Será en este mes, después de la segunda quincena o al final del mes. Las estimaciones más precisas dicen que ocurrirá el miércoles 17.
Montevideo | Todo El Campo | Llegó abril y con el cuarto mes del año Estados Unidos recibirá millones de insectos, un fenómeno de la naturaleza que muchos científicos esperan con ansiedad y que ha ocupado los titulares de importantes medios internacionales.
Cada 221 años millones de chicharras emergen simultáneamente con la finalidad de aparearse. Un fenómeno ocurrió por última vez en 1803 cuando Thomas Jefferson era presidente del país.
Amantes de la naturaleza y científicos esperan ser testigos del hecho.
El insecto en cuestión es la chicharra -o cigarra- (Magicicada septendecium), artrópodos alados que pasan como ninfas la mayor parte de sus vidas bajo tierra.
Según National Geographic, en todo el mundo hay entre unas 3.000 y 4.000 especies de estos insectos, pero las cigarras periódicas que son las protagonistas de esta historia, parecen ser únicas.
Se debe aclarar que la salida a la superficie de estos insectos no es tan inusual como para que ocurra cada dos siglos. Pasa que hay diferentes camadas que emergen en ciclos diferentes: “Las camadas XII y XIX” aparecen “en ciclos diferentes de 13 y 17 años respectivamente”.
Muchos entomólogos se preguntan qué hacen estos insectos tanto tiempo bajo tierra, por qué viven en ciclos tan largos, por qué se sincronizan para emerger y aparearse y si afecta esto al cambio climático.
Como fuere, la novedad es que “este año ocurrirá algo fuera de lo común: ambas camadas resurgirán al mismo tiempo en diferentes estados del país, lo que implicará el avistamiento de miles de millones de estos insectos”, dice la radio y televisión alemana.
Además del impresionante número que se podrá observar, hay otra característica que no pasará desapercibida, el sonido.
Las chicharras salen a la superficie con la finalidad de aparearse, evento que suele ocurrir a finales de abril y extenderse hasta unas seis semanas, pero ese objetivo sexual no es silencioso ni discreto, todo lo contrario.
“El macho emite un fuerte zumbido agudo para llamar la atención de las hembras. Sus ruidos ensordecedores pueden superar los 80 decibeles, equivalente a una motocicleta”.
Gene Kritsky, entomólogo y autor del libro “A Tale of Two Broods”, que detalla el fenómeno, dijo a la cadena NBC News que “Thomas Jefferson fue presidente la última vez que salieron estas dos camadas”, por lo tanto “sí es raro” que suceda de esa manera.
La próxima vez que ambas camadas coincidan será el año 2245. “Nadie que esté vivo hoy volverá a verlo”, comentó al New York Times el entomólogo Floyd W. Shockley, que también es director de colecciones del Museo Nacional Smithsonian de Historia Natural.
Según los especialistas, ambas camadas aparecerán principalmente en los estados de Illinois y Missouri, pero también habrá otras regiones del sudeste del país como Georgia, Ohio o Carolina de Sur, donde se podrán avistar.
NO REPRESENTAN PELIGRO.
Es importante dejar en claro que aunque impresionante, no hay peligro para el ser humano, incluso será positivo.
Shockley advirtió que habrá millones de insectos muertos. Sus exoesqueletos de ninfa y cadáveres podrán ser visibles, y eso podrá ser usado de buena manera: “En las zonas urbanas, habrá un número suficiente como para que sea necesario retirar sus cadáveres. Pero en lugar de tirarlos a la basura, la gente debería considerarlos básicamente como abono gratuito para las plantas de sus jardines y zonas naturales”, sugirió.
ESTRATEGIA DE VIDA.
Que aparezcan tantas chicharras tan repentinamente constituye una estrategia de supervivencia para ellas.
Kritsky dijo a la revista científica American Physical Society (APS) que eso es “bueno” para los insectos porque tienen muchos depredadores: perros, gatos, mapaches, ardillas, tortugas, serpientes.
“Incluso he visto búhos en el suelo durante el día recogiéndolas y comiéndolas”, agregó; y “los humanos también los comen. Para mí, saben a espárragos enlatados fríos. Eso no es sorprendente porque chupan los jugos acuosos de los árboles”.
Por tanto, si emergen en hordas de miles de millones es para su ventaja evolutiva. Su gran número asegura la supervivencia de las crías, ya que “los depredadores se cansan de comérselas”, comentó Kritsky. “He visto a personas recolectarlas en grandes frascos de mayonesa, llenarlos con ninfas, congelarlos y usar algunos de vez en cuando cada año”, concluyó.
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