El “complejo de la carne, es mucho más que campo, vacas o industrias; también hay un componente de innovación y desarrollo muy grande, que de no haber existido hubiera sido inviable el crecimiento”.

Hébert Dell’Onte Larrosa | Montevideo | Todo El Campo | Hay obviedades que no hay que dejar de repetir porque encierran conceptos positivos e importantes, pero el ser humano es de olvido fácil y prescindencia ligera.

Una obviedad básica es que el desarrollo y crecimiento de los países siempre se sustenta en la formación de sus ciudadanos, como seres individuales y únicos, y como integrantes de la sociedad a la que pertenecen. Sin individuos formados, curiosos, capaces de razonar, a la larga o a la corta no hay sociedad ni país que sobreviva.

Cuando se analizan los grandes y más importantes desafíos que tiene nuestro país, en cualquier orden de la actividad humana, la respuesta siempre pasa por la educación y la formación de las personas. Unánimemente sabemos que es la educación la que nos salvará de nuestros errores, porque el conocimiento es lo que hace la diferencia.

En estos días se está llevando a cabo la Expo Prado 2025 donde se ofrece un sin número de actividades donde el conocimiento y su transmisión de esos conocimientos son una de las claves principales.

El lunes 8, organizado por el Instituto Nacional de Carnes (INAC), se realizó la conferencia “El agro que somos. Contribución de la cadena cárnica del país” que constó de una exposición del Ec. Alfonso Capurro de CPA Ferrere, y un conversatorio de destacadas figuras de la cadena cárnica, con aportes que no tienen desperdicio. Uno de los participantes de ese conversatorio fue el Ing. Agr. Ricardo Reilly, delegado de la Asociación Rural del Uruguay (ARU) en la Junta del INAC.

En su primera intervención dijo que “hay que celebrar” que al Prado y a una conferencia como esa concurra “gente del agro y de fuera del agro” que comienza a conocer lo que “el sector hace al conjunto de la sociedad”.

Agregó que los logros de desarrollo y económicos de la carne “no hubieran sido posibles sin el valor agregado desde el punto de vista de la innovación y el conocimiento”, porque el “complejo de la carne, es mucho más que campo, vacas o industrias; también hay un componente de innovación y desarrollo muy grande, que de no haber existido hubiera sido inviable alcanzar esos números de crecimiento”.

El dato positivo de todos los indicadores se ha logrado “de la mano de la innovación y el desarrollo del conocimiento, donde la genética tiene mucho que ver”, añadió.

Esa genética “es la evolución de la tecnología que está metida dentro de cada kilo de carne que Uruguay exporta y cada vaca que nosotros estamos viendo acá”, sostuvo; además de las políticas públicas, la trazabilidad individual, la inseminación artificial, las pruebas de Kiyú”, etc. “Cuando presentamos a Uruguay en el mundo estamos presentando todo eso, que son 150 años de mejora genética y un montón de cosas que hacen a la innovación, al desarrollo del conocimiento”, dijo Reilly.

Posteriormente el productor comentó que hace unos años “era imposible pensar que hoy íbamos a estar haciendo aplicaciones con drones”, y que eso sucede porque “de la mano de la tecnología y la innovación hay un espacio para los jóvenes que son clave para el recambio generacional”.

Agregó que hay que trabajar para comunicar “lo que somos como país agropecuario” e hizo referencia a “Nuestro Campo”, un libro de texto para alumnos de 8° grado de Secundaria y UTU. “Es un libro fundamental”, con una presentación “didáctica muy bien resumida”, de temas que “son a nuestra identidad”.“Si no logramos comunicar y formar a las nuevas generaciones y en las primeras etapas de la vida, después es muy difícil”, enfatizó, y concluyó: “Es imposible crecer sectorialmente sin una integración y cohesión general en la sociedad, sin un entendimiento de lo que estamos haciendo. Y ahí no hay culpables, en todo caso todos seremos culpables y todos deberemos superar los obstáculos”.

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