El Gobierno no tiene un plan para esa tierra que adquirió. “Lo que hay es el compromiso de comprar tierras” a la que “no se le da un destino adecuado y los productores pequeños seguirán cerrando año a año, sin pausa”.
Hébert Dell’Onte Larrosa | Montevideo | Todo El Campo | El senador José Luis Falero (Partido Nacional) dijo que en Uruguay hay un problema con el acceso a la tierra, algo que “todos queremos solucionar”, en especial “la falta de campo para pequeños productores lecheros”, pero que la compra de María Dolores por el Instituto Nacional de Colonización “es una medida inconveniente”.
En el transcurso de la interpelación al ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, Alfredo Fratti, realizada el miércoles 13 en el Senado, Falero planteó una serie de objeciones por la falta de planes en las inversiones que se deben hacer en infraestructura para que la compra resulte, y criticó que se adquiera tierra sin planificación previa.
Además del precio “desmedido con respecto al mercado”, comentó que “el argumento inicial a favor de la compra fue que se iban a instalar allí 16 pequeños productores lecheros y darle la oportunidad a jóvenes productores que quieren trabajar” en ese rubro. Pero que no me le queda claro “cuál es la política del Gobierno” ya que durante los 15 años que gobernaron (2005-2020) “compraron campos como nunca antes y no resolvieron el tema porque desde hace más de 20 años cierran tambos a un promedio de 70 por año, y eso no ha cambiado”.
“Quiere decir que la estupenda cantidad de campos comprados por la administración del Frente Amplio en los 15 años de Gobierno no sirvió para nada”, definió, y planteó que nada lo hace pensar que adquirir María Dolores, a un precio mayor, va a ser la solución que no encontraron antes. Para creer en María Dolores me tendrían que haber traído “un plan estratégico de lo que se iba a hacer, con obras de inversión y los costos que significa instalar 16 establecimientos productivos”.
Además, argumentó que la inversión de US$ 32 millones se pudo hacer “en distintas fracciones” en todo el país “donde hay productores que nos piden a gritos un pedacito más de campo para sobrevivir, y no en un solo lugar definido y determinado”.
FALTAN INVERSIONES EN INFRAESTRUCTURA.
Falero cuestionó la falta de planificación en infraestructuras necesarias para que un tambo funcione: Para que un campo se ponga a producir, antes se debe preparar, por ejemplo instalando la sala del tambo, cuyo costo se debe definir, junto con la forma en que se van a evacuar las aguas con las plantas de tratamiento, que son “una inversión superior que tampoco escuché cómo piensan financiar”.
“Acá no hay un plan, lo único que escuché concreto es que este año se va a sembrar para extraer forraje y nada más. Lo demás me quedó sin respuesta”, expresó.
Por otra parte, “la recolección de leche tiene que tener una caminería adecuada, un radio de giro adecuado para las cisternas que cada vez son más grandes”.
Se deben hacer trabajo de pluviales, de cunetas, de canalización, de reducción de la tierra disponible, de un sinnúmero de cosas, pero ninguna se mencionó porque “no hay un plan; lo que hay es el compromiso de comprar tierras como lo hicieron antes. Y después la tierra queda ahí, sin un destino adecuado y los productores pequeños seguirán cerrando año a año, sin pausa”.
A lo anterior le agregamos las zonas bajas, las hectáreas de olivos, las hectáreas de forraje, el área que se va a dedicar al campo de recría, todos los costos que significa instalar un tambo, la falta de agua suficiente y que hay que recurrir al agua de las reservas que deben ser tratadas adecuadamente, todo eso es una “bomba de tiempo”.
Falero cree que antes se debe salvar a los productores que aún quedan, enfatizó, dando campo a los “colonos eficientes” que son muchos, pero también hay otros que no lo son.
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