Análisis del equipo técnico de Dufour Commodities sobre trigo, cebada, canola y camelina. “Se resalta la heterogeneidad de situaciones asociado a fecha a siembra”.
Dufour Commodities | Soriano | Todo El Campo | Agosto se despidió con buenos niveles de precipitaciones, siendo fundamental para el crecimiento de los cultivos, de los cuales a continuación se detallará acerca de su situación actual.
TRIGO Y CEBADA.
Los cultivos de trigo y cebada presentan una variabilidad considerable en sus estadios fenológicos, que oscilan entre macollaje y encañado avanzado. Esto se debe principalmente a la amplitud de fechas de siembra. Las chacras sembradas en fechas óptimas muestran un desarrollo más uniforme y mayor crecimiento acumulado que promete un buen potencial de rendimiento. En contraste, las siembras realizadas a fines de julio enfrentan incertidumbres en cuanto a su rendimiento potencial a lograr.
Pasando al tema sanitario, en cebada, se han observado síntomas del complejo de manchas, específicamente mancha en red tipo red y, en algunos casos, síntomas de oidio en variedades nacionales. Aunque estos problemas están presentes, la presión de enfermedades es baja en comparación con el invierno pasado. Esto se debe en parte a la interacción favorable entre el genotipo y las condiciones ambientales actuales, que han sido menos propensas a la proliferación de enfermedades.
En el caso del trigo, la situación sanitaria es en general positiva. No se han registrado problemas significativos relacionados con enfermedades, detectándose en casos puntuales de inicio de septoriosis.
CANOLA.
En relación a este cultivo, se observa una notable variabilidad en los estadios fenológicos, con algunas chacras finalizando la etapa de elongación y otras en plena floración. Esta variabilidad al igual que en trigo y cebada también se atribuye al amplio rango de fechas de siembra, que ha afectado el desarrollo general de los cultivos. Además, el invierno ha sido caracterizado por una alta frecuencia e intensidad de heladas, que han causado daños significativos en las etapas vegetativas tempranas en aquellas situaciones de siembras tardías y con alto volumen de rastrojo en superficie.
Como resultado, esto nos posiciona frente a una situación desafiante, donde a nivel general se observan cultivos con bajo crecimiento y acumulación de biomasa, limitando el potencial de rendimiento.
En términos de sanidad, no se han registrado problemas graves. Detectando en algunos casos con bajos niveles de incidencia y severidad la presencia de Phoma y Mildiu. Un punto crítico a destacar es la presencia del virus TuYV en ciertos materiales, lo que genera preocupación debido a su potencial impacto negativo en el rendimiento actual y futuro del cultivo.
CAMELINA.
El cultivo de camelina ha sido recientemente introducido en nuestra área con el objetivo de explorar sus posibilidades agronómicas y económicas. En esta etapa, nos encontramos frente a distintas situaciones, en lo que respecta a antecesores, fecha de siembra, tipo de suelos, zona del país, manejos, etc.
En este sentido, hemos podido observar al igual que en el resto de los cultivos invernales que aquellas chacras sembradas en el mes de junio se encuentran más avanzadas fenológicamente lo que genera una mayor expectativa de rendimiento a lograr.
Aún no se han obtenido resultados definitivos, pero las observaciones y aprendizajes actuales están proporcionando una base valiosa para futuras evaluaciones.
CONCLUSIÓN.
Para finalizar, se resalta la heterogeneidad de situaciones asociado a fecha a siembra, sin embargo, podemos decir que a nivel general se cuenta con cultivos en buenas condiciones. De aquí en más se debe centrar importancia en el monitoreo y control de enfermedades.
Esperemos el tiempo siga acompañando como lo ha hecho durante las últimas semanas y de esta manera nos permita llegar optimismo a la primavera.
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