Todos reconocemos la importancia gravedad del bichea, “no está en discusión y todos las sufrimos, pero no tiene ni por asomo la importancia que tiene la garrapata”, expresó el presidente de ARU. También se refirió al atraso cambiario.
Montevideo | Todo El Campo | Uno de los objetivos del Gobierno anterior era avanzar en el combate de la bichera, algo que no se logró a pesar de los esfuerzos realizados, debido a complicaciones ajenas a Uruguay y que siguen siendo noticias en la región, principalmente en Centroamérica.
Entrevistado por el programa Diario Rural (CX 4 Rural), Rafael Ferber, presidente de la Asociación Rural del Uruguay (ARU), dijo que la situación está “enredada a nivel internacional” y en lo local “no la tenemos fácil, porque tenemos un Ministerio (de Ganadería, Agricultura y Pesca -MGAP) con muchas limitaciones humanas y económicas”.
A nivel internacional “la erradicación de la bichera en América del Norte se perdió” y va a empeorar, advirtió, porque “el problema sigue expandiéndose, llegando al límite con Estados Unidos”.
“Mientras tanto nosotros estamos en la formación del proyecto que se retrasó también por la realización de las elecciones” en el país. No obstante, todo eso terminó siendo positivo porque nos generó “ahorros de muchísima plata” y nos hizo ver que continuar era “poco conveniente”, dado que vemos “una situación que no está dominada en el mundo”.
Por otro lado “hay una planta argentina que nos dice que puede producir la mosca cuando la encuentre y pide US$ 350.000 para hacer pruebas de campo” que le permita determinar “si la mosca que poseen da resultados”. O sea que “tenemos que poner la plata nosotros porque hay serias dudas de parte de ellos”, explicó, y “cuando la tengan y si la tuvieran se la van a vender a Uruguay y no América del Norte”.
Si sumamos todo eso “es muy complejo seguir con pasitos cortos, cundo encima vemos a las autoridades que dicen que en caso de continuar con el programa hay que buscar otras fuentes de financiamiento”.
Además, en caso de que el laboratorio argentino dé con la mosca y que sea viable para combatir la bichera, “empezaremos de nuevo con los centros de distribución, la financiación, los aviones, el relacionamiento con la Fuerza Aérea que no era fluida”.
Por todo eso, “lo lógico es parar ahora, que el Ministerio se enfoque en los serios problemas que tiene en limitaciones de recursos humanos y económicos respecto a la garrapata”, un desafío que “tiene que encararlo ya con todos los recursos disponibles, y si los tiene que pedir del fondo de enfermedades prevalentes nosotros (ARU) estamos dispuesto a apoyar”.
Ferber dijo que todos reconocemos la importancia que tiene la bichera, su gravedad “no está en discusión y todos las sufrimos, no es un tema menor, pero no tiene ni por asomo la importancia que tiene la garrapata”.
“Me podrán decir que el Ministerio puede hacer las dos cosas y está bien”, sin embargo “no podemos pensar que la bichera es medianamente parecida a la garrapata y al riesgo que corremos con la garrapata”.
Donde hay garrapata, cada animal implica “mucho dinero, para mantener la enfermedad a raya que ni siquiera se está logrando, y con todos nuestros mercados en riesgo por los residuos, porque se hacen las cosas bien pero siempre está la posibilidad de escapes”.
El presidente de ARU adelantó que la próxima semana se reunirá con Marcelo Rodríguez, director general de Servicios Ganaderos, para abordar el tema.
NO ES EL PEOR ATRASO CAMBIARIO DE LA HISTORIA.
En otro orden, dijo que ARU “mide el atraso cambiario respecto a la distancia de la inflación y las letras de regulación monetaria. El dólar está bajando a nivel mundial. Baja en Uruguay y nos pone incómodos, pero tenemos una distancia entre la inflación y las letras” que modera el atraso cambiario.
Las mediciones indican que si la distancia entre la inflación y las letras es de 2,4 puntos, el atraso cambiario es “neutro”. Por tanto, ahora las letras deberían bajar “unos dos puntos para que no haya una política contractiva, que no saque pesos de la calle”.
El cambiario actual “no es el peor de la historia, pero el Banco Central debería bajar las tasas”, planteó.
El Banco no está bajando la tasa y nos dicen que tampoco las van a subir, “pero la realidad es que si baja la inflación la tasa tiene que hacerlo también. Todo indica que la inflación bajaría rápidamente a 4,5%, pero si no baja la tasa entramos en un atraso cambiario fuerte”. Equivale a que “el sector exportador paga con sangre la baja de la inflación”.
El objetivo del Gobierno es bajar la inflación a 4,5% y luego llevarla a 3%.
ENTREVISTA COMPLETA.
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