En el caso de Paraguay, las exigencias europeas afectarán la soja, la madera y productos de origen animal.
Asunción, Paraguay | UGP* | Todo El Campo | El Reglamento N° 1.115/2023 de la Unión Europea es una fuerte y clara injerencia en los modelos de desarrollo implementados en Paraguay, que han sido claramente positivos para el país y su gente. En los últimos 20 años de gestión productiva agropecuaria y forestal, se consiguió disminuir la pobreza, multiplicar el PIB de manera sostenible y reducir los impactos en los indicadores ambientales.
Estas fueron las principales conclusiones de un debate entre los Ing. Agr. (M.Sc.) Santiago Bertoni, exministro de Agricultura y Ganadería y el Ing. Agr. (M.Sc.) Alfredo Molinas, exministro de Ambiente y de Agricultura y Ganadería, sobre las implicancias del Reglamento N ° 1.115 de la UE en el comercio agrícola del Paraguay.
ANTECEDENTES.
Existe un amplio consenso mundial acerca de que el comercio, y especialmente el comercio agrícola, es una de las maneras más efectivas y eficaces de contribuir a mantener la paz en el mundo y mejorar sostenidamente el bienestar de la población.
Consenso al que se llegó luego de los grandes conflictos bélicos del siglo pasado, cuando las potencias vencedoras tomaron la decisión de implementar mecanismos globales que permitiesen un comercio global más previsible, con reglas claras y transparentes que garanticen, sobre todo, que cada país sin importar su tamaño o condición económica y de desarrollo relativo reciba siempre el mismo trato.
Luego de muchas rondas de negociaciones que se iniciaron ya al finalizar la segunda guerra mundial se fueron definiendo las llamadas “Reglas del Comercio Mundial”, dando origen a organismos internacionales, como el “Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio de 1994 (GATT)” que posteriormente dio origen a la actual y vigente “Organización Mundial del Comercio (OMC)”.
DEL GATT A LA OMC.
Sobre las experiencias y los resultados más relevantes acerca de las reglas del comercio internacional logrados con las rondas de negociaciones del “Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio de 1994 (GATT)” se creó la OMC.
Se trata de un organismo internacional supranacional que tiene como objetivo superior el propósito de contribuir a que el comercio mundial fluya con la mayor libertad posible porque, estimula el crecimiento económico; incentiva el empleo y apoya la integración de los países en desarrollo en el sistema internacional de comercio mundial.
La OMC está obligada a que sus normas sean transparentes y previsibles para que los particulares, las empresas y los Gobiernos conozcan cuáles son las reglas o normas que rigen el comercio en las distintas partes del mundo, y poder asegurar que las políticas no experimentarán cambios abruptos.
PARAGUAY COMO MIEMBRO ACTIVO DE LA OMC.
Paraguay sistémicamente fue uno de los miembros más activos de la OMC, defendiendo sus principios fundacionales y la liberación progresiva de los mercados agrícolas, con miras a una eliminación del proteccionismo y otras medidas distorsivas del comercio aplicadas principalmente por bloques o países más desarrollados.
En su condición de país productor y exportador de productos agrícolas (como proveedor de alimentos) gracias a su competitividad y a su creciente comercio internacional ha conseguido posicionarse en el ranking mundial entre los principales productores de la mayoría de los productos agrícolas.
Cabe mencionar que posee un crecimiento económico sostenido por 20 años gracias al sector productivo ampliado, porque está produciendo y exportando alimentos para 80 millones de personas de manera competitiva, sustentable económica, social y ambientalmente.
Está más que demostrado en nuestro país que la cadena de valor que incluye la producción agropecuaria y forestal, así como a la agroindustrial y de servicios relacionada al campo es el motor de la economía paraguaya, ya que representa 74% del ingreso de divisas en el país.
El PIB total ha aumentado de US$ 7.196 millones en 2002 a US$ 47.863 millones en 2022, es decir que en 20 años creció casi 6 veces. Este crecimiento económico sostenido contribuyó además a reducir la pobreza, que en las dos décadas disminuyó del 57,7% en 2002 al 24,7% en 2022.
Sin embargo, aunque la tendencia muestra que estamos bien encaminados en el proceso de reducción de la pobreza aún tenemos mucho por hacer como sociedad.
COMERCIO AGRÍCOLA EN EL MERCOSUR.
Paraguay, al igual que los demás Estados Partes del Mercorus, depende de un comercio internacional justo, transparente, con reglas claras y previsibles, ya que esto contribuye a mantener su crecimiento económico sostenido impulsando la reducción de la pobreza.
Es un bloque económico fundado en 1991 por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, al que luego se sumó Bolivia, en el cual los países miembros cifraban sus esperanzas de crecimiento en un comercio mucho más justo.
A 33 años de la creación del Mercosur, el comercio agrícola hoy se ve ensombrecido por el aumento de medidas proteccionistas que pretende aplicar la Unión Europea, que viene postergando el cumplimiento de sus compromisos de mejora de condiciones de acceso al mercado y agregando restricciones crecientes y arbitrarias, sin respetar la base científica que es uno de los pilares del comercio de productos agrícolas.
La Unión Europea exige y pretende aplicar sus normativas internas a terceros países que comercian con el bloque basándose en una cuestión de equilibrio, hecho muy discutible porque no se puede comparar una agricultura europea basada en un esquema de subsidios con una agricultura realizada sobre bases competitivas por los países que con forman el Mercosur, así como no es lo mismo producir en Europa que en el trópico y subtrópico sudamericano.
PARAGUAY Y EL REGLAMENTO N°1115/2023 DE LA UNIÓN EUROPEA.
Como miembros activos del Mercosur observamos que el 31 de mayo del 2023 se publica en el diario oficial de Unión Europea el Reglamento N° 115/2023, relativo a la comercialización en el mercado de la Unión y a la importación y exportación desde la Unión de determinadas materias primas y productos asociados a lo que llaman deforestación y/o degradación forestal.
Este reglamento impone que para productos que denominan pertinentes, no podrán ser comercializados en la UE si provienen de tierras deforestadas posteriormente al 31 de diciembre del 2020; en el caso del Paraguay se verían afectadas la soja, la madera y productos de origen animal.
Además, el reglamento N° 1.115/2023 es un procedente del “Pacto Verde Europeo”, es como muchas otras solapadas normas de proteccionismo ambiental que solo buscan imponer más trabas comerciales y aumentar el proteccionismo a la UE, sin respetar los principios y compromisos de los países acordados en el marco de la Organización Mundial del Comercio (OMC).
No solo aumenta la incertidumbre, sino que incluye medidas distorsivas al comercio y todos los demás principios a los cuales se comprometieron los países para fomentar la paz y el bienestar de sus pueblos.
En Paraguay es indiscutible que este reglamento es una fuerte y clara injerencia en los modelos de desarrollo implementados en el territorio nacional, que en los 20 años gestión productiva agropecuaria y forestal consiguió disminuir la pobreza en más del 50%, multiplicar el PIB de manera sostenible y reducir los impactos en todos los indicadores ambientales.
La imposición de medidas unilaterales como el Reglamento N°1.115/2023 son y derivan en barreras comerciales que perjudicarán a la producción y a las exportaciones de productos alimentarios de los países en vías de desarrollo, afectando el desarrollo sostenible, la seguridad alimentaria y golpeando negativamente los objetivos de la OMC.
Los países en vía de desarrollo como Paraguay debemos ser fuertes y mantener el compromiso de adoptar solo medidas basadas en la evidencia científica y negociadas multilateralmente.
Finalmente, los Ing. Agr. (M.Sc.) Santiago Bertoni y el Ing. Agr. (M.Sc.) Alfredo Molinas señalan que en este contexto de la aplicación imperativa del Reglamento N°1.115/2023 de la Unión Europea es necesario y prioritario fomentar el diálogo, buscar intereses comunes y evitar antagonismos cada vez más profundos. Se hace necesario reconocer el valor de la agricultura y el comercio como instrumentos fundamentales para garantizar la paz y el desarrollo sostenible.
* Articulo de la Unión de Gremios de la Producción (UGP).
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