Todos estos factores han coincidido en el tiempo desatando un potente despertar mensual que ha roto la tendencia hasta ahora y provocado el mayor repunte desde la guerra de Ucrania
España * | Todo El Campo | Los precios de las materias primas ligadas a la agricultura se dispararon en 2022 al calor de la guerra de Ucrania y posteriormente, siguió una ruta a la baja calmada pero constante. Esta se aceleró con fuerza este verano con un potente desplome. Sin embargo, este setiembre algo ha cambiado. Una sucesión de eventos muy diferentes ha conspirado para desatarse todos al mismo tiempo en países clave para el suministro. Esto ha provocado que en el noveno mes del año los alimentos vivan la mayor subida desde la guerra de Ucrania.
El índice Bloomberg Agriculture, que recoge los siete principales productos de materias primas del sector, se disparó en septiembre por encima del 7%. Sin embargo, la subida es más clara desde que los productos tocaron suelo en agosto. A partir de entonces se ha vivido un importante rebote en prácticamente todos los productos del sector agrícola.
El azúcar se ha disparado un 25% en este periodo, seguido del café, con un alza del 20%. Productos más básicos como el trigo, el maíz y la soja han visto crecer sus precios un 16%, 17% y 12% respectivamente. Por su parte, el arroz ha sido el más estable, con un avance del 4%, mientras el zumo de naranja, atrapado en una espiral de volatilidad, ha conseguido limar los vaivenes en su cotización con un alza del 10%, prácticamente idéntica a la que ha vivido el cacao.
De mantenerse esta tendencia, esto podría poner algo de presión a unos bancos centrales que se han encomendado a los recortes de tipos gracias a una inflación en retroceso. En el caso de Europa, el IPC ya ha vuelto al objetivo al caer en setiembre al 1,8%. Por su parte, en EE.UU. está ya a las puertas en el 2,5%. El BCE ya ha recortado dos veces los tipos, mientras la FED ha emprendido un recorte jumbo en septiembre.
Sin embargo, los expertos esperan que esto solo sea un alto temporal en el que camino, dado que la tendencia parecía instalada en las caídas. El motivo detrás de las mismas han sido factores climáticos diversos que han sacudido por completo la hoja de ruta respecto a la producción de los países más relevantes en sus respectivos mercados.
Un ejemplo claro es Brasil. La república sudamericana es responsable de un parte importante de la producción mundial de café, azúcar, naranja y soja, siendo el primer exportador del mundo de estos productos. De Brasil sale el 50% del suministro mundial de soja, el 75% de zumo de naranja. el 30% del café y el 19,3% del azúcar. También es un actor clave en el mercado del maíz compitiendo mano a mano con EE.UU. con el primer puesto al representar el 32% de las exportaciones mundiales.
Es por ello que el mercado recogió con preocupación los datos de agosto de exportaciones por parte de su ministerio de Agricultura, en el que se vivió una caída del 9,5% en las mismas, en particular en el maíz, que se desmoronó un 35% debido a las «condiciones climáticas». Estos problemas principalmente han venido de una falta de lluvias y una sequía como no se recordaba. También se han producido grandes incendios en este contexto que han agravado el problema.
Desde Agriculture and Horticulture Development Board explican que «el clima seco y las altas temperaturas que sufre Brasil han sido el centro de atención últimamente, ya que este mes comienza la siembra de soja. Según el centro nacional de monitoreo de desastres del país, Cemaden, Brasil enfrenta una de las peores sequías registradas, con más de un tercio del país afectado». El clima seco plantea desafíos, «incluso en Mato Grosso, un estado central que produce alrededor del 29% de la soja del país». La sequía en gran parte del norte y centro de Brasil probablemente seguirá amenazando los cultivos, dijeron analistas de JP Morgan en su último informe.
En el sudeste asiático también ha habido serios problemas. En particular una de cal y otra de arena. En primer lugar, una enorme sequía sacudió a Vietnam, otro gran productor de café (14,3%) y arroz (15%) y otros grandes productores de la región como Indonesia. También ha afectado a Tailandia, responsable del 16% del suministro mundial de arroz. En este caso, los problemas en ambas naciones han ido seguidos de un gran tifón (Yagi) y fuertes lluvias que han afectado a la producción al desatar incluso inundaciones. Todo este gran cambio de la sequía a los temporales sin pasar por un momento de calma.
En Australia, en cambio, las regiones del sur y sureste del país se encuentran ante unas precipitaciones muy bajas que han seguido de unas enormes heladas durante septiembre que han dañado la producción de trigo, cereales y todo tipo de productos agrícolas. La isla es un suministrador clave de trigo y cebada. Concretamente los granos que salen desde sus puertos representan cerca del 13,7% del suministro mundial. Además, suponen un elemento clave en la cadena logística mundial, pues su cercanía a Asia permite abastecer de forma más eficiente a estos países, que, con China a la cabeza, son algunos de los principales consumidores del mundo.
Otro problema ha venido de Ucrania. Al comienzo de la guerra el mercado del trigo sufrió de forma crítica debido a que el sur del país es el pulmón del mundo en lo que respecta a los granos. Ahora es la sexta potencia, con el 5% del suministro mundial debido a que la guerra ha limitado su potencial agrícola. Sin embargo, sigue siendo un actor importante y la sequía está sacudiendo su producción. «El pronóstico meteorológico para la región del mar Negro es una gran señal de alerta», dijo Chris Hyde, meteorólogo de Maxar, en declaraciones a Reuters.
FACTORES QUE CONVERGEN
Todos estos factores han coincidido en el tiempo desatando un potente despertar mensual que ha roto la tendencia hasta ahora y provocado el mayor repunte desde la guerra de Ucrania. Sin embargo, pese a que esto cambia el panorama, los expertos creen que solo se trata de un alto en el camino y que, a medida que las dudas climáticas se vayan despejando, la tendencia volverá a ser la misma. «Se prevé que los precios de los productos básicos experimenten una ligera caída en 2024 y 2025, pero se espera que se mantengan por encima de los niveles previos a la pandemia», comentaba el último informe del Banco Mundial. El reciente informe Perspectivas alimentarias de la FAO concluye que, a pesar de las previsiones positivas, «los sistemas mundiales de producción alimentaria siguen siendo vulnerables a las perturbaciones derivadas de fenómenos meteorológicos extremos, tensiones geopolíticas, cambios de políticas y acontecimientos en otros mercados».
Desde Oxford Economics explican que las cosechas récord que se están dando los últimos años «Han generado que los principales mercados se encuentren bien abastecidos» y, aunque esperan que los precios de los productos agrícolas toquen suelo en algún momento de 2024, apostaban por una «recuperación puntual durante la recta final de 2024 a medida que los compradores vayan volviendo al mercado». Sin embargo, creen que hay grandes riesgos al alza a partir de ahora para empezar las ya mencionadas «condiciones meteorológicas», sumadas a «cosechas menores en EE.UU. y restricciones al comercio en mercados clave, como la India». Sin embargo, por ahora, la subida que se ha generado en setiembre, debería remitir en los próximos meses o, al menos, detenerse en favor de un mercado más estable. Cabe recordar que en lo que va de año, los precios de los productos agrícolas, incluso con las últimas subidas, todavía marca un retroceso del 4%.
(*) Análisis de Álvaro Moreno en El Economista. Moreno es periodista económico y sus artículos se pueden leer aquí.
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