Un informe del BID revela en cuánto contribuye la agricultura en América Latina con indicadores relevantes contribuye aproximadamente con 6% del PIB, 15% del empleo y 24% de las exportaciones en promedio.
Montevideo | Todo El Campo | El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) insta a impulsar la productividad agrícola para garantizar la seguridad alimentaria en América Latina y el Caribe.
Esos países enfrentan una oportunidad única de impulsar la productividad agrícola para garantizar la seguridad alimentaria, mejorar los medios de vida rurales y proteger el medio ambiente, dice el BID.
El estudio, titulado Productividad agrícola en América Latina y el Caribe: qué sabemos y hacia dónde vamos, incluye estudios de caso que analizan la productividad agrícola a nivel nacional y subnacional en nueve países, uno de ellos Uruguay, los otros ocho son Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, México, Paraguay y Perú.
PRODUCTIVIDAD.
Allí se revela que, aunque la producción total se ha multiplicado casi por seis desde 1960, el crecimiento reciente se ha basado más en la expansión de insumos -como la tierra, la mano de obra, los fertilizantes, la maquinaria y el agua- que en el aumento de la productividad.
Entre 2010 y 2020, la productividad total de los factores (PTF), una medida clave de eficiencia, creció apenas un 0,9% anual, en comparación con un promedio anual del 1,7% durante los 60 años anteriores. Esta desaceleración amenaza la capacidad de satisfacer la creciente demanda de alimentos en una región donde el 28% de la población se enfrenta a la inseguridad alimentaria y casi cuatro de cada diez habitantes rurales viven en la pobreza (*).
Fabrizio Opertti, gerente del Sector de Productividad, Comercio e Innovación del BID, dijo que el informe “ofrece una hoja de ruta práctica basada en evidencia para que los responsables de políticas puedan aumentar la productividad agrícola en América Latina y el Caribe”.
Continuó señalando que “al identificar los motores del crecimiento sostenible y destacar la adopción tecnológica, la innovación climáticamente inteligente y la inclusión, el informe brinda a los países herramientas para mejorar rendimientos y eficiencia, protegiendo el capital natural y con el potencial de convertir la agricultura en un motor de desarrollo competitivo y resiliente”.
CERRAR LA BRECHA TECNOLÓGICA.
El documento propone cerrar la brecha en la adopción de tecnologías, como forma de fomentar el crecimiento sostenible de la productividad en la región.
Para lograrlo, plantea fortalecer la asistencia técnica, la capacitación de agricultores y los servicios de extensión, integrando además los impactos ambientales en las métricas de productividad y en el diseño de políticas para garantizar la sostenibilidad a largo plazo.
INVERSIONES EN BIENES PÚBLICOS.
También enfatiza en la adaptación climática como una oportunidad clave para mejorar la resiliencia y la competitividad.
Conjuntamente con eso aboga por equilibrar el apoyo directo con inversiones en bienes públicos, como infraestructura, investigación e innovación, y fortalecer los sistemas de datos agrícolas para permitir la formulación de políticas basadas en evidencia.
ÍNDICE DE PRODUCTIVIDAD SOSTENIBLE.
También introduce el Índice de Productividad Sostenible (IPS), que evalúa el crecimiento agrícola en la región entre 1995 y 2021 integrando la producción agrícola con los costos ambientales.
El IPS muestra que, si bien la región ha logrado avances significativos en el aumento de la producción agrícola, el desempeño general parece menos sólido cuando se considera la sostenibilidad ambiental, lo que subraya la necesidad de equilibrar la producción agrícola con la responsabilidad ecológica para alcanzar un crecimiento sostenible.
EL AGRO, PILAR DE LA ECONOMÍA REGIONAL.
La agricultura sigue siendo un pilar de la economía regional, ya que contribuye con el 6% del PIB, el 15% del empleo y el 24% de las exportaciones.
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(*) NOTA DE REDACCIÓN. ¿QUÉ ES LA PRODUCTIVIDAD TOTAL DE LOS FACTORES (PTF)?
Productividad Total de los Factores (PTF) mide cuánto crece la producción sin aumentar proporcionalmente los insumos como tierra, trabajo o capital. Es una forma de evaluar la eficiencia y el impacto de la innovación, la tecnología o la organización.
O seas que si una economía produce más sin aumentar proporcionalmente estos factores, ese crecimiento se atribuye a la PTF, y puede deberse a una innovación tecnológica, mejor organización o gestión, mayor capacitación o condiciones externas favorables como el clima en la agricultura. Por lo tanto, si un país logra producir más alimentos sin aumentar la superficie cultivada ni el número de trabajadores, debe estar mejorando su PTF.
Que entre 2010 y 2020 la PTF haya crecido solo 0,9%, quiere decir que el crecimiento reciente se ha basado más en usar más tierra, fertilizantes o maquinaria que en producir de forma más eficiente, lo cual puede ser negativo para la seguridad alimentaria.

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