En bioseguridad estamos “lejos de estar bien y lejos de avanzar a estar muy bien, porque lo que vimos en 2023 fue que se generó una ansiedad para tomar determinadas medidas, pero al recorrer el sistema de producción, claramente esas medidas hoy están prácticamente en desuso”.

Gustavo Clavijo | Canelones | Todo El Campo | La auditoría chilena en establecimientos avícolas del Uruguay; un análisis sobre si vacunar contra la gripe aviar o no, y papel de la bioseguridad y la afectación a la salud humana como del mercado en esa toma de decisión, la importancia de generar un cambio cultural y la capacitación adecuada, fueron algunos de los temas sobre los que Todo El Campo dialogó con Federico Stanham, director ejecutivo de Cupra.

AUDITORÍA DE TÉCNICOS CHILENOS.

Un grupo de técnicos de la consultora chilena FST -Food Solutions Team- está en el país para realizar la primera auditoría sobre calidad de carne aviar en la historia de esta industria en Uruguay. El proyecto fue impulsado inicialmente por la Cámara Uruguaya de Procesadores Avícolas (Cupra) y la licenciatura en Tecnología de Alimentos de la Universidad Católica del Uruguay, al presentar el proyecto a los fondos FPTA del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA). La iniciativa contó además con aportes del Instituto Nacional de Carnes (INAC), tanto en los aspectos técnicos como de aporte complementario de fondos y el apoyo del Ministerio de Ganadería Agricultura y Pesca (MGAP).

Stanham explicó el sentido y los alcances de la auditoría, dijo que habitualmente se hacen para habilitar mercados, pero en este caso son otros los fines.

Uruguay tiene experiencia en este tipo de auditorías pero en el sector vacuno, no aviar, ya se realizaron en cuatro oportunidades, en 2003, 2008, 2013 y 2024. En esas oportunidades “se analizó el ganado a faena y el estado de carcasa limpia y pronto para ingresar a cámara”.

“Se evalúan los defectos de esas carcasas y de las vísceras de ese animal”; un procedimiento que se realiza para “evaluar situaciones de bienestar animal, a mejorar; situaciones de manejo a mejorar; los defectos que se encuentran se cuantifican y se le pone un valor económico”, dijo Stanham.

En el caso de las auditorías de vacunos realizadas en los años ya señalados se estimaron “pérdidas del sector por US$ 35 a US$ 40 millones por año, lo que incentiva que se tomen medidas correctivas”.

“En Cupra nos pareció importante hacer algo similar para la carne aviar, porque nunca se hizo, así lo planteamos a INAC a inicios de 2022 para evaluar las condiciones y las características de la materia prima, ver cómo evoluciona en el proceso hasta llegar al producto final”, expuso. “Hay defectos originados en el bienestar animal, en el tratamiento que se le da a la materia prima desde el galpón hasta que se cuelga y en el proceso mismo se generan defectos adicionales o no”.

Se realizó la “primera visita de un trabajo que va a durar siete meses, y se busca tener un panorama de las características del proceso de producción uruguayo para determinar una metodología de trabajo en los próximos meses que permita hacer una cuantificación”.

Quienes hacen el trabajo van a recorrer toda la cadena: “Ahora se estuvo en granjas de distintos tipos, en la etapa de agarre, carga y transporte a planta; en la descarga a jaulas, la espera, y todo el proceso hasta llegar a la carcasa de pollo”.

GRIPE AVIAR, VACUNA, PERJUICIO PARA LA SALUD HUMANA Y EL COMERCIO.

Consultado sobre la vacunación contra la gripe aviar, Stanham comentó que el tema incluye a la salud humana y que ésta no se puede descuidar. “Afortunadamente no es un riesgo para la salud humana, aunque se han detectad contagios, curiosamente en la producción lechera de Estados Unidos y no tanto en la producción aviar, pero no se ha observado contagio de humano a humano”.

Un virus como el de la gripe aviar puede transformase y generar una variante que genere el contagio de humano a humano. Eso llevó “a que se prefiera la erradicación como estrategia del control del virus, sin ir a la vacunación, porque vacunar implica convivir con los virus” y “si damos ese paso vamos a tomar la opción de convivir en forma permanente con el virus y aparece otro riesgo que es el de la salud humana”.

Quienes están en la producción de carne o de huevo “miran, en primer lugar, cómo eso afecta la producción y la economía de las empresas y no tanto la salud humana. De la salud humana se ocupan otros, aunque siempre se ponga ese tema arriba de la mesa”.

El sector avícola tiene mucha “expectativa sobre cuál va a ser el proceso de evaluación que hará el Ministerio de Ganadería, por el hecho de que hay nuevas autoridades, y por el hecho de que se supone que la decisión de vacunar en 2023 tenía un horizonte de dejar de hacerlo” justamente por lo económico y productivo como por la salud humana.

En lo económico y productivo porque la vacunación es una barrera para exportar carne aviar, y porque desde el cuidado de la salud humana generalmente se prefiere la erradicación.

La posición de Cupra es “mantener el estatus sanitario facilitando las exportaciones, por más que Uruguay no es un exportador de carne aviar a merados de alta exigencia, pero es nuestra aspiración a diez años trabajar en ese sentido y por tanto el manejo de la vacunación debe considerarse en ese contexto”.

LA HERRAMIENTA MÁS IMPORTANTE ES LA BIOSEGURIDAD.

Respecto a la bioseguridad, y si es una estrategia suficiente par hacer frente al problema, Stanham comentó: “Lo que dicen los expertos es que la bioseguridad es la herramienta principal y más importante para controlar todas las enfermedades”, pero “en determinadas circunstancias se evalúa que es mejor la vacunación que la bioseguridad”.

Aún en las “enfermedades no exóticas la bioseguridad es una decisión razonable y necesaria para toda la producción, y no solo hablando de la influenza aviar”, señaló.

Consultado cómo evalúa la bioseguridad en Uruguay, del 1 al 10 donde 10 es el máximo, Stanham dijo que “estamos por debajo de 5, lejos de estar bien y lejos de avanzar a estar muy bien, porque lo que vimos en 2023 fue que se generó una ansiedad para tomar determinadas medidas, pero al recorrer el sistema de producción, claramente esas medidas hoy están prácticamente en desuso, además de que el nivel al que se llegó en 2023 sobre bioseguridad no fue el que se necesitaba para estar asegurados de que la influenza aviar no causara daños a nivel general. Quedamos lejos del punto ideal y de ese punto que no era el adecuado hemos ido retrocediendo”.

“Se está trabajando con la Facultad de Veterinarias y la Facultad de Ciencias, con el MGAP y las gremiales, para hacer un proyecto con fondos de INIA y poder evaluar de manera más integral cuál es el estado de bioseguridad del sistema productivo aviar de Uruguay, de postura y de carne”, agregó.

CAMBIO CULTURAL.

Con la visita que tuvimos de Chile, que es un país que trabaja con muy alta bioseguridad y muy altos requisitos de sanidad e inocuidad, los técnicos señalaron que “Uruguay tiene mucho para mejorar en bioseguridad”.

Concluyó que se necesita un control permanente y es algo “cultural” En ese punto entra también la capacitación, algo en lo que Cupra tiene “intención de trabajar fuerte”.

ENTREVISTA COMPLETA.

Federico Stanham.

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