En Brasil la bioeconomía puede generar ingresos millonarios y reducir las emisiones de carbono.

En Brasil la bioeconomía puede generar ingresos millonarios y reducir las emisiones de carbono.

La implementación de bioeconomía en Brasil generaría un ingreso industrial de US$ 284 millones anuales en 2050.

Sao Paulo, Brasil | Todo El Campo | Un estudio, que incluyó la asociación de Embrapa con otras instituciones de investigación, considera diferentes trayectorias para Brasil hasta 2050. Uno de los principales hallazgos es que la implementación total de la bioeconomía en el país puede generar ingresos industriales adicionales de US$ 284.000 millones por año.

Para llegar a este concepto, los expertos analizaron tres escenarios potenciales de la bioeconomía en el contexto de la transición energética. Se consideraron las políticas nacionales de mitigación de los gases de efecto invernadero, la consolidación de la biomasa como matriz energética principal y la adopción intensificada de tecnologías biorenovables.

Se mostró que las emisiones de carbono podrían reducirse en unos 550 millones de toneladas en los próximos 27 años.

EL DOCUMENTO.

El estudio de varias instituciones científicas brasileras titulado Impacto potencial de la bioeconomía para la descarbonización de Brasil (*), evaluó diferentes escenarios potenciales para la bioeconomía en el contexto de la transición energética en Brasil.

El primer escenario, titulado Políticas actuales, analiza el mantenimiento de las políticas brasileñas actuales y el respeto a la contribución nacionalmente determinada (NDC), propuesta en el Acuerdo Climático de París.

El segundo escenario, denominado Por debajo de 2 ºC, considera que la biomasa se convierte en la principal fuente de energía para la implementación de tecnologías bajas en carbono en los principales sectores de la economía brasileña, también en cumplimiento del Acuerdo de París, con el objetivo específico de limitar el aumento de la temperatura del suelo “muy por debajo de 2ºC” para finales de siglo.

El tercer y último escenario propuesto, Potencial de bioeconomía, es en el que la bioeconomía y la transición energética se complementan e insertan tecnologías biorenovables prometedoras del escenario Por debajo de 2ºC.

Las instituciones involucradas en la investigación son la Asociación Brasilera de Bioinnovación (ABBI), la Empresa Brasilera de Investigación Agropecuarias (Embrapa), el Laboratorio Nacional de Biorenovables (LNBR), el Centro Tecnológico de la Industria Química y Textil (Senai/CETIQT) y el Laboratorio Cenergia de la Universidad Federal de Río de Janeiro (Cenergia/UFRJ).

Alexandre Alonso, jefe general de Embrapa Agroenergía, dijo que “el estudio cuantifica la bioeconomía en escenarios de transición energética y evalúa cómo las tecnologías generadas por la llamada economía circular y baja en carbono pueden complementar la transición energética dentro de las cadenas productivas”.

“Buscamos desarrollar procesos de producción más eficientes y menos intensivos en energía e insumos, que estén fuertemente respaldados por la biotecnología”, agregó.

Junto con Alonso, también trabaja en la investigación Mauricio Lopes, también de Embrapa, quien dojo que Brasil tiene plenas condiciones para modelar una agricultura dedicada a la biomasa capaz de posibilitar un sector bioindustrial innovador y competitivo.

“La bioeconomía aprovecha la compleja ecuación de la sostenibilidad, porque es capaz de combinar sinérgicamente los recursos naturales, como la biomasa, y las tecnologías avanzadas, en un modelo de producción de base biológica, limpia y renovable, promoviendo sinergias entre las industrias energética, alimentaria, química, de materiales, entre otras”, expresó.

AUMENTO DE LA PRODUCTIVIDAD AGRÍCOLA.

Según informó Embrapa en su página web, entre las principales contribuciones del estudio se encuentra la búsqueda de soluciones que impactan el aumento de la productividad agrícola, permiten la liberación de áreas que pueden ser reutilizadas por cultivos energéticos y reducen las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) durante el proceso de producción.

En el ítem “soluciones para la intensificación sostenible de la agricultura”, se evaluaron tecnologías relacionadas con proteínas alternativas, soluciones para el confinamiento del ganado, fijación de carbono en el suelo, nuevas variedades de hortalizas de alto rendimiento por hectárea, fijación biológica de nitrógeno (BNF), control biológico, todas insertadas en el contexto de la optimización del uso del suelo y la producción de biomasa con bajas emisiones de carbono o incluso emisiones negativas.

En el punto sobre “soluciones para la conversión de biomasa en productos basados en energía” se consideraron tecnologías que utilizan biomasa para la producción de energía baja en carbono o incluso emisiones negativas de GEI y que tienen una escala de mercado mayor, como la bioenergía con captura y almacenamiento de carbono (Beccs), la captura y uso de carbono (CCU), biogás y etanol de segunda generación (E2G).

También se analizaron soluciones para la conversión de biomasa en bioproductos de alto valor agregado, importantes para reemplazar los productos fósiles y permitir económicamente el desarrollo de biorrefinerías. En este sentido, se consideraron tecnologías relacionadas con la producción de bioquímicos, enzimas, biofertilizantes, biomateriales, bionafta y biocombustibles avanzados.

El informe señala que “las tecnologías retratan claramente la necesidad de adaptar el procesamiento a diferentes fuentes de biomasa, lo que refuerza el carácter modular de las biorrefinerías y la posibilidad de diferentes formas organizativas dentro del mismo patio productivo”.

LA BIOECONOMÍA REDUCIRÍA EMISIONES DE CARBONO EN 550 MILLONES DE TONELADAS.

Según la publicación, los escenarios Por debajo de 2ºC y Potencial de Bioeconomía indican que las emisiones de carbono pueden reducirse en cerca de 550 millones de toneladas, especialmente debido al crecimiento de biocombustibles, bioquímicos y otros productos de origen biológico en Brasil.

Sin embargo, el desarrollo del escenario Potencial de la Bioeconomía depende de la promoción coordinada de políticas públicas que consideren las particularidades y ventajas competitivas de Brasil en el contexto de la transición a una economía baja en carbono, advierte el informe.

“El estudio es el resultado de un amplio esfuerzo conjunto de organizaciones que son referencias en investigación y bioinnovación en Brasil. En él, destacamos las oportunidades ambientales, económicas y sociales derivadas del desarrollo de la bioeconomía avanzada en Brasil. Esperamos que el resultado sirva de base para que los agentes públicos y privados guíen las políticas de economía verde en nuestro país”, dijo Thiago Falda, presidente ejecutivo de ABBI.

Acceda al documento completo: Bioeconomia-Descarbonizacao.pdf (embrapa.br) (52 páginas).

Presidente de Estados Unidos ordenó promover el avance en biotecnología en su país.

Presidente de Estados Unidos ordenó promover el avance en biotecnología en su país.

Se procura avanzar en seguridad alimentaria y agricultura entre muchas otras áreas. “Es necesario invertir en capacidades científicas fundamentales. Necesitamos desarrollar tecnologías y técnicas de ingeniería genética”, dice el documento firmado por Biden.

En una Orden Ejecutiva de más de 20 folios “sobre el avance de la biotecnología y la innovación en biofabricación para una bioeconomía americana sostenible, segura y protegida”, firmada por el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se dispuso avanzar en esos campos de acción.

El documento publicado por la Casa Blanca indica que la Administración Biden tiene como “política coordinar un enfoque de todo el Gobierno para avanzar en la biotecnología y la biofabricación hacia soluciones innovadoras en salud, cambio climático, energía, seguridad alimentaria, agricultura, resiliencia de la cadena de suministro y seguridad nacional y económica”, teniendo como “aspecto central” permitir “el acceso a tecnologías, procesos y productos de una manera que beneficie a todos los estadounidenses y a la comunidad global”.

Explica que “la biotecnología aprovecha el poder de la biología para crear nuevos servicios y productos, que brindan oportunidades para hacer crecer la economía y la fuerza laboral” de su país, además de “mejorar la calidad de nuestras vidas y el medio ambiente”.

“La actividad económica derivada de la biotecnología y la biofabricación se conoce como bioeconomía”.

La pandemia sirvió para “demostrar el papel vital de la biotecnología y la biofabricación en el desarrollo y la producción de diagnósticos, terapias y vacunas que salvan vidas y que protegen a los estadounidenses y al mundo. Aunque el poder de estas tecnologías es más vívido en este momento en el contexto de la salud humana, la biotecnología y la biofabricación también se pueden utilizar para lograr nuestros objetivos climáticos y energéticos, mejorar la seguridad alimentaria y la sostenibilidad, asegurar nuestras cadenas de suministro y hacer crecer la economía” en todo el país.

Pero si pretendemos “que la biotecnología y la biofabricación nos ayuden a alcanzar nuestros objetivos sociales”, es “necesario invertir en capacidades científicas fundamentales. Necesitamos desarrollar tecnologías y técnicas de ingeniería genética para poder escribir circuitos para células y programar predeciblemente la biología de la misma manera en que escribimos software y programamos computadoras; desbloquear el poder de los datos biológicos, incluso a través de herramientas informáticas e inteligencia artificial; y avanzar en la ciencia de la producción a gran escala, reduciendo al mismo tiempo los obstáculos para la comercialización, de modo que las tecnologías y los productos innovadores puedan llegar a los mercados más rápidamente”, escribió Biden.

Asimismo, advierte que se deben “tomar medidas concretas para reducir los riesgos biológicos asociados con los avances en biotecnología. Necesitamos invertir y promover la bioseguridad y la bioseguridad para garantizar que la biotecnología se desarrolle”.

“También debemos garantizar que los usos de la biotecnología y la biofabricación sean éticos y responsables”.

CÓMO CUMPLIR CON TODOS LOS OBJETIVOS TRAZADOS.

Para lograr todos los objetivos mencionados, Biden señala como necesario cumplir con varios puntos:

a) reforzar y coordinar la inversión en áreas clave de investigación y desarrollo (I+D) de biotecnología y biofabricación con el fin de promover los objetivos sociales;

b) fomentar un ecosistema de datos biológicos que promueva la biotecnología y la innovación en biofabricación, al tiempo que se adhiere a los principios de seguridad, privacidad y realización responsable de la investigación;

c) mejorar y ampliar la capacidad y los procesos nacionales de producción de biofabricación, al tiempo que se incrementan los esfuerzos de experimentación y creación de prototipos en biotecnología y biofabricación para acelerar la traducción de los resultados de la investigación básica en la práctica;

d) impulsar la producción sostenible de biomasa y crear incentivos climáticamente inteligentes para los productores agrícolas estadounidenses y los propietarios de tierras forestales;

e) ampliar las oportunidades de mercado para la bioenergía y los productos y servicios de base biológica;

f) capacitar y apoyar a una fuerza de trabajo diversa y calificada y a una próxima generación de líderes de diversos grupos para avanzar en la biotecnología y la biofabricación;

g) aclarar y racionalizar las reglamentaciones al servicio de un sistema basado en la ciencia y el riesgo, previsible, eficiente y transparente para apoyar el uso seguro de los productos de la biotecnología;

h) elevar la gestión del riesgo biológico como piedra angular del ciclo de vida de la I+D en biotecnología y biofabricación, en particular previendo la investigación y la inversión en bioseguridad aplicada y la innovación en bioseguridad;

(i) promover estándares, establecer métricas y desarrollar sistemas para crecer y evaluar el estado de la bioeconomía; informar mejor las políticas, la toma de decisiones y las inversiones en bioeconomía; y garantizar el desarrollo equitativo y ético de la bioeconomía;

(j) asegurar y proteger la bioeconomía de los Estados Unidos mediante la adopción de un enfoque proactivo y con visión de futuro para evaluar y anticipar amenazas, riesgos y vulnerabilidades potenciales (incluidos los esfuerzos de intrusión digital, manipulación y exfiltración por parte de adversarios extranjeros), y asociándose con el sector privado y otras partes interesadas relevantes para mitigar conjuntamente los riesgos para proteger el liderazgo tecnológico y la competitividad económica; y

k) involucrar a la comunidad internacional para mejorar la cooperación en I+D en biotecnología de una manera que sea coherente con los principios y valores de los Estados Unidos y que promueva las mejores prácticas para la investigación, la innovación y el desarrollo y uso de productos de biotecnología y biofabricación seguros y protegidos.

EJECUTIVIDAD.

En el plano ejecutivo, o sea poner en marcha lo dispuesto, el mandatario estadounidense dispuso que en 180 días a la fecha de la orden (12 de setiembre), las oficinas que corresponden “presenten informes sobre biotecnología y biofabricación para promover los objetivos sociales relacionados con la salud, el cambio climático y la energía, la innovación alimentaria y agrícola, las cadenas de suministro resilientes y los avances científicos intersectoriales”.

Se incluyen disposiciones para el secretario de Salud y Servicios Humanos, el de Energía, Comercio, además de otros entre los que se menciona el de Agricultura. Cada cual deberá informar sobre el área específica de su Secretaría.

El secretario de Agricultura “presentará un informe en el que se evalúe la forma de utilizar la biotecnología y la biofabricación para la innovación alimentaria y agrícola, incluso mejorando la sostenibilidad y la conservación de la tierra; aumentar la calidad de los alimentos y la nutrición; aumentar y proteger los rendimientos agrícolas; la protección contra plagas y enfermedades de plantas y animales; y el cultivo de fuentes alternativas de alimentos”.

Dentro de los 100 días siguientes a la recepción de los informes se elaborará un plan de implementación para ejecutar las recomendaciones en incluidas en ellos.

Foto de @POTUS

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