El ministro de Economía se ha pronunciado al respecto en la misma línea que la Unión de Exportadores. El conflicto obedece a cómo impacta en los sindicatos la incorporación de tecnología.
Hébert Dell’Onte Larrosa | Montevideo | Todo El Campo | Para el ministro de Economía y Finanzas, Gabriel Oddone, el conflicto en el puerto de Montevideo es un tema de alta preocupación, así lo dijo en rueda de prensa esta miércoles 22 de octubre, y agregó que el presidente Yamandú Orsi comparte esa misma preocupación.
“Es un tema de altísima preocupación” y debe ser resuelto, expresó el ministro.
Comentó que si Uruguay quiere “traer inversiones, no es que no tenemos que tener conflictos porque los conflictos son naturales y razonables que ocurran”, pero “deben canalizarse y resolverse en tiempo y forma”, de forma tal que “no afecten severamente la inversión”.
“El costo para el país es muy grande”, continuó, y añadió que ya se afectó a los inversores y empresarios, por cada barco que evita a Uruguay, o cada carga para exportar que posterga su salida.
Hay que encontrar una solución y mostrar la “agilidad tiene el gobierno de turno de resolver este conflicto de manera sostenida”, enfatizó.
El origen del conflicto está en la adopción de nuevas tecnologías, un software que aumenta la productividad. El sindicato pretende que con su aplicación se reduzca la jornada laboral a 6 horas por día sin que se afecten los salarios.
PERJUICIOS DIRECTOS E INDIRECTOS.
El martes 21, Carmen Porteiro, presidenta de la Unión de Exportadores del Uruguay (UEU), advirtió que el conflicto en el puerto ha hecho caer contratos con el exterior, lo que causa perjuicios en la imagen del país y perjuicios económicos.
Otros actores han señalado que eso perjuicios económicos son directos e indirectos en todos los eslabones vinculados al sector exportador, incluso en áreas totalmente ajenas o lejanas del comercio exterior.
También se ha observado que la mercadería perecedera puede perderse.
PÉRDIDAS.
El conflicto está causando pérdidas económicas significativas a todo el país, en montos que algunos no dudan en afirmar llegan al millón de dólares por día.
El paro no se limita a frenar la actividad portuaria, va más allá, y tiene efectos o consecuencias que pueden ser de larga duración, mucho más en el tiempo que lo que dure en paro en sí.
Una de esas consecuencias es el desvío de buques de navieras importantes (ONE, MSC, Maersk, etc.) a puertos que compiten directamente con el de Montevideo, como es el caso de los puertos de Buenos Aires o Río Grande do Sul.
Todo eso es muy negativo cuando Uruguay debe ser un hub regional.
PREPARARSE PARA LA TECNOLOGÍA.
El conflicto expone otro punto que afecta al mundo entero: el avance tecnológico genera desafíos nuevos.
En este punto, el puerto no es el único sector afectado. Lo hemos visto en otras áreas de la economía y la producción, Conaprole es un ejemplo claro, y hay más en otras áreas, como en el taxi o los servicios de portería en los edificios. Cómo la tecnología impacta en cada sector en particular, en la sociedad y en la economía del país, requiere un análisis mucho más profundo.
Lo que queda claro es que parte de Uruguay no está preparado para tolerar la incorporación de tecnología, lo cual es un problema grave.
El temor a la incorporación de tecnología, no es exclusivo de Uruguay, el mundo lo sufre históricamente. Siempre hubo quienes se opusieron a las nuevas tendencias, y nunca ningún gobierno, corporación o sindicato pudo detenla.
En el mundo contemporáneo hay infinidad de ejemplos, uno de ellos la automatización laboral en industrias tradicionales, lo que implica la incorporación de robots y algoritmos que exponen a los trabajadores a despidos.
Otro, la educación digital que ha sido vista como una amenaza en algunas zonas del planeta porque incrementa la brecha con las comunidades sin acceso a internet o con acceso de mala calidad.
El uso de tecnología en seguridad y vigilancia es observado con recelo por los riesgos que puede representar para la privacidad y el poder que otorga a los gobiernos o empresas con acceso a cámaras de identificación y control.
El conflicto en el puerto de Montevideo es grave y preocupante. Para dar una solución de fondo se necesita mucho más que un acuerdo entre las partes. Es necesario educar y formar a los trabajadores para que estén preparados y lo que viene -o ya vino- no los sorprenda. El mundo laboral actual necesita de sindicatos que no solo convoquen a un paro, que no solo llamen a la protesta, sino que fundamentalmente capacite y eduque a sus trabajadores.
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