La Universidad de Copenhague estudió la importancia de la migración animal y los efectos negativos que tendrá impedírselo. En África el mayor uso de carreteras, vías ferroviarias, alambrados, la agricultura y la producción animal han generado problemas a la naturaleza y los ecosistemas.
Montevideo | Todo El Campo | El mundo se ha achicado, pero no solo para los humanos, también para el rico reino animal, especialmente el salvaje que se mueve en las praderas, sabanas y todo lugar donde un ser vivo pueda hacer del desplazamiento su forma o parte de su manera de vivir. Sin embargo, el sentido del concepto de “un mundo más chico”, varía para los humanos y el resto del mundo animal.
Mientras que para nosotros el achicamiento del mundo se da a partir de la facilidad de viajar y llegar a todos los destinos -cada vez es más fácil cruzar los océanos y continentes, como trasladarse de un país a otro-, para los animales esa posibilidad se reduce, quizá no tanto en las aves, pero sin duda que sí se limita y mucho en los mamíferos terrestres.
Llegó a la redacción de Todo El Campo un artículo de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Copenhague que expone los problemas genéticos de algunos mamíferos africanos por no poder movilizarse según le indica su naturaleza, por los alambres, carreteras y vía ferroviarias.
Según el estudio ese es el caso de los ñus, mamíferos que viven en manadas de miles de individuos, dominando la región austral y oriental de África, pero en realidad también puede ser el caso de tantas otras especies.
“Las migraciones de ñus se han convertido en algo más raro en África, ya que los humanos siguen interrumpiendo sus rutas migratorias históricas con carreteras, vallas, ciudades, ganado y tierras de cultivo. Esto ha llevado a la decadencia genética en aquellos rebaños que ya no pueden vagar libremente”, dice la nota de la Universidad de Copenhague.
La migración anual de 1,3 millones de ñus a través del Serengeti de Tanzania y el Masai Mara de Kenia atrae a cientos de miles de turistas, y el fenómeno ha puesto al Serengeti en la lista del Patrimonio Mundial de la Unesco.
Pero no es solo una atracción turística: “Además de su majestuosa vista, la migración de esta emblemática especie es importante para el funcionamiento ecológico de los ecosistemas”.
Pero algo malo está pasando: “Las migraciones anuales épicas” de millones de ñus “solo se encuentran en unos pocos lugares del continente africano”, ya que “en algunas zonas, las carreteras, las vallas, las granjas y la expansión urbana han fracturado las rutas migratorias históricas de las manadas y les han impedido deambular por todas partes en busca de hierba fresca y agua”. La Universidad de Copenhague muestra que “la salud genética de los ñus se ha visto afectada como consecuencia”.
Rasmus Heller, profesor asociado del Departamento de Biología y uno de los autores principales del estudio, explicó que hasta ahora no se sabía que se estaba afectando la genética animal, pero ahora se comprueba que “los que no pueden migrar, aunque lo hacían históricamente, son menos saludables en su genética que las manadas que continúan migrando. Y esto debilita sus posibilidades de supervivencia a largo plazo”.
“Los ñus que ya no pueden migrar tienen menor diversidad genética, están más aislados genéticamente y son más endogámicos. Esperamos que esto conduzca a una menor supervivencia, una reducción de la fertilidad y otros efectos negativos en la condición física”, agregó Xiaodong Liu, postdoctorado en el Departamento de Biología y uno de los primeros autores del estudio.
Heller aseguró que “la consecuencia a largo plazo es que las poblaciones con baja diversidad genética están menos equipadas para hacer frente a los efectos de los cambios ambientales. Su potencial evolutivo se reduce. Por lo tanto, si los cambios climáticos continúan ocurriendo, no hay tanta variación genética con la que puedan trabajar para adaptarse, lo que en última instancia podría amenazar su supervivencia”. Esa es la situación.
Hace 150 años había muchas poblaciones de ñus realizando grandes migraciones; ese número cayó a dolo dos, la Gran Migración del Serengeti-Mara (famosa por su espectacularidad) y una en el desierto de Kalahari en el sur de África.
Todo indica que se reducirá más. “En Botsuana en particular, en los últimos tiempos se han colocado cercas para proteger al ganado del contacto con animales salvajes migratorios. La población de Botswana en el Kalahari disminuyó de aproximadamente 260.000 en la década de 1970 a menos de 15.000 a finales de la década de 1980. Así que hoy en día, la única gran población que queda es la del Serengeti-Mara. Pero la migración Serengeti-Mara también se ve amenazada por los planes de carreteras y corredores ferroviarios a través de la zona, lo que preocupa a muchos”, dijo Mikkel Sinding, del Departamento de Biología, otro de los primeros autores del estudio.
Joseph O. Ogutu, estadístico principal de la Unidad de Bioestadística de la Universidad de Hohenheim señaló que “como especie, los ñus dependen de las migraciones para mantener su gran número”, y si se les impide hacerlo su número se reduce, ese es un hecho comprobado.
El daño causado no es solo con la especie analizada, sino con todo el sistema y el ambiente regional. Ogutu expreso al respecto que “las migraciones conviertan a los ñus en una especie clave en los ecosistemas, ya que su pastoreo mantiene la vegetación sana, transporta y distribuye nutrientes, mientras que ellos mismos sirven de presa para los depredadores y carroña para los carroñeros. Por lo tanto, no es solo el animal icónico el que amenazamos cuando evitamos que migre, sino también muchas otras especies”.
Fotos: Portada de Mogens Trolle, Universidad de Copenhague | Interior de Rhino Africa Blog.
El estudio de la Universidad de Copenhague fue publicado en la revista científica Nature: La introgresión y la interrupción de las rutas migratorias han dado forma a la integridad genética de las poblaciones de ñus | Comunicaciones de la Naturaleza (nature.com).
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