Informe de mercado. Si usted tenía la expectativa de que el viernes la llamada entre Donald Trump y Xi Jinping fueran de esas que cambian el destino de las cosas permítame rebajar sus expectativas.
Ing. Agr. Gonzalo Gutiérrez | Montevideo | Todo El Campo | La historia del cine está llena de momentos en los cuales una llamada de teléfono cambia toda la trama. Esos minutos entre dos personas que se supone cambian el destino de las cosas. Si usted tenía la expectativa de que el viernes la llamada entre Donald Trump y Xi Jinping fueran de esas que cambian el destino de las cosas permítame rebajar sus expectativas.
Lo que nos interesaba era que surgiera algún comentario sobre el re encausar las conversaciones comerciales y que la palabra soja apareciera en algún lugar del comunicado oficial como resultado de la charla. Pero nada de eso pasó y a la soja le empieza a pesar. Mi lectura de la charla es que los chinos no tienen mucho apuro en arreglar la soja, que van a dejar que corran los tiempos porque les conviene que Trump no esté en el poder. Trump por otro lado no quiere ser el que se rinda primero y hace que su secretaria de agricultura diga que van a generar un paquete de ayuda a los agricultores basado en las tarifas que cobran para darles apoyo (por los perjuicios que genera la guerra comercial que ellos mismos han causado). Dicho esto, la soja acusó el viernes la falta de noticias en plena cosecha.
La recolección avanza tanto en maíz como en soja con rendimientos menores a los esperados y eso es la noticia del momento. Pero siempre pasa esto, el inicio de la cosecha suele ser desafiante y el que los rindes no sean buenos es la última esperanza que tenemos para que los precios no caigan tanto. Mientras tanto China sigue comprando soja en Brasil y Argentina y está comprada hasta noviembre, por lo que le queda poco para llegar a enero que es cuando entra la cosecha nueva brasileña. Eso si, mientras tanto tiene que vender soja de su reserva estratégica y esa es la oportunidad que ve EE.UU.: de ser quien llene ese hueco. Sin nuevas noticias, Xi y Trump se encontrarán a fin de octubre en Corea del Sur y no se descarta un encuentro mano a mano, pero para entonces una parte importante de la cosecha estará ya presionando a los precios de un agricultor norteamericano que hace tres años pierde plata con la soja y el maíz.
La demanda externa tanto de maíz como soja sigue siendo buena, especialmente en el maíz. La pregunta del millón es si esto se aguanta porque es lo que salva a los precios de una eventual caída en la cosecha. Lo que han logrado los precios del maíz es excepcional porque no solemos ver subas de precios en la cosecha, pero está en un nivel interesante. A nivel regional todas las miradas siguen en Argentina que vuelve a las mismas patologías (y remedios) que antes. La previa de las elecciones son un temporal de malas noticias económicas que ponen presión sobre el dólar y hacen subir el riesgo país. Queda un mes muy largo hasta que el soberano se expida si quiere más de lo mismo o se decide a cambiar. La inestabilidad cambiaria hace que el agricultor no venda (tiene un estímulo a no hacerlo porque la devaluación de la moneda lo favorece) y eso le puede dar algo de soporte a los precios.
En Uruguay se siembra maíz de primera cuando el tiempo lo permite como si no hubiera mañana. Algún día la academia se pondrá los pantalones para estudiar la conducta del agricultor que muchas veces no tiene mucho sentido desde lo económico. El aumento en el área de maíz seguramente tenga que ver más con los rindes del último año que con las expectativas del negocio a futuro porque no sabemos que van a hacer con tanto maíz. Hoy todos los agricultores te dicen que los precios del novillo a estos precios aguantan cualquier precio del maíz, pero no precisamos que el precio del novillo se desplome, basta con una caída de un dólar por kilo para complicarnos.
No esperamos cambios significativos en los precios para bien hasta el USDA de octubre que es el que nos tiene que dar un ajuste en los rindes en EE.UU. Sin eso, estamos jugados a las noticias sobre la cosecha en EEUU pero es una lotería. No hay que dejar pasar los precios buenos para armar una estrategia de comercialización inteligente.
TRIGO.
El trigo sigue sin repuntar y vuelve a bajar en la semana. Es raro que el trigo no haya copiado siquiera algo del optimismo del maíz, pero vuelve a ser una oportunidad de compra. Las siembras del trigo de invierno no se hacen en las mejores condiciones pero pesa mucho el stock abultado de trigo a nivel mundial y sobre todo lo que se viene del hemisferio sur. Los fondos siguen con una posición neta vendida cercana a los 90.000 contratos pero no lo siguen empujando a la baja. Yo creo que lo que nos queda es comprarlo mirando mayo del 2026 a ver si logramos mejorar un poco los precios porque el trigo a nivel local va a valer bastante poco.
MAÍZ.
El maíz se quedó sin piernas en su carrera al alza y la pelea es entre exportaciones estelares de EE.UU. y los datos de rendimientos mediocres en el inicio de la cosecha. Aun así sigue conservando una tendencia alcista y los fondos lentamente siguen desarmando sus posiciones vendidas. Si me preguntan quisiera ver un quiebre en la tendencia y a que la cosecha siga avanzando para comprarlo de cara al 2026 porque creo que puede ser una buena alternativa. De momento veremos a ver si logran llevarlo a menos de 420 para comprar.
SOJA.
La llamada que no tuvo efectos sobre las eventuales compras de China hizo que la soja cayera fuerte el viernes pero se las arregló para estar por arriba de 1.020 que es un soporte interesante. El 1.050 era lindo para venderlo pero yo la verdad no creo que resista en el 1.020 mucho tiempo, a menos que los reportes de la cosecha sean muy malos, cosa que de momento no aparece. Brasil tiene su primera estimación oficial de Conab (si es que les dice algo) en un nada despreciable 177 millones de toneladas (los privados esperan 180). La cosecha va en pleno curso y los fondos están neutros. Si no hizo nada aun un put spread vs un call puede ser la última carta que le quede.
ACEITE DE SOJA.
Cuando la política mete la cola, los mercados dejan de funcionar de forma eficiente. Y eso es lo que le pasa al aceite, que no termina de tener una definición de la administración Trump sobre las exenciones de los bio combustibles. Yo creo que termina en alguna medida que deje contentos a los agricultores porque es la forma más barata de no comprarse un problema y de valorizar la soja, el tema es el timing de esa definición. Yo si aguanta los 50 cents por libra lo compro mirando hacia el futuro, no le veo riesgo significativo de baja.
HARINA DE SOJA.
Menos extremo que la soja, sigue el tránsito de harina argentina hacia China y el mercado empieza a pensar cómo sacarse el problema de encima. Por ahora aguanta sobre el 284 pero tiene mal aspecto. La presión de cosecha de soja no colabora mucho con el panorama pésimo que tiene por delante.
ANÁLISIS COMPLETO.
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