debido a restricciones de oferta y aranceles altos en el mercado. Esto limita el crecimiento de los subsectores como cría, engorde y recría.

Para mejorar los resultados de las empresas, se necesita una mejor inserción internacional (más cuotas, menos aranceles). Dado que esto llevará tiempo, se debe evaluar mecanismos de estímulo para expandir la faena y las exportaciones, buscando un aumento en la productividad nacional del 20-25%, es conseguir una mejor inserción internacional (más cuotas, menos aranceles). Como eso tomará años, hay que evaluar algún mecanismo de estímulo que permita expandir la faena y las exportaciones.

Proyectando posibles estímulos al desarrollo, presentó un mecanismo que consiste en neutralizar los aranceles adicionales al ingresar a una colocación sin preferencias, permitiendo una faena adicional de cerca de 500.000 animales (más de 100.000 toneladas de exportación). Esto se lograría mediante una renuncia fiscal a los impuestos directos adicionales generados por el aumento de actividad.

Desde la visión fiscal de Uruguay, la recaudación no se vería afectada, ya que el régimen actual se mantendría para la actividad básica. La renuncia fiscal se aplicaría solo al nivel adicional de actividad, lo que exigiría mayor eficiencia en los servicios públicos no transables. La recaudación podría incluso aumentar por los efectos multiplicadores del incremento de actividad en sectores asociados. En el conjunto de la economía del Uruguay, el impacto sería cercano a 1,5 puntos en el PBI como efecto estático, sin considerar efectos dinámicos.

Esta dinámica se trasladaría a todos los estamentos de la cadena. Un mayor nivel de actividad (faena, exportaciones) traerá mayor empleo y mayor demanda por el ganado. Los precios finales dependerán de la respuesta de la oferta. Si se mantienen estos niveles de parición y destete, los niveles de precios (ganado gordo, reposición) serán similares.

En la medida que el país obtenga ventajas arancelarias nuevas este sistema de neutralización dejaría de operar. El sistema propuesto debe evaluarse a la luz de otros mecanismos de estímulo (Comap) que también buscan estimular el mayor nivel de actividad, empleo, exportaciones. Se entiende que esta propuesta es complementaria y pone foco en un problema: la imposibilidad de bajar aranceles en el corto plazo y cómo esto limita el crecimiento de la faena de vacunos.

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