Amabelia del Pino se refirió a la enmienda orgánica cama de pollo como recuperador de suelos y el cuidado que se debe tener con el fósforo.
Gustavo Clavijo | Canelones | Todo El Campo | Amabelia del Pino es docente del Departamento de Suelos y Agua de la Facultad de Agronomía, y en dicho Departamento trabaja en uso de enmiendas y residuos agroindustriales como mejoradores de suelo.
Respecto a la enmienda orgánica cama de pollo, la docente dijo que “la cama de pollo tiene un alto contenido de nutrientes y un buen contenido de materia orgánica; o sea que se puede utilizar para la recuperación de suelos degradados, sobre todo para mejorar propiedades físicas, o sea aflojar el suelo para usar un término más común”.
“Se utiliza bastante a nivel de la producción hortícola”, ejemplificó.
Explicó que se espera agregar grandes cantidades de esa enmienda para tener un efecto adecuado, y se recomienda utilizar “varios metros cúbicos por hectárea”.
No obstante, “el problema de la cama de pollo es su alto contenido de fósforo”, teniendo en cuenta que el fósforo exceso “puede causar problemas en la nutrición del cultivo como ambientales en caso de que llegue a cursos de agua”.
Es por eso que se debe tener “precaución en su uso y limitar las dosis tanto como sea posible”, recomendó.
La forma de bajar la cantidad de fósforo es una de las líneas de investigación que tiene la Facultad de Agronomía, con el fin de que “la enmienda tenga menor contenido, y ese fósforo que se extrae sea un fertilizante que se pueda vender en el establecimiento”.
La cama de pollo se está utilizando como enmienda y eso es correcto, sobre todo cuando no se generan problemas ambientales, por ejemplo en invernáculos que no tienen escurrimiento hacia el agua.
Sin embargo, expresó que cada vez hay una mayor producción de aves en el país, lo que obliga a que se ponga cabeza y fondos para investigar al respecto.
Foto de portada de Michal | Pixabay.
ENTREVISTA COMPLETA.
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