De endeudamientos y morosidades.

De endeudamientos y morosidades.

Con un mensaje catastrófico algunos comparan el endeudamiento agropecuario actual con el año 2000, pero omiten reconocer la caída de la morosidad. Una cosa no se puede analizar sin la otra.

Hébert Dell’Onte Larrosa | Montevideo | Todo El Campo | En poco más de 200 caracteres y una gráfica, la consultora Exante planteó ante la opinión pública una importante realidad del sector agropecuario: “En los últimos dos años el sector agropecuario aumentó significativamente su endeudamiento bancario. Sin embargo, la morosidad promedio en los créditos bancarios del sector se mantuvo en niveles muy bajos”.

El gráfico que acompaña el texto demuestra claramente esa situación superando los US$ 3.500 millones de deuda, pero con una morosidad apenas superior al 1%.

Es importante analizar ambos datos, porque si nos limitamos a ver la deuda por sí sola corremos el riesgo de hacer lecturas catastróficas.

Hace casi un año, en junio de 2023, el diputado Alfredo Fratti (MPP-FA), que también es productor agropecuario dijo que “el endeudamiento es uno de los riesgos que advertimos, porque a esos productores pequeños que no tienen espalda, la situación los obligó a tomar un crédito que luego les será muy difícil de enfrentar”, un concepto que ha expresado en reiteradas oportunidades.

También señaló que “hay que prestar atención para que no nos vuelva a pasar lo que nos pasó en los años 2000, cuando hubo un sobreendeudamiento agropecuario”. Advirtió que hay “mucho riesgo de que eso ocurra”.

La visión del legislador es parcial. La gráfica de Exante en cambio es contundente: sí hay endeudamiento, no se puede negar, pero también se observa capacidad de pago. Si no la hubiera la morosidad debería ser mucho mayor, quizá cerca o más del 9% como en los últimos años del tercer Gobierno del Frente Amplio.

Hay que tener cuidado con lo que se dice, porque cualquier alusión a lo ocurrido en el año 2000 tiene una carga catastrófica que no se condice con la realidad actual.

Técnicos del FMI llaman la atención sobre la “tendencia ascendente” de la deuda mundial.

Técnicos del FMI llaman la atención sobre la “tendencia ascendente” de la deuda mundial.

El texto del organismo internacional expresa que los gobiernos deberían tomar medidas urgentes para ayudar a reducir las vulnerabilidades de la deuda y revertir las tendencias de la deuda a largo plazo.

Hébert Dell’Onte Larrosa | Montevideo | Todo El Campo | Los gobernantes y las autoridades responsables de las finanzas de cada país, “tendrán que ser inquebrantables durante los próximos años en su compromiso de preservar la sostenibilidad de la deuda”. Ese es el planteo del análisis realizado por técnicos del Fondo Monetario Internacional (FMI), al que accedió Todo El Campo.

La advertencia se debe a que la deuda mundial está “por encima del nivel previo a la pandemia”, el cual ya era muy elevado: “La deuda total ascendió al 238% del producto interno bruto mundial el año pasado, 9 puntos porcentuales más que en 2019. En términos de dólares estadounidenses, la deuda ascendió a US$ 235 billones, o US$ 200.000 millones por encima de su nivel en 2021”.

Lo que ocurrió fue que después de la pandemia los países mantuvieron altos sus déficits fiscales, ya que “gastaron más para impulsar el crecimiento y responder a los aumentos de los precios de los alimentos y la energía, incluso cuando pusieron fin al apoyo fiscal relacionado con la pandemia”.

Por otra parte, “la deuda de los países en desarrollo de bajos ingresos también aumentó significativamente en las últimas dos décadas”, y “más de la mitad de los países en desarrollo de bajos ingresos se encuentran en situación de sobreendeudamiento o en alto riesgo de sobreendeudamiento”.

Ante ese panorama, “los gobiernos deberían tomar medidas urgentes para ayudar a reducir las vulnerabilidades de la deuda y revertir las tendencias de la deuda a largo plazo”.

Para las deudas del sector privado, “esas políticas podrían incluir un seguimiento atento de la carga de la deuda de los hogares y de las empresas no financieras y los riesgos conexos para la estabilidad financiera. En el caso de las vulnerabilidades de la deuda pública, la creación de un marco fiscal creíble podría guiar el proceso para equilibrar las necesidades de gasto con la sostenibilidad de la deuda”.

Corregir la deuda no es caprichoso, tiene efectos positivos, de ahí que es “necesario un enfoque integral que abarque la disciplina fiscal y la reestructuración de la deuda”, expresan los autores del informe.

El FMI agrega: “Es importante destacar que reducir la carga de la deuda creará espacio fiscal y permitirá nuevas inversiones, lo que ayudará a fomentar el crecimiento económico en los próximos años. Las reformas de los mercados laboral y de productos que impulsen la producción potencial a nivel nacional respaldarían ese objetivo. La cooperación internacional en materia de impuestos, incluido el impuesto al carbono, podría aliviar aún más las presiones sobre la financiación pública”.

El informe que se cita en este artículo fue elaborado por Vitor Gaspar que es director del Departamento de Asuntos Fiscales del FMI, Marcos Poplawski-Ribeiro que es subjefe de división de ese Departamento, y la economista Jiae Yoo.

Cabe precisar, que las observaciones y opiniones vertidas en el documento citado representan a sus autores y no comprometen la opinión del FMI. La gráfica que ilustra este artículo fue incluida en el informe de Gaspar, Poplawski y Yoo.

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