Asesor de la Federación Rural advirtió que buena parte de los compromisos asumidos apuntan a mantener el negocio funcionando
Montevideo | Todo El Campo | El economista Milton Ramallo dijo que en 2024 hubo “aumento significativo del endeudamiento en la mayoría de los sectores, especialmente en el ganadero”, que representa una de unos US$ 1.200 millones.
Las cifras del pasado año reflejan un incremento del 18% respecto a setiembre 2023, destacó a Radio Uruguay.
El endeudamiento se explica por la sequía y el tipo de cambio.
“Buena parte del endeudamiento, especialmente en el sector ganadero primario, respondió a la necesidad del productor de mantener funcionando su emprendimiento” y no a adquisición de tierras o incorporación de tecnología, explicó el economista que es asesor de la Federación Rural.
Ese incremento de los compromisos por el acceso a créditos está acompañado por una morosidad en el sector ganadero de 2%. “La tasa no es alta, pero duplica la del año anterior”.
OTROS SECTORES.
Asimismo, Ramallo señaló que el endeudamiento es un desafío a solucionar también en sectores como el lechero, arrocero y oleaginoso.
La industria láctea tiene una morosidad del 8%; el rubro arrocero tuvo un importante aumento (126%) en el eslabón productivo, y del 55% los molinos; mientras que los oleaginosos mostraron una morosidad del 5%.
Hasta el momento, las instituciones cancelaron 109.000 deudas correspondientes a 100.000 personas, mientras que 46.000 usuarios hicieron 64.000 reestructuras de sus deudas.
Montevideo | Todo El Campo | Instituciones bancarias y administradoras de crédito habilitarán a partir de hoy la segunda etapa del “Programa voluntario de reestructuración de deudas”, que incorporará un número telefónico y de WhatsApp para permitir a los usuarios iniciar el proceso.
El programa, que se lanzó de manera online el pasado 11 de julio, busca facilitar la regularización de la situación crediticia de los deudores que han mostrado mayores dificultades en el pago de sus deudas.
El Banco Central del Uruguay y la Unidad Defensa del Consumidor del Ministerio de Economía y Finanzas colaboraron en la articulación de esta iniciativa impulsada por la industria financiera.
Este trabajo incluye el análisis minucioso de la situación de los deudores de mayor vulnerabilidad por parte de la industria financiera, y propone soluciones respetando el orden jurídico vigente y el adecuado balance de riesgos del sistema financiero.
Al programa pueden acceder aquellas personas que tienen una deuda menor a 100.000 pesos en cada una de las instituciones que adhieren a este programa, y que hayan estado en la Categoría 5 en la Central de Riesgos Crediticios administrada por el Banco Central del Uruguay al 30 de abril de 2022, y se hayan mantenido en la misma situación a mayo de 2024. Se incluyen también los deudores que estén en las mismas condiciones de incobrabilidad y antigüedad en aquellas instituciones que no reportan al BCU.
En el caso de deudores con un saldo de capital menor a $ 5.000, las instituciones renunciarán al derecho de ejercer el cobro de estas deudas, sin ser necesaria la realización de ningún trámite por parte del deudor.
Las deudas de capital por hasta $ 100.000 con cada institución se podrán refinanciar en cuotas sin ninguna actualización del capital, sin intereses, multas ni recargos.
Hasta el momento, las instituciones cancelaron 109.000 deudas correspondientes a 100.000 personas, mientras que 46.000 usuarios hicieron 64.000 reestructuras de sus deudas.
En esta segunda etapa del programa, quienes mantengan deudas en más de una institución tendrán la posibilidad de acceder a un número mayor de cuotas, dependiendo del monto adeudado, llegando hasta 48 pagos.
A este programa adhirieron en primera instancia Anda, Banco BBVA, Banco República, Banque Heritage, Cash, Credisol, Creditel, Crédito de la Casa, Crédito Naranja, Crédito Uruguayo, Crédito Valor, Crediton, Fucac Verde, HSBC Bank, Banco Itaú, Oca, Pronto, República Microfinanzas, Banco Santander, Scotiabank, Volvé. Este lunes se sumó al programa Acac, y se prevé la incorporación de más instituciones.
También han adherido las empresas especializadas en cobranza de carteras morosas: Mercurius, Fabraler y Viemventura, quienes ingresaron en los mismos términos, siendo la única diferencia que las deudas que son canceladas son las que tienen un saldo de capital menor a $ 1.000.
La Asociación de Bancos Privados del Uruguay (ABPU) y la Asociación Nacional de Empresas Administradoras de Crédito (Aneac), quienes realizan la gestión operativa e implementación de los términos del acuerdo de manera conjunta, han hecho una convocatoria abierta a todas aquellas empresas que quieran sumarse al programa.
El trámite para reestructurar deudas se puede iniciar de manera online en soluciondeuda.com.uy. Además, a través de Antel se habilitará el número 2902.20.24 para contactar por teléfono en el horario de lunes a viernes de 09.00 a 19.00 horas y el 092.20.24.44 por WhatsApp, con atención las 24 horas, todos los días de la semana. Las vías de comunicación estarán operativas hasta el 15 de noviembre de 2024.
En el caso de WhatsApp, el recibir un mensaje entrante, el bot responderá automáticamente solicitando la cédula de identidad de quien escribe. Luego se verificará si aplica al plan. Si es así, se le mostrará al usuario las entidades a quien debe y permitirá ir haciendo los preacuerdos con las mismas condiciones que a través de la página web. Se realizará el mismo proceso si el usuario llama por teléfono.
Las instituciones firmantes del acuerdo, el Banco Central del Uruguay y la Unidad Defensa del Consumidor del Ministerio de Economía y Finanzas recuerdan especialmente a los usuarios que en ningún caso se solicitarán pagos ni datos bancarios o personales a través de la página web. Cualquier solicitud de envío de datos o información por estos medios puede constituir un intento de fraude, que debe evitarse y denunciarse por las vías correspondientes.
Con un mensaje catastrófico algunos comparan el endeudamiento agropecuario actual con el año 2000, pero omiten reconocer la caída de la morosidad. Una cosa no se puede analizar sin la otra.
Hébert Dell’Onte Larrosa | Montevideo | Todo El Campo | En poco más de 200 caracteres y una gráfica, la consultora Exante planteó ante la opinión pública una importante realidad del sector agropecuario: “En los últimos dos años el sector agropecuario aumentó significativamente su endeudamiento bancario. Sin embargo, la morosidad promedio en los créditos bancarios del sector se mantuvo en niveles muy bajos”.
El gráfico que acompaña el texto demuestra claramente esa situación superando los US$ 3.500 millones de deuda, pero con una morosidad apenas superior al 1%.
Es importante analizar ambos datos, porque si nos limitamos a ver la deuda por sí sola corremos el riesgo de hacer lecturas catastróficas.
Hace casi un año, en junio de 2023, el diputado Alfredo Fratti (MPP-FA), que también es productor agropecuario dijo que “el endeudamiento es uno de los riesgos que advertimos, porque a esos productores pequeños que no tienen espalda, la situación los obligó a tomar un crédito que luego les será muy difícil de enfrentar”, un concepto que ha expresado en reiteradas oportunidades.
También señaló que “hay que prestar atención para que no nos vuelva a pasar lo que nos pasó en los años 2000, cuando hubo un sobreendeudamiento agropecuario”. Advirtió que hay “mucho riesgo de que eso ocurra”.
La visión del legislador es parcial. La gráfica de Exante en cambio es contundente: sí hay endeudamiento, no se puede negar, pero también se observa capacidad de pago. Si no la hubiera la morosidad debería ser mucho mayor, quizá cerca o más del 9% como en los últimos años del tercer Gobierno del Frente Amplio.
Hay que tener cuidado con lo que se dice, porque cualquier alusión a lo ocurrido en el año 2000 tiene una carga catastrófica que no se condice con la realidad actual.
El texto del organismo internacional expresa que los gobiernos deberían tomar medidas urgentes para ayudar a reducir las vulnerabilidades de la deuda y revertir las tendencias de la deuda a largo plazo.
Hébert Dell’Onte Larrosa | Montevideo | Todo El Campo | Los gobernantes y las autoridades responsables de las finanzas de cada país, “tendrán que ser inquebrantables durante los próximos años en su compromiso de preservar la sostenibilidad de la deuda”. Ese es el planteo del análisis realizado por técnicos del Fondo Monetario Internacional (FMI), al que accedió Todo El Campo.
La advertencia se debe a que la deuda mundial está “por encima del nivel previo a la pandemia”, el cual ya era muy elevado: “La deuda total ascendió al 238% del producto interno bruto mundial el año pasado, 9 puntos porcentuales más que en 2019. En términos de dólares estadounidenses, la deuda ascendió a US$ 235 billones, o US$ 200.000 millones por encima de su nivel en 2021”.
Lo que ocurrió fue que después de la pandemia los países mantuvieron altos sus déficits fiscales, ya que “gastaron más para impulsar el crecimiento y responder a los aumentos de los precios de los alimentos y la energía, incluso cuando pusieron fin al apoyo fiscal relacionado con la pandemia”.
Por otra parte, “la deuda de los países en desarrollo de bajos ingresos también aumentó significativamente en las últimas dos décadas”, y “más de la mitad de los países en desarrollo de bajos ingresos se encuentran en situación de sobreendeudamiento o en alto riesgo de sobreendeudamiento”.
Ante ese panorama, “los gobiernos deberían tomar medidas urgentes para ayudar a reducir las vulnerabilidades de la deuda y revertir las tendencias de la deuda a largo plazo”.
Para las deudas del sector privado, “esas políticas podrían incluir un seguimiento atento de la carga de la deuda de los hogares y de las empresas no financieras y los riesgos conexos para la estabilidad financiera. En el caso de las vulnerabilidades de la deuda pública, la creación de un marco fiscal creíble podría guiar el proceso para equilibrar las necesidades de gasto con la sostenibilidad de la deuda”.
Corregir la deuda no es caprichoso, tiene efectos positivos, de ahí que es “necesario un enfoque integral que abarque la disciplina fiscal y la reestructuración de la deuda”, expresan los autores del informe.
El FMI agrega: “Es importante destacar que reducir la carga de la deuda creará espacio fiscal y permitirá nuevas inversiones, lo que ayudará a fomentar el crecimiento económico en los próximos años. Las reformas de los mercados laboral y de productos que impulsen la producción potencial a nivel nacional respaldarían ese objetivo. La cooperación internacional en materia de impuestos, incluido el impuesto al carbono, podría aliviar aún más las presiones sobre la financiación pública”.
El informe que se cita en este artículo fue elaborado por Vitor Gaspar que es director del Departamento de Asuntos Fiscales del FMI, Marcos Poplawski-Ribeiro que es subjefe de división de ese Departamento, y la economista Jiae Yoo.
Cabe precisar, que las observaciones y opiniones vertidas en el documento citado representan a sus autores y no comprometen la opinión del FMI. La gráfica que ilustra este artículo fue incluida en el informe de Gaspar, Poplawski y Yoo.