Es importante que llueva lo suficiente, pero no menos importante es que las lluvias sean oportunas, y que se registren temperaturas estacionales.
Montevideo | Todo El Campo | ¿Cuál es la preocupación que el mundo debe tener sobre la situación climática en Brasil? La gran sequía del continente, la particularidad de Brasil con los incendios y la sequía en el río Amazonas, fueron temas de análisis de Drew Lerner, meteorólogo agrícola, que insta a ver la situación climática de Brasil con la debida “perspectiva”.
El profesional escribió un análisis sobre los desafíos climáticos en Brasil y aclaró algunos puntos, dando algo de tranquilidad a los mercados agrícolas.
“La sequía es mucho más severa en la cuenca del río Amazonas que en cualquiera de las áreas clave de maíz, soja, arroz, café, cacao, cítricos o caña de azúcar”; sin embargo, “es hora de que las lluvias estacionales evolucionen, y si son significativamente tardías o reducidas en relación con lo normal, crece la probabilidad de que las cosechas brasileñas sean reducidas”, comentó el meteorólogo agrícola Drew Lerner.
Explicó que Brasil tiene un período húmedo y otro seco; y adelantó que en la segunda quincena de setiembre las lluvias comenzarán, particularmente a fines de octubre hasta marzo o mediados de abril.
Esas lluvias “proporcionan a la mayoría de las zonas agrícolas clave de Brasil la humedad necesaria para producir todo tipo de cultivos”, y en un año “normal, Brasil recibe mucha más lluvia de la que necesita”.
El año pasado (2023-24) las lluvias fueron inferiores a lo habitual, pero de todos modos hubo una “cosecha de buen tamaño de maíz y soja, así como caña de azúcar, café, cítricos y otros cultivos”, porque aunque inferior, fueron oportunas.
Este año vemos noticias y fotos sobre la sequía en la cuenca del río Amazonas, lo que es “preocupante porque, al igual que el río Mississippi en América del Norte, cuando el río se queda sin agua, se implementan restricciones a las barcazas, y eso reduce las entregas de cultivos cosechados y el transporte de bienes y servicios”.
Además, “cuando las precipitaciones están notablemente por debajo del promedio en la cuenca, la humedad relativa tiende a ser muy baja y eso reduce el potencial de lluvias intensas y frecuentes, especialmente porque el calentamiento atmosférico ha reducido los contrastes de temperatura necesarios en el aire para condensar la humedad en forma de lluvia”.
Todos esos temas se relacionan a la sequía en Brasil.
Así y todo, “el verano pasado Brasil produjo maíz y soja de buen tamaño, igual que las producciones de café, caña de azúcar y cítricos también fue de buen tamaño”; pero “cuanto más duren las lluvias por debajo de lo normal, más grave puede llegar a ser el estado de sequía”, advirtió Lerner.
“Al mismo tiempo, la producción de cultivos puede seguir funcionando bien siempre que prevalezcan las lluvias oportunas y las temperaturas estacionales”, pero cuando las temperaturas se vuelven “persistentemente cálidas o calurosas, y las precipitaciones continúan por debajo de lo normal, mientras que el suministro de agua a largo plazo y la humedad del subsuelo están por debajo de lo normal, el potencial de producción es más negativo para cualquiera de los cultivos o para todos ellos”.
“Fuera de la cuenca del río Amazonas la sequedad es normal desde finales de abril hasta agosto y principios de setiembre. Las lluvias durante ese período rara vez son suficientes para contrarrestar la evaporación y es normal que el suelo esté demasiado seco para la siembra. Las lluvias oportunas suelen comenzar en la segunda quincena de setiembre en un buen año para la zona de cultivo del centro oeste de Brasil, como Mato Grosso, Mato Grosso do Sul y Goiás”.
En la mayoría de los años, las lluvias dispersas comienzan a principios de octubre y aumentan constantemente, de modo que las lluvias normales ocurren a fines de octubre y noviembre, momento en el que generalmente se lleva a cabo la mayor parte de la siembra de maíz y soja.
“Se espera que en la temporada de lluvias, las precipitaciones de finales de setiembre serán mínimas, pero las condiciones deberían empezar a mejorar en octubre”.
“No es probable que se produzca un gran retraso en el inicio de la siembra como el de hace un par de años, aunque se seguirá hablando de sequía en la cuenca del río Amazonas y de escasez de agua en el sistema fluvial. Sin embargo, para la producción de cereales y oleaginosas de verano, es muy probable que llueva lo suficiente de manera oportuna para que las cosechas de 2024-25 tengan un buen comienzo después de que haya poco chisporroteo en lluvias erráticas, a menudo más ligeras de lo habitual”.
Para Argentina se espera “un año favorable” con “episodios de lluvia y tiempo seco, pero ninguno amenazará seriamente la producción”, concluyó Drew Lerner.
Artículo de Lerner en world-grain.com.
La foto: desembocadura del río Itaya al Amazonas. Fotografía de Cisco Ramírez | Facultad de Ciencias Forestales-UNAP.
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